EL ESTOICISMO ANTIGUO

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EL ESTOICISMO ANTIGUO
E
l estoicismo fue una de las escuelas de filosofía que tuvieron más influencia en la
antigüedad y cuya influencia persiste incluso en la actualidad. Tuvo sus orígenes en
Atenas alrededor del año 300 a. c. y resultó ser un movimiento filosófico
especialmente popular en el mundo romano, mientras que más recientemente su
influencia se hizo sentid en pensadores tan diversos como Montaigne, Kant, Nietzsche
y Deleuze. El estoicismo presenta opiniones tan distintas y desafiantes, tanto del
mundo como un todo y del ser humano individual. Concibe el mundo de manera
materialista y determinista como un todo unificado, del que somos una parte del todo.
Presenta al ser humano como un animal completamente racional, para quienes las
emociones violentas son realmente el producto de los errores en el raciocinio. En la
imaginación popular está ahora asociado principalmente con ideas de expresiones
emocionales y resistencia heroica frente a la adversidad. Como veremos, muchas otras
imágenes populares del estoicismo se sustentan en un elemento de verdad combinado
con una distorsión histórica inoportuna.
El objetivo del presente escrito es ofrecer una introducción a la filosofía estoica para
aquellos lectores que se acercan por vez primera al estoicismo; dicha introducción no
supone algún conocimiento de la filosofía antigua ni de filosofía en general. Podría ser
usado por estudiantes de filosofía, de estudios clásicos y otros lectores interesados en
general. Al mismo tiempo queremos hacer una presentación muy general de las ideas
filosóficas centrales del estoicismo, puesto que uno de sus objetivos es introducir al
lector a los diferentes autores antiguos y fuentes que podrían encontrar cuando se
acerquen a investigar con más detalle el estoicismo. La gran variedad de fuentes que
nos ayudarán a reconstruir la filosofía estoica pueden ser asombrosas para el
principiante. Esto, en parte, refleja el hecho de que el trabajo de los primeros estoicos
se ha perdido casi por completo, salvados por fragmentos referidos por otros autores
y resúmenes de sus ideas trasmitidos frecuentemente por sus críticos. En cuanto a los
últimos escritos estoicos del periodo romano –los más famosos fueron Séneca y
Marco Aurelio- han sobrevivido, pero han sido considerados como poco originales y
limitados a la ética práctica. En esta introducción prestaremos atención por igual a lo
que sabemos de los primeros estoicos y los textos sobrevivientes unidos a los últimos
estoicos.
El capítulo I ofrece una introducción a los mismos estoicos antiguos, sus escritos y
otros autores antiguos que han referido algún material sobre la filosofía del
estoicismo antiguo. El capítulo II considera cómo es que los mismos estoicos conciben
la filosofía y cómo estructuran su propio sistema filosófico. Los capítulos III, IV y V
ofrecen una consideración de las doctrinas filosóficas del estoicismo organizadas de
acuerdo con la división estoica del discurso filosófico en tres partes: lógica, física y
ética. El capítulo VI ofrece un breve bosquejo del último impacto del estoicismo en la
1
filosofía occidental. Y al final del texto se ofrece una guía detallada a fin de favorecer
posteriores lecturas del movimiento filosófico.
No podemos no decir que en una introducción de este tipo algunos temas han sido
omitidos y otros tratados de manera muy breve. No ha sido posible discutir la
pertinencia de la interpretación de algunos puntos, y su forma de tratarlos en este
texto aparecerá como algo superficial para aquellos que tienen ya un conocimiento de
las fuentes antiguas y la literatura de la escuela. No afirmamos que la interpretación
que ofrecemos en este texto sea definitiva y es una de las razones por las que
ofrecemos una detallada y completa guía para motivar al lector para que explore otras
consideraciones de la misma filosofía estoica por ellos mismos. Si los lectores están
adecuadamente inspirados para profundizar más el tema entonces el texto habrá
también cumplido satisfactoriamente con su cometido.
Este texto fue escrito durante la permanencia de una Junior Research Fellowship en el
Wolfson College, Oxford, y quisiera expresar mi agradecimiento al Presidente y al
Fellows por haberme recibido en su comunidad. Mucho de este trabajo preparatorio
para texto coincide con mis clases sobre la Filosofía Helenista en el Kings College en
Londres en 2004-5 y quisiera agradecer a mis co-lectores en el curso: M.M. McCabe,
Verity Harte y Peter Gallagher. Quisiera dar las gracias también a Steven Garrard por
todo su trabajo que realizó en favor nuestro, así como a tres lectores anónimos que
nos hicieron comentarios detallados y constructivos sobre el primer escrito. Kate
Williams fue una excelente editora. Como siempre, no habría podido completar el
texto de manera completa sin el respaldo de Dawn.
John Sellars
FUENTES Y ABREVIACIONES
Los siguientes textos son las principales fuentes antiguas del estoicismo, aunque
naturalmente la lista no es de ninguna manera exhaustiva. Sirve también como guía
para las abreviaciones usadas en este texto. Una bibliografía detallada de las ediciones
usadas puede ser encontrada en la Guía para el Lector. Una lista completa de textos
citados en el texto puede ser encontrada en el Índex de los pasajes.
Aetius:
De Placitis Reliquiae, in H., Diels., ed., Doxographi Graeci (Berlín; de Gruyter, [1879]
1965).
Alejandro de Afrodisia:
In Top.=In Topica (Comentario a los Tópicos de Aristóteles)
Mixt.=De Mixtone (Sobre la Mezcla)
Arius Didymus
2
Epitome of Stoic Ethics, citado por los parágrafos de las secciones de Stobaeus,
Anthology, bk 2 ch. 7, printed in Pomeroy’s edition and in Inwood and Gerson’s
Hellenistic Philosophy.
Aulius Gellius
NA= Noctes Atticae (Attic Nights)
Calcidius
In Tim.,= In Timaeus (Comentario al Timeo de Platón).
Cicerón
Acad.,=Academica
Div.,= De Divinationes
Fat.,=De Fato
Fin.,=De Finibus
ND=De natura deorum
Parad.=Paradoxa Stoicorum
Tusc.,=Tusculanae Disputationes
Cleomedes
Cael.,=Caelestia
Diógenes Laercio
DL=Diogenes Laertius
Epicteto
Diss.,= Dissertationes
Ench..,=Enchiridion
Galeno
PHP=De Placitis Hippocratis et Platonis
Hiérocles
El., Eth.,=Elementa Ethica
Marco Aurelio
Med.,=Meditations
Musonius Rufus
Diss.,=Dissertationum a Lucio Degestarum Reliquiae
Plutarco
Mor.,=Moralia, dos de los cuales son citados de manera separada.
Com., Not.,=De communibus Notitiis
St., Rep.,=De Stoicorum Repugnantiis
Séneca
Const.,=De Constantia Sapientis
Ep.,=Epistulae
Ira=De Ira
Ot.=De Otio
Prov.=De providentia
Sexto Empírico
Adv., Math.,=Adversus Mathematicos
Pyrr., Hyp.,=Pyrrhoniae Hypotyposis
Simplicio
In Cael.,= in De Caelo
3
In Cat.,=In Categorias
In Phys.,=In Physica
Stobaeus
Anthologium
Siriano
In Metaph.=In Metaphyisica
Dos abreviaciones han sido usadas como las más usuales antologías de textos estoicos
traducidos al inglés:
IG=B. Inwood & L. P. Gerson, Hellenistic Philosophy: Introductory Readings, 2nd ed.,
(Indianapolis, IN, Hackett, 1997)
LS=A. A. Long & D. N. Sedley, The Hellenistic philosopher (Cambridge University Press,
1987).
CRONOLOGIA
Inevitablemente, algunos de estas fechas son solamente aproximadas; en muchos
casos hemos confiado en los datos sugeridos en la Oxford Classical Dictionary.
BCE
300
262
232
4/1
Zenón de Citium comienza a enseñar en la Painted Stoa en Atenas.
Muere Zenón; Cleantes comienza la segunda etapa del estoicismo.
Crisipo se convierte en el tercer dirigente del estoicismo luego dela
muerte de Cleantes.
Crisipo muere y Zenón de Tarso se convierte en dirigente de la escuela
Diógenes de Babilonia (sucesor de Zenón) presenta a los romanos el
estoicismo durante la conocida visita de la embajada de filósofos
atenienses a Roma.
Antipater sucede a Diógenes en la dirección del estoicismo
Panecio se vuelve el director de la escuela al suceder a Antipater.
Panecio muere y la dirección de la escuela es representada al mismo
tiempo por Mnesarcus y Dardanus.
Cicerón escuchó las clases de Posidonio en Rodas.
Muerte de Posidonio
Suicidio de Cato el joven.
Cicerón escribió una serie de importantes escritos filosóficos (que
constituyen en la actualidad nuestra principal información sobre la
filosofía estoica).
Séneca nació en Córdoba al sur de España.
CE
41
Séneca es exiliado a Córcega por Claudio argumentando adulterio.
207/205
155
152
128
110
78
51
46
45
4
49
50
65
66
71
95
96-116
108
120
130
161
162-76
176
180
200
Séneca es llamado del exilio (un periodo durante el cual compuso sus
primeros escritos sobrevivientes).
Cornutus inicia sus clases en Roma alrededor de este tiempo; entre sus
discípulos se cuenta a Lucan y Persius.
Séneca se compromete al suicidio bajo las órdenes de Cicerón.
Musonius Rufo es desterrado por Nerón a la desolada isla de Gyros.
