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El maíz
y la arriera
Para Empezar a Leer
Para Empezar a Leer
Las chivas
locas
El maíz y la arriera
Emilio Chuayffet Chemor
Secretario de Educación Pública
Alma Carolina Viggiano Austria
Directora General del Consejo Nacional
de Fomento Educativo
Edición
Dirección de Comunicación y Cultura
Versión escrita Mario Aburto Castellanos (El
maíz y la arriera) Rubén Fischer Martínez (Las
chivas locas)
Ilustración Ana Ochoa (El maíz y la
arriera) Adriana Iwasaki Otake (Las
chivas locas)
Primera edición: 1989 Décimo
cuarta reimpresión: 2014
D.R. © CONSEJO NACIONAL DE FOMENTO EDUCATIVO
Av. Insurgentes Sur 421, col. Hipódromo CP 6100,
México, D.F. www.conafe .gob.mx
ISBN 978-968-29-2515-3
IMPRESO EN MÉXICO.
1
El maíz
y la arriera
Autor: Mario Aburto Castellanos
Ilustraciones: Ana Ochoa
Para Empezar a Leer
2
Casi todos conocemos a la hormiga arriera:
cabezona, con patas largas y fuertes y una
cintura muy delgada.
3
Hace mucho, cuando la gente todavía no
conocía el maíz, la arriera era la única que
lo sembraba y, en lugar de ser flaquita, tenía
la forma regorderta de uno de sus granos.
4
En ese tiempo existió Leonel, un hombre que
era más fuerte que los demás y aprovechaba
su fuerza para obligar a los otros a obedecerlo.
5
—¡Me darán todos los alimentos que junten
y yo los repartiré como quiera! —ordenaba,
mientras la gente trabajaba como hormiga
y le obedecía por temor.
6
Leonel vigilaba a las personas cuando
recogían las frutas de los árboles,
atrapaban peces y cazaban animales,
para que no fueran a guardarse nada.
7
Un día que el fortachón estaba atento a otra
cosa, la gente, ya harta, planeó: ”Es muy
fuerte, pero si unimos nuestras fuerzas
acabaremos con su dominio, ¡vamos por él!”.
8
En el campo, Leonel veía cómo una arriera
cargaba granos de maíz hasta su agujero.
9
—¿De dónde has sacado esos granos? —le
preguntó.
—Es un secreto —contestó la hormiga y
siguió con su trabajo.
10
—¡Te ordeno que me lo digas! —le gritó
Leonel.
—Tendrías que hacer algo muy bueno para
que te contara el secreto —contestó la arriera.
11
Leonel enfureció, envolvió a la hormiga
con uno de sus largos cabellos y empezó a
apretarle la cintura mientras gruñía:
—¡Dímelo o no te soltaré!
12
La arriera gritaba de dolor, y estaba casi a
punto de confesar cuando se escucharon
unas voces: —¡Oye, tú, suéltala!, ¡no
dejaremos que abuses de nadie más!
13
Al ver tanta gente inconforme y decidida,
Leonel sintió miedo, soltó a la hormiga y
salió huyendo para nunca más volver.
14
En agradecimiento, la hormiga les reveló el
secreto del cultivo y la cosecha del maíz,
para que tuvieran otra forma de alimentarse.
15
Desde entonces se cultivan las milpas y se
comen tortillas, tamales, gorditas y elotes, y
la hormiga arriera tiene una cintura tan
delgada que parece que se va a partir en dos.
16
FIN
El maíz y la arriera / Las chivas locas
Emilio Chuayffet Chemor
Secretario de Educación Pública
Alma Carolina Viggiano Austria
Directora General del Consejo Nacional
de Fomento Educativo
Edición
Dirección de Comunicación y Cultura
Versión escrita
Mario Aburto Castellanos (El maíz y la arriera)
Rubén Fischer Martínez (Las chivas locas)
Ilustración
Ana Ochoa (El maíz y la arriera)
Adriana Iwasaki Otake (Las chivas locas)
Primera edición: 1989
Decimo cuarta reimpresión: 2014
D.R. © Consejo Nacional de Fomento Educativo
Av. Insurgentes Sur 421, col. Hopódromo
CP 6100, México, D.F.
www.conafe .gob.mx
ISBN 978-968-29-2515-3
Impreso en México.
Esta obra se terminó de imprimir en junio de 2014,
con un tiraje de XXX ejemplares,
en Impresora y Encuadernadora Progreso, S.A. de C.V. (IEPSA),
Calzada San Lorenzo 244, col. Paraje San Juan, CP 09830, México, D.F.
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