Falacias formales Una falacia es un argumento inválido que, por la

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Falacias formales
Una falacia es un argumento inválido que, por la manera en que se expresa, parece correcto. En
lógica formal hay algunas falacias que nos indican que el argumento es necesariamente inválido
aunque tenga parecidos superficiales con formas correctas.
1. Falacia de afirmación del consecuente.
Un ejemplo es el siguiente: “Si es invierno entonces hace frío. Hace frío. Por lo tanto, es invierno”.
El argumento aunque parece válido no lo es. Podemos suponer que efectivamente en invierno
hace frío. Pero si hace frío, no se sigue que es invierno, pues hay muchos otros momentos en que
hace frío sin ser invierno.
La forma general de esta falacia es la siguiente:
A→B
B
.·. A
Donde A y B son dos enunciados simples o compuestos, → es un símbolo de condicional y .·., de
conclusión.
Es de notar que esta falacia tiene un gran parecido con el modus ponens, pero no es igual. Esto es
debido a que en el modus ponens se afirma el antecedente en la segunda premisa, en cambio en
esta falacia, como su nombre lo indica, se afirma el consecuente, lo cual hace que el argumento
sea inválido.
2. Falacia de la negación del antecedente
Otra forma inválida tiene una figura parecida al modus tollens. Un ejemplo de este tipo de falacia
es el siguiente. “Si ayer fuiste al médico entonces estás enfermo. No fuiste ayer al médico. Por lo
tanto, no estás enfermo”. Este argumento es inválido pues del hecho que alguien no haya ido al
médico un día anterior no se sigue que no estaba enfermo. Esto es debido a que probablemente
no había nadie que lo acompañara al médico a pesar de estar enfermo. O bien no fue al médico
por alguna otra razón.
La forma general de esta falacia es la siguiente:
A→B
¬A
.·. ¬B
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