KANT, RESPUESTA A LA PREGUNTA ¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN

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KANT, RESPUESTA A LA PREGUNTA ¿QUÉ ES LA ILUSTRACIÓN?
0. Introducción. Kant invierte totalmente los términos de la metafísica tradicional, cuyo supuesto,
entendido de los más diversas maneras, era la identidad entre ser y conocimiento y toma como
punto de partida de su filosofía no ya el ser, es decir, el objeto del conocimiento, sino la
conciencia o modalidad de conocimiento. No obstante Kant conserva los viejos objetos de la
filosofía, "Dios, mundo y el hombre" como persona, como el ser racional en el mundo. Pero
alumbrándose ahora con una luz totalmente nueva: la luz de la misma razón humana. Por eso, es
derecho inalienable y deber ineludible del hombre informarse acerca de si mismo mediante el
autoanálisis de su razón y percatarse de sus posibilidades y sus límites, para ocupar el puesto que
le corresponde en la creación. (Sus obras críticas)
En sus obras "menores" (póstumas) Kant trató con interés, incluso hoy en día, temas de la
teoría política y su filosofía de la Historia, fundamentado su fe ilustrada en el progreso , así como
sus consideraciones acerca de la paz perpetua. En la obra de Kant, pues, se puede distinguir dos
tipos de filosofía. Una filosofía de escuela, profesional, centrada casi exclusivamente alrededor de
la teoría del conocimiento; y otra, que él llama filosofía mundana, que no es que sea menos
precisa que la anterior, sino que está más comprometida con dos problemas que afectan a la
mayoría de los hombres de la época ilustrada. A este último aspecto responde el artículo
"Respuesta a la pregunta ¿Que es la Ilustración?" publicado en la Revista mensual de Berlín.
1. Resumen del texto. Según Kant, la naturaleza hace tiempo que liberó al hombre en la historia
de una dirección ajena, es decir, de las vinculaciones al medio a través de los instintos, No es más
que la pereza y cobardía de los hombres, el que no hagan un uso correcto de su razón, porque
prefieren atenerse al juicio y a las directrices de autoridades, para no tener que realizar el
"desagradable asunto" de "pensar por sí mismos". La naturaleza dispone al hombre a la razón,
pero no le determina totalmente a ella.
La posibilidad de alcanzar la "mayoría de edad" es ayudada dentro de una libertad de
pensamiento y de publicaciones, esto es, la eliminación de la censura. El proceso público (debates,
publicación) de la ilustración recíproca es no sólo posible, sino inevitable, presupuesta la necesaria
libertad.. Estos procesos para alcanzar la libertad son lentos, de ahí que Kant proponga la reforma
progresiva de la sociedad frente a la revolución.
Kant dice que para esa ilustración no es menester otra cosa que la libertad, la de "hacer un
uso público en todos los sentidos de su razón"; Kant entiende por uso público el uso que hace
alguien de su razón como entendido ante el público lector o la comunidad en general. El uso
privado, en cambio, es el uso que hace una persona en el cargo dentro de una institución del
Estado, como, por ejemplo, los funcionario, los oficiales del ejército o también los sacerdotes.
Pues bien, esta duplicidad de la conducta (uso público de la razón -uso privado de la razón) la
reduce Kant a la fórmula:" ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!".
¿Qué sentido social puede tener esta duplicidad de uso de la razón? Kant distingue entre
una época ilustrada y una época de Ilustración, que es la época en la que se encuentra, así el orden
del Estado, de sus instituciones, queda garantizado. A la vez, se posibilita la discusión racional,
ordenada.
2. Análisis de problemas e ideas.
2.1. La Ilustración como emancipación crítica del individuo. Kant comparte el optimismo de su
época, y no es que Kant piense que la Humanidad haya sido ya conquistada por la razón, sino
únicamente que ya se dan las condiciones históricas para que el hombre se abra definitivamente a
esa conquista. Pero, ¿Quiénes pueden estar interesados en evitar que los hombres salgan de su
rusticidad e ignorancia, en impedir que lleguen a pensar por sí mismos, y cómo podrían conseguir
su propósito?
