CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala de Casación Civil Magistrado Ponente:

Anuncio
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Sala de Casación Civil
Magistrado Ponente:
Manuel Ardila Velásquez
Bogotá, D. C., veintiuno (21) de junio de dos mil
dos (2002).
Referencia: Expediente No.1965-01
Decídese sobre la admisibilidad de la demanda
con que la sociedad demandante pretende sustentar el
recurso de casación interpuesto contra la sentencia de 26 de
junio de 2001, proferida por la Sala Civil del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Cali en este proceso ordinario de
Representaciones
Delta
Ltda.
contra
Industriales S.A. ‘Proindustrial S.A.’
A cuyo propósito se considera:
Promociones
M.A.V. Exp. 1965-01
2
1.- Asunto definido es el de que la naturaleza
extraordinaria y eminentemente dispositiva del recurso de
casación implica una especial antención por parte del
legislador a los requisitos formales que debe reunir la
demanda que lo sustenta, al punto de impedir que la misma
sea admitida a trámite en el evento de que el recurrente
subestime aquellos que se encuentran estatuidos.
2.- Por su parte, el artículo 374 del código de
procedimiento civil, preceptiva modificada por el artículo 51
del decreto 2651 de 1991, vigente por así haberlo dispuesto
el artículo 162 de la ley 446 de 1998, establece cuáles son
las aludidas exigencias.
Y, una de ellas, ineludible por supuesto, y
referida específicamente a la causal de casación consagrada
en el numeral 1° del artículo 368 del código en cita, es la de
que el impugnante señale en su demanda las normas de
derecho sustancial que considere quebrantadas. Así lo
dispone en efecto, el segmento final del inciso 1°, numeral 3°
del precitado artículo 374 al expresar que “si se trata de la
causal primera, se señalarán las normas de carácter
sustancial que el recurrente estime violadas”, preceptiva cuya
vigencia frente a lo estatuido por el artículo 51 mencionado
no se ofrece a discusión, pues aunque dicha disposición
relevó a quien invoca la causal en cuestión de la carga de
integrar la denominada proposición jurídica completa, no lo
libera irremisiblemente de “señalar cualquiera de las normas
M.A.V. Exp. 1965-01
de esa naturaleza (sustancial) que,
3
constituyendo base
esencial del fallo impugnado o habiendo debido serlo, a juicio
del recurrente haya sido violada ...”
Ahora bien, no es menester buscar muy lejos la
razón de ser del anotado requisito, comoquiera que si la
causal primera de casación tiene como premisa la violación
de una norma sustancial, es apenas lógico que el impugnador
indique cuál o cuáles disposiciones de esa estirpe entiende
vulneradas por la sentencia que combate; aspecto respecto
del que no ha de perderse de vista que la Corte, dada la
naturaleza del recurso, sólo puede moverse dentro de la
órbita que le traza el censor y por ende, no se encuentra
facultado para extender su campo de acción más allá de la
frontera que la censura demarca, lo cual acompasa con la
presunción de acierto que escolta al fallo materia del recurso,
de suerte que al partirse del supuesto de que los hechos
fueron bien apreciados y el derecho correctamente aplicado
por el juzgador, todo cuanto no esté impugnado se hace
intocable en casación. En desarrollo pues de los precedentes
principios, no es difícil comprender que a la Corte le está
vedado inquirir oficiosamente por el quebranto de preceptos
de orden sustancial; de ahí la obligación que al censor
impone la ley de indicarlos.
3.- De otro lado, recuérdase que el rasgo
característico de las normas sustanciales es el de consagrar
verdaderos derechos subjetivos, de tal suerte que dentro de
esa categoría de normas sólo se hallan comprendidas
M.A.V. Exp. 1965-01
4
aquellas que, al decir de la Corte, “en razón de una situación
fáctica concreta, declaran, crean, modifican o extinguen
relaciones jurídicas también concretas entre las personas
emplicadas en tal situación ...”, determinándose que de ese
cariz no participan entonces los preceptos que “se limitan a
definir fenómenos jurídicos o a describir los elementos de
éstos o a hacer enumeraciones o enunciaciones, como
tampoco
las
tienen
las
disposiciones
ordenativas
o
reguladoras de la actividad in procedendo” (G.J. t. CLI, pag.
