Carta de Nicaragua

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"La tragedia Latinoamericana es la dictadura económica que padecemos"
El III Encuentro Latinoamericano de Empresarios que sesionó en la ciudad de Managua los
días 17 y 18 de Febrero del año 2000, con la participación de los delegados de ANIT Asociación Nacional de Industriales de Transformación, por México; CIVES - Asociación
Brasileña de empresarios de la ciudadanía, por Brasil; APYME - Asamblea de Pequeños y
Medianos Empresarios por Argentina y el Bloque de Empresarios del Frente Sandinista de
Liberación Nacional, por Nicaragua que en acuerdo con los fundamentos de ALAMPYME se
suma a partir de este momento.
Declaran:
La profundización de las políticas del neoliberalismo y la globalización en América Latina
continúa llevando a la quiebra a decenas de miles de industriales, comerciantes,
agricultores y prestadores de servicios. Mientras los empresarios que aún sobreviven se
encuentran en un verdadero estado de emergencia e indefensión.
El neoliberalismo con su argumentación descalificatoria hacia la participación del Estado,
logró diseñar el escenario perfecto para la concentración y centralización de las riquezas.
Siendo evidente su indiferencia a la barbarie de la exclusión, la marginación y la muerte
social y física de personas y empresas nacionales que son la mayoría de nuestras
sociedades, nos preguntamos si algo queda de verdadera democracia en los gobiernos de
nuestros países transformados en meros administradores de las órdenes del poder
económico.
Considerando:
Que la inmoral deuda externa en América Latina, lejos de bajar, como se prometió con las
privatizaciones, aumento y, siendo impagable, nos ha encadenado a los gobiernos de los
países desarrollados y de los organismos internacionales logrando consolidar, como nunca
antes hasta ahora, nuestra total dependencia.
Que la apertura indiscriminada de las importaciones tiene como único techo la fuerte
recesión en la que viven nuestros pueblos, habiendo desarticulado y descompuesto la
producción interna al punto de que, no solo asistimos al hecho de que las transnacionales y
los países desarrollados concentran el mayor volumen del comercio internacional, sino que
avanzan sobre los productos tradicionales y lo que queda de nuestro sector, sirviéndose de
las PyMES de sus propios países para consumar la destrucción de nuestras industrias.
Que las tasas de financiación de los escasos recursos que se nos destinan son
expropiatorias. Sumado a la abierta política para acabar con lo que queda de banca
nacional y de fomento para que reine la banca usurera y perversa que solo presta al que
más tiene y drena permanentemente la rentabilidad obtenida hacia el exterior.
Que la política tributaria es cada vez mas cómplice de los grandes capitales mientras aplica
al sector MIPyME un literal terrorismo fiscal.
Que, tal como ya se mencionó, los estados nacionales están interesadamente ausentes,
amparados en el pensamiento único y aprovechando su funesta consecuencia de convertir a
muchos de los ciudadanos en sujetos acríticos; en el "bum" de la globalización que, si
ciertamente ha tenido una aceleración por el avance tecnológico, siempre ha existido, así
como siempre ha jugado a favor de los que más tienen y en la protección del mercado que
ha pasado a reemplazar al Estado ya que se nos impone la concepción de que es el
"distribuidor natural y ecuánime de las riquezas".
Concluimos que Latinoamérica padece, encubierta en el digno nombre de la democracia,
una tragedia de magnitud cuyo nombre no es otro que dictadura económica.
Esta condición trágica se encuentra agravada por el hecho de que los tiempos que los
políticos honestos necesitarían para revertir, al menos parcialmente esta situación, son
mucho más largos que los que tienen los empresarios para evitar la ruina de sus unidades
productivas.
POR LO QUE URGE LLEVAR A CABO LAS SIGUIENTES ACCIONES:
Dejar de ser espectadores de nuestra propia extinción y producir el crecimiento de cada
una de nuestras organizaciones, sumando empresarios con compromiso social. Fortalecer y
ampliar nuestras alianzas estratégicas para lograr en nuestros países gobiernos
democráticos participativos.
Promover acciones que presionen a los actuales gobiernos para producir los cambios de
rumbo posibles en el actual estado de cosas.
Finalmente, los países integrantes de ALAMPYME hasta el comienzo de estas deliberaciones,
los hombres y mujeres que representan a Brasil, México y Argentina, saludan la
incorporación de Nicaragua y junto proclamamos que, lejos de la rentabilidad sin límites y
la lujuria del mercado, el centro de nuestras acciones es un desarrollo social sostenible que
privilegie el rápido desarrollo de nuestros mercados internos teniendo por objetivo al
sujeto social más castigado por la globalización, los trabajadores y los marginales que son
el mercado de las MIPyMES. En cualquier lugar que se pretenda un desarrollo sustentado
necesariamente crecerán los productores de nuestro sector.
Anexo Operativo
Divulgar este documento con un criterio amplio a todos los niveles gubernamentales,
gremiales, privados y medios de difusión.
Fortalecer nuestras entidades en cada país.
Fortalecer las relaciones ya establecidas.
Ampliar las mismas a los otros países Latinoamericanos.
Realizar, durante el corriente año, reuniones de trabajo en la región norte y sur del
continente para facilitar la participación de nuevas naciones y agilizar nuestra gestión.
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