La respuesta está ya implicitamente contenida en la definición que abre el artículo: si lo
contrario de la Ilustración era allí definido como un dejarse guiar por otros, estos últimos serán
quienes estén interesados en impedir la Ilustración, porque con ella habrán perdido el poder
despótico que ejercen sobre los ignorantes. La ignorancia del pueblo, dice Kant, es la mejor receta
para poder ejercer un despotismo sobre él:Los clérigos, los médicos y los abogados se aprovechan
de la ignorancia de los hombres para ejercer ante ellos como hechiceros capaces de obrar toda
suerte de maravillas..
Pero hay otro impedimento complementario del anterior. No sólo son los poderosos
quienes están interesados en que el pueblo permanezca en la ignorancia, sino que es el mismo
pueblo el que opone resistencia a salirse de ella. La ignorancia crea indolencia: es mucho más
cómodo dejarse guiar por otros que hacer el esfuerzo de pensar por sí mismo.
La libertad de pensamiento y de publicación es la piedra de toque de la verdad objetiva.
La posibilidad de ser comunicada a los demás y de encontrar que todos ellos, únicamente en
cuanto hombres dotados de razón, coinciden en ella. El carácter social de la verdad significa
también que esa verdad sólo puede ser producto de la discusión crítica.
2.2 Intención política de la Ilustración. Aunque parece, por lo anteriormente dicho, que
Kant aboga por una libertad de discusión sin límite alguno, matiza muy concretamente los casos
en que esa libertad puede ser limitada, precisamente en bien de la ilustración. La Iglesia,
Hacienda, y la Organización Militar son tres sectores fundamentales de la sociedad prusiana en los
que Kant se plantea el problema de la relación entre las exigencias libertarias de la Ilustración y el
poder coercitivo del Estado.
La solución que Kant da al conflicto entre libertad y orden coercitivo, en los tres sectores
mencionados, es la de un compromiso. El militar ha de obedecer sin rechistar a sus superiores
cuando esté de servicio; pero puede y debe discutir públicamente, como pensador o científico, los
defectos que encuentre en la organización y el funcionamiento del ejército. (Así ocurriría lo
mismo con el ciudadano que paga a Hacienda y el clérigo que defiende la doctrina oficial de su
religión, pero, en lo privado, pueden clamar libremente sus críticas: "razonad todo lo que queráis
y sobre lo que queráis, pero obedeced".
Kant piensa que el desarrollo moral de la Humanidad sólo puede discurrir en una forma
lenta y dentro de un orden. El ideal republicano de Kant supone que son los mismos ciudadanos,
que es el mismo pueblo quien se da a sí mismo las leyes por las que ha de regirse. Ahora bien,
para poder llegar a la realización de ese ideal es necesario que el pueblo se haya hecho capaz de
regirse a sí mismo. Mientras éste no sea el caso, el poder legislativo ha de permanecer en las
manos del Monarca.
Kant pide una libertad total para discutir públicamente el poder establecido. Pero esa libertad,
otorgada a una sociedad que está todavía en vías de la ilustración, puede ser mal usada por falsos
profetas del pueblo (clérigos, abogados, médicos), así el desarrollo de la Ilustración como cauce
indispensable para la moralización de la sociedad humana, ha de ser impulsado por tanto, para
Kant desde arriba. Es, dice Kant, la "dura cáscara" de un Estado capaz de imponer y conservar el
orden por la fuerza, la que cobija tiernamente el germen precioso de la tendencia humana a pensar
libremente, y le permite así desarrollarse. Kant confía al poder político la doble misión de crear las
condiciones históricas para el pleno desarrollo de la Ilustración y de la transformación moral de
todos los individuos, mediante la garantía de una libertad de pensamiento y de expresión, por un
lado, y mediante la protección por la fuerza contra todo abuso de esa libertad que sea perjudicial
para una sana ilustración.
Kant advierte a los políticos que el impedir la ilustración están cometiendo un crimen
contra la naturaleza humana y justifica al pueblo a la rebelión al tratarle injustamente y al ejercer
una brutal opresión sobre él.
2.3 Incidencia política de la ilustración religiosa. Kant define dos tipos de fe religiosa;
religión de puro culto y la religión moral . Según la primera, Dios puede hacer a un hombre
eternamente feliz sin que éste tenga necesidad de convertirse a una vida mejor desde el punto de
vista moral; Dios puede hacerle eternamente feliz simplemente porque el hombre se lo pida o
realice ciertas acciones rituales. Según la Religión Moral, por el contrario, el hombre únicamente
puede hacerse agradable a Dios mediante una vida buena.
Los creyentes ilustrados son precisamente aquellos que han llegado a convencerse de su fe
religiosa por sí mismos y por el uso de su propia razón, y no guiados puramente por "otros". Los
creyentes "tradicionales" son fruto de "esa debilidad de la naturaleza humana" que es la pereza
comodona que impide la verdadera conversión moral y por tanto, la ilustración que llevaría a ella;
es mucho más fácil hacerse agradable a Dios mediante ritos que no exigen de nosotros un
verdadero cambio de vida, , que mediante el esfuerzo constante por llevar una vida honesta.
El paso de una Religión revelada o histórica a la religión moral o de la Razón es
concebido por Kant como una parte del proceso de la Ilustración en general; lo que viene a
confirmar su tesis de reduccionismo de la Religión a la Moralidad. El reduccionismo de la religión
en moralidad significa para Kant autonomía de la Razón (Ilustración) y, a la vez, disolución de la
Religión en Moral; significa colocar a la Razón como juez último de la verdad religiosa, significa
ilustración religiosa. El hombre no puede fundamentar un precepto moral por ser un mandamiento
divino, sino al revés: sé que algo es un mandamiento divino porque mi razón me lleva a ver que
ese algo es un precepto moral. Sólo podemos dilucidar si una determinada doctrina se puede
aceptar realmente como revelación divina o no, por la comprobación de su coincidencia o no
coincidencia con nuestra razón.
La ilustración religiosa libera al hombre de su comodón y deshonroso sometimiento a
toda una serie de prácticas, culturales puramente externas, y le lanza hacia la verdadera
responsabilidad moral de construir una sociedad libre y justa; por lo tanto la ilustración religiosa
es condición necesaria de al ilustración y de la transformación políticas. Y por lo tanto también,
todo poder opresor estará interesado en controlar ideológicamente a la Religión, con el objetivo de
poder seguir dictando despóticamente al pueblo ignorante lo que tiene que hacer, cómo tiene que
seguir sometiéndose ciegamente a unas estructuras que posibilitan objetivamente la injusticia y la
opresión.
3. Contextualización histórico-ideológica.
Hemos visto que, según Kant, es el individuo en cuanto ser dotado de razón el destinatario
último de la ilustración capaz de asimilarla y de convertirse así en agente transformador de la
sociedad calamitosa en que vive. Ahora, en el marco más amplio de su análisis de la Historia,
vamos a ver cómo Kant se propone encontrar, en medio de un movimiento histórico caótico y
escalofriantemente irracional, el hilo oculto de un desarrollo hacia la consecución de una meta
racional y feliz, hacia la configuración de una sociedad caracterizada tanto por un elevado nivel de
bienestar material como por unas relaciones sociales basadas en la paz y en el respeto a la libertad
de todo individuo y de todo grupo humano. Comenzando por los Griegos, continuando por los
Romanos y los Bárbaros, y acabando por la Europa de su tiempo que había asistido a la
Revolución Francesa y a la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano" por la
Asamblea Nacional, Kant cree poder reconstruir una trayectoria histórica racional y ascendente en
las organizaciones políticas de los pueblos, que apunta hacia el establecimiento de una
"constitución estatal interior y exterior perfecta·. Este es el plan que la naturaleza va realizando en
la historia de la especie humana.
Aunque sentía estima por Rousseau, Kant se movía más bien en las proximidades de
Hobbes, en lo que se refiere al escepticismo respecto al comportamiento humano. Para Kant es el
hombre un ente conflictivo en sí, que vive en antagonismo constante entre las ideas racionales,
que recomiendan el buen comportamiento y la convivencia ordenada con todos los demás
hombres y que no pueden tener más que repercusiones positivas tanto política como moralmente,
y el egoísmo, que resulta del instinto que exige su satisfacción y que impulsa al individuo de
manera asocial a pretender siempre lo mejor y sólo para él mismo. De ahí que el hombre se
comporte agresivamente por egoísmo contra todos los demás y desarrolle una competencia brutal
con ellos, una lucha inexorable de todos contra todos los que , por su parte, quiere lo mismo.
Gracias a esta "insociable sociabilidad" dada por la naturaleza a la especie humana que le
provoca rivalizar y el afán insaciable de poseer o también de dominar, consigue desarrollar los
mejores talentos naturales de la humanidad. El hombre como ente racional quiere la concordia; la
naturaleza, en cambio, lleva a la discordia y da lugar al bien para que el hombre no se atrofie
prematuramente en una vida arcaica, sino que desarrolle realmente sus talentos de una manera
grandiosa a largo plazo y utilizando para ello toda la Tierra.
La naturaleza dispone al hombre a un triple efecto: 1. Disposiciones técnicas. La
naturaleza posibilite que el hombre, haciendo uso de su intelecto, disponga de los medios para
cubrir sus necesidades. 2. Disposiciones pragmáticas El ser humano puede realizarse como un ser
civilizado y producir de este modo todo aquello que no le ha sido dado por la naturaleza.
Fundamenta el desarrollo civil del hombre y se apoya en la utilización humana (coacción)
3.Disposiciones morales: Fundamenta el mundo propiamente humano. El hombre gracias a las
disposiciones anteriores tiene la posibilidad de proponerse fines que no están inscritos en la
naturaleza y que él se da a sí mismo. En el ámbito de esta disposición moral el ser humano toma
conciencia de sus responsabilidades y desarrolla el respeto mutuo . Aquí se constituye como
persona y se caracteriza por la propiedad de la autonomía, debido a la cual nunca puede ser
utilizado como medio, sino que la persona es siempre un fin en sí mismo. La naturaleza, pues,
dispone progresar en el comportamiento guiado por el cumplimiento de los principios morales.
La naturaleza había puesto ya en libertad al hombre cuando le dotó de razón, separándolo
así del paraíso del resto de la vida terrestre, regulado por el instinto. La reconciliación entre la
naturaleza y la historia tiene que convertirse en meta de todas las tendencias progresistas. El
paraíso del comienzo era natural, mientras que el del fin se debe a la razón humana y procede, por
así decirlo, de la continuación de la naturaleza con otros medios.
3.2 Doble progreso cultural: desarrollo económico y paz social. Kant monta el desarrollo de la
cultura humana sobre dos dimensiones: sobre la dimensión del progreso científico-técnico y su
aplicación económica, y sobre la dimensión social de las relaciones de los hombres entre sí. El
progreso en ambas dimensiones es considerado como una conquista paulatina por el hombre de
dos cosas que le son igualmente hostiles: la naturaleza externa y su propia naturaleza.
La dimensión social se desdobla a su vez en dos dimensiones: dimensión de la "legalidad"
y dimensión de la "moralidad". La legalidad de las acciones humanas se refiere puramente a su
vertiente externa, a su conformidad o disconformidad con la ley; mientras que la moralidad se fija
en el motivo que subyace a la acción externa; la acción sólo es moralmente buena si ese motivo es
el cumplimiento mismo de la ley moral.
La irreconciliación entre los hombres y entre los pueblos es el dinamismo que impulsa el
desarrollo técnico y económico; mientras este último no haya alcanzado un grado muy elevado, la
paz social no sólo será posible, sino que incluso sería perjudicial para la especie humana, ya que
impediría su propio desenvolvimiento; pero una vez que el desarrollo económico haya alcanzado
el nivel fabuloso que la economía burguesa del tiempo de Kant dejaba ya prever, el egoísmo
individualista de los hombres y de los pueblos (su insociable sociabilidad) les llevará a la
construcción de un "todo legal", en el que las fuerzas rivales se equilibren entre sí para el bien de
todos. La Naturaleza se sirve astutamente de la sociabilidad insociable para, a través de muchas
guerras y calamidades, de muchas opresiones e injusticias, conducir finalmente la historia humana
hacia la constitución de una sociedad desarrollada técnico-económicamente y plenamente
pacificada desde el punto de vista de la legalidad.
Así como el progreso económico preparaba el progreso legal, así este último prepara a su
vez el progreso moral. Pero aquí ya no es el dinamismo provocado por la insociable sociabilidad,
sino que el dinamismo que permite el progreso moral ha de ser el dinamismo de la ilustración.
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