El Emperador Vespasiano destierra a todos los filósofos de Roma, pero
excepto Musonius Rufus.
El Emperador Domiciano destierra a todos los filósofos, incluido
Epicteto; Epicteto funda su escuela en Nicópolis en Grecia occidental.
Plutarco compone sus escritos polémicos contra los estoicos en este
período.
Arriano escucha e registra las clases de Epicteto alrededor de este
tiempo.
Hiérocles realiza sus actividades académicas por este tiempo.
Muerte de Epicteto
Marco Aurelio se convierte en Emperador
Galeno compuso Sobre las doctrinas de Hipócrates y Platón conservando
material importante sobre la psicología de Crisipo y Posidonio.
Marco Aurelio fundó cuatro cátedras de filosofía en Atenas, incluyendo
uno sobre filosofía estoica y uno sobre filosofía peripatética (más tarde
sustentada por Alejandro de Afrodisias)
Muerte de Marco Aurelio
El estoicismo es aún considerado importante por este tiempo, como
podemos saber por las polémicas de Alejandro de Afrodisias y Sexto
Empírico. Ambos escribieron sus obras por este tiempo.
INTRODUCCIÓN
1. ¿QUÉ ES EL ESTOICISMO?
Estoicismo es una palabra con la que todos estamos familiarizados; el Oxford English
Dictionary cita austeridad, dominio de las emociones y fortaleza como características
de una actitud estoica hacia la vida. Esta imagen popular del estoicismo se desarrolló a
lo largo de cuatro o cinco siglos de tal modo que lectores han encontrado
descripciones de la filosofía estoica hechas por autores clásicos tales como Cicerón,
Séneca y Plutarco. Así como muchas otras concepciones populares, lo que contiene un
elemento de verdad pero, como veremos, es difícil que nos diga toda la verdad.
En la antigüedad el estoicismo se refería a una escuela filosófica fundada por Zenón de
Citium alrededor del año 300 a.C., Esta escuela se reunía de manera informal en la “la
puerta pintada”, una columnata cubierta ubicada al extremo norte del ágora (plaza) de
Atenas, y que fue por eso que los estoicos adquirieron su nombre. Era este un período
de intensa actividad filosófica en Atenas; la Academia de Platón y el Liceo de
Aristóteles tenían aún una fuerte presencia, y en tanto el contemporáneo de Zenón,
5
Epicuro había establecido su propia escuela a las afueras del muro de la ciudad. Otros
filósofos inspirados por el ejemplo de Sócrates –que había muerto alrededor de unos
cien años antes- también florecieron, especialmente los cínicos. Como los cínicos –y en
contraste con aquellos en la Academia, el Liceo y el Jardín de Epicuro- los estoicos
como escuela no poseyeron alguna propiedad formal, sino que se reunían en lugares
públicos en el centro de la ciudad. Zenón atraía una amplia audiencia y después de su
muerte su discípulo Cleantes continuó la tradición. Cleantes mismo fue sucedido por
Crisipo, tradicionalmente celebrado por haber sido el más importante de los primeros
estoicos.
La tradición de enseñar en la Stoa continuó probablemente de alguna manera hasta el
siglo primero antes de Cristo. Por esta época, Roma se había convertido en la fuerza
cultural y política más importante en el mundo antiguo. Los romanos encontraron
que muchas ideas estoicas congeniaban con ellos y el estoicismo floreció dentro del
mundo cultural romano. En el siglo I a. C., Cicerón presenta al mundo de habla latina
un número importante de resúmenes de la filosofía estoica. Los estoicos crecieron en
número durante el siglo I d. C., de Séneca, Lucano y Persius a Musonius Rufus a
Epicteto. El siglo II vio la culminación de la apropiación de estoicismo en el
Emperador Marco Aurelio, que puso su propia marca al estoicismo en sus
Meditaciones.
Como podemos ver, el estoicismo atrajo a individuos de origen en un amplio rango
geográfico y antecedentes culturales: de Diógenes de Babilonia de oriente al Séneca
del sur de España en el occidente; de un ex esclavo Epicteto al Emperador Marco
Aurelio; inmigrantes a Atenas venidos del cercano oriente a miembros de la corte
Imperial de Roma. ¿Qué era lo que les atraía del estoicismo a tan diverso conjunto de
personajes?
Quizá la primera cosa que sea indicada es, como se capta en la imagen popular del
estoicismo, la filosofía estoica no solamente es una serie de afirmaciones filosóficas
sobre la naturaleza del mundo o de lo que podemos conocer o de lo que es verdadero
o falso; es ante todo una actitud o modo de vida. El estoicismo implica complejas
teorías filosóficas de ontología (teoría de lo que existe), epistemología (teoría del
conocimiento) y ética, pero estas teorías se sitúan dentro de una muy particular
concepción de lo que es la filosofía. Siguiendo a Sócrates, los estoicos presentaron la
filosofía como interesada primeramente en el asunto de cómo se debería vivir. Los
estoicos no eran los únicos interesados en este aspecto, sin embargo, lo mismo aplica
para los antiguos epicúreos y los cínicos entre otros. ¿En qué se diferencia el modo de
vida estoica de aquel que proponen las otras antiguas escuelas filosóficas? Aquí
llegamos a las teorías ontológicas, epistemológicas y éticas –teorías que parecen
similares en forma a aquellas propuestas por filósofos modernos- pues la actitud o
modo de vida estoica se construye en estas afirmaciones teóricas. Por supuesto,
examinaremos las tendencias centrales del sistema filosófico estoico en algunos
detalles en los siguientes capítulos, pero en breve los estoicos proponen una ontología
materialista en la que Dios penetra por completo el cosmos como una fuerza material.
Afirman que solamente la virtud es suficiente para la felicidad y que los bienes
6
externos y las circunstancias son irrelevantes (o al menos lejos de ser importante
como mucha gente tiende a suponer). Argumentan que nuestras emociones son
meramente el producto del error de nuestros juicios y pueden ser erradicadas por una
forma de terapia epistémica (cogitativa). Reunieron todas estas doctrinas en la
imagen ideal del sabio estoico que podría ser perfectamente racional, emotivo,
indiferente en esto o sus circunstancias y, tristemente, feliz incluso cuando sea
torturado en el potro.
Aunque el estoicismo había declinado en cuanto a su influencia a principios de siglo III
d. C., su impacto filosófico no había tenido un fin. A pesar de la pérdida de casi todos
los textos de los fundadores del estoicismo en Atenas, la influencia de la escuela
continuó en los filósofos posteriores, la primera vía es la disposición confiable de los
textos latinos de Cicerón y Séneca durante la Edad Media y el Renacimiento, y la
segunda vía la colección de los fragmentos de los primeros estoicos reunidos de una
amplia variedad de antiguos autores que citan sus escritos ahora perdidos o nos
informan de sus opiniones. El estoicismo tuvo una influencia especial durante el siglo
XVI y XVII, y forma una de las numerosas influencias que contribuyeron al importante
desarrollo filosófico durante este período. Filósofos que van de Erasmo, Calvino y
Montaigne a Descartes, Pascal, Malebranche y Leibniz, estaban bien informados sobre
las idas estoicas. Debates durante este período sobre la naturaleza del yo, el poder de
la razón humana, el destino y la voluntad, y las emociones frecuentemente hacen
referencia al estoicismo. Esta influencia tardía del estoicismo ha continuado hasta la
actualidad, y el más notable ejemplo se puede encontrar en los escritos de Michel
Foucault y sus análisis acerca del “cuidado de sí mismo” y “tecnologías del sí mismo”.
Así el estoicismo no fue solamente una de las más populares escuelas de filosofía en la
antigüedad sino también una constante presencia a través de toda la historia del
pensamiento filosófico occidental.
La tarea de explicar el estoicismo como filosofía es compleja por grandes razones. Más
cuando la mayor parte de los primeros textos se han perdido. Por tanto hemos de
confiar en los informes posteriores de autores que frecuentemente son críticos hacia
el estoicismo y algunas veces escriben en climas intelectuales completamente
diferentes. Los textos que tenemos son tardíos, y es algunas veces difícil de
determinar qué tan cuidadosamente reflejan la ortodoxia de los primeros estoicos y
qué tanto encarna desarrollos posteriores. Todo esto puede hacer la tarea
desconcertante para aquellos que son nuevos en el tema. El resto de este capítulo
introductorio está destinado a ayudar a los principiantes en el tema a fin de introducir
las principales figuras en la historia del estoicismo así como el número de aquellos
autores que cualquiera que se acerque por primera vez es probable que encuentre.
Concluye con algunos pensamientos sobre el porqué muchos de los textos de los
primeros estoicos se han perdido, ideas que aunque expresadas de una forma
especulativa son de ayuda para entrar en tema del capítulo 2. Algunos lectores pueden
comenzar con el capítulo 2 si lo desean, puede volver a la información contextual de
este capítulo como y cuando sea necesario.
7
CAPÍTULO PRIMERO
LOS PRINCIPALES ESTOICOS Y SUS ESCRITOS
1.1 ZENÓN DE CITIUM
Zenón, el fundador del estoicismo, nació en el 330 a.C., en la ciudad de Citium en
Chipre. Según la antigua tradición biográfica, Zenón viajó a Atenas en sus primeros
veinte años y a su llegada visitó una librería donde encontró una copia de los
Morabilia de Jenofonte. Mientras miraba el libro Zenón preguntó al librero dónde
podría encontrar a un hombre como Sócrates; y en este momento pasaba el cínico
Crates y el librero le dijo a Zenón “Sigue a ese hombre” (DL 7, 2-3). De este modo la
educación filosófica de Zenón comenzó –con los cínicos.
