El gato en casa

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Gatos y moscas
Nuestro adorable gato, ese felino
“salvaje” en potencia, tenga la edad
que tenga, jamás renunciará a sus
instintos y a su claro y manifiesto
interés por la caza y su expresión
doméstica, el juego.
El juego para el gato, desde su más tierna infancia, es muy útil para algo más que pasar el rato:
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Para los pequeños gatitos, la interacción
con sus hermanos o con el humano, con los
elementos móviles que encuentra a su paso,
animados o inanimados, es una manera
clara de aprendizaje de las técnicas de caza
que pudieran llegar a necesitar a lo largo
de su vida.
El juego en los gatitos es una forma
fundamental de adquirir un completo
desarrollo y de lograr un intenso
entrenamiento de su sistema nervioso:
cerebro y conexiones nerviosas.
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El juego forma parte de la socialización
del animal: Un gato que interacciona con
aquello que le rodea mediante el juego
nunca será un gato “retraído” o “tímido”.
Está claro que nuestro felino doméstico no
precisa dedicar tanto tiempo para satisfacer
sus necesidades alimenticias, pues tiene en
su comedero la ración diaria imprescindible
de un adecuado alimento. Por ello, el hecho
de cazar una mosca, una polilla o animales
de mayor tamaño, con pelo o con pluma, no
se realiza para satisfacer una necesidad nutricional sino como una forma de pasarlo bien,
sentirse a gusto en su territorio y, en cierta
medida, de mantenerse en forma. 
El gato doméstico tiene la particularidad
de mantener su interés por el juego
durante toda la vida. ¿Cuál es la
razón por la que nuestro querido
amigo se pase horas acechando
una simple mosca, pudiendo o
no acabar ingiriéndola?
La dependencia que termina teniendo el gato hacia su dueño
hace que se desarrolle una característica fomentada por el humano,
que es feliz viendo cómo su felino
se mantiene siempre en una “eterna
infancia”: que ese lindo gatito sea
siempre un cachorro, que nos busque,
que nos demande, que nos quiera.
FOTOGRAFÍA: © Tony Campbell - Fotolia.com
N
uestros felinos muestran
una atracción, a veces obsesiva, por la caza de todo
pequeño ser volador que
entra en nuestros hogares.
Y no se trata de una necesidad alimenticia,
como podría entenderse en los ejemplares
que viven en libertad y que se han de alimentar por sí mismos, sino que es la respuesta a
un instinto que siempre está presente en los
innumerables juegos que viven a diario.
Es por ello que un gato adulto seguirá durante toda su vida con un comportamiento
“infantil”, y por ello y entre otras cosas, con
ese comportamiento mezcla de expresión
innata y de ocio que es el juego de acecho,
persecución y caza.
el gato doméstico tiene la
particularidad de mantener su interés
por el juego durante toda la vida
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