Energía nuclear

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Marzo 2011
Reactores nucleares,
una continua bomba de tiempo
Hasta marzo de este año, el peor accidente nuclear a nivel mundial había sido el de la planta
nucleoeléctrica de Chernobyl, el 26 de abril de 1996. Desde luego, no es el único: la historia de la
energía nuclear registra desde fusiones o derretimientos parciales hasta fugas radioactivas e
incluso fallas internas del sistema de los reactores nucleares. Los récords muestran que estos
accidentes no obedecen a cierto periodo de tiempo, país o tipo de reactor, resaltando así lo que
Greenpeace ha sostenido por décadas: la energía nuclear es inherentemente peligrosa.
Serios accidentes han ocurrido desde Chernobyl
A partir de Chernobyl se han reportado oficialmente unas 800 fugas significativas ante la Agencia
Internacional de Energía Atómica. La agencia desarrolló una escala de clasificación llamado
sistema INES (1). Los problemas se clasifican y distinguen en una escala que va del 0 al 7 con
base en el impacto que tienen en la gente y el ambiente, así como también en el tipo de sistemas
de seguridad que fueron infringidos o puestos en peligro.
En tanto, la catástrofe de Chernobyl se mantiene como el único accidente al máximo nivel 7, se
han reportado oficialmente diversos accidentes:
-
4 a nivel 4 ocurrieron en Japón, India, Bélgica y Egipto.
31 a nivel 3, de los cuales 12 sucedieron en reactores nucleares en 19 países incluyendo
Suecia, Estados Unidos, Rusia, China, España, Francia y Gran Bretaña.
254 a nivel 2, de los cuales 132 fueron en reactores nucleares de 34 países.
Chernobyl fue una combinación de error humano y mal funcionamiento tecnológico, y el accidente
alcanzó su máximo nivel debido a una secuencia de fallas menores. Patrones similares se
observan en otros accidentes históricos: siempre se ha dado una combinación de diversos
factores; la presión política y económica sobre el operador, con frecuencia juega un papel
importante. Por lo tanto, es tan solo un asunto de probabilidades el que una combinación de
pequeñas fallas y errores lleven a un desastre mayor o tan solo a un limitado incidente. A
continuación veremos ejemplos de accidentes recientes que se sucedieron tiempo después de
Chernobyl y cuyas lecciones supuestamente debieron ser aprendidas por la industria:
David Besse (Estados Unidos), marzo 2002 – Los Estados Unidos, con la mayor flota mundial de
plantas nucleares, apenas pudieron evitar en 2002 un catastrófico accidente en el reactor nuclear
de David-Besse, cuando se descubrió que la corrosión estuvo cerca de dañar y penetrar el
contenedor, afectando la presión que es vital. Este accidente hubiese llevado a un escenario de
eventual explosión del reactor. El contenedor supuestamente debió ser inspeccionado con
regularidad y sin embargo, la corrosión progresó sin ser detectada a lo largo de una década, con
la consecuente condena a los trabajadores por haber falsificado los reportes y los protocolos de
inspección.
Tokai Mura (Japón), septiembre 1999 – Un serio accidente en la instalación que produce
combustible nuclear. Tres trabajadores violaron terriblemente los procedimientos de seguridad:
utilizaron uranio enriquecido al 19 por ciento en vez de al 3 a 5 por ciento requerido, y además
vertieron en el reactor un total de 16 kilos de la solución en lugar de los 2.4 kilos prescritos. Como
resultado se alcanzó un punto crítico y se desató una reacción nuclear incontrolable. Emanó una
intensa radiación que afectó a los trabajadores y al poblado cercano donde vivían miles de
ciudadanos desprevenidos. A la compañía le tomó cerca de una hora el darse cuenta y admitir la
situación antes de dar aviso a las autoridades, y varias horas después la gente fue evacuada. La
radiación en el cerco de la instalación excedió los niveles normales en más de 15 mil veces. Las
características del accidente fueron similares a las de Chernobyl: una flagrante violación al
protocolo de seguridad, una secuencia de errores humanos y la falta de prontitud para informar a
las autoridades y al público acerca del riesgo. Las investigaciones también demostraron que la
compañía estaba eludiendo procedimientos técnicos en aras de acelerar la producción y que no
se contaba con un protocolo de emergencia para dicho tipo de accidente simplemente porque
nadie pensó que fuese posible que se diera.
Forsmark (Suecia), Julio 2006 - Una planta nuclear estuvo cerca de su explosión, dando paso a
múltiples fallas. Después de un cortocircuito fuera de la planta, falló el suministro de electricidad
requerido para la operación del reactor y tuvo que ser cerrado a nivel 1 (2). Pero un gran reactor
nuclear, aún cerrado, sigue requiriendo mucha energía y potencia para enfriar la temperatura del
combustible nuclear y para mantener funcionando los sistemas de control. En este caso, de
cualquier forma, dos de los cuatro generadores de respaldo de diesel fallaron. Lo anterior resultó
en un apagón parcial dentro de la planta en tanto que los operadores batallaban para mantener el
reactor bajo control, además de que varios de los aparatos de medición no funcionaron y las
pantallas de control se quedaron en blanco. Les tomó 22 minutos organizarse para controlar la
situación; si se hubiesen tardado más, una explosión pudiese haber ocurrido. Un ex empleado de
Forsmark, Lars-Olov Höglund, dijo que sin el control de la temperatura, ésta se hubiese elevado
mucho más después de los 30 minutos y el reactor se hubiera dañado. El cuerpo de inspectores
sueco sobre energía nuclear puso un límite de 8 horas en vez de 2. Subsecuentes revisiones
encontraron que también otros reactores suecos padecieron un problema similar que pasó
previamente inadvertido.