Los cínicos eran reconocidos por defender una vida de acuerdo con la naturaleza, en
oposición a la vida conformada por las costumbres y conversaciones locales.
Afirmaban que todo lo que está de acuerdo con la naturaleza es necesario, mientras
que aquellas cosas que están en conformidad con la convención son meramente
arbitrarias. Los cínicos argumentan que uno podría centrar toda su atención en
conseguir aquellas cosas necesarias que están de acuerdo con la naturaleza (comida,
agua, refugio y vestido elementales), y no prestar ninguna atención a todo lo que lo
que no es necesario y las reglas arbitrarias, regulación y supuestos de la cultura
particular en la que uno espera encontrarse a sí mismo. Como veremos, la idea de
“vivir de acuerdo con la naturaleza” fue una idea cínica que los estoicos adoptaron y
desarrollaron.
Sin embargo, Zenón no habiendo deseado convertirse en un cínico, buscó explorar
otras discusiones filosóficas que tenían lugar en Atenas por ese tiempo. El mismo nos
informa que estudió Polemo, que entonces era el dirigente de la Academia de Platón,
con quien sin duda alguna tuvo oportunidad de estudiar la filosofía de Platón de
manera detallada. También nos refiere que había estudiado con Stilpon, un miembro
de la escuela de Megára, importante por sus contribuciones a la lógica, que en cuanto a
la ética simpatizaba con los cínicos. La combinación de Stilpon de ética cínica y lógica
megárica allanó el camino para una mezcla semejante en Zenón que se desarrollaría
más tarde dentro del estoicismo.
8
Luego de su amplia y ecléctica educación filosófica Zenón eventualmente comenzó a
enseñar él mismo alrededor del año 300 d. C., En lugar de intentar establecer alguna
escuela formal, Zenón ser reuniría con aquellos que querían escucharlo en uno de los
columnatas cubiertas o Stoa que bordeaban el ágora de Atenas. Su sitio preferido era
la Stoa pintada que estaba al lado norte del ágora. Mientras tanto sus seguidores
fueron llamados “Zenonians”, los cuales rápidamente fueron conocidos como aquellos
que ser reunían en la Stoa: estoicos.
Es común entre los estudiosos que para analizar lo que sabemos de las enseñanzas de
Zenón compararlo con lo que sabemos sobre las doctrinas de sus varios educadores.
Aunque este modo de proceder puede ser de mucha ayuda algunas veces este método
tiene la desafortunada consecuencia de presentar a Zenón como una especie de
charlatán intelectual, tomando ideas de aquí y de allá sin mucha aportación personal
de su parte. Si bien Zenón estuvo sin duda alguna influido por muchos maestros con
los que había estudiado, no hay que descartar sus propias contribuciones filosóficas
en la fundación del estoicismo, ni limitarla a una mera síntesis creativa de doctrinas
para ofrecerse a los seguidores. Con sólo algunos fragmentos que permanecieron de
sus trabajos es difícil evaluar con propiedad su propia contribución, pero de la
evidencia que sobrevive parece claro que la fundación de las doctrinas importantes
del estoicismo en lógica, física y ética fueron en realidad establecidas por el fundador
de la escuela.
El más importante de los trabajos conocidos de Zenón es su República. Este trabajo
sobre utopía política fue muy controvertido en la antigüedad, tanto entre las críticas
hostiles y los apologistas estoicos. Los fragmentos sobrevivientes muestran que
defendía la abolición de los tribunales de justicia, el dinero corriente, el matrimonio y
la educación tradicional. Se nos dice que fue uno de los primeros escritos de Zenón,
escrito cuando estaba bajo la influencia de su mentor cínico Crates (DL 7, 4). 1 Sin
embargo, esto puedo haber sido un movimiento de un apologista estoico tardío,
destinado a distanciar al Zenón maduro del contenido escandaloso de la República
(veremos con más detalle la República de Zenón en el capítulo 5). Los títulos de
algunos de sus escritos conocidos reflejan los temas centrales de la filosofía estoica,
tales como Vivir de acuerdo a la Naturaleza y Sobre las emociones. (DL 7, 4).
Los discípulos de Zenón fueron Perseus, Herillus, Dionisio, Spherus, Aristón y
Cleántes. Los dos últimos parecen ser los más importantes.
1.2 ARISTÓN DE QUÍOS
Aristón de Quíos, discípulo de Zenón, se centró principalmente su atención en temas
de ética, prestando muy poca atención a la lógica y la física. 2 Parece ser él quien
Diógenes Laercio, VII, 4, “Por un cierto tiempo, pues, Zenón fue alumno de Crates; porque en aquel
mismo tiempo escribió la República, algunos bromeaban diciendo que lo había escrito sobre la cola del
perro”.
1
DL, 7, 160, “[…] afirma que el fin es vivir perfectamente indiferente a todo lo que no es ni virtud ni
vicio, no admitiendo ninguna distinción entre cosas indiferentes, sino considerándolas todas iguales.
2
9
rechazó el añadido a la ética estoica la idea de que algunos objetos externos, conocidos
como indiferentes, pueden ser preferibles a otros; por ejemplo, que la riqueza sea
preferible a la pobreza o incluso pensar que estrictamente hablando sean ambos
indiferentes (véase capítulo 5). De este modo quiere mantener una actitud muchos
más austera y cínica, una que se remontaba hasta Sócrates. A la larga se perdió el
argumento, y los conceptos de indiferentes “preferentes” y “no-preferentes” se
convirtió en un elemento estándar de la ética estoica. Y esto sin duda alguna
contribuyó al mayor atractivo de los estoicos, especialmente más tarde cuando se
introdujo en la cultura romana, y así la derrota de Aristón fue probablemente para el
mejor interés del estoicismo. Sin embargo, su postura de inflexible heterodoxia
también se vino abajo entre el público en general en sus días, y sus lecturas son
referidas como siendo especialmente populares (DL, 161).
1.3 CLEANTES DE ASSOS
Cleántes, lo mismo que Zenón antes que él y muchos otros estoicos posteriores,
vinieron a Atenas de oriente, y en su caso de Assos en Turquía. Estudió con Zenón y le
sucedió como dirigente de la escuela, alrededor del 263 a. C., Su principal renombre le
viene de hecho de ser el autor de uno de los textos estoicos más amplios que nos
hayan llegado (aunque a decir verdad no es muy extenso). Este es Himno a Zeus y que
se ha preservado en una antología de materiales compilado siglos más tarde por Juan
Stobaeus. El himno (traducido en LS I y IG II, 21) es de un tono indudablemente
religioso (como el mismo título lo sugiere) y se coloca dentro de lo que extrañamente
podríamos decir que es la física estoica. En realidad, Diógenes Laercio nos dice que
Cleántes tenía poca aptitud para la física (DL 7, 170)3, aunque se nos dice que había
escrito dos volúmenes sobre la física de Zenón y cuatro volúmenes sobre Heráclito.
Los informes tradicionales sobre la física estoica citan con mucha frecuencia a
Heráclito como una fuente importante en la formación de la física estoica, y pudo
haber sido a través de los trabajos de Cleántes que él mismo realizó sobre Heráclito la
marca que dejó el desarrollo de la doctrina estoica.
1.4 CRISIPO DE SOLI
El tercer dirigente del estoicismo en Atenas después de Zenón y Cleántes fue Crisipo
de Soli, una ciudad de Sicilia, en Asia menor. Sucedió a Cleántes como dirigente de la
escuela alrededor de 232 a. C. y murió a la edad de 73 años, alrededor de 205 a.C. La
importancia de Crisipo en el desarrollo de la filosofía estoica esta resumido en una
frase frecuentemente citada por Diógenes Laercio: “Si no hubiese existido Crisipo,
tampoco habría existido ningún estoicismo” (DL 7, 183). Fue especialmente
importante para la continuación del estoicismo debido a sus respuestas a los ataques
Comparando al sabio con el actor consumado que debe asumir la máscara sea la Tersite o de Agmenón
representando los dos roles con una admirable entereza. Eliminó la física y la lígica, sosteniendo que la
primera está por encima de nosotros, la segunda no tiene nada que ver con respecto a nosotros,
solamente la ética es la que nos corresponde”
3
DL, 7, 170, “[…] Era diligente, pero sin aptitudes naturales y excesivamanete lento”
10
los filósofos escépticos de la academia, tales como Arcesilao. Es quizá el más
importante de los primeros estoicos y podría decirse que el más importante de todos
los filósofos estoicos. Su más importante y significativa contribución al desarrollo del
estoicismo fue establecer en un sistema las ideas de sus predecesores, añadiendo su
propia reflexión personal y estableciendo una alta filosofía sistemática, sistema que se
habría convertido en base de un estoicismo ortodoxo. Es, por ejemplo, que solamente
mirando después Crisipo que podemos juzgar a Aristón como un heterodoxo; antes de
Crisipo los asuntos no estaban aún establecidos.
Probablemente fue el más famoso en la antigüedad por su habilidad lógica, pero
también fue reconocido como diestro en todas las partes de la filosofía. Se nos dice
que escribió alrededor de 705 libros, de los cuales existe un sustancial catálogo de sus
libros. Sin embargo, todo lo que sobrevive son fragmentos citados por autores tardíos,
principalmente por Plutarco y Galeno, ambos autores escribieron obras para atacar a
Crisipo. Actualmente existen aún más fragmentos que han sido descubiertos entre los
rollos de papiro desenterrados en Herculaneum, tales como partes de sus escritos
Sobre la Providencia y Cuestiones de lógica. Es probable que existan otros escritos de
Crisipo entre los rollos carbonizados que han sido descubiertos, esperando poder ser
descifrados (Gigante 1995:3).