241). Menos todavía las normas referentes a pruebas, en
punto de las cuales ha expresado de continuo esta
Corporación que no tienen rango sustancial, puntualizando
por demás que normas de tal categoría “tampoco por sí solas
pueden dar base para casar una sentencia, sino que es
preciso que de la infracción de una de esas disposiciones
resulte infringida otra norma sustantiva ...” (G.J. t. LVI, pág.
318).
4.- Viene lo anterior a propósito de los cargos
segundo y tercero formulados al amparo de la causal primera
contra la sentencia, donde se la acusa “de ser violatoria, por
falta de aplicación, del artículo 210, inc. 2 del Código de
Procedimiento Civil y por error de derecho en la aplicación del
artículo 288, inciso 2 del Código de Procedimiento Civil y de
haber incurrido el sentenciador en error de hecho en la
apreciación de la demanda”, y, “de ser violatoria, por error de
derecho al no aplicar el artículo 242, inc. 2 y de los artículos
71, nums. 1 y 6; 74 num 4; 248, 249 y 394, y por aplicación
M.A.V. Exp. 1965-01
5
indebida del artículo 288 inciso 2, todos del Código de
Procedimiento Civil”.
Evidentemente, salta a la vista que ninguno de
estos preceptos tiene linaje sustancial, pues con mira en las
nociones que informan el concepto de norma sustancial, casi
resulta innecesario decir que de ninguna de las disposiciones
que alude el recurrente como infringidas puede predicarse un
carácter
parecido,
pues
son
disposiciones
destinadas
sencillamente a regir la actividad procesal y probatoria del
juez. Limítanse, ciertamente, los artículos 210, 242, 248, 249
y 288 del estatuto procesal civil, por una parte, a regular los
efectos probatorios que la contumacia de los litigantes en la
ejecución de determinados actos procesales, se derivan en
su contra; los artículos 71 y 74, a establecer qué deberes
tienen las partes y sus apoderados en el proceso y cuáles
son las consecuencias por su temeridad, y el 394, a regir lo
atañedero a la exigibilidad de las multas previstas por dicho
ordenamiento procesal.
Y, con toda evidencia, resulta notorio que
dichas normas no son de naturaleza sustancial, por modo
que, aun en la hipótesis de que en la labor apreciativa del
acervo probatorio el tribunal las hubiese vulnerado, ese
quebranto devendría intrascendente en la medida en que las
normas sustanciales que gobiernan la situación concreta
debatida habrán de considerarse correctamente aplicadas por
el fallador, desde luego que al no haberse dolido el censor de
M.A.V. Exp. 1965-01
6
la violación de ellas, huérfana de cualquier ataque por ese
concepto, la sentencia en el punto viene intocable.
5.- Son
las
anteriores
razones
más
que
suficientes, entonces, para deducir la ineptitud de los cargos
segundo y tercero contenidos en la demanda en estudio para
ser admitidos a trámite. No sucede así con los otros dos,
numerados primero y cuarto, que desde el punto de vista
formal cumplen los requerimientos de ley y, por ende, han de
ser admitidos a trámite.
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de
Justicia, en Sala de Casación Civil, resuelve:
Primero:
Inadmitir
la
demanda
arriba
mencionada en lo que hace relación con los cargos segundo y
tercero.
Segundo:
Admítese la misma demanda en
lo que atañe a los cargos primero y cuarto, formulados por las
causales
primera
y
segunda,
respectivamente.
En
consecuencia, córrase traslado a la parte demandada por el
término de quince días.
Notifíquese
NICOLAS BECHARA SIMANCAS
M.A.V. Exp. 1965-01
MANUEL ARDILA VELASQUEZ
JORGE ANTONIO CASTILLO RUGELES
CARLOS IGNACIO JARAMILLO JARAMILLO
JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ
JORGE SANTOS BALLESTEROS
SILVIO FERNANDO TREJOS BUENO
7
Descargar