TOMO DEL CINCUENTENARIO. — MEMORIAS 403 Estos cromoblastos en potencia, de cuyo pigmento no precisa el epidermis y que, no obstante el amiboidismo de que gozan, no encogen sus apéndices interepiteliales ni emigran de la capa germinativa, ¿qué papel desempeñan? Aunque la facultad de emigrar de las células mesodérmicas interepiteliales ha sido reconocida por todos los autores y no es dudosa, ya que a ella se debe la situación eventual en que las sorprendemos, parece que sus movimientos no se realizan con rapidez, puesto que en nuestras insistentes pesquisas en piel normal y patológica (1) jamás hemos podido observar su penetración ni su salida • del epidermis en el estado adulto. Del estudio de sus caracteres infiérese que no provienen directamente de los melanoblastos propios del dermis, con los que tienen comunidad de origen. Dichos cromoblastos, que están situados a variable distancia del epidermis (figs. 1, 6 y 7) y a veces inmediatamente subyacentes a él, encierran verdaderas granulaciones de melanina, de la que son, tal vez, los más activos proveedores de las células epiteliales, a juzgar por su abundancia en los negros e individuos morenos y en los casos de melanosis patológica de la piel (enfermedad de Recklinghausen, argirosis, mal bronceado). En la piel del negro, donde KOLLIKER no había logrado ver cromatóforos ramificados, hay en el dermis, según dicho autor, cantidad variable de células pigmentarias pequeñas, redondas, alargadas, que aquí y allá llegan hasta las células más profundas del epidermis y hasta penetran entre ellas. KARG tampoco observó en la piel del negro corpúsculos pigmentarios asteriformes, pero sí ramas intraepidérmicas de las células situadas en el dermis limítrofe; en cambio, en la piel de un blanco trasplantada a un negro observó abundantes cromatóforos ramificados entre las células epiteliales. Con ocasión del estudio de un bello caso de argirosis cutánea, que debemos a la amabilidad del Dr. Marañón, hemos podido apreciar cuan difícil es fallar de una manera definitiva sobre el mecanismo de la pigmentación epidérmica. En dicho caso, que la figura 3 reproduce, además del pigmento metálico de color rojizo existen- (1) Nuestro material procede en gran parte de enfermos operados y está fijado, por consiguiente, en las mejores condiciones.