crónica - Hemeroteca Digital

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AÑO I
J U E V E S 18 D S M A Y O DE
NÚM. 3 3
1882
DE
PRECIOS DE SüSCRICION
SCRIG
MADRID
PROTI.TCIAS
Un mes
i1
Tres meses. 3 | pesetas.
Un a ñ o . . . . 10)
Y '
PORTUGAL
Tres meses 5 1
Seis Ídem.. 10 | pesetas.
Un año
18)
Lasuscricion empieza
en i.° y i5 de cada mes.
Pago siempre adelantado.
ULTR MAR
Y
NÚMERO SUELTO,
15
CÉNTIMOS
EXTRANJERO
Seis meses.. 20 pesetas
NÚMERO ATRASADO
25
CÉNTIMOS
OFICINAS
Se admiten suscriciones en las principales librerías.
Calle de la Gorguera,
3, principal.
\
DIRECTOR
POLÍTICO Y LITERARIO,
A. SÁNCHEZ PEBEZ
SE PUBLICA LOS JUEVES Y DOMINGOS
SUMARIO.
Crónica, por Gil Pérez.—Equilibrios, por Manuel del Palacio.—Palique,
or Clarín.—Mala sombra, por Luis Tabeada.—¡Bueno váü por F. de
,. y O.—Ilusiones, por J. P. Androver.—Cabos sueltos.—Los malos y
los tontos, por Uno.—Anuncios.
Grabado: La plancha de la quincena, por Demócrito.
E
DIBUJANTES:
La correspondencia
debe dirigirse á D. J.
Tarafana,
administrador de Gil Blas.
DEMÓCRITO, LUQUE, MELENDEZ
Digo, nó; esta no es de lo mismo; la que yo queria tomar es esta
otra:
«Don Alfonso concurrió el domingo á la Plaza de Toros.»
Tampoco es esa; buena la hemos hecho. Una bocanada de viento, penetrando en mi habitación, ha desbaratado los recortes que y o t e n i a dispuestos, mezclando, barajando y confundiendo las noticias que por
asuntos y materias habia clasificado.
Parece que la cosa no tiene importancia, pero la tiene y grande, porque ni hay manera de compaginar la ^crónica con tales elementos ni
habría trabajo que bastase á ordenar lo que el viento ha desordenado;
Aquí, entre mis revueltos papeles, tengo varios apuntes relativos to- leo en uno la noticia de que b s billetes del Banco do España sufren un
dos á la misma cuestión: verán Vds. qué curiosos:
quebranto de consideración, y donde debia estar el comentario encuen«Sin postores se intentó el miércoles en Sevilla la segunda subasta tro la de que ha llegado á Madrid (bien venido sea) un precioso carruade los efectos embargados á los industriales y comerciantes que no han je que el rey padre regala á Don Alfonso. Recuerdo perfectamente que
pagado sus cuotas, habiendo circulado el rumor de que esos efectos se- yo celebraba de todas veras y con el entusiasmo que es natural este
-rán llevados á Cádiz para su venta.»
expresivo rasgo de amor paterno, porque, figúrense Vds. si á Don AlVamos, como hicieron en Zamora. Eso es contra la ley, por supuesto, fonso le era de necesidad un carruaje; pero el comentario voló, como
pero ¿qué importa una ilegalidad más' á los agentes de Camacho? Pues volaron otros papeles, y sólo tropiezan mis ojos con varias líneas de El
allá va otra muestra:
Imparcial, cuya lectura me ha hecho saber que Grilo, el famoso poeta,
«En Albacete se anunció la subasta el lunes, pero tras no presentarse que quondam, cantó al son de suzampoñadelicada Las Ermitas de Corni un postor, se hicieron varias protestas por otras tantas informali- doba y La República, que puso en las nubes á Pí y Margal! con el endades.»
tusiasmo mismo con que hoy entona himnos en loor de Don Alfonso, se
Escrupulosos son, por cierto, aquellos contribuyentes. ¿Si querrán halla en París, muy agasajado por Doña Isabel de Borbon, reina maque para recaudar las contribuciones se observen formalidades? ¡Para dre, que para recompensar los merecimientos del poeta y la entereza del
formalidades estamos! Vaya otra muestra:
ciudadano, se propone publicar á su costa una lujosa, monumental edi«En Calatayud empezaron los embargos el mismo dia, habiendo re- ción de sus poesías (las de Grilo. quiero decir). Yo sé que algo me
h!»b¡a ocurrido sobre esto: estoy seguro de que hallaba algo de halasistido los contribuyentes sin manifestación alguna desagradable.»
Nó; si eso de no pagar es de lo más agradable para el encargado de güeño, como la esperanza, en que losaugustos cónyuges, untante sepala cobranza; máxime si percibe su tanto por ciento de lo que recauda. rados hace algunos años, según t.engo entendido, coincidieran en esto de
protejer por análoga manera la industria nacional.
Pero continúo dando noticias de lo mismo:
Don Francisco de Asís regala al monarca un precioso carruaje, encar«Don Alfonso asistió ayer á las carreras de caballos.»
CRÓNICA
1ÜP
258
GIL BLAS
gado, como es lógico, en uno de los mejores talleres de París.
Doña Isabel obsequia á su hijo, en la persona del cantor de sus glorias, publicando, á todo coste, una edición de los inmortales versos del
poeta en una imprenta de París, por supuesto, porque ni en Madrid,
donde hay notables establecimientos tipográficos, ni en Barcelona, cuyas empresas editoriales han logrado competir con las más adelantadas
del extranjero, ni en Andalucía, la patria del poeta, la tierra feliz á
quien cupo la gloria de inspirar su canción primera, que yo no sé para
quién sería, porque yo no sé quién mandaba entonces, ni en parte alguna que huela á suelo española y á española industria sobro todo, se
puede hacer cosa que sea digna del insigne vate, para quien es preciso
buscar editores entre las reinas y tipógrafos entre los franceses. Sobre
esto, les digo á Vds , aunque parezca inmodestia, que me habían ocurrido muy buenas cosas.
Recuerdo que, copiando algunas insignificantes líneas del presupuesto de gastos, decía yo: «El país, Dios y él saben á costa de cuántos
«acrificios, paga á Doña Isabel tresmülones anuales; es una miseria, ya
lo sé; pero al cabo son tres millones; lo que tienen de sueldo dos mil
maestros de escuela, lo que bastaría para el sostenimiento de tres mil
familias de trabajadores; el país paga también á Don Francisco de Asís
cerca de millón y medio de reales: ¡sueldo mezquino! que casi es una
vergüenza pagar esa insignificancia, con la cual apenas si habría bastante
para dar pan á mil quinientos jornaleros de los que carecen do él; pues
bien, ni Doña Isabel, ni Don Francisco olvidan un momento que son
españoles; ahí los tienen Vds. protegiendo la industria española y honrando el trabajo español y sobre todo la literatura patria en la persona
del eminente Grilo.
P e r o ni de estas cosas, ni de otras muchas que se me habían ocurrido, porque hoy estaba yo para ello, ha quedado señal sobre mi mesa:
la ráfaga de aire que tantos destrozos causó en los puestos de la pradera, ha llevado también la desolación á mis trabajos.
Solamente conservo un papelito en el cual aparecen en caracteres
bien legibles las siguientes palabras:
«Los periódicos de Málaga dan la voz de alerta á las autoridades,
para que pongan cuantos medios estén á su alcance para evitar que al
conflicto de la carestía de los alimentos y al grave problema que la
falta de trabajo presenta, pueda unirse la calamidad de una gran epidemia.!
Como en el mundo toda desgracia tiene compensación, enfrente de
esta noticia desconsoladora podrán Vds. colocar la de que en Jaén
experimenta el pan una gran subida. ¡Ah! Y también se ha subido en
Madrid.
Podemos, por consiguiente, acudir tranquilos á la corrida extraordinaria con que celebran aquí tantas felicidades juntas.
GIL PÉREZ.
EQUILIBRIOS
Difíciles y arriesgados
roe han parecido en verdad,
los del trapecio y la cuerda
que una dama y un galán
ejecutan en el circo
que el nombre heredó de Prais.
Pero por buenos que sean
es preciso confesar
que en punto á equilibrios, nadie
los hizo ni los hará,
como los artistas mimos
ó memos, porque es igual,
que en el circo fusionista
lucen hoy su habilidad.
Circo en que la concurrencia
mas que juegos pide pan,
en que todo es paraíso
dispuesto para pecar,
y donde viven de gracia
en dulce y tranquila paz,
toda clase de alimañas
desde el mosquito al chacal,
de la hormiga al elefante,
del topo al orangután:
sólo que mudando nombres
les suele el vulgo llamar
liberales sin orquesta,
conservadores sin frac,
polacos de cuello vuelto
y neos de... échate atrás.
Paraíso que muy pronto
desalquilado estará,
y que hoy más que paraíso
es casa de vecindad.
Tirante estaba la cuerda
cuando Camacho y su claque
en una función de tarde
se pusieron á bailar.
Ya eran artistas antiguos,
sobre todo el principal,
cuyos saltos de costado
le dieron celebridad.
Mas al ver la compañía
no esperé yo gran solaz,
y dije, tendremos títeres,
y Dios sabe si los hay.
Cada cual hace un trabajo
distinto de los demás;
en los juegos malabares
no tiene Alonso rival;
Concha dirige maniobras
que no cabe mas allá;
de gimnasta se acredita
Posada, con solo hablar;
piensa Venancio González
casi sin dificultad,
y Vega amigo se crece
dando brincos hacia atrás.
Tocante á la pantomima
hay un Fiori, que es capaz
de conmover los cimientos
de la Puerta de Alcalá.
De los clovns nada se diga,
solamente el general
n a día haciendo de Adonis
diez hembras hizo abortar.
Pero ¡ay! que si don Mateo
259
GIL BLAS
El poema es una joya literaria.
Pero le falta algo. Falta saber si es cierta la recíproca.
llega á perder el compás,
caballeros y caballos
ya verá usté donde van.
M A N U E L DEL P A L A C I O .
PALIQUE
Romero Robledo, ese Papiniarro de caballería, ha sido nombrado
presