Opinión al planteamiento: “¿Puede haber un conflicto de normas

Anuncio
Opinión al planteamiento: “¿Puede haber un conflicto de normas entre leyes federales y un
tratado internacional en materia de comercio exterior?”, En busca de la teoría constitucional
(A la luz de las resoluciones del Poder Judicial Federal) con ensayos de opinión. Colección
Foro de la Barra Mexicana, Ed. Themis, México, 2006.
OPINIÓN DE SERGIO SALVADOR AGUIRRE SÁNCHEZ.[1]
El problema principal que de persistir el criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (en
adelante la SCJN) –consistente en solucionar las antinomias que ocurran entre la ley y el tratado
mediante el criterio jerárquico–, es que provoca soluciones antijurídicas.
Lo anterior puede ocurrir porque desde nuestro particular punto de vista, es el criterio de
especialidad el que debe utilizarse para determinar la norma aplicable cuando se contradigan
aparentemente un tratado y una ley.
Por ejemplo en la Ley Aduanera, existen disposiciones dictadas en cumplimiento a compromisos
internacionales, como son aquellas relativas a los métodos de valoración de las mercancías.
Pudiera ocurrir el caso de contraindicarse con un tratado internacional. De donde siguiendo el
criterio de la SCJN, la disposición del tratado, sería invariablemente la aplicable, con
independencia de la especialidad de la norma. Ello, obviamente representa una respuesta jurídica
equivocada porque la norma especial siempre debe prevalecer a la general.
Pero antes de continuar, veamos algunas consideraciones importantes acerca de las antinomias y
su solución:
“A las antinomias solubles las llamamos aparentes, y a las insolubles, reales, Diremos, por lo tanto,
que las antinomias reales son aquellas en las cuales el intérprete queda abandonado a sí mismo,
ya sea por la ausencia de un criterio o por el conflicto entre los criterios dados; a ellas dedicaremos
los siguientes parágrafos.
Tres son las reglas fundamentales para resolver las antinomias
a) El criterio cronológico;
b) El criterio jerárquico, y
c) El criterio de la especialidad.
El criterio cronológico denominado también de la lex posterior, es aquel según el cual entre dos
normas incompatibles prevalece la posterior; lex posterior derogat priori. Este criterio no necesita
un comentario particular. Es regla general del derecho que la voluntad posterior abroga la anterior,
y que de dos actos de voluntad de una misma persona, es válido el último en el tiempo.
(...)
El criterio jerárquico, denominado también de la lex superior, es aquel según el cual de dos normas
incompatibles prevalece la norma jerárquicamente superior: Lex superior derogat inferiori. No hay
dificultad para comprender la razón de este criterio después de haber visto en el capítulo
precedente que las normas de un ordenamiento están colocadas en diferentes planos, o sea, que
están dispuestas en orden jerárquico. Una de las consecuencias de la jerarquía normativa consiste
precisamente en que las normas superiores pueden abrogar las inferiores, en tanto que las normas
inferiores no pueden abrogar las superiores. La inferioridad de una norma con respecto a otra
consistente en la menos fuerza de si poder normativo, que se manifiesta precisamente en la
incapacidad de establecer una reglamentación que se contraria a la reglamentación de una norma
jerárquicamente superior.
(...)
El tercer criterio, llamado precisamente el de la lex specialis, es aquel con base en el cual de dos
normas incompatibles, la una general y la otra especial (o excepcional), prevalece la segunda: lex
specialis derogat generali. También aquí la razón del criterio es clara, puesto que la ley especial es
aquella que deroga una ley mas general, o sea que sustrae de la norma una parte de la materia
para someterla a una reglamentación diversa (contraria o contradictoria). El paso de una regla mas
amplia (que abarque un cierto genus) a una regla derogatoria menos amplia (que abarca una
species del genus) corresponde a una exigencia fundamental de justicia, entendida como igual
tratamiento a las personas que pertenecen a una misma categoría. El paso de la regla general a la
especial corresponde a un proceso natural de diferenciación de las categorías y a un
descubrimiento gradual por parte del legislador de esta diferenciación. Dada o descubierta la
diferenciación, persistir en la regla general implicaría dar igual tratamiento a personas que
pertenecen a categorías diversas, y, por lo tanto, una injusticia. En este proceso de especialización
gradual, llevada a cabo mediante leyes especiales, opera una de las reglas fundamentales de la
justicia, la regla del suum cuique tribuere.
