Las tendencias humanas: placer, afecto, agresividad

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Las tendencias humanas: placer, afecto, agresividad
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Prof. Bartolomé Yankovic N., abril, 2014
El cerebro es el soporte estructural de las funciones cognitivas de
orden
superior:
inteligencia,
memoria,
pensamiento,
conocimiento,
aprendizaje, lenguaje…
La adquisición de conocimiento está directamente influida por el
sentimiento
de
placer
y
las
vivencias
emocionales
de
afecto
y
agresividad… Todos sabemos que aprendemos con mayor facilidad aquello
que nos produce satisfacción (placer), y que nos es enseñado con afecto y
cariño… o porque lo necesitamos para ganarnos la vida, defendernos o
competir con éxito (agresividad). El placer (satisfacción) se vincula con la
capacidad de aprendizaje.
•
Los biopsicólogos hablan de tres tendencias
que han sido
determinantes en el proceso de hominización y socialización de
nuestra especie: las tendencias al
•
placer,
•
al afecto y la solidaridad,
•
y a la agresividad.
Estas tres tendencias
modificadas por la conciencia (consciente o
inconsciente), permite la amplia diversidad de sentimientos y conductas…
hasta que componemos muchas melodías distintas…
-
La tendencia al placer tiene un papel importante como
móvil de la vida. Damos plenitud al placer cuando somos
bebés con la satisfacción alimentaria y el contacto materno,
luego con la adquisición de conocimiento y el disfrute sensual
a partir de nuestras posibilidades sensoriales o con la
descarga sexual.
-
La tendencia al afecto y la solidaridad ha permitido la
perpetuación de la especie al facilitar la vida humana en
comunidad.
Las
actitudes
de
simpatía,
fruto
de
esta
tendencia, pueden también ser fuente de placer.
-
La agresividad está en el origen de la supervivencia como
defensa contra el medio hostil a lo largo de miles de años; es
el impulso que nos permite explotar y aprovechar la
naturaleza,
que
nos
estimula
para
la
adquisición
de
conocimiento, habilidades y destrezas que mejoren nuestra
forma de vida.
-
La potencia intelectual de los humanos, consecuencia de un
córtex
más
desarrollado,
es
el
gran
modulador
del
aprovechamiento y contención de estas tendencias básicas.
Es decir, la capacidad intelectual, nuestra inteligencia,
nuestra
sociabilidad…
influyen
en
la
forma
en
que
manifestemos estas tendencias.
[Si alguien vive desesperadamente por ganar dinero, a costa de lo
que sea, por ejemplo, pisoteando a la competencia, está actuando con
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una agresividad desbordada: en este caso la agresividad tiene una
expresión perversa, dañina para la persona misma, y para los demás].
-
En
el
córtex
se
almacena
la
memoria
mediante
la
neuroplasticidad y el aprendizaje (lo que percibimos desde
que
nacemos),
se
acumulan
los
mensajes,
recuerdos,
satisfacciones, frustraciones… se establecen de este modo
circuitos bioeléctricos, que van a influenciar la expresión de
las tendencias básicas en nuestra conducta cotidiana. La
capacidad para usar estos recursos cerebrales en forma
eficiente es lo que determina que nos sintamos mejor o peor
en la vida… y que estemos más o menos sanos… contentos,
incómodos, etc.
•
La capacidad afectivo-emocional de la especie humana tiene un
soporte estructural: está en alguna parte del cuerpo… Se encuentra
en la cara interna e inferior de cada hemisferio cerebral, en una
estructura cerebral formada por varios núcleos y multitud de
interconexiones, llamada sistema límbico, que incluye estructuras
que tienen que ver con el afecto y la solidaridad, la agresividad, y
el sentimiento de placer, especialmente sexual.
•
Se puede decir que el sistema límbico está situado en el dentro del
cráneo, cerca de la base del cerebro, tras la nariz. A estas
estructuras hay que añadir una parte del córtex frontal anterior,
cuya
lesión
altera
tanto
la
capacidad
emocional
como
los
sentimientos, e, incluso, las funciones que permiten una eficaz
interrelación social. [¿Recuerda que los operados de los lóbulos
prefrontales = lobotomía, se transformaban en personas sin
emocionalidad, pasivas?]
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•
Repetimos: las emociones y la motivación son funciones cognitivas
o mentales dependientes del sistema límbico y del córtex prefrontal
(lóbulo
frontal
anterior).
La
alteración
de
estas
estructuras
trastorna o modifica la capacidad emocional, la motivación y el
comportamiento. El sistema límbico también tiene una función
importante en el mecanismo de formación de la memoria.
•
Debajo del sistema límbico, en el centro de la base del cerebro, se
encuentran el hipotálamo y la hipófisis, dos centros que regulan el
funcionamiento visceral y hormonal del organismo, y cuyas
conexiones con el sistema límbico aseguran la interrelación entre
las emociones, las hormonas y las vísceras.
[A menudo podemos darnos cuenta como ante una situación de
ansiedad aumentan los movimientos intestinales y debemos acudir al
baño… o que un susto nos acelera el ritmo del corazón o la respiración; o,
por el contrario, que tras una intensa experiencia de placer nos quedamos
tranquilos y relajados: las vísceras, las hormonas y las emociones están
en íntima sincronización]. Algunas enfermedades se atribuyen a un
descontrol emocional… a menudo se dice que tal o cual enfermedad se
debe a los nervios, refiriéndose a la relación que existe entre algunos
trastornos viscerales y el estado emocional de la persona.
El colon irritable es frecuente en personas ansiosas, a menudo
asociado con insomnio… En otros casos puede producirse un desmayo
tras un shock emocional que ha provocado un descenso de la presión
arterial, e incluso, en algún caso un paro cardíaco con muerte súbita… Por
ejemplo, cuando hay terremotos, en los supervivientes que deben
reconocer los cadáveres de algún familiar… aumenta la frecuencia de
muerte súbita por paro cardíaco… Se dice que las personas murieron
como consecuencia de “una fuerte impresión”]
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•
La emoción facilita el aprendizaje. La capacidad emocional ha
tenido un papel importante en el desarrollo de las capacidades
cognitivas humanas, y, en consecuencia, de su potencial
cultural. La experiencia mental de las emociones son los
sentimientos, que percibimos como sensaciones de bienestar,
miedo, alegría, etc.
•
Todas las funciones cognitivas o mentales se corresponden con
la estructura física del cerebro y se alteran cuando la estructura
se daña, y son susceptibles de modificarse por los cambios
químicos que se produzcan en sus circuitos neuronales…
neurotransmisores químicos como la dopamina y la serotonina
tienen relación con algunos trastornos mentales: el exceso de
dopamina produce crisis maníacas y aumento descontrolado de
los movimientos voluntarios; por el contrario, su defecto
(disminución) facilita la aparición de estados depresivos… en los
enfermos
de
Parkinson
hay
deficiencia
de
dopamina.
La
serotonina está relacionada con la gestión de la melancolía;
algunas sustancias que intervienen
en su metabolismo se
utilizan con éxito en el tratamiento de la depresión.
•
Las estructuras mentales no son inamovibles: son susceptibles
de cambios. Mediante la percepción, la experiencia y los
estímulos y la neuroplasticidad podemos modificar las redes
neuronales favoreciendo uno u otro modo de enfrentar la
realidad: a largo de la vida podemos modificar nuestra forma de
entablar una relación o de encarar un problema. Muchos
tratamientos
médicos
y
psicológicos
se
basan
en
estos
principios: en conseguir modificar la manera de enfrentar la
vida.
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