HERENCIA DE JEHOVÁ SON LOS HIJOS

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HERENCIA DE JEHOVÁ SON LOS HIJOS
Hay tres principios comprendidos en los términosencomienda bíblica o mayordomía bíblica. Se refieren a los conceptos de:
1. confiar algo a alguien para que lo proteja y lo guarde contra peligros.
2. ceder ciertos, beneficios o privilegios a alguien bajo condiciones acordadas, con el fin de protegerlos hasta que sean devueltos a su dueño.
3. trabajar junto con el dueño para beneficio mutuo: del dueño, del administrador, y de lo que aél se ha confiado.
Son pocas las áreas de la vida que se prestan más al concepto de la encomienda bíblica que la de tener hijos.
La relación entre padres e hijos tiene consecuencias a la vez en el presente y en la eternidad. L a calidad de la vida de familia,
el máximo desarrollo de los talentos de los niños y su contribución al reino de Dios y al bienestar de la sociedad terrenal ... todo depende de
cómo los padres cumplen con su responsabilidad.
El Señor pone en nuestras manos, por unos cuantos años, a nuestros hijos, que son los hijos de Dios. Nos los confía mientras
crecen para moldear sus almas y sus mentes, forjando así los ciudadanos que han de ser miembros responsables de la comunidad de que serán
parte más tarde, y futuros ciudadanos del reino de los cielos. Es nuestro deber enseñarles los mandamientos de Dios e inculcarles los principios
éticos y morales que deberán regir sus vidas, enseñándoles:
" ... todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre ... »Filipenses 4:8
LOS CIMIENTOS DE LA FAMILIA
En un sentido realista, es el Señor quien ha de construir el hogar, y la vida de familia tiene que estar dentro del marco de la mayordomía bíblica.
El salmista así lo entendió y lo apreció en su justo valor cuando declaró:
"Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican, Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de
madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores: Pues que a su amado dará Dios el sueño He aquí, herencia de Jehová son los hijos, Cosa de estima
el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su alijaba de ellos; No será
avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta."
Salmo 127
La vida familiar hebrea tenía a Dios en su centro, haciendo énfasis en las relaciones apropiadas entre los esposos y entre padres e hijos,
exigiendo que sus responsabilidades fueran fielmente cumplidas. E
dificando sobre las bases de la sociedad hebrea Nuevo Testamento añade la
verdad cristiana reforzando la estructura del matrimonio monógamo como ambiente propio a la más elevada y pura expresión del amor, y el
medio más propicio para criar niños para su óptimo desarrollo físico, mental y moral.
Los principios fundamentales del hogar cristiano se encuentran en la descripción de la vida familiar que nos pinta el salmista. Dios ha de estar
en el centro del hogar. Hay que entrar en el matrimonio dándose cuenta de que “...a menos que Dios edifique el hogar...” faltará la dimensión
que provee la base segura.
Como colaboradores de Dios en esta empresa del matrimonio y de la familia, los padres entran en una unión designada a satisfacer las
necesidades básicas de los dos. Si cada esposo se da sin egoísmo, experimentan lo que es esencial para su máximo desarrollo personal y
felicidad conyugal.
Dentro de un marco de amor y generosidad mutuos que es un reflejo del amor divino, los padres comparten con Dios el procesode creación,
dando a luz a los hijos de su sagrada unión. Los hijos no son meras consecuencias biológicas de esposos unidos legalmente en matrimonio, sino
más bien el deseado fruto del proceso creativo designado por Dios y compartido por el hombre. Dentro del plan divino, nuestros hijos nos son
confiados por Dios y como padres, debemos tener presente que somos colaboradores de Dios, cuidando de sus más sagradas posesiones.
"Herencia de Jehová son los hijos"; cada hijo es un vaso de única posibilidad y sudestino depende en gran medida de la mayordomía practicada
por los padres.
La paternidad, designada por Dios para bendición del niño y de los padres, alcanzará la recompensa deseada sólo si los padres aceptan a sus
hijos conformándose al concepto de la mayordomía bíblica. Cada niño tiene derecho al amor, cuidado y crianza de sus padres. Ser privado de
este amor, cuidado e instrucción, o ser rechazado por sus padres es una cruel tragedia que puede dañar para siempre la personalidad del niño y
exponer los padres al peligro de la condenación. ¿En qué, pues, consiste la paternidad responsable? ¿Cuál es el criterio bíblico que nos sirve de
gula para evaluar y mejorar la calidad de nuestro propio hogar?
BASES DE LA PATERNIDAD RESPONSABLE
El criar hijos requiere dedicación cristiana, preparación moral y la aplicación de principios específicos. El ideal fue expuesto así por un sabio
inspirado hace casi 3.000 años.
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuereviejo no se apartará de él. » Proverbios 22:6
El apóstol Pablo precisa estos principios para los padres: Los niños deben aprender a aceptar la autoridad responsable personificada en el
padre. Esta autoridad paterna no implica una dominación despótica sino más bien una preocupación por el bienestar de lafamilia. El respeto a
la autoridad del padre es esencial para que éste pueda guiar a los hijos. También, es del respeto a la autoridad paterna que el niño aprende los
preceptos de respeto y obediencia hacia la autoridad civil y los mandatos de Dios. La falta de respeto a la ley civil y la ley sagrada de parte de
muchos jóvenes de hoy tiene sus raíces en la falta de respeto a la autoridad paterna durante la niñez.
