UN NUEVO IMPUESTO (ENCUBIERTO) A LOS TRABAJADORES

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UN NUEVO IMPUESTO (ENCUBIERTO) A LOS TRABAJADORES
Antonio Elías (*)
Los trabajadores en general tendrán un ajuste salarial menor al que les
corresponde porque el gobierno nuevamente aplicará, en el mes de
diciembre, un descuento puntual en las tarifas de UTE para generar una
reducción del IPC lo que funcionará en los hechos como un nuevo
impuesto al trabajo.
El porcentaje de ajuste salarial por inflación que reciben los trabajadores
de la Administración Central, según determina la ley, surge de la suma de:
a) el llamado “correctivo” que es la diferencia entre la inflación futura
proyectada por el propio gobierno, a través del Banco Central del
Uruguay, y la variación anual del IPC pasado que calcula el Instituto
Nacional de Estadísticas (INE); b) la inflación futura estimada para el
próximo año. El rango “meta” de inflación futura se ubica entre 3% y 7% y
su punto medio sigue siendo 5% (el rango meta anterior estaba entre 4% y
6%).
El valor de la inflación futura está determinado por el gobierno en forma
discrecional y no está sujeta a ningún tipo de negociación con los
trabajadores. Cuando la inflación futura que se aplica es igual todos los
años (5 por ciento), como sucede desde que se aplica este método el
ajuste anual es igual al IPC pasado.
Ajuste = IPC pasado – inflación futura otorgado el año anterior + inflación
futura del año siguiente = IPC pasado
El año pasado la situación empeoró sustancialmente cuando el gobierno
actuó con medidas políticas “heterodoxas” para que el IPC bajara en el
mes de diciembre de 2012 para dar un aumento menor que la inflación
efectiva del año.
Las medidas adoptadas el año pasado fueron esencialmente dos: la
primera, las negociaciones con los supermercados para que no
aumentaran los precios; la segunda, “sorpresiva” fue una reducción de las
tarifas de energía eléctrica, con el Plan “UTE Premia”. Esta última medida
se desactivó automáticamente en enero, cuando desapareció el
descuento.
El IPC de diciembre de 2012 fue – 0,73 %, provocando que la inflación
anualizada que fue 9,03% de noviembre 2011 a noviembre 2012 cayera a
7,48% para todo el año 2012. Decíamos a principios de este año (“Voces,
07/02/2013) que esa caída puntual de la inflación en diciembre era un
“maquillaje” porque no reflejaba el verdadero nivel de inflación, en tanto
era una caída del IPC que no se podía sostener en el tiempo, en efecto en
enero el IPC fue 1,9 por ciento. Como consecuencia en un solo mes los
trabajadores públicos perdieron el 25% del ajuste por inflación.
Como se observa en el cuadro Nro. 1 la inflación acumulada a octubre es
la mayor de los últimos cinco años y casi duplica el valor de la inflación
futura que utiliza el gobierno.
Cuadro 1. IPC ACUMULADO
ANUAL
Base diciembre 2010=100
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SET
OCT
NOV
DIC
2009
0,79
0,52
1,29
1,25
1,66
2,82
3,84
5,11
5,36
5,35
5,41
5,90
2010
0,93
1,50
2,46
2,64
2,80
3,09
4,21
5,46
5,77
6,45
6,37
6,93
2011
1,25
2,20
3,65
4,00
4,34
4,71
5,50
6,09
6,63
7,39
7,84
8,60
2012
0,74
1,57
2,58
3,42
3,82
4,13
4,41
5,39
6,67
7,89
8,27
7,48
2013
1,90
2,91
3,59
4,05
4,39
4,84
5,65
6,74
8,20
9,09
A la pérdida por la inflación futura en todos los años se le sumó, en 2012,
el “maquillaje” de la inflación anual pasada con una deflación en
diciembre.
Como se observa en el cuadro Nro. 2 la deflación mensual es excepcional,
sólo sucedió cinco meses en los últimos cinco años y nunca tuvo valores
tan altos como en diciembre pasado.
Cuadro 2. IPC VARIACION
MENSUAL
Base diciembre 2010=100
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SET
OCT
NOV
DIC
2009
0,79
-0,27
0,77
-0,04
0,41
1,14
0,99
1,23
0,23
-0,01
0,06
0,47
2010
0,93
0,56
0,95
0,18
0,16
0,28
1,09
1,20
0,30
0,64
-0,08
0,53
2011
1,25
0,94
1,42
0,34
0,33
0,35
0,75
0,56
0,51
0,71
0,42
0,70
2012
0,74
0,83
0,99
0,82
0,39
0,30
0,27
0,93
1,21
1,15
0,35
-0,73
2013
1,90
0,99
0,66
0,45
0,32
0,43
0,77
1,04
1,36
0,82
Para evitar que volvieran a producirse variaciones importantes en el IPC
del último mes del año, con su consiguiente impacto negativo en el
salario, la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado
(COFE) propuso al gobierno en abril la siguiente medida legislativa.