En siguiente dirigente del estoicismo después de Crisipo fue Zenón de Tarso. Su
sucesor fue Diógenes de Babilonia. Diógenes fue uno de los tres filósofos atenienses
que fueron en una embajada a Roma en 155 a. C., un acontecimiento importante que
favoreció la introducción de la filosofía griega en el mundo romano.
2. EL ESTOICISMO MEDIO
Los anteriores personajes que hemos presentado hasta el momento son conocidos
tradicionalmente como los primeros estoicos. Luego de estos primeros estoicos viene
el estoicismo medio. La validez de esta división ha sido puesta en cuestión por algunos
académicos, y tal vez tengan razón al respecto (véase Sedley 2003), sin embargo la
distinción está bastante bien establecida. Una de las pretendidas características del
estoicismo medios que lo distingue del primer estoicismo es un creciente eclecticismo,
los estoicos recurrieron a materiales filosóficos de otras escuelas antiguas. Con estos
personajes, pues, hemos de preguntar en qué medida puede un filósofo desviarse de la
enseñanza de los primeros estoicos y volver a otras tradiciones filosóficas sobre
ciertos temas mientras que todavía seguía siendo estoicos en un sentido muy
importante.
Quizá el primer estoicos después de Crisipo con quién se plantea la cuestión de la
ortodoxia es Antipater de Tarso, que sucedió a Diógenes Laercio como dirigente de la
escuela. Antipater intentó poner de relieve el fundamento común entre estoicismo y
platonismo. Pero la cuestión del eclecticismo y la ortodoxia se presenta en primer
plano cuando nos topamos con Panecio de Rodas, discípulo de Antipater.
2.1 PANECIO DE RODAS
11
Panecio nació en Rodas alrededor del año 185 a. C. Estudió en primer lugar en
Pergamum y más tarde en Atenas, bajo los estoicos Diógenes de Babilonia y Antipater
de Tarso. Más tarde pasó tiempo en Roma, en el círculo de gente que estaba alrededor
del famoso general romano Escipión el Africano. Se convirtió en dirigente del
estoicismo en 128 a. C., sucediendo a Antipater. Murió alrededor del 110 a. C. La
posterior influencia de Panecio en no poca parte se palpa en Cicerón, que recurrió de
manera extensa a la obra de Panencio De las acciones apropiadas (Peri Kathekonta)
cuando escribió su escrito más importante De Officiis (De los deberes).
Se nos informa que Panecio admiraba tanto a Platón como a Aristóteles. Aunque
permaneció fiel a la doctrina estoica (suficiente como para poder ser dirigente del
estoicismo), hubo algunos puntos doctrinales en los cuales se desvió. Rechaza la
doctrina estoica de la destrucción periódica del mundo, afirmando en cambio su
eternidad (DL 7, 142).4 Puede ser visto como relajar en algo la ética estoica negando
que la virtud es suficiente para poseer la propia felicidad (sugiriendo que los bienes
materiales también son requeridos: DL 7, 128)5, y mover el foco de atención del ideal
del sabio al hombre promedio de las calles (Séneca, Ep., 116, 5).
Sin embargo, a pesar de su heterodoxia en estos puntos y su informada admiración
por Platón, permaneció fiel a la ortodoxia estoica negando la doctrina platónica de la
inmortalidad del alma (Cfr., Cicerón, Tusc., I, 79). Se podría indicar también que
algunos de sus opiniones heterodoxas habían sido adoptadas por otros anteriores
estoicos; Diógenes de Babilonia, por ejemplo, había rechazado la destrucción
periódica del mundo, y que Panecio simplemente siguió una de las principales ideas
de su maestro.
2.2 POSIDONIO DE APAMEA
Posidonio nación en Apamea en Siria alrededor del año 135 a. C., Estudió en Atenas
con Panecio (cuando Panecio murió en 110 a. C., Posidonio habría tenido alrededor de
unos 25 años de edad). En vez de permanecer en Atenas se movió a Rodas y fue allí
donde enseñó filosofía. Esto pudo haber sido la causa de que la dirigencia de la escuela
estoica en Atenas haya pasado juntamente a Mnesarco y Dardanus luego de la muerte
de Panecio). Mientras estuvo en Rodas, Posidionio viajando alrededor del
Mediterráneo, reunió una gran cantidad de materiales culturales y científicos de
mentalidad aristotélica. Su más famoso discípulo probablemente fue Cicerón.
Posidonio murió alrededor de 51 a. C., cuando contaba con alrededor de ochenta años.
Sobre todo, Posidonio fue un erudito, contribuyó no solamente a la filosofía estoica,
DL VII, 142, “[…] Del origen y disolución del cosmos tratan: Zenón en la obra Sobre el Cosmos, Crisipo
en el libro primero de la Física, Posidonio en libro primero Sobre el Cosmos, y Cleántes y Antipater en
décimo libro Sobre el Cosmos. Pero Panecio sostiene la incorruptibilidad del cosmos”
4
DL VII, 128, […] Pero Panecio y Posidonio sostienen además que la virtud no es suficiente, sino que es
necesario también la buena salud, la abundancia de los medios para vivir, y la fuerza”.
5
12
sino también a la historia, geografía, astronomía, meteorología, biología y
antropología.
Panecio y Posidonio se desviaron de algunas de las doctrinas de los primeros estoicos.
Pero esto necesariamente no debe ser visto como una deficiencia. Si hubiesen
aceptado todo lo que se enseñaba en el estoicismo sin pensarlo, entonces habrían sido
más bien discípulos religiosos que filósofos. Parece claro que Cleantes y Crisipo no
fueron ciegos seguidores de Zenón, sino que extendieron y desarrollaron el
pensamiento del fundador en tal modo que reflejan sus propias tendencias filosóficas,
cada uno haciendo su propia contribución individual para el desarrollo de la filosofía
estoica. Si suponemos que estos filósofos estoicos post-Crisipo eran en efecto filósofos
en vez de ser devotos de las palabras de Crisipo, entonces podríamos esperar alguna
desviación de sus doctrinas. Si Posidonio y Panecio merecen el título de filósofos en
absoluto, entonces podríamos esperar de ellos algunas de sus propias conclusiones
filosóficas y en desacuerdo con algunas de las doctrinas de los estoicos anteriores. No
hay nada de inconsistencia en hacer esto mientras al mismo tiempo afirman la
filosofía estoica como la escuela filosófica con que se tiene más simpatía intelectual.
En efecto, si este no fuera el caso entonces la noción completa de escuela filosófica o
tradición correría el riesgo de convertirse en una contradicción en términos.
Podría también indicarse que aunque tanto Panecio como Posidonio muestra
admiración hacia Platón y Aristóteles, esto puede ser menos un reflejo de su personal
eclecticismo sino más bien el reflejo del amplio cambio del clima filosófico del
período. Mientras que los primeros estoicos tuvieron interés en mostrar su
independencia filosófica frente a Platón, pero a fines del siglo segundo a. C., Platón era
considerado como una fuente del estoicismo en vez de ser un adversario filosófico.
Este período también vio un renovado interés por la filosofía de Aristóteles; cada vez
más fue considerado como un filósofo de estatura importante en vez de ser
simplemente considerado como fundador de una escuela competitiva. Como tal,
cualquier aspirante a filosofía tendría que apreciar su pensamiento.
3. LOS ÚLTIMOS ESCRITORES ESTOICOS
El estoicismo de los dos primeros siglos de nuestra era tiene características muy
diferentes al estoicismo de los primeros tres siglos a. C., La razón de este cambio es
simple para el estoicismo de este último período tenemos textos completos que
podemos leer, en vez de tener citas que dependen por haber sido preservadas por
otros autores, frecuentemente hostiles, y de segunda mano que nos informan sobre
sus ideas. Han existido debates académicos sobre la cuestión en qué medida la
filosofía estoica se desarrolla en este periodo. Sobre la opinión tradicional, los últimos
estoicos perdieron su interés en temas técnicos como lógica y física, y poniendo toda
su atención en la ética práctica. Sin embargo, esta impresión puede simplemente
reflejar la naturaleza de los textos que han llegado a nosotros en vez de algún cambio
sustantivo en el interés filosófico. Los autores mejor conocidos son Séneca, Epicteto y
Marco Aurelio, pero también debemos considerar como figuras menores a Cornutus y
Musonius Rufus, así como a Hierócles y Cleomedes.
13
3.1 SÉNECA
Séneca es el primer estoico del que tenemos una considerable literatura que nos ha
llegado; en efecto su corpus es la más grande colección de textos sobrevivientes para
cualquier estoico. Cuando se tiene en mente que el siguiente corpus más amplio de
escritos, los de Epicteto, probablemente escritos por discípulo Arriano, y que las
Meditaciones de Marco Aurelio tiene alguna característica peculiar que las hace muy
diferentes de cualquier otro texto, entonces los trabajos filosóficos de Séneca toman
una importancia adicional. Si queremos leer a un autor estoico directamente entonces
debemos volver a Séneca como el más importante autor estoico cuyos trabajos han
sobrevivido.
