Lirica Española desde la posguerra a los años 50

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TEMA 11. LA LÃRICA ESPAÑOLA DESDE LA POSGUERRA HASTA FINALES DE LOS AÑOS
50.
La Guerra Civil española, el inicio de la dictadura y el exilio de muchos escritores interrumpen la
evolución natural de la cultura y literatura española. En una posguerra reducida por la falta de libertad y en
una sociedad cercada por la miseria y el hambre, la literatura y la poesÃ-a emprenden un camino difÃ-cil
entre 1939 y 1950. Sólo parecen posibles dos posturas: aprobar la nueva situación o reflejar la desesperanza
en el presente y en el futuro, definidad por Dámaso Alonso como poesÃ-a arraigada y poesÃ-a desarraigada
respactivamente.
La poesÃ-a arraigada representa en cierto modo una actitud de conformidad; se centra en temas
intemporales alejados de la realidad del momento (la familia, la patria, la religión o el paisaje) y propugna
una vuelta a las formas clásicas (el soneto, la décima, etc). Los autores más destacados son Luis de
Rosales y José GarcÃ-a Nieto, junto a Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo.
La poesÃ-a desarraigada manifiesta la angustia ante una realidad inhóspita, incapaz de ofrecer consuelo;
en estos poetas se perciben también las primeras manifestaciones de protesta que marcarán la década
siguiente (poesÃ-a social). Sus poemas hablan de las miserias sociales, de la injusticia, de la hostilidad de la
existencia.. Es una poesÃ-a de estilo directo y sencillo dominado por un tono angustiado. El lenguaje utilizado
es desgarrado, casi violento, porque se sdirigen a Dios, pero Él no les contesta. Por ejemplo, ¡Dejadme
aquÃ-! Quiero gritar tan hondo en el dolor!. La influencia de Miguel Hernández es enormey la obra más
representativa es Hijos de la ira, de Dámaso Aonso. Autores como Celaya, Blas de Otero, Victoriano
Crémer, José Hierro, Carlos Bousoño y Jose MarÃ-a Valverde cultivan esta poesÃ-a.
Junto a estas dos tendencias surgen en los cuarenta otras minoritarias, aunque de gran importancia. Una de
ellas es el postismo, que se propone rescatar y continuar la poética surrealista mediante un lenguaje de
imágenes nuevas y sorprendentes, con Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory como representantes.
La poesÃ-a desarraigada deriva hacia una corriente de poesÃ-a social (1950 − 1964) en la que los escritores
salen de su angustia interior y contemplan lo que ocurre en la calle. Su punto de vista cambia, e intentan
presentar con objetividad la vida colectiva española y sus conflictos, mediante un tono enérgico de
testimonio, protesta y denuncia de la situación social. Exigen una transformación en la sociedad y tienen fe
en la literatura como motor de ese cambio.
Los poetas toman conciencia de su papel en la sociedad y de la importancia de la sociedad en su poesÃ-a. En
realidad son los mismos (Otero, Celaya, Crémer, Nora, Hierro, etc.) que en la década anterior habÃ-an
gritado contra el dolor y manifestado sus angustias y sus búsquedas. A partir de 1950 denuncian la
marginación, el paro, la falta de libertad. Y exigen la justicia y la paz para España, una patria amada y rota
que se convierte en protagonista de sus versos: España, pasión de vida (Nora), Canto a España (Hierro).
Palaras como compromiso y solidaridad son las que mejor expresan el sentir de estos poetas. La actividad
poética se concibe como una herramienta capaz de transformar la realidad. Se emplea un lenguaje sencillo
y coloquial que tiende a lo narrativo, y que en ocasiones está cerca de la prosa. Estos rasgos estilÃ-sticos
derivan de una voluntad de comunicación ya que tratan de compartir sus versos con el pueblo.
Victoriano Crémer fundó con Eugenio de Nora la revista Espadaña. Gabriel Celaya comenzo a
publicar antes de la guerra civil, pero su obra más conocida se desarrolla a partir de 1947. De su época
social es justo recordar Cantos Ãberos, que es un libro comprometido dedicado a la defensa de las capas
populares y a la libertad.
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Blas de Otero es el gran poeta de la posguerra y su obra resume la evolución de la poesÃ-a española desde
1939 hasta su muerte. Su primera etapa es existencialista y estremecedora por su tono desgarrado, se centra en
la búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia humana. Obras: Ãngel fieramente
humano y Redoble de conciencia, publicados más tarde con el tÃ-tulo común de Ancia. Su segunda etapa
significa se entrada en la poesÃ-a social. Obras: Pido la paz y la palabra. Su tercera etapa supone un cambio
formal importante, casi cercano al experimentalismo. Obra: Hojas de Madrid.
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