Oficio 220- 151055 Del 15 de Diciembre de 2010 REF.: ALGUNOS ASPECTOS RELACIONADOS CON EL REGIMEN DE INSOLVENCIA- LEY 1116 DE 2006 Me refiero a su escrito radicado en esta Entidad con el número 2010- 01- 280727, mediante el cual formula una consulta relacionada con el régimen de insolvencia de que trata la Ley 1116 de 2006, en los siguientes términos: 1.- Si se encuentra en curso un proceso de restitución de bien mueble (vehículo) en contra de una sociedad que entra en trámite de liquidación judicial, el proceso debe ir la Superintendencia de Sociedades y allí seguir tramitándose hasta obtener su pago, lo anterior pese a que quien figura como propietario de dicho bien es la acreedora y mal podría hacer parte de los activos dicha sociedad; además que la ley habla que los procesos ejecutivos son los que deben remitirse pero no dice lo mismo respecto de los procesos de restitución. Quisiera saber si mi razonamiento es equivocado y porque razón. 2.- Si los procesos hipotecarios y prendarios tienen prelación para su pago por tratarse de créditos especiales, mi pregunta es si los procesos de restitución que cursan en la Superintendencia de Sociedades con base en un contrato de Ieasing o arrendamiento financiero que prelación tendrían a la hora de obtener su pago en el trámite de liquidación judicial. Este Despacho se permite hacer las siguientes precisiones de orden legal: a.- Al tenor de lo previsto en el artículo 48 de la Ley 1116 de 2006 “ La providencia de apertura del proceso de liquidación judicial dispondrá: (… ) 8. Oficiar a los jueces que conozcan de procesos de ejecución o de aquellos en los cuales se esté ejecutando la sentencia” . (El llamado es nuestro). La citada regla tiene su desarrollo en el principio de universalidad subjetiva, en el sentido de que todas obligaciones a cargo del deudor, sin excepción alguna, deben hacerse valer dentro del proceso, por consiguiente, sus titulares pierden el derecho de ejecución individual o separada. En tal virtud el juez que conoce del proceso de liquidación oficiará a los jueces que conocen de procesos ejecución o a los que están ejecutando una sentencia para que los remita e incorporarlos en el expediente respectivo. b.- Por su parte, el artículo 50 ibídem, que trata de los efectos de la apertura del proceso de liquidación judicial, preceptúa que “ La declaración judicial del proceso de liquidación judicial produce: (… ) 12. La remisión al Juez del concurso de todos los procesos de ejecución que estén siguiéndose contra el deudor, hasta antes de la audiencia de decisión de objeciones, con el objeto de que sean tenidos en cuenta para la calificación y graduación de créditos y derechos de voto. Con tal fin, el liquidador oficiará a los jueces de conocimiento respectivos. La continuación de los mismos por fuera de la actuación aquí descrita será nula, cuya declaratoria corresponderá al Juez del concurso” . Los procesos de ejecución incorporados al proceso de liquidación judicial, estarán sujetos a la suerte de este y deberán incorporarse antes del traslado para objeciones a los créditos. Cuando se remita un proceso de ejecución en el que no se hubiesen decidido en forma definitiva las excepciones de mérito propuestas estas serán consideradas objeciones y tramitadas como tales” . (Subraya el Despacho). c.- Del estudio de las normas antes transcritas, se desprende que al proceso de liquidación judicial únicamente se incorporan todos los procesos de ejecución que se sigan contra el deudor concursado, para lo cual el liquidador deberá oficiar a los jueces que puedan conocer de tales procesos ejecutivos para su respectiva remisión, y la actuación que se surta en contravención a lo prescrito en la segunda de las disposiciones citadas será nula, cuya declaratoria le corresponde al juez concursal. Ahora bien, en cuanto a los procesos de restitución de tenencia de bienes muebles o inmuebles, por la mora en el pago de los cánones, precios, rentas o cualquier otra contraprestación correspondiente a contratos de arrendamiento o de leasing, se observa que el legislador de acuerdo con el artículo 50 de la Ley 1116 de 2006, señaló como uno de los efectos de la apertura del proceso de liquidación judicial, la terminación de los contratos de tracto sucesivo, de cumplimiento diferido o de ejecución instantánea, no necesarios para la preservación de los activos, dentro de los cuales se encuentran los contratos de arrendamiento o de leasing, y por ende, por sustracción de materia deberá procederse por el juez del conocimiento, de una parte, a la terminación del proceso respectivo, y de otra, a ordenar la restitución de los bienes de propiedad del acreedor. Sin embargo, es de advertir que el pago de las obligaciones adeudados por tales conceptos, debe hacerse dentro del proceso de liquidación judicial, en la forma y términos previstos en el acuerdo de adjudicación al que hayan llegado los acreedores del deudor (inciso segundo del artículo 57 de la Ley 1116 de 2006). d.- De conformidad con lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 1º ibídem, el proceso de liquidación judicial persigue la liquidación pronta y ordenada, buscando el aprovechamiento del patrimonio del deudor, es decir, la realización de los bienes del deudor, para atender en forma ordenada el pago de las obligaciones a su cargo. La solución de tales obligaciones debe hacerse, desde luego, atendiendo los privilegios y la prelación establecida en la ley. Acorde con lo anterior, el artículo 2492 del Código Civil preceptúa que “ Los acreedores, con las excepciones indicadas en el artículo 1677, podrán exigir que se vendan todos los bienes del deudor hasta ocurrencia de sus créditos, incluso los intereses y los costos de la cobranza, para que con el producto se les satisfaga íntegramente, si fueren suficientes los bienes, y en caso de no serlo, a prorrata, cuando no haya causas especiales para preferir ciertos créditos, según la clasificación que se sigue” . (Subraya el Despacho). De lo expuesto, se concluye que la ley estableció una prelación de créditos para que ellos, en un momento determinado, se paguen en el orden legal establecido, ya que debido al privilegio unos acreedores se encuentran en situación más favorable que otros, por cuanto en una relación de pagos puede llegarse al evento que alguno o algunos de los créditos reconocidos sean totalmente satisfechos y que otros queden insolutos total o parcialmente. Visto lo anterior, se precisa que las obligaciones causadas por cánones de arrendamiento o cualquier otra contraprestación correspondiente a contratos de arrendamiento o de leasing, por tratarse de créditos que no gozan de ninguna preferencia, toda vez que no están amparados con garantía real alguna, y son los llamados créditos quirografarios, los cuales se pagarán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursal, sin consideración a su fecha (artículo 2509 ejusdem).