Desgraciadamente la reputación de Séneca no ha sido bien apreciada. Por una parte,
ha sido acusado a través de los años como un hipócrita, derivado de la aparente
incongruencia entre sus más altos preceptos morales y algunos detalles de su vida
(incluyendo su rol como tutor del tirano emperador Nerón). Por otra parte, sus
escritos morales frecuentemente han sido marginados en el estudio de la filosofía
antigua (aunque en la actualidad esto ha cambiado), debido a que no alcanzan el
mismo rigor teórico que encontramos en Platón y Aristóteles. También ha sido
acusado de eclecticismo (Rist, 1989), con la complicidad que puede incluso no ser una
buena fuente para la información del estoicismo ortodoxo. Pero podría ser un error
juzgar a Séneca solamente en términos de su permanencia fiel a las enseñanzas de los
primeros estoicos. Uno podría también tener en mente que históricamente Séneca ha
sido una fuente clave para la última generación de lectores y ha sido un personaje
central en la conformación de la imagen del estoicismo en occidente. En parte esto se
debió a la existencia de una serie de cartas entre Séneca y san Pablo que fueron
tenidas como genuinas (aunque en la actualidad son tenidas como falsas) y de este
modo los Padres de la Iglesia, lectores medievales y los humanistas del Renacimiento
se acercaron a Séneca como un filósofo pagano cuyos trabajos estaban en simpatía (o
al menos no en un conflicto directo) con el cristianismo.
De los escritos filosóficos sobrevivientes de Séneca incluye una serie de Epístolas
morales, dirigidas a Lucilio, que trata de una manera muy amplia una gama de temas
filosóficos, y una serie de Diálogos. Los Diálogos están de hecho muy cercanos a lo que
podríamos llamar ensayos en su forma literaria. Tales son: Sobre la Providencia, De la
constancia del sabio, De la Ira, Consolación a Marcia, De la vida feliz, Del Ocio, De la
tranquilidad del alma, De la brevedad de la vida, La consolación a Polibio y la
Consolación a Helvia a su madre. Además de estos, existen también extensos trabajos
de prosa que tratan de temas éticos dentro del contexto del liderazgo político: De los
beneficios, De la clemencia. También sobreviven estudios sobre cuestiones de física y
meteorología, Cuestiones naturales.
Fuera de estos escritos en prosa, Séneca escribió una serie de tragedias que tuvieron
una grande influencia en la literatura posterior, cuyo contenido ha sido tomado por
algunos como reflejo de su filosofía (Rosenmeyer 1989). También compuso una sátira
sobre la deificación del Emperador Claudio, titulada Apocolocyntosis.
14
3.2 CORNUTUS
Lucio Anneo Cornutus tiene alguna conexión con Séneca, tal vez por algún tiempo fue
su esclavo familiar. Nació alrededor del año 20 d. C., comenzó a enseñar filosofía y
retórica en Roma alrededor del año 50 d. C., Entre sus discípulos se encuentran el
poeta Lucano (sobrino de Séneca) y Perseo, cuyas sátiras dice haber editado después
de la muerte de éste. Como muchos de los estoicos romanos de este periodo, fue
exiliado en un momento dado, pero no se sabe si regresó a Roma.
Cornutus es mejor conocido como el autor de la Introducción a la teología griega, una
consideración alegórica de la mitología tradicional griega. Escribió también un trabajo
(actualmente perdido) sobre la lógica aristotélica y su interpretación de uno de los
primeros estoicos llamado Athenodorus.
3.3 MUSONIUS RUFUS
Musonius Rufus fue un etrusco y probablemente nació antes del año 30 d. C., Como
miembro del orden de caballería era miembro de la alta clase social, y su vida como
maestro de la filosofía estoica durante un volátil período político que estuvo marcada
por el destierro y el exilio en un buen número de ocasiones. Fue exiliado a Siria por
dos años por Nerón, y a su regreso fue más tarde desterrado a una isla aislada. Cuando
Vespasiano desterró a los filósofos de Roma en el año 71 d.C. Musonius no fue
obligado a dejarla, pero más tarde fue desterrado por el mismo emperador por
razones desconocidas. Cuando volvió a Roma enseñó filosofía y fue en allí donde
Epicteto debió haber escuchado sus clases. Aunque no tenemos una fecha precisa de
su muerte, se piensa que murió el año 100 d. C., Algunos datos sobre su vida se puede
encontrar en los trabajos de Tácito y Filostrato.
La evidencia literaria referente a Musonius Rufus es de dos grupos: el primero es una
serie de lecturas preservadas por Stobaeus que probablemente son notas tomadas de
sus clases por uno de sus estudiantes (Lucius); el segundo una colección de anécdotas
y dichos reunidos de los escritos de Stobaeus, Epicteto, Aulius Gellios y otros. Parece
que todos estos testimonios se derivan de las enseñanzas orales de Musonius en vez
de algún escrito formal que haya elegido publicar. Como Sócrates antes que él y
después Epicteto, parece que Musonius no eligió escribir nada.
Aunque hay algunos temas interesantes desarrollados en textos relativamente cortos
que sobreviven, incluyendo una importante discusión sobre la igualdad de género, es
de un significado real de Musonius como maestro. Su más famosos discípulo es
Epicteto, y sin más información sobre Musonius es difícil decir precisamente qué tanta
fue la influencia de las ideas de Musonius y el método que dieron forma a la filosofía
de Epicteto. Además de Epicteto, también fueron discípulos de Musonius el orador
Dión Crisóstomo y el estoico Eufrates de Tiro. Su reputación en la antigüedad fue
considerable y académicos modernos lo han denominado como el “Sócrates romano”.
Su estatus como sabio estoico (aunque quizá no es sentido técnico) combinado con su
influencia como maestro de Epicteto, Eufrates, Dión y otros ha conducido a algunos a
pensar que sus significación fue tan grande que debería ser tratado como un tercer
15
fundador del estoicismo, luego de Zenón y Crisipo (Arnold 1911: 117). El contenido de
la poca literatura que permanece puede tales pueden hacer pensar en una
reivindicación de tipo escéptico, sin embargo es claro que Musonius gozó de una alta
reputación de sabio en la antigüedad. A través de su influencia sobre Epicteto, y más
tarde su influencia en Marco Aurelio, Musonius en efecto se encuentra como el
iniciador de una nueva dinastía en la tradición estoica en los dos primeros siglos
después de Cristo.
3.4 EPICTETO
Con mucho el más importante filósofo estoico que aparece en la estela de Musonius es
Epicteto. Nacido alrededor del año 50 d. C. en Asía Menor, comienza su vida como un
esclavo y entró al servicio de un romano de clase alta, Epafrodito, secretario del
Emperador Nerón y Domiciano. Epicteto sin duda alguna habría estado en el centro de
Roma y tuvo alguna experiencia de la corte Imperial. Mientras tanto siendo esclavo en
Roma le fue permitido escuchar las clases de Musonius Rufus, y más tarde le fue
concedida su libertad. Parece razonable suponer que Epicteto comenzó su propia
carrera de maestro en Roma, quizá protegido por Musonius. Sin embargo no
permaneció en Roma por mucho tiempo; en 95 d. C., Domiciano desterró a todos los
filósofos de Italia, precisamente como un acto en la amplia persecución política que
realizó contra sus críticos. De este modo Epicteto se movió a Nicópolis en la costa
occidental de Grecia, y fue allí donde estableció la escuela donde las clases que han
llegado a nosotros fueron tenidas. Murió alrededor del 130 a. C., Parece que muchas
figuras, incluyendo al emperador Adriano, vinieron a visitarlo a Nicópolis, debido
precisamente a su creciente reputación (existe un diálogo entre Epicteto y Adriano,
desafortunadamente, sin duda alguna falsa).
Dos textos asociados con Epicteto han llegado a nosotros: los Discursos y el Manual.
Una cosa que surge de manera inmediata en estos escritos es la admiración de
Epicteto por Sócrates, el modelo filosófico fundamental. Y como Sócrates, en la medida
en que lo sabemos, Epicteto no escribió nada para su publicación. Los textos que
tenemos no son del mismo Epicteto sino que se afirma generalmente que son
informes de sus clases hechos por uno de sus discípulos. El discípulo en cuestión es
Arriano, también conocido por la historia de las campañas de Alejandro Magno. En el
prefacio a los Discursos Arriano afirma que lo escribió es lo mejor que por capacidad y
memoria es lo que palabra por palabra pudo escuchar de las lecciones de Epicteto. Por
lo tanto se disculpa de su estilo de escribir. En efecto, los Discursos son muy diferentes
en estilo comparados con otros escritos de Arriano, escritos en un estilo menos
literario y con un lenguaje más común (la koiné o griego común del Nuevo
Testamento). Aunque no podemos dudar de la sinceridad de Arriano sobre este punto,
indudablemente es inevitable que lo que nos ha conservado es solamente una
consideración parcial tanto de lo que en realidad Epicteto enseñó y lo que buscaba en
sus lecciones.
16
En la actualidad existen cuatro libros de los Discursos. Fuentes antiguas tardías
mencionan los escritos de Epicteto en ocho y doce libros, y Aulio Gelio conserva un
fragmento del libro 5 de los Discursos, sin duda alguna, pues, no tenemos todo lo que
Arriano escribió de las lecciones de Epicteto. El Manuel fue reunido por Arriano, según
un testimonio del neoplatónico Simplicio en su comentario al mismo. En efecto es un
compendio de los Discursos, es una destilación de sus temas importantes. En este caso,
el juicio y la selección de Arriano son obviamente importantes en la formación del
carácter y contenido del escrito (considerar la diferencia dramática que podría
resultar si un número de personas pregunta por la razón de seleccionar una serie de
pasajes claves de la Ética a Nicómaco de Aristóteles). Sin embargo el resultado es un
resumen importante de la filosofía práctica estoica, y abriendo el capítulo captura
perfectamente la esencia de la filosofía de Epicteto como la conocemos: “De las cosas,
algunas dependen de nosotros, y algunas no dependen de nosotros. Dependen de
nosotros la opinión, deseo, aversión y, en una palabra, todas nuestras acciones. No
dependen de nosotros nuestro cuerpo, posesiones, reputaciones, oficios y, en una
palabra, todo lo que no son nuestras acciones” (Ench., I, 1).
