la alienación religiosa (marx)

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LA ALIENACIÓN
RELIGIOSA (MARX)
¿Qué entiende Marx por alienación?
La circunstancia en la que vive toda persona que no es
dueña de sí misma, que no puede ser responsable
última de sus acciones ni de su pensamiento.
Estar alienado significa perder la posibilidad de actuar
como persona, de ser libre y responsable de tus propios
actos.
¿Cómo y por qué se produce la alienación? Para Marx,
varias son las formas de alienarse, de perder el control
de la propia vida y de la voluntad
alineación religiosa,
alineación política,
alineación intelectual, etc..
Pero todas remiten y tienen su causa última en
una:
En la alineación económica.
La cual se produce cuando se da la explotación
del hombre por el propio hombre.
Se da en el trabajo y se refiere al hecho de que
en esta actividad el sujeto productivo sufre una
expoliación o apropiación indebida del producto
de su trabajo por parte de otro.
Para Marx la explotación del hombre por el
hombre no tiene justificación natural pues atenta
contra la propia naturaleza humana.
En la sociedad capitalista la persona es
convertida en objeto, en cosa o mercancía.
La existencia de la propiedad privada es un
privilegio histórico y social que genera
desigualdades y, sobre todo, es un factor de
deshumanización y despersonalización:
convierte al ser humano en objeto o mercancía
de cambio y producción.
Retomando la terminología Kantiana, se toma
al ser humano como ‘medio’ no como ‘fin
último’.
Esta alineación económica se manifiesta,
fundamentalmente, en tres factores:
1) La alineación de la actividad: el ser humano
no vive su actividad como algo que forme parte
de su vida y de su realización personal.
Se trabaja no para uno mismo, sino para
sobrevivir y el trabajo satisface o beneficia al fin
último de ‘otro’, del propietario.
2) La alienación del objeto: El resultado del
trabajo tampoco le pertenece, el objeto que se
produce revierte en ‘otro’, le es ajeno. El ser
humano se convierte en un mero instrumento en
la producción.
La sociedad capitalista no trata a las personas como fines sino
como medios, donde el trabajador es un instrumento para producir
mercancías y se convierte en una mercancía, perdiendo su
condición de persona.
3) La alineación social: al sufrir la explotación
económica, sufre una alienación social que
genera clases sociales, discriminación y
marginación.
Se producen dos grupos o clases sociales antagónicas: la de
los propietarios o clase opresora y la de los proletarios
productores o clase oprimida.
¿Cuáles son Los factores que han favorecido el auge de una
clase dominante y la explotación?
El auge y desarrollo de la burguesía, y
la concentración del capital en unos reducidos
grupos sociales.
Cambios que no hubieran sido posible sin el
respaldo de un sistema ideológico y religioso que
garantizasen y diesen cierta legitimidad y legalidad
a tal organización socio-económica.
Es importante comprender como, al mismo tiempo
que se da una alienación económica, la persona
sufre una alineación religiosa, intelectual e
ideológica
La alienación religiosa
Considera que la religión no es más que la
proyección del ser del hombre en un mundo
ilusorio y en un sujeto trascendente.
Parte Marx del rechazo de la existencia de algo
más allá de la naturaleza material, del mundo
material y de la existencia de Dios y de
cualquier naturaleza trascendente, sea humana
(el espíritu o alma) sea divina.
La alienación religiosa supone que el ser
humano inventa un ser “suprahumano”, Dios, en
quien deposita todas las perfecciones y frente al
cual el hombre es imperfecto, es decir, se rebaja
su naturaleza.
Además, esta invención es un freno al cambio y
a la eliminación de las situaciones de injusticia y
de sufrimiento, al plantear que este mundo es
transitorio y que hay que aceptarlo, depositando
las esperanzas de justicia y felicidad en un
mundo irreal e ilusorio.
La religión es una forma de alineación para el ser
humano por tres razones fundamentales:
1) Porque supone una desvalorización del
propio ser humano.
2) Provoca el conformismo al posponer la
justicia y bienestar a un mundo ficticio.
3) Porque la iglesia y su jerarquía toma
partido por las clases opresoras y no por
las oprimidas.
Supone una desvalorización del propio ser
humano.
La religión es una experiencia de algo irreal e inventado
por el hombre, pero que afirma lo contrario, que Dios creo
al hombre.
Para Marx: El ser humano toma lo que considera mejor de
sí mismo, lo más perfecto o valioso y define su humanidad
(su comprensión, su bondad, su voluntad,..) y lo proyecta
fuera de sí, lo transpone a un ser ideal, a un ser por él
inventado.
Pero, a continuación, se niega a si mismo, se rebaja
como “ente” y rebaja el mundo humano, al mundo
material.
Por ello, supone una perdida de sí mismo, de su ser o
naturaleza.
Provoca el conformismo al posponer la
justicia y bienestar a un mundo ficticio
Al inventar un ser superior, un ser perfecto y una
realidad o mundo ideal, se devalúa o niega valor al
mundo real, el mundo material.
Este es el único mundo dónde, según Marx, el ser
humano puede encontrar su felicidad, puede
cambiar de situación y eliminar las situaciones de
sufrimiento e injusticia.
La religión se convierte en un factor de
inmovilismo y, al evitar o boicotear todo cambio
terrenal remitiéndose al otro mundo para lograr
la salvación, la persona sufre una alineación,
pues no lucha para cambiar sus condiciones de
explotación.
La religión, la iglesia y su jerarquía toma partido por
las clases opresoras y no por las oprimidas.
Toma de partido que justifica la situación de
explotación y exhorta al oprimido a
resignarse y a aceptar el orden social
establecido.
Legitimiza el orden social y presta
justificaciones teológicas al dominio y
explotación de un grupo social sobre otro.
La alienación ideológica
La persona está alienada al aceptar un discurso
intelectual, filosófico y político que no le es
propio, que pertenece a una clase dominante y
opresora, como que el orden social tiene una
justificación natural y racional y que la propiedad
privada no es un privilegio sino un derecho
legitimo y natural, fundado en la racionalidad (El
Liberalismo).
El Estado burgués en el que la soberanía real
del pueblo, el gobierno del pueblo por sí mismo,
es sustituido por la soberanía ‘arbitraria’ del
monarca constitucional y se abandona la
relación política real del pueblo a favor de una
ficticia figura de ‘monarca’ como representante
de la voluntad del pueblo.
Es decir, se produje una alineación de la
voluntad política e ideológica y una perdida de
identidad y de ser de los individuos concretos,
de los seres humanos.
La alienación filosófica
La filosofía es alienante porque, aunque el filósofo
puede desvelar alguna de las acciones
explotadoras que se dan contra el ser humano, en
lugar de reclamar una acción contra éstas, se
limita a trasplantarlas o trasladarlas al mundo de
las ideas y busca una conciliación ilusoria que no
cambia la situación real, el mundo de los hechos.
Para poder superarla hay que invertir los términos
de manera que prime la acción y la práctica sobre
la pura teoría, de ahí la apuesta por la ‘praxis’
CONCLUSIÓN
Para lograr los cambios sociales no basta
con el cambio de la superestructura sino
que, principalmente, hay que cambiar la
estructura económica, el tipo de sistema de
producción y de redistribución de la riqueza,
de volver a hacer que el ser humano sea
dueño de su actividad, de su trabajo y de los
medios de producción.
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