"Hijos obedezcan a sus padres por amor al Señor, porque esto es justo. El primer mandamiento que contiene una promesa es éste; Honra a tu padre y a tu madre, para
que seas feliz y vivas una larga vida en la tierra. » Efesios 6:1-3
Los padres que se esfuerzan en hacerse fieles a su mayordomía podrán ganar el respeto y la obediencia de sus hijos má
s por su buen ejemplo
que por duros castigos. Un requisito vital del deber paterno es el dar ejemplo de vida cristiana; los padres que quieren cultivar el amor de sus
hijos y ganar su respeto no deben tener malas costumbres, indeseables, no-cristianas. Los regaños y sermones tienen su lugar en la instrucción
sistemática de los niños, pero esta enseñanza debe fortalecerse con el poder del ejemplo cristiano. La auto disciplina, el trato cariñoso entre los
padres, el perdón y el amor hacen impresión imborrableen la mente moldeable del niño y en su personalidad en desarrollo. El padre debe luchar
para hacer de si mismo lo que quiere hacer de su hijo.
La mayordomía de los padres reconoce la necesidad de proveer el debido ambiente. En el hogar cristiano la famil
ia experimenta una relación
personal con Dios. La Palabra de Dios no se considera como una superstición o talismán, sino como un mensaje viviente de Dios. Cada
miembro de la familia necesita tanto la experiencia de orar juntos en familia como la experienci
a de comunicarse con Dios en forma intima. El
ambiente hogareño determina la actitud hacia la vida, otras gentes y razas, la diversión y las cosas materiales, la música, la lectura, los
compañeros y amigos de familia. Todo el ambiente hogareño debe reflejar los criterios cristianos porque es de aquí de donde los valores y la
ética de los padres serán inculcados a los hijos.
Otra responsabilidad parental es la debida disciplina. Y eso no implica primariamente la reacción negativa de un padre ofendido con un
hijo
desobediente. En términos biblicos es la enseñanza apropiada para un discípulo, que puede ser preventiva o correctiva. Pablo exhorta a los
padres:
"No provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor." Efesios 6:4
Cuando se requiere disciplina, los padres no deben vacilar en su responsabilidad y deben tener presente que el objetivo de la disciplina es
mejorar la vida del niño, estimular su manera de pensar demostrando el amor genuino y el anhelo de que el niñocrezca en el camino de Dios.
Se harán errores en la administración de disciplina, sobre todo cuando sea correctiva. Los padres no deben tener vergüenza de confesar un
error al niño. Tales errores se pueden superar demostrando un sincero cariño paterno.
Salomón recomendó: "Corrige a tu hijo mientras aún puede ser corregido" con la esperanza de que "atienda al consejo y acepte la corrección y
así llegará a ser sabio."
"Corrige a tu hijo mientras aún puede ser corregido pero no vayas a matarlo a causa del castigo. El que mucho se enoja, recibe su merecido; librarlo del castigo es
empeorar las cosas. Atiende al consejo y acepta la corrección; así llegaráis a ser sabio." Proverbios 19:18-20
LOS HIJOS SON UN ENCARGO DE DIOS
Esta mayordomía exige que los padres se den escrupulosamente a la dirección del desarrollo total del niño ... de su madurez social, moral y
espiritual. Tal dirección requiere que los padres se esfuercen en entender el niño en cada nivel de su desarrollo. La capacidad biológica de dar a
luz a un niño no les da a los padres automáticamente el adecuado conocimiento de la niñez y la juventud ... de las necesidades particulares de
cada etapa de su crecimiento, de los problemas, conflictos y decepciones que confrontan en cada edad. Lo que se requiere es un profundo
estudio de la niñez, la viva observación de sus propios hijos y el aprender de las experiencias ajenas. Aparte del estudio, también se requieren
horas de oración para saber guiarlos en el buen camino.
Se necesitan padres dedicados y seguros para guiar el creciente interés del hijo con respuestas ciertas, realistas y bíblicas a sus preguntas sobre la
vida, la muerte, el amor sexual, el matrimonio, los bebés y las varias áreas de preocupación nacientes en la mente del niño. Los niños necesi
tan mucha
dirección para llegar a un nivel de madurez suficiente que los capacite para tomar decisiones prudentes y ejercer debidamente sus responsabilidades.
El objetivo básico de la educación es la realización de la máxima capacidad de los dones que Dio
s le ha dado al hijo para que se entienda a si mismo y para
que, mientras se gana la vida, contribuya al bienestar del mundo en que vive. Se ve que la mayordomía bíblica exige la dedicación de mucho tiempo y
esfuerzo de parte de los padres. Los padres sinceros tienen que trabajar con gran dedicación para confrontar cada problema dentro del marco de su propia
situación familiar y de acuerdo con el plan divino.
EL HOGAR CRISTIANO
El hogar del cristiano también es un sagrado encargo de Dios, que se debe usarpara la gloria de Dios y el bienestar humano. El término "hogar" incluye
nuestras casas, los muebles y todos los aspectos materiales relacionados con la morada en que vive la familia.
Los niños deben aprender el valor de las cosas materiales para que sepan ciudar sus bienes. Hay que desviarlos de cualquier tendencia a la destrucción de la
propiedad. Pero a la vez se ha de tener presente que la casa está hecha para la vida familiar, y cuando la preocupación paterna por casa y muebles domina
los impulsos naturales y el gozo de vivir, puede ser que nos acerquemos a la idolatría. Los niños necesitan sentirse muy "en su casa", necesitan sentir la
libertad de invitar a sus amiguitos a compartir con ellos esta bendición que es el hogar.
Tal vez el mejor ejemplo de la mayordomía bíblica en esto es el de los padres que se ofrecen a sí mismos y sus casas con amabilidad y hospitalidad
acogedora, especialmente a sus hijos.
"No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles." He. 13:2
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