SUPERINTENDENCIA DE SOCIEDADES

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220-31523, 09 de julio de 2004
Ref: No es viable aportar a una sociedad derechos hereditarios.
Se recibió su comunicación radicada con el número 2004-01-076812, mediante la cual consulta si se pueden aportar
a una sociedad derechos hereditarios a título universal y particular, lo mismo que la nuda propiedad que versen
sobre inmuebles urbanos y rurales y sobre semovientes?.
Para responder el interrogante planteado, sea lo primero recordar que conforme al artículo 673 del Código Civil, la
sucesión por causa de muerte, constituye uno de los modos de adquirir el dominio, en este caso sobre los bienes
que conforman el patrimonio del causante destinado a ser liquidado, que confiere a los herederos un derecho real
de herencia, sobre la comunidad universal integrada por todos los bienes, derechos y obligaciones corporales e
incorporables del causante, regulada en el libro tercero del Código Civil.
Para entrar en materia y teniendo en cuenta los principios que rigen la sucesión por causa de muerte, en punto a
los derechos hereditarios la Superintendencia de Sociedades en oficio SL-19438 del 5 de octubre de 1989, expresó
lo siguiente: " Los derechos herenciales, son aquellos que una o varias personas tienen sobre la masa de bienes
integrada por el activo y pasivo avaluable en dinero o el pasivo y activo patrimonial que deja una persona al morir.
En esa masa de bienes, llamada herencia tienen derecho los asignatarios, o sea quienes de acuerdo con el título
suceden a la persona que ha muerto."
Por su parte, debe tenerse en cuenta que conforme a lo previsto por el artículo 98 del Código de Comercio "Por el
contrato de sociedad dos o más personas se obligan a hacer un aporte en dinero, en trabajo o en otros bienes
apreciables en dinero (se destaca) con el fin de repartirse entre sí las utilidades obtenidas en la empresa o
actividad social."
Acorde con lo anterior el artículo 110 ibidem, ordinal 5º establece que en la escritura de constitución debe
expresarse "El capital social, la parte del mismo que se suscribe y la que se paga por cada asociado en el acto
de constitución".
La primera de las normas citadas que enuncia los elementos esenciales de la sociedad, e incorpora el aporte de
los socios como uno de ellos, cuando establece la obligación que adquieren los participantes de hacer un aporte en
las anotadas circunstancias. Por su parte el ordinal 5º ibidem, incluye como una de las expresiones obligatorias
señalar el capital social.
Deliberadamente y en forma por demás expresa, se ocupa el legislador de establecer la obligatoriedad del aporte en
dinero, industria o en bienes susceptibles de ser valorados en dinero, teniendo en cuenta, entre otras cosas, que la
sociedad mercantil se constituye, en principio, para generar utilidades para sus asociados lo cual presupone que
preceda un aporte que permita el ejercicio de la actividad social y que a su turno se convierta en la garantía que
requieren los acreedores de sus créditos.
En este sentido, el artículo 124 del Código de Comercio, dispone: "los asociados deberán entregar sus aportes en
el lugar, forma y época estipulados. A falta de estipulación, la entrega de bienes muebles se hará en el domicilio
social, tan pronto como la sociedad esté debidamente constituida" (la negrilla no es del texto). Acorde con esta
disposición el artículo 126 señala que el valor de los bienes objeto de aportación debe estimarse en un valor
comercial determinado.
Al respecto el doctor Gabino Pinzón en su obra "Sociedades Comerciales" Volumen l teoría general, página 127 y
134, señala: "Pero debe aclararse, desde luego, que al exigir el código de comercio en su artículo 110-5, que se
exprese como parte del contrato "el capital social, la parte del mismo que se suscribe y la que se paga por cada
asociado en el acto de constitución", legaliza la distinción ente capital social, capital suscrito y capital pagado, que
se había decantado y consolidado ya en las prácticas comerciales del país. El primero, concebido como una cifra que
representa la suma total de los dineros destinados al desarrollo de la empresa social, es apenas una especie de
presupuesto general de inversión en las operaciones sociales, como queda dicho; en este sentido es una suma que
se autoriza desde la constitución de la sociedad, para que sea completada sin necesidad de reformar el contrato, si
ella no se recoge o paga desde el acto mismo de constitución de la sociedad; por eso se habla precisamente en las
leyes y en la doctrina de capital autorizado como de capital social. El capital suscrito es, a su vez, la parte de esa
suma o presupuesto de inversión autorizada por el contrato mismo que los socios se obligan a llevar al fondo social,
en las condiciones estipuladas en el mismo contrato, según la regla general del artículo 124 del Código. Y el capital
pagado, es finalmente la parte del capital suscrito (coincida este o no, con el capital social) que los socios entregan
en el acto mismo en que contraen la obligación de contribuir al desarrollo de la empresa social con una suma
determinada".
Agrega el doctor Pinzón en la misma obra: "Con la aportación se trata, pues, de colocar a la sociedad en condiciones
de utilizar los bienes aportados en desarrollo de los negocios de la sociedad y en la integración de la prenda común
de los acreedores".
De las normas citadas así como de los apartes transcritos se desprende que el capital de las sociedades mercantiles
sea cual fuere su especie, se debe integrar con los aportes en dinero o en otros bienes apreciables en dinero,
que hagan los asociados en los términos que señale el legislador, lo cual de suyo excluye la posibilidad de que se
constituya una sociedad cuyo capital este dividido en partes alícuotas distintas a la estatuidas por el legislador,
como podrían serlo los derechos sucesorales.
Confirma lo expuesto, la disposición del artículo 1401 del Código Civil, cuando dispone que cada asignatario se
reputa haber sucedido inmediata y exclusivamente al difunto, en todos los efectos que le hubieren cabido, y no
haber tenido jamás parte alguna en los otros efectos de la sucesión, y el inciso segundo, cuando agrega que la
venta de alguna cosa que en la partición se adjudique a otro de ellos, debe seguir las reglas de la venta de cosa
ajena; práctica que en materia societaria, conduciría a impedir la integración del capital en la forma y términos
previstos para cada tipo de sociedad, desde luego afectando la existencia del contrato social.
Finalmente, el mismo ejercicio académico realizado para los derechos sucesorales podrá realizarlo con la nuda
propiedad y lo invito a que una vez realizado el estudio correspondiente, formule las inquietudes que de éste surjan.
En cuanto al aporte de los semovientes, su trato corresponde al de los aportes en especie, regulados por la ley
comercial en los artículos 126, 127 y 128 del Código de Comercio.
En los anteriores términos este despacho ha resuelto su consulta la cual produce los efectos previstos en el artículo
25 del Código Contencioso Administrativo.
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