La clave de la felicidad, sostiene Epicteto, es analizar continuamente nuestra
experiencia del mundo en términos de esta división entre lo que “depende de
nosotros” y lo que “no depende de nosotros”. Al menos toda miseria humana, sostiene,
es el resultado de que las personas no entienden la naturaleza y el significado de la
división, asumiendo la idea de que tienen el control de cosas que no dependen de
ellos, de fundamentar sus felicidad sobre cosas externas “que no dependen de
nosotros” y haciéndose altamente vulnerables a las vicisitudes de la fortuna. En
cambio, deberíamos fundamentar nuestra felicidad en aquellas cosas que “dependen
de nosotros”, sobre aquellas cosas que no nos pueden ser quitadas. Si hacemos esto,
nuestra felicidad sería literalmente inalterable.
3.5 MARCO AURELIO
El emperador romano Marco Aurelio (121-180 d. C.) fue un gran estudioso y
admirador de la filosofía de Epicteto que se encuentra presente en los Discursos, una
copia que tomó prestada de sus propios maestros. De este modo puede ser tenido
como parte de la tradición fundada por Musonius. Pero Marco Aurelio no podría ser
muy diferente ni de Musonius o Epicteto.
El emperador no fue evidentemente un maestro de filosofía ni un sabio de tiempo
completo en las plazas públicas. Sin embargo los textos que han llegado hasta
nosotros bajo el título de Meditaciones, encontramos algo que claramente ha
consumido mucho tiempo en la especulación filosófica. Marco trata una variedad de
temas en un modo no-técnico en los textos ni fue concebido para tener una amplia
circulación, como usualmente se presupone, pero escrito quizá con alguna vista hacia
la posteridad. Quizá uno de los temas dominantes es la relación entre el individuo y el
cosmos. He aquí solamente un ejemplo: “El tiempo de la vida humana, un punto; su
sustancia, fluyente; su sensación, turbia; la composición del conjunto del cuerpo,
fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su
17
fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; un
sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la
fama póstuma, olvido” (II, 17). Hay otros pasajes semejantes como estos en las
Meditaciones y para algunos lectores ello puede parecer exactamente repetitivo. Pero
esto en parte refleja quizá su rol como notas filosóficas e ideas en las que Marco
Aurelio está trabajando consigo mismo, viniendo sobre el mismo tema una y otra vez
en orden a ayudarse a sí mismo digiriendo las ideas con las que está reflexionando.
3.6 HIERÓCLES Y CLEOMEDES
Los escritos de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio habían estado en amplia circulación
desde el renacimiento (y Séneca fue relativamente bien conocido en Occidente incluso
mucho antes, durante la Edad Media). Recientes investigadores han puesto a la luz dos
textos dos estoicos poco conocidos: Hierócles y Cleomedes.
Poco conocemos de Hierócles. Es mencionado por Aulo Gelio y algunos textos
atribuidos a él se conservan en la antología de Stobeo. Probablemente vivió alrededor
del siglo II d. C., Sin embargo, es importante como autor de un escrito titulado
Elementos de Ética (Elementa Ethica), descubierto en un papiro encontrado en Egipto,
y publicado por primera vez en 1906. Este texto ofrece una muy interesante y valiosa
consideración sobre la fundamentación de la ética estoica. Es también importante en
cuanto toma la forma de un tratado escolar, en contraste con los escritos populares de
moral de Séneca y Epicteto, y ofrece una visión de lo que los numerosos tratados
éticos estoicos pudo haber tenido frente a sí. Es “lo más parecido a un libro de texto no
contaminado o una serie de lecciones sobre la corriente principal de un filósofo
estoico” (Long 1993: 94).
Cleomedes es incluso mucho menos conocido, es autor de un texto de cosmología
estoica titulado Caelestia. Este texto permaneció en la antigüedad y fue trasmitido a
través de un manuscrito, pero desafortunadamente ninguna otra información
permanece sobre Cleomedes en alguna otra fuente sobre él. Generalmente se ha
pensado que vivió en el primero o segundo siglo después de Cristo, aunque no
contamos con ninguna firme evidencia, pudo haber vivido más tarde. El tratado es
sobre astronomía y cosmología (su carácter científico puede ayudarnos a explicar el
porqué de su permanencia) y exhibe la influencia de Posidonio. Representa, al lado de
las Cuestiones naturales de Séneca, como un raro ejemplo de un amplio texto estoico
que se refiere a cuestiones de física. Su existencia muestra también las hipótesis
tradicionales que los estoicos en los primeros siglos de nuestra era estaban
preocupados únicamente de cuestiones éticas.
Recientes investigaciones tanto de Hiérocles como de Cleomedes han hecho mucho
para modificar la opinión tradicional de los últimos estoicos. En esta visión la moral
popular de Séneca, Musonius y Epicteto, al lado de las notas divagantes de Marco
Aurelio, que ilustraría meramente una escuela en decadencia, dejando de lado los
intereses temáticos de lógica y física, ya no innovadores, ya no plenamente
conscientes de la teoría ortodoxa estoica y contentos de recurrir a otras escuelas de
una manera no sistemática. Los tratados de Hiérocles y Cleomedes nos ofrecen
18
vislumbrar una tradición continua en la escuela que pone atención a la ética estoica y
la teoría física. Sin embargo, recientes investigaciones sobre Epicteto ha señalado la
atención en sus intereses sobre lógica y otros aspectos del currículo tradicional de la
filosofía estoica (Barnes, 1997). Los investigadores son cada vez más sensibles a la
naturaleza parcial de la información sobre Musonius y Epicteto, que bien pudieron
haber participado en cuestiones teóricas que van más allá del aula sobre cuestiones
de la temática del currículo estoico. Sabemos por testimonio de Plutarco y Galeno, así
como de Epicteto mismo, que los tratados de Crisipo estaban en circulación y fueron
leídos a lo largo de los siglos primero y segundo de nuestra era. Cuando leemos el
último estoicismo preocupado por cuestiones éticas, entonces, no deberíamos leerlos
de manera aislada sino como escritos dentro de un contexto y leídos como tal en el
conjunto del sistema filosófico de los primeros estoicos.
4. OTRAS FUENTES
Aunque estos textos de los últimos estoicos son fuentes valiosas para la filosofía
estoica, para la información sobre las ideas de los primeros estoicos es necesario
confiar en las informaciones y citas que nos dan otros autores, autores que
frecuentemente son críticos de la filosofía estoica. Cualquier estudio sobre filosofía
estoica inevitablemente se encontrará con los escritos (o pasajes entresacados de
estos mismos escritos) de los siguientes autores antiguos. Es importante conocer algo
sobre estos autores y su propia tendencia filosófica en orden a considerar su
información en el contexto del estoicismo.
4.1 CICERÓN
Una de las primeras informaciones sobre la filosofía estoica que sobrevive es la de
Cicerón, que se ubica en el primer siglo a. C. (e incluso más antigua que la de Séneca).
Marco Tulio Cicerón (103-43 a. C.) fue un político romano con un pasado aristocrático.
Como tal fue educado en sus primeros años en filosofía y retórica griega. Estudio en
Atenas y Rodas, escuchando las lecciones de Posidonio. Es un autor prodigioso,
escribió una gran cantidad de Discursos, Cartas y escritos de retórica así como un
corpus filosófico importante.
De sus escritos filosóficos los siguientes contienen una buena y valiosa cantidad de
ideas estoicas: Academica, De Divinatione, De Officiis, De Finibus bonorum et malorum,
De Fato, De Natura deorum, Paradoxa stoicorum, Tusculanae Disputationes. De manera
extraordinaria, muchos de estos trabajos fueron escritos hacia el final de la vida de
Cicerón (44-45 a. C.). En conjunto formas una de las primeras y más importantes
fuentes para la filosofía estoica.
Investigadores en el siglo XIX eran frecuentemente indiferentes a Cicerón como un
escritor filosófico, entresacaban de sus escritos fragmentos de los primeros
pensadores griegos aunque prestaban muy poca atención al mismo Cicerón. Sin
embargo Cicerón estuvo familiarizado con los principales filósofos de su tiempo y hay
muy poca duda de que era una persona dotada de mentalidad filosófica. Sus escritos
filosóficos, incluso cuando son primeramente fuentes de información sobre el
19
estoicismo, merecen ser leídos como ensayos coherentes y bien elaborados en vez de
ser considerados como un compendio de opiniones de otros personajes.
La propia postura de Cicerón fue Académica (es decir, escéptica), pero también se
inclinó hacia un cierto eclecticismo. Aunque ciertamente rechaza la epistemología
estoica, en algunos lugares aprueba la ética estoica, o al menos admira el ideal ético
estoico. No siendo él mismo un estoico, es un observador bien informado y que
muestra cierta simpatía con algunos puntos de dicha filosofía.