Kozlody (Bulgaria), marzo 2006 – En un moderno reactor de agua presurizado, más de un tercio
de las barras de control se atascaron y no se liberaron, lo que significa que en caso de
emergencia no hubiesen podido detener el reactor. Las autoridades se tomaron meses en
reportar el accidente y trataron de minimizar la seriedad del problema. El ex director de la
Autoridad Búlgara sobre Seguridad Nuclear, Goergi Kaschtschiev, dijo que la importancia del
accidente fue similar a manejar un tren a alta velocidad sin frenos que sirvieran.
Shika (Japón), 1999 – Durante una prueba de rutina de los sistemas de seguridad, tres barras de
control del centro del reactor se inhabilitaron y desencadenaron una reacción nuclear sin control.
El sistema de emergencia falló posteriormente y los operadores tuvieron que arreglárselas
manualmente, lo que les tomó 15 minutos. Esto sucedió durante un reabastecimiento y mientras
se abría un contenedor del reactor, dejando las puertas abiertas a una potencial fuga radiactiva. El
accidente se ocultó y se reportó hasta 8 años después ante la reguladora nacional nuclear.
Kashiwazaki-Kariwa (Japón), julio 2007 – Un terremoto que alcanzó los 6.7 grados richter golpeó
la planta nuclear más grande del mundo conformada por 7 grandes reactores nucleares ubicados
en la costa oeste de Japón. Ninguno de los reactores fueron diseñados para soportar un
terremoto de semejantes dimensiones dado que la zona fue declarada libre de fallas tectónicas
mayores y por ende tal movimiento en la escala de richter se consideró imposible. Por lo dañado
de los caminos y de la infraestructura, a los bomberos debió tomarles varias horas el tener la
situación bajo control, y una evacuación masiva de emergencia hubiese sido del todo imposible. El
daño a la planta nuclear de energía acabó con el cierre de la misma a largo plazo y varios de sus
reactores no están en operación al día de hoy.
Nueva generación de reactores nucleares no son seguros aún
Los reactores nucleares debieron pasar por una modernización a partir de Chernobyl, pero la raíz
de la causa en la vulnerabilidad tecnológica hacia los accidentes sigue siendo la misma: fallas
tecnológicas inesperadas, errores del operador, falta de transparencia en la industria en su
conjunto, presión política y económica y potenciales ataques terroristas.
La nueva “tercera generación” de reactores nucleares tiene la intención de ser pasivamente
segura pero ya da señales ser un fiasco. Lo reactores nucleares franceses EPR construidos en
Flamanville 3 (Francia) y Olkiuloto 3 (Finlandia) fueron promovidos como banderas del nuevo boom
nuclear. Sin embargo, a 4 años de la construcción de Olkiuloto 3, la autoridad nuclear finlandesa
ya identificó alrededor de 3,000 defectos en cuanto a calidad y seguridad. Independientemente de
los defectos de construcción, las autoridades reguladoras de energía nuclear en diversos países,
externaron sus inquietudes incluso respecto al anteproyecto de los reactores porque algunos de
ellos pueden incrementar el riesgo de un severo accidente. De igual forma, numerosos problemas
fueron señalados acerca del diseño del nuevo reactor estadunidense AP1000, y no existe todavía
experiencia confiable sobre de su construcción.
Aparte de los problemas de diseño y de construcción, la nueva generación de reactores nucleares
presenta peligros en su seguridad debido a que en caso de un accidente mayor pueden ser
liberados niveles más altos de radioactividad, a causa del tamaño, sin precedente y del mayor
consumo de combustible nuclear, situaciones que se derivan del deseo de mejorar la economía
del reactor.
Notas:
1.- Para mayor referencia ver : www.iaea.org/Publications/Factsheets/English/ines.pdf
2.- Centro de entrenamiento y seguridad nuclear de Suecia:
http://www.analys.se/lankar/Engelsk/Publications/Bkgr1-07%20Forsmark%20Eng.pdf
Más información con Gustavo Ampugnani, coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace México, tel:
5687 9595 ext. 234, email: [email protected]
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Greenpeace es una organización ambientalista, no gubernamental e independiente política y económicamente, pues no recibe donativos ni presiones
de empresas, gobiernos ni partidos políticos. En la campaña de cambio climático y energía, Greenpeace promueve en todo el mundo una revolución
energética que reduzca nuestra dependencia de los combustibles fósiles y mitigue los impactos del calentamiento global e inspira a la ciudadanía
a hacer un uso más racional y eficiente de la energía que emplea en su vida cotidiana.
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