MENSAJES PARA LA FORMACIÓN DE AMBIENTE SEGURO DE

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MENSAJES PARA LA FORMACIÓN DE AMBIENTE SEGURO DE LOS NIÑOS
Por Mary Jane Doerr
Directora Asociada
Secretaría de Protección para Niños y Jóvenes, Conferencia de Obispos Católicos de los
Estados Unidos
EL ABC PARA QUE LOS NIÑOS SE PROTEJAN A
SÍ MISMOS CONTRA EL ABUSO
Al iniciar las escuelas un nuevo año académico, millones de niños están listos también para
aprender el ABC de la protección de niños.
1. El abuso nunca es culpa del niño. Esto es un punto que los niños necesitan escuchar
una y otra vez. Los delicuentes que abusan de los niños se esfuerzan por hacer que los
niños se sientan cómplices del abuso o de culparlos por el abuso. ¡Los niños aprenden
que esto nunca es cierto! La culpa siempre es del adulto que se aprovecha de la
confianza y la vulnerabilidad de un niño(a).
2. Dios ama a los niños para siempre y quiere que vivan una vida santa y feliz. Si un
niño o niña ha sido abusado(a), ese niño aprende que todavía es inocente y amado por
Dios y su familia. La vergüenza del abuso sexual infantil tiene que ponerse en donde
debe estar: en el delincuente abusador.
3. El abuso que ha sucedido debe ser reportado. Los niños aprenden a decirle a uno de
sus padres u otro adulto de confianza si alguien les está haciendo daño y a seguirlo
diciendo hasta que le crean lo que dice. Un estudio muestra que los niños hablan de que
han sido abusados un promedio de nueve veces antes de que alguien se los crea. Los
padres pueden ayudar a los niños a saber en quiénes pueden confiar al dejarles saber los
adultos en los que ellos pueden confiar. Los padres pueden enseñar también a los niños
los nombres correctos de las partes privadas del cuerpo. Con esto los niños aprenden el
vocabulario necesario para contarle a otras personas lo que les sucedió.
4. Se puede reconocer el abuso cuando sucede. Los niños aprenden a confiar en la
sensación que les dice que “algo no está bien” y a contarle a uno de los padres u otro
adulto de confianza cuando sucede algo que los ha hecho sentir incómodos. Los niños
aprenden a cuestionar si alguien les pide que hagan algo que a ellos no les gusta, aún
cuando esa persona les diga que se lo pide porque los quiere. Los niños aprenden a
decirle a uno de los padres o a un adulto de confianza si otra persona los hace sentir
tristes o confundidos o si trata de que ellos no sigan las reglas. Esto puede detener el
proceso de preparación del abusador, por el cual trata de atraer al niño hacia el peligro.
Un niño que cuestiona la conducta inapropiada de otra persona le comunica al abusador
el mensaje de que no es un objetivo fácil, sino que dirá lo que se está haciendo con él.
5. Hay formas de detectar el proceso de preparación de una víctima. Los delincuentes
abusadores están dispuestos a dedicar una gran cantidad de tiempo para preparar a la
familia, el niño y hasta la comunidad para ser vistos como un amigo de confianza de la
familia. Los niños aprenden que cualquier persona que deja que ellos no sigan las
reglas, critica a los padres del niño, les da bebidas alcohólicas o les muestra pornografía
necesita ser reportado a los papás y otros adultos de confianza. Los niños pueden
aprender a no guardar secretos de los padres. Ellos aprenden que ellos deben decirle a
sus padres cuando alguien les da regalos especiales o si siempre los está tocando o les
hace cosquillas y les pide que no se lo digan a nadie.
6. Los padres u otros adultos de confianza hablarán sobre este tema. Los niños tratan a
menudo de proteger a sus padres de las malas noticias, por eso ellos deben aprender que le
pueden contar todo a sus padres. Esta lección se transmite cuando los padres siguen
participando en las actividades de sus hijos y hablan con ellos sobre lo que está sucediendo en
sus vidas. Así es como los niños aprenden lo que se puede compartir con los padres. Los
programas de ambiente seguro más eficaces incluyen a los padres en el proceso de
aprendizaje. Esto les da una señal clara a los niños de que este tema no está prohíbido, sino que
es algo de lo que se puede hablar con sus familiares.
7. Los límites existen. Aprender acerca de los límites personales puede proteger a los niños y el
conocer sus límites refuerza la enseñanza de hacerle caso a sus propios instintos. Los niños que
escuchan a su voz interior que les dice “Esto no está bien” pueden protegerse a sí mismos.
8. Los niños pueden valerse por sí mismos. Los niños deben ser respetuosos y obedientes, pero
al mismo tiempo necesitan saber que hay ocasiones en que está bien decir que no a un adulto.
Los niños aprenden cuándo es apropiado decir “No, deja de hacer eso”. Por ejemplo, ellos
escuchan y aprenden que pueden decirle no a alguien que los hace sentir incómodos, les
muestra pornografía o les ofrece bebidas alcohólicas.
9. Hay maneras de explicar el comportamiento inapropiado. Los niños aprenden a describir
lo que les sucede cuando alguien está haciendo algo que parece un poco raro, aunque no
parezca mal. La capacidad de articular lo que le ha ocurrido le ayuda al niño a confiárselo más
fácilmente a los padres o un adulto de confianza. Esto puede alertar al adulto de una situación
potencialmente peligrosa para que se pueda evitar. Esto es, en última instancia, el objetivo de la
educación de ambiente seguro.
10. Los niños pueden aprender a contarle a alguien en quien ellos confían cuando sucede algo
que a ellos no les gusta. Los niños se sienten seguros y protegidos cuando saben con quién
pueden hablar, en caso de que suceda algo que los hace sentir incómodos. El decirle a los niños
con quién pueden hablar cuando se sientan incómodos, con miedo, enfadados o que no están
seguros les dará los recursos que utilizarán, si lo necesitan. Los niños deben saber que hay
secretos que tienen que ser contados para que puedan protegerse a sí mismos y obtener la ayuda
que necesitan.
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