4.2 PLUTARCO
Plutarco de Chaerone (50-120 d. C.), famoso por sus Vidas Paralelas de eminentes
griegos y romanos, también escribió un corpus sustancial de obras filosóficas, ahora
reunidos bajo el título colectivo de Moralia. Plutarco fue un platónico y, en
comparación con Cicerón, fue ampliamente hostil a los estoicos. A lo largo de la
Moralia los estoicos frecuentemente son mencionados, pero en dos escritos en
particular Plutarco centró su atención en los estoicos. Éstos son De stoicorum
repugnantiis y De communibus notitiis adversus stoicos. En estos dos ensayos Plutarco
dedica su esfuerzo en mostrar los problemas y contradicciones inherentes en la
filosofía estoica, especialmente en Crisipo. Por tanto, Plutarco irónicamente se ha
convertido en uno de los principales informantes de citas directas de Crisipo, y una
fuente importante para el conocimiento de la filosofía de los primeros estoicos. Hay un
tercer ensayo de Plutarco sobre los estoicos Compendium argumenti stoicos
absurdiora poetis dicere, pero es muy corto y de mucho menos importancia.
4.3 GALENO
Otra fuente importante para citas directas de Crisipo es Galeno de Pergamm (129-199
d. C.), el prolijo y más importante autor de escritos médicos. Galeno escribió obras que
tratan de la filosofía estoica –un comentario a Primera silogística de Crisipo y un libro
sobre Epicteto entre otras- todas las cuales desafortunadamente se perdieron. Sin
embargo, entre sus escritos que han sobrevivido hay dos textos que tienen especial
importancia para el estudio de la filosofía estoica.
El primero es De placita Hippocratis et Platonis. Esta obra es un estudio detallado
sobre la fisiología y psicología que intenta combinar las teorías médicas antiguas que
colocan el alma en el cerebro y aquella de la psicología tripartita de Platón. En el
desarrollo de su intención critica tanto la afirmación de Crisipo de que la facultad
gobernante se encuentra en el corazón y su psicología monista. Para la segunda de sus
críticas Galeno recurre a los escritos de Posidonio y presenta su visión como un
estoico heterodoxo que critica la psicología de Crisipo. Galeno cita extensamente a
ambos de estos estoicos y en el desarrollo nos presenta la más importante discusión
sobre la teoría estoica del alma que se nos conservado. Igualmente nos ha conservado
los fragmentos más extensos que se han conservado de Crisipo.
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El segundo trabajo de Galeno es su Institutio logica, que contiene algún material útil
sobre la lógica estoica. Sin embargo, hasta cierto punto es meramente un suplemento
al más importante escrito sobre el tema que nos ha llegado: Sexto Empírico.
4.4 SEXTO EMPÍRICO
Sexto Empírico –probablemente activo en el 200 d. C.- fue un seguidor de la tradición
filosófica escéptica que afirma ser descendiente del filósofo griego Pirrón (y también
es conocido como escepticismo pirroniano, para distinguirlo de escepticismo de la
academia). Pudo haber sido, como Galeno, un médico. Sus principales escritos son:
Esbozos pirrónicos y Adversus Mathematicos, el segundo de los cuales puede de hecho
consistir en dos diferentes escritos. El contenido de estos dos escritos refleja cada uno
en cierta medida, el tema de los libros II y III de los Esbozos pirrónicos repetidos (en
mayor longitud) en los libros 7-11 del Adversus Mathematicos.
Sexto es una fuente importante para una gran cantidad de aspectos de la filosofía
estoica pero es importante cuando tenemos que estudiar la lógica estoica, para la cual
existen muy pocas fuentes. Su consideración de la lógica estoica en el libro II de los
Esbozos pirrónicos y el libro VIII del Adversus Mathematicos.
4.5 ALEJANDRO DE AFRODISIA
Alejandro de Afrodisia tuvo la cátedra de filosofía aristotélica en Atenas alrededor del
año 200 d. C. Esta pudo haber sido una de las cuatro cátedras que se nos informa que
fueron creadas por Marco Aurelio un par de décadas antes (el reciente
descubrimiento de una inscripción en la ciudad nativa de Alejandro sustenta lo dicho).
Alejandro escribió una gran cantidad de comentarios sobre los escritos de Aristóteles
además de una serie de textos cortos. Crítico del estoicismo, Alejandro argumenta en
su contra y en su desarrollo refiere algunas de sus doctrinas en una cantidad de
escritos. Dos de sus escritos cortos en particular nos ofrecen una fuente importante
del estoicismo: De fato y De Mixtione.
El enfrentamiento de Alejandro con el estoicismo sugiere que seguía siendo una
fuerza intelectual en Atenas a lo más tardar en el año 200 d. C. En efecto, al lado de la
catedra de filosofía aristotélica de Aristóteles había también una cátedra de filosofía
estoica (las otras dos eran la que se dedicaba a la filosofía platónica y epicúrea).
Presumiblemente Alejandro entró en debate con las sustentante de la cátedra de la
filosofía estoica, y es probable que los estudiantes fueran capaces de escuchar las
lecciones de más de una cátedra si es que así lo deseaban. Mucho de esto
inevitablemente es mera especulación, pero la atención detallada que Alejandro
prestó a las ideas estoicas sugiere que el estoicismo estaba lejos de ser simplemente
un interés histórico.
4.6 DIÓGENES LAERCIO
Una de las más importantes fuentes para el estoicismo es el libro VII de Vitae
Philosophorum por Diógenes Laercio. Desafortunadamente nada conocemos sobre el
individuo Diógenes Laercio. Usualmente se coloca en algún punto del siglo III d. C., En
21
algunas ocasiones su supone que era partidario del epicureísmo, porque el libro final
de Vitae está dedicado de manera completa a Epicuro, que es citado en extenso. Este
último libro pudo haber sido concebido por Diógenes Laercio como la culminación de
la historia de la filosofía que estaba presentado.
La consideración de Diógenes de los estoicos presenta a una de las primeras fuentes
que nombra: Diócles de Magnesia, que se puede colocar en el siglo I a. C., aunque tal
consideración cronológica es tan incierta como lo es para Diógenes.
4.7 STOBAEUS
Las ideas estoicas permanecieron en una viva discusión filosófica hasta fines de la
antigüedad. En el 529 d. C., el emperador Justiniano ordenó la clausura de las escuelas
filosóficas de Atenas. Por este tiempo es altamente probable que alguna escuela
estoica haya existido por algún tiempo. Pero una escuela neoplatónica dirigida por
Damascius aún permanencia y sus miembros sintieron la fuerza del decreto de
Justiniano. Según el historiador Agathias, Damascius y el neoplatonismo huyó a Persia,
aunque no permanecieron allí por mucho tiempo, y a dónde se fueron después de esto
sigue siendo un tema de controversia.
Un miembro de este grupo de neoplatonismo itinerante fue Simplicio, autor de un
número importante de comentarios sobre los escritos de Aristóteles. En estos
comentarios Simplicio nos informa de algunas doctrinas estoicas sobre un amplio
conjunto de temas filosóficos (así como material de muchos otros filósofos antiguos
que de otra manera se habría perdido). Simplicio también escribió un comentario
sobre Manual de Epicteto. Este comentario es único en manera tal que es el único
comentario sobre un texto estoico que ha sobrevivido de la antigüedad. Sin embargo,
el comentario mismo está más interesado en desarrollar temas de ética neoplatónica
que explicar a Epicteto en sus propios términos. Sin embargo esto da testimonio del
hecho que Epicteto continuaba siendo leído aún en el siglo VI d. C.
Simplicio también nos refiere una gama de doctrinas estoicas en sus varios
comentarios de los trabajos de Aristóteles. Sin embargo, en sus comentarios sobre las
Categorías de Aristóteles nos dice que más escritos estoicos eran inasequibles en este
tiempo. Parece probable, entonces, que su conocimiento del estoicismo más allá de
Epicteto deriva de informes de segunda mano, tales como los comentaristas
aristotélicos del neoplatónico Porfirio del siglo III d. C., que Simplicio nos dice que
contenían mucho sobre el estoicismo.
5. DECADENCIA Y PERDIDA DE LOS TEXTOS ESTOICOS
Como hemos visto, la amplia cantidad de textos de los primeros estoicos se habían
perdido. De Zenón, Cleantes, Crisipo, Panecio y Posidonio todo lo que queda de sus
ideas principales son fragmentos citados por autores tardíos y de segunda mando.
Más recientemente, hemos sido afortunados por haber encontrado algunos textos
para Crisipo que han sido descubiertos en Herculaneum, pero por otra parte los textos
de autores estoicos anteriores a Séneca se han perdido completamente. ¿Por qué? ¿Y
22
cómo puede esta pérdida de tantos textos estoicos se relaciona con la decadencia de la
escuela estoica con la antigüedad?
Tradicionalmente la decadencia de la fortuna del estoicismo alrededor del 200 d. C.,
en adelante ha sido vinculada con el resurgir de la popularidad del neoplatonismo,
cuyo fundador, Plotino, nació en 205 d. C., Pero esta no es una explicación
satisfactoria. No es obvio por qué alguien filosóficamente atraído por el materialismo
inmanente del estoicismo podría ser igualmente atraído al otro lado del mundo
metafísico del neoplatonismo, precisamente porque éste iba levantándose en
popularidad. En vez de ver esto por una razón externa, tal como la competición con
otra escuela, sería más válido considerar una causa interna al estoicismo. Semejante
causa puede ser encontrada en Epicteto.
