A. 636. XXXVII. Albornoz de Kunzi, Claudia L. c/ Kunzi, Eduardo

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A. 636. XXXVII.
Albornoz de Kunzi, Claudia L. c/ Kunzi, Eduardo Germán s/ incidente de
cese de cuota alimentaria.
Corte Suprema de Justicia de la Nación Buenos Aires, 4 de noviembre de
2003.
Vistos los autos: "Albornoz de Kunzi, Claudia L. c/ Kunzi, Eduardo Germán
s/ incidente de cese de cuota alimentaria".
Considerando:
Que el recurso extraordinario deducido s fs. 107/118 es inadmisible (art. 280
del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación).
Por ello, y habiendo dictaminado el señor Procurador General, se lo
desestima, con costas (art. 68 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación). Notifíquese. CARLOS S.
FAYT - AUGUSTO CESAR BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO
PETRACCHI - ANTONIO BOGGIANO - GUILLERMO A. F. LOPEZ ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ (en disidencia)- JUAN CARLOS
MAQUEDA.
DISIDENCIA DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON ADOLFO
ROBERTO VAZQUEZ Considerando:
1°) Que el Superior Tribunal de la Provincia de Entre Ríos dejó sin efecto la
decisión de la instancia anterior e hizo lugar al incidente de cese de cuota
alimentaria promovido por el actor, respecto de su hija que había alcanzado
la mayoría de edad.
Para así decidir, el órgano juzgador destacó que la cámara aplicó en forma
incorrecta el art. 370 del Código Civil ya que tuvo por probado el estado de
necesidad de la hija mayor del solicitante considerando a priori, que la
circunstancia de cursar la carrera de medicina le impide automáticamente
procurarse los medios para solventarla y subsistir, arribando a una solución
que por infundada es incompatible con las circunstancias del caso.
Asimismo, el vocal doctor Berlari puntualizó en su voto, que la peticionaria
de alimentos no probó que "le faltan los medios para alimentarse, y que no
le es posible adquirirlos con su trabajo", dado que "la importante carga
horaria que tiene como estudiante no acredita por sí sola, la absoluta
imposibilidad de obtener recursos...".
2°) Que contra esta decisión, la incidentada interpone recurso
extraordinario, que fue concedido a fs. 126/127 vta.
3°) Que si bien los agravios articulados remiten al examen de cuestiones de
hecho, prueba y derecho común que en principio resultan ajenas a la vía del
art. 14 de la ley 48, tal circunstancia no constituye óbice para invalidar lo
resuelto cuando, el a quo ha efectuado una exégesis irrazonable de la norma
aplicada, que la desvirtúa y conduce a un apartamiento inequívoco de la
finalidad perseguida por su sanción (Fallos: 310:799).
4°) Que el órgano juzgador analizó de un modo estricto los requisitos
impuestos por el precepto legal para dar nacimiento a la obligación
alimentaria entre parientes, sin reparar en que las particularidades del caso
imponían una interpretación de la norma efectuada con la máxima
prudencia, cuidándose que la inteligencia que se le asigne no lleve a la
pérdida de un derecho y el apego a la letra no desnaturalice la finalidad que
ha inspirado su sanción, con olvido de la efectiva y eficaz realización del
derecho (Fallos: 310:500, 937 y 2456).
5°) Que en el sub lite, la señorita Valeria Kunzi solicitó con fundamento en
el art. 370 del Código Civil, que su padre continuase sosteniéndola
económicamente no obstante haber alcanzado la mayoría de edad, a fin de
proseguir con sus estudios universitarios.
6°) Que el encuadramiento de la cuestión ha sido correcto, dado que la
norma citada que establece la obligación alimentaria entre parientes no sólo
se refiere a las necesidades vitales de conformidad con el art. 372 del código
citado, sino que incluye también las culturales y espirituales.
7°) Que teniendo en cuenta entonces, que lo perseguido por la hija del
incidentista en esta causa no es una cuota alimentaria para subsistir sino a
fin de continuar con su actividad universitaria, cabe afirmar que el requisito
exigido para el pariente que pide alimentos consistente en demostrar que no
le es posible adquirirlos con su trabajo, debía considerase en función de si
ello afectaría sus estudios y buen desenvolvimiento académico.
8°) Que al no reparar en este aspecto, el a quo soslayó abundante prueba
arrimada por la alimentada que daba cuenta de que debió mudarse y alquilar
un departamento en la ciudad de Córdoba a fin de cursar "medicina", carrera
que requiere un alto grado de preparación y esfuerzo, que cuenta con una
importante carga horaria, que ha obtenido muy buenas calificaciones (fs.
41/44), que las cátedras de gran número de materias se desarrollan en
distintos centros médicos y hospitales de la ciudad, lo que implica mayores
gastos e insumo de tiempo (fs. 36/40), etc., todo lo cual demostraba que aún
en el remoto supuesto de que consiguiese un trabajo, esto incidiría en su
objetivo educacional no siéndole factible continuar con la dedicación y los
excelentes resultados obtenidos hasta el momento.
9°) Que por otro lado, el órgano juzgador no ha reparado en que el análisis
de la cuestión imponía respetar la proyección social de la obligación
alimentaria entre parientes y su razón de ser cual es que todos quienes están
ligados por lazos de sangre cumplan con el deber moral de colaborar a
concretar el bien personal de los integrantes de la comunidad familiar.
Asimismo, que no obstante haber cesado la patria potestad, ello no altera
que el vínculo humano más fuerte e indisoluble sea el paterno filial,
resultando absolutamente lógico que la ley vele por que unos deban asistir a
los otros cuando acaezca una situación de necesidad, máxime cuando como
ocurre en este caso la imposibilidad de trabajar es transitoria y obedece a un
fin loable como es el de la hija de forjarse un futuro por medio de la
obtención de un título universitario.
10) Que en último término, cuadra apuntar que si bien es cierto que el
alimentante manifestó en varias oportunidades que se comprometía a
mantener el nivel de ayuda económica hacia su hija (fs. 23 vta., 24 y 86
vta.), también lo es que esbozó con claridad que el gravamen que la decisión
de la cámara le producía era que este comportamiento le fuese impuesto
compulsivamente, lo que pone en evidencia la necesidad que tenía la corte
local de expedirse a fin de dar certeza jurídica a la obligación en cuestión.
11) Que en las condiciones señaladas, las garantías superiores que se dicen
vulneradas guardan nexo directo e inmediato con lo resuelto, por lo que
corresponde invalidarlo (art. 15, ley 48).
Por ello, y oído el señor Procurador General, se declara admisible el recurso
extraordinario y se deja sin efecto la sentencia apelada. Con costas. Vuelvan
los autos al tribunal de origen a fin de que, por medio de quien corresponda,
proceda a dictar un nuevo fallo con arreglo a lo expresado. Notifíquese y
devuélvase. ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.
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