Se comprende, pues, que la ley especial debe prevalecer sobre la general, porque aquella
representa un momento que no se puede eliminar en el desarrollo de un ordenamiento. Bloquear la
ley especial ante la ley general sería detener este desarrollo. En nuestro derecho este criterio de
especialidad se encuentra enunciado, por ejemplo, en el art. 15 del CP; ”Cuando varias leyes
penales o varias disposiciones de una misma ley penal regulan una misma materia, la ley o
disposición especial deroga a la ley o la disposición general, salvo que se haya establecido de otra
manera.
La situación de antinomia, creada por la relación entre una ley general y una ley especial,
corresponde al tipo de antinomia total-parcial. Esto significa que cuando se aplica el criterio de la
lex specialis no hay lugar a eliminar totalmente una de las dos normas incompatibles sino solo
aquella parte de la ley general que es incompatible con la ley especial. Por efecto de la ley
especial, la ley general pierde vigencia parcialmente. Cuando se aplica el criterio cronológico o el
jerárquico, por lo general se elimina totalmente una de las dos normas. Luego, a diferencia de la
relación cronológica y de la jerárquica que no suscitan necesariamente situaciones antinómicas, la
relación de especialidad es necesariamente antinómica, lo que significa que los dos primeros
criterios se aplican cuando surge una antinomia y el tercero se aplica porque se presenta una
antinomia.”[2]
Es muy importante hacer notar, que tal como ha quedado trascrito, la importancia de que sea la
regla de especialidad la determinante para definir cual de las normas se conservará cuando chocan
la ley y el tratado, obedece a una situación de justicia, porque de otra manera, persistir en la regla
general implicaría dar igual tratamiento a personas que pertenecen a categorías diversas.
Por otro lado, Raúl Medina Mora, sobre el particular determina:
“Comúnmente se enfoca el problema de relación desde el punto de vista de jerarquía de las
normas. No cabe duda que en el ordenamiento jurídico mexicano hay una jerarquía en cuya
cúspide esta la Constitución. Pero no todo es jerarquía.
(...)
El enfoque correcto para resolver los conflictos es adoptar el punto de vista dualista que sostiene
que se trata de dos órdenes jurídicos diferentes, si bien interconectados.
A esta conclusión llega recientemente el Doctor Jorge Adame Goddard del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la Universidad en su artículo: “La Ubicación de los Tratados en el
Orden Jurídico Mexicano.
(...)
Consecuentemente, propone como solución para concebir el orden jurídico como un sistema
compuesto. Cuando ocurra un conflicto, la solución no está en definir cual norma tiene mayor
jerarquía sino en definir si el problema se encuadra en el ámbito de competencia del derecho
internacional o del nacional.
(...)
En todo lo que concierne a la relación internacional, tendrá primacía el derecho internacional y con
respecto a la relación nacional la primacía corresponderá a la legislación mexicana”.[3]
Y lo que nosotros sugerimos es que es el criterio de especialidad, tal como lo explica Bobbio, el
óptimo para determinar la nacionalidad o internacionalidad de la relación jurídica a sopesar.
[1] Socio de la firma de abogados Aguirre Consultores Legales Presidente del Capítulo Jalisco de la
Barra Mexicana, Colegio de Abogados.
[2] Norberto Bobbio. Teoría General del Derecho. Ed. Themis. Sta. Fe de Bogotá, 1997. Pp.191196.
[3] RAUL MEDINA MORA. El artículo 133 Constitucional y la Relación entre el Derecho Interno y
los Tratados Internacionales. Revista de Petróleos Mexicanos.
Descargar