Epicteto es reconocido por un buen número de autores del siglo II d. C., como siendo el
principal estoico de ese momento. Aulio Gelio dice de él que es el más grande de los
estoicos (NA 1, 2, 6), Fronto lo llama sabio (en su Epístola 2, 52), mientras Celso nos
dice que incluso fue más famoso que Platón (Contra Celso, 6, 2). Se dice que sus textos
circularon ampliamente. Su fama en este punto es ilustrada por una anécdota referida
por Lucian en su diálogo contra el Ignorante: “Creo que todavía vive el hombre que
pagó trecientas dracmas por la lámpara de barro de Epicteto el estoico. Supongo que
pensó que sólo había que leer con la luz de esta lámpara, y que la sabiduría de Epicteto
le pareciera ser comunicada en sus sueños, y asumir el mismo el aspecto de este
venerable sabio” (Adversus Indoctum 13).
Como en tiempos modernos las estrellas del cine, los admiradores están
aparentemente preparados para pagar grandes cantidades de dinero para tener
aquellos elementos tenidos por sus ídolos. Cualquier estoico aspirante en el siglo II sin
duda alguna habría buscado ansiosamente los Discursos de Epicteto tal como los había
trasmitido Arriano, o incluso alguno de los discípulos de Epicteto, si alguno de ellos se
había convertido en maestro. Y los sucesores póstumos de Epicteto pudieron ser el
factor decisivo en la decadencia de los primeros estoicos como una tradición continua.
En orden a desarrollar esta hipótesis sería necesario considerar la concepción de
filosofía de los primeros estoicos y su actitud hacia los primeros textos de la escuela.
La concepción filosófica de Epicteto da valor a las acciones en vez de las palabras. El
estoico real no es aquel que solamente aprende a recitar las palabras de Crisipo; sino
más bien es uno que puede mostrar sus acciones en armonía con sus palabras. La
tarea de la filosofía es entender la Naturaleza, de tal modo que puede uno vivir de
acuerdo con la naturaleza y de este modo alcanzar la felicidad o eudaimonia. El
estudio de las teorías filosóficas está subordinado –para Epicteto- a una finalidad
práctica. De este modo presenta la filosofía como “arte de vivir”, un arte (technê) que,
como todas las demás artes y artesanías, estará orientado hacia resultados prácticos.
Y como para otras artes y artesanías, será necesario no solamente aprender los
principios que sustentan el arte de vivir sino también practicarlos o ejercitarlos en
orden a aprender cómo poner en estos principios en acción. Dice: “Luego de haber
asimilado estos principios, muéstranos algún resultado del cambio en la facultad
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gobernante de tu alma, precisamente como los atletas muestras sus músculos como
resultad de su alimento y ejercicio, y como aquellos que han dominado el arte pueden
mostrar los resultados de su aprendizaje. El arquitecto no pasa de lado y dice
‘escúchenme decir un discurso sobre el arte de la construcción”, sino que toma el
contrato para la casa, la construye y de este modo muestra que tiene el arte” (Diss., 3,
21. 3-4).
El filósofo debería hacer exactamente lo mismo, Epicteto sugiere, mostrando sus
habilidades no en finas palabras sino en finas acciones. No debería ser gran sorpresa
que Epicteto, entonces, muestre una actitud bastante ambivalente hacia los textos
escolares. En efecto, existe evidencia que Epicteto usó canónicamente los textos
estoicos, de Crisipo, por ejemplo, en sus propias lecciones, pero esta evidencia no
encaja dentro de los pasajes pues los estudiantes no tuvieron el cuidado de tomar en
serio tales textos. “¿Es esta, pues, la más grande y admirable cosa, entender o
interpretar a Crisipo? ¿Qué significa esto? ¿Pero qué es, pues, la admirable cosa?
Entender la voluntad de la naturaleza. ¿Bien, entonces, la entiendes desde ti mismo?
¿En este caso, que necesitas tener para algo de este modo? […] Pero, por Zeus, no
entiendo la voluntad de la naturaleza. ¿Quién entonces la interpreta? Dicen que
Crisipo. Voy y pregunto lo que este intérprete de la naturaleza dice. Entonces no
consigo entender lo que quiere decir y busco a alguien que pueda interpretarlo. […]
Porque no es sobre su propia consideración por la que tenemos necesidad de Crisipo
(o sus intérpretes) sino ser capaces de seguir la naturaleza” (Diss., I, 17, 13-18). No
hay que perder de vista la tarea filosófica y perderse en la interpretación textual,
sugiere Epiceto. Ni se debería considerar la interpretación textual como una habilidad
digna de alabanza: “Tomar [de Crisipo] el tratado Sobre el impulso, veamos cómo lo he
leído yo mismo. Este no lo que he visto como esclavo, sino cómo ejerces tu impulso
para actuar o no, cómo dominas tus deseos y aversiones, cómo te acercas a las cosas,
cómo te aplicas tú mismo a ellas, y te preparas a ellas, y si en armonía o no con la
naturaleza” (Diss. I, 4, 14). Dominar los argumentos filosóficos sutiles y complejos no
es el fin último de la filosofía. “¿Si pudieras analizar silogismos como Crisipo, lo que
serviría para prevenirte contra la aflicción, la desgracia, la envidia y, en una palabra,
distraído y miserable? No es un cosa simple” (Dis., 2, 23.44). Para Epicteto, pues, la
tarea del filósofo es muy diferente a la del filólogo. El estudiante exitoso de filosofía no
malgastará el tiempo analizando los textos; mejor concentrará su atención en
transformar la parte gobernante de su alma en conformidad con los principios
filosóficos que ha aprendido. Naturalmente, el alumno estudiará textos filosóficos,
pero solamente como un medio hacia un fin. Los libros son como signos o mapas que
nos dirigen a dónde queremos ir; el viajero que gasta mucho de su tiempo analizando
los mapas y nunca va a alguna parte ha fracasado como viajero. El filósofo que todo su
tiempo analizando textos y nunca pone en práctica su contenido es igualmente un
fracaso. Porque Epicteto, que no es un autor prolijo como Crisipo, a quien considera
como su modelo filosófico; es Sócrates, quien mejor expresa su filosofía en actitudes
que en palabras. Y, como Sócrates, Epicteto mismo elige no escribir, reservando su
filosofía a su modo de vida.
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El estudiante estoico que comprende exitosamente la filosofía de Epicteto centraría
toda su atención en transformar su modo de vida en un arduo intento por acercarse a
la vida del sabio. Como Epicteto, aspiraría a ser como Diógenes el Cínico y, sobre todo,
como Sócrates. Pero lo que no harían es comprometerse es en estudios filológicos de
textos académicos ni escribir comentarios sobre los mismos. Esta actitud ambivalente
hacia el estudio de los textos y la producción de comentarios, muy diferente de los
aristotélicos y platónicos de la época, puede ser una de las razones del decline del
estoicismo y la pérdida de muchos de los primeros textos estoicos. Porque solamente
se requiere una o dos generaciones de discípulos que pongan poca o ninguna atención
a la preservación de los textos para hacer literalmente imposible que la siguiente
generación de potenciales estoicos pudieran estudiar el estoicismo en su conjunto.
Esta actitud ambivalente hacia los textos no marca por completo toda la tradición
estoica. Los primeros estoicos como Crisipo, que escribió copiosamente y pudo incluso
haber escrito comentarios a los textos de los primeros estoicos, así por ejemplo el
Sobre la República pudo tal vez ser un comentario al De República escrito por Zenón.
Cleantes escribió un comentario sobre Heráclito (DL VII, 174), quien fue una fuente
importante para la física estoica, y, más tarde, Atenodoro escribió un comentario o
una respuesta polémica a las Categorías de Aristóteles (Porfirio, in Cat., 86, 22-4). Tal
vez más significativo, la enciclopedia bizantina conocida como el Suda incluye una
entrada sobre un Aristócles el estoico que escribió un comentario sobre el texto de
Crisipo titulado Cómo nombramos y concebimos a cada una de las cosas. De este modo
podemos decir que no todos los estoicos habían tenido objeciones ideológicas contra
la forma del comentario como tal. Y estoicos contemporáneos a Epicteto, tales como
Hierócles y Cleomedes, no parecen compartir el interés central de Epicteto acerca de
la filosofía práctica sino prestan más atención a las discusiones académicas de temas
filosóficos. Pero en algo la actitud desfavorable de Epicteto hacia los textos combinada
con su subsecuente popularidad pudo haber sido la influencia decisiva para los
estoicos de fines del siglo II y principios del III. Cualquier estoico aspirante habría
leído a Epicteto, el más famoso estoico del tiempo, y habría aprendido a no poner
atención a la interpretación de textos escolares sino más bien a los ejercicios
filosóficos prácticos. Ciertamente no habrían gastado tiempo escribiendo grandes
comentarios a los textos de los primeros estoicos, a pesar de que Alejandro de
Afrodisia nos informa que en esta época el comentario se había convertido en un
modelo estándar para los escritos filosóficos (In Top., 27, 13-16). El éxito de Epicteto
en el siglo II –o, para ser más preciso, el éxito del informe literario de Arriano sobre
las enseñanzas de Epicteto- pudo haber contribuido a la trágica pérdida de muchos de
los textos de los primeros estoicos y la decadencia inevitable del estoicismo.
Irónicamente, gracias a los oponentes tales como Plutarco y Galeno tenemos
fragmentos de los escritos de Crisipo que de otro modo se habrían perdido
completamente. Incluso más irónicamente, esto se ve como si por culpa de Epicteto
(pero igualmente Arriano) se dio la decadencia del estoicismo y la pérdida de
muchos textos estoicos.
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