CULTURA IMPUESTA. ¡¡¡Qué ligazón tenemos con el dólar…!!! siempre expectantes de sus avatares. Nos pasa en el sector de la construcción…en una época sirve su cotización en otra no tanto. Ante la incertidumbre que presenta, deberíamos alejarnos de dicha unidad de cuenta. Fue dicho muchas veces. Hoy los promotores privados por unanimidad se quejan de su bajo precio…pero “ayer” también pasaba…y pasará “mañana” a menos que cambiemos… Las altas tasas de inflación de las décadas del 60 y 70 y hasta mediados de los 90 determinaron que los uruguayos buscaran refugio en el dólar escapándose de la moneda nacional… Fue un tema cultural que se fue dando de generación en generación: el dólar era un refugio seguro y predecible y el peso uruguayo, todo lo contrario. Estuvo y está arraigado en la mentalidad de nuestro pueblo. Ello trajo aparejado que los bienes durables, sobre todo de alto valor, fueran expresados en dólares, como mejor alternativa que el peso. Así pasa con los inmuebles. Andando el tiempo, la inflación decreció y comenzó a controlarse (este fenómeno ya lleva muchos años). Es decir la razón por la cual el dólar comenzó a primar en la mente de los uruguayos, se fue desvaneciendo…sin embargo, el billete verde se mantiene absolutamente presente en el comportamiento de los compatriotas. Más del 70% de los depósitos de residentes en bancos de plaza se encuentra nominado en moneda extranjera. El cuestionamiento surge implacable: ¿porqué el dólar nos sigue atrayendo? Las inversiones financieras en pesos han sido más rentables que las inversiones en dólares. Entonces…? Seguramente y aquí viene la percepción equivocada, como para el uruguayo el dólar es la unidad de cuenta que tiene en su mente, se tiende a creer que el riesgo proviene de mantener posiciones en otras monedas. Así USA 10000 siempre serán USA 10000, en cambio si los pasamos a pesos estamos expuestos a que un aumento del tipo de cambio, comience a dilapidar nuestro dinero… Ahora compete razonar: dado que la mayoría de los egresos de nuestros compatriotas son en moneda nacional, es dable pensar que si mantenemos moneda extranjera estamos expuestos a riesgo cambiario, para bien o para mal. Tiene sentido común. También podríamos razonar que lo dicho podría aplicarse solo para los gastos diarios y no precisamente para la compra de un inmueble o de un electrodoméstico, cuyos precios están en dólares. Pero lo concreto es que aunque dichos precios estén en dólares, es un error ahorrar en dólares si pretendemos mantener nuestro poder adquisitivo en términos de estos bienes. Vayamos a los inmuebles. El precio está en dólares y la costumbre no logra sustraernos de esa unidad de cuenta…ahora eso no significa que debamos ahorrar en dólares para adquirirlos. En nuestro país, el precio histórico de las viviendas ha sido mucho más estable si se lo mide en pesos constantes que si se mide en dólares. En buen romance, quien pretenda mantener estable el poder adquisitivo de largo plazo de sus ahorros en términos de vivienda, debería ahorrar en pesos. Si por cultura entendemos la capacidad adquirida de hacer en cada circunstancia lo más adecuado…(así la define Max Scheller), deberíamos cortar con esta práctica ancestral que nos vincula al dólar, que nos aleja de la realidad y muchas veces constriñe nuestro accionar. Esc.Aníbal Durán Hontou