Modificar la metodología para fijar la actualización salarial, corrigiendo el
artículo 4 de la Ley N° 18.719. Al respecto se propuso:
a) que la estimación de la inflación futura se realizara considerando
criterios estadísticos y económicos y no el rango meta de inflación fijada
por el Comité de Coordinación Macroeconómica;
b) que el cálculo de la inflación pasada se realizara midiendo la diferencia
entre los promedios de la inflación anualizada del último trimestre del
período respecto al trimestre previo a la última actualización salarial.”
Dichas medidas no fueron tomadas en cuenta y, ahora el gobierno anuncia
que en diciembre aplicará descuentos en la tarifas de UTE similares a los
del año pasado, más aún, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, dijo
que esto se repetirá en los próximos años. O sea que, nuevamente, se
maquillará el resultado del Índice de Precios al Consumo (IPC) con el
objetivo de reducir los costos salariales a fin de bajar el déficit fiscal.
Estas medidas afectan a todos los trabajadores, tanto públicos como
privados, que en la paramétrica de sus ajustes incluyen el IPC acumulado
a diciembre. Esta medida también afecta a los pasivos por su incidencia
sobre el Índice Medio de Salarios.
El gran “negocio del gobierno” con el maquillaje de la inflación pasada es
la diferencia entre lo que dejan de cobrar los trabajadores U$S 50 millones
y el costo de los descuentos de UTE U$S 16 millones. Según la información
disponible en el Ministerio de Economía y Finanzas el total de
retribuciones pagadas en 2012 en el Sector Público No Financiero fueron
de $ 61.524.- millones. Si esas retribuciones se hubieran actualizado por
un 9,03%, el IPC anualizado a noviembre, su valor hubiera sido $ 67.080
millones, actualizado por 7,48% el valor es de $ 66.126 millones. La
diferencia a favor de las cuentas públicas y en contra de los trabajadores
públicos fue de 954 millones de pesos, equivalentes a 50 millones de
dólares.
Por su parte, la inflación futura arbitrariamente fijada genera pérdidas
muy importantes; si el año pasado, por ejemplo, se hubiera fijado en el 7,5
% la diferencia a favor de las cuentas públicas y en contra de los
trabajadores hubiera sido aproximadamente de 80 millones de dólares.
Para evitar que esto vuelva a ocurrir la COFE propone que: “el gobierno
postergue para el mes de enero la reducción puntual de las tarifas de
UTE y que el Comité de Coordinación Macroeconómica recalcule la meta
de inflación considerando la realidad estadística y económica”.
Si el gobierno continúa adelante con estas medidas por segundo año
consecutivo los trabajadores no recibirán el 100 por ciento de la inflación
pasada, situación que se inscribe, además, en el contexto de una
congelación del salario real de la mayoría de los funcionarios de la
Administración Central que no integran los Ministerios de Defensa e
Interior.
El salario de los trabajadores del Estado sigue siendo una variable de
ajuste de las cuentas públicas, como sucedía en los gobiernos blancos y
colorados. Lo nuevo y paradójico es el doble criterio para aplicar los
impuestos y los subsidios: a los trabajadores se les aplica un impuesto
encubierto que pagan con poder adquisitivo y los gobernantes se
benefician con lo que dejan de pagar por salarios; con el capital la
situación es la inversa, lo que el gobierno deja de recaudar por
exoneraciones y reducciones tributarias se transforma en beneficios del
capital.
A todo esto debe agregarse las pérdidas de poder adquisitivo de salarios y
pasividades generadas por la no aplicación de la Ley 18.910, del 15 de
junio de 2012, la que faculta al Poder Ejecutivo a:
- incrementar el mínimo no imponible del Impuesto a la Renta de las
Personas Física de siete a ocho Base de Prestaciones y Contribuciones (Art.
4), el mínimo actual es de $ 18.185 y podría haber sido de $ 20.784.- ;
- incrementar el tramo exento del Impuesto de Asistencia a la Seguridad
Social en una Base de Prestaciones y Contribuciones (Art. 10);
- reducir en hasta dos puntos porcentuales la tasa del Impuesto al Valor
Agregado (Art. 9).
Extraña situación, lo que los trabajadores conquistaron en el primer
gobierno “progresista” lo están perdiendo en este segundo gobierno que,
como se observa, ni siquiera lleva adelante las leyes que el mismo
impulsó.
(*) Asesor sindical, docente universitario y miembro de la Red de
Economistas de Izquierda del Uruguay.
Publicado en el Semanario “Voces” el 28 de noviembre de 2013
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