El 85 por ciento de los pacientes en hemodiálisis sufre

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NOTA DE PRENSA
Más de 2000 vascos precisan de hemodiálisis para sobrevivir
El 85 POR CIENTO DE LOS PACIENTES EN HEMODIÁLISIS SUFRE
COMPLICACIONES
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La mayor parte de las complicaciones se deben a estrechamientos de las
venas sobre las que se practica la diálisis.
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Si los problemas persisten, los pacientes deben ser operados con urgencia,
ante la imposibilidad de practicarles la hemodiálisis, necesaria para que sigan
con vida.
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Para hacer frente a las complicaciones, se practica una dilatación de la
vena, mediante varios dispositivos. Junto al más común, la angioplastia, se
han presentado otros procedimientos que actualmente se hallan en fase de
estudio y desarrollo, como la crioplastia, los balones de corte, los ‘stents’
farmacoactivos y técnicas con células madre.
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Mil personas de cada millón de habitantes precisan de la hemodiálisis, dos o
tres veces por semana, para sobrevivir.

“Es necesario seguir haciendo hincapié en la necesidad de las donaciones
de órganos para poder realizar trasplantes renales”.
Bilbao, noviembre de 2010.- Bilbao se ha convertido este viernes y sábado en el centro de
estudio de la diálisis de todo el Estado. Así, el V Curso de Accesos vasculares para
hemodiálisis, organizado por la Fundación Española de Hemodiálisis, ha puesto de
manifiesto que “el 85 por ciento de los pacientes en hemodiálisis sufre complicaciones
derivadas del estrechamiento o trombosis de las venas sobre las que se aplica el
tratamiento”. Esta realidad, señalada durante la ponencia de Agustín Azpiazu, radiólogo
vascular intervencionista del Hospital Txagorritxu de Vitoria-Gasteiz, afecta de manera
directa a una población que se estima en una proporción de mil personas por cada millón de
habitantes.
Los pacientes, para someterse a la hemodiálisis, “deben ser intervenidos para conectar una
de sus venas a una arteria, preferentemente en los brazos, con el fin de que dicho vaso
sanguíneo posea un riego y presión suficiente para realizar con éxito el tratamiento. El
problema estriba”, apuntó Azpiazu, “en que en la inmensa mayoría de los casos, al hacer los
dos pinchazos necesarios de una manera tan reiterada -2 ó 3 veces por semana-, las paredes
del vaso comienzan un proceso de trombosis o cerramiento que puede colapsar dicha fístula
arterio-venosa”.
La consecuencia de este proceso no es menor. “Si se cierra la fístula, el paciente debe ser
sometido a una nueva operación en unos pocos días con el fin de preparar un nuevo vaso
sobre el que llevar a cabo de nuevo la hemodiálisis, ya que sin ella, fallecería”.
Nuevas soluciones a un problema antiguo y recurrente
El radiólogo vascular intervencionista del hospital vitoriano de Txagorritxu explicó que el
procedimiento más extendido actualmente es “la angioplastia, en la que se inserta un
minúsculo catéter con un balón en el interior de la fístula arterio-venosa (FAV) del paciente,
ensanchando el vaso y permitiendo el paso de la sangre a través de él”.
Sin embargo, Azpiazu presentó ante la nutrida representación de médicos y enfermeros de
toda España que se han dado cita en este curso, las últimas novedades mundiales en este
campo. Así, señaló que “la crioplastia, que ya se emplea con éxito para otros usos en las
extremidades inferiores, permite, mediante un circuito cerrado, enfriar con nitrógeno líquido
a -10 ºC la fístula arterio-venosa e hinchar de este modo un balón que lleva asociado”. El
empleo del frío se debe a un proceso de “apoptosis celular que hace que las células mueran
y no se reproduzcan, dificultando así el proceso de cerramiento del vaso sanguíneo”.
El radiólogo vascular continuó repasando otros dispositivos, los balones de corte, “una
tecnología que además de abrir la luz del vaso sanguíneo a través de un catéter con un
balón, aumenta su eficacia a través de pequeñas incisiones realizadas por diminutas
cuchillas en las paredes de la FAV”. Según recalcó, es uno de los dispositivos “más
avanzados actualmente”.
El experto también abordó los ‘stents’ farmacoactivos, empleados preferentemente en las
arterias coronarias y que se podrían aplicar también a las fístulas arterio-venosas. Estos
dispositivos además de abrir las paredes de la fístula, “liberan un fármaco que inhibe en
gran parte el crecimiento celular, contribuyendo a la apertura permanente del vaso”.
Azpiazu ha terminado su ponencia haciendo hincapié en la necesidad de contar con un
número suficiente de donaciones de órganos, de cara a responder de la mejor manera
posible a la demanda de trasplantes renales existente, única vía para poder prescindir del
tratamiento renal sustitutivo para este grupo de pacientes.
El V Curso sobre accesos vasculares para hemodiálisis se ha celebrado en el Palacio
Euskalduna de Bilbao durante los días 26 y 27 de noviembre. El curso está organizado por
la Fundación Española de Diálisis, en colaboración con la Sociedad Española de Diálisis y
Trasplante (SEDYT), la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN), la
Sociedad del Norte de Angiología y Cirugía Vascular y la Academia de Ciencias Médicas
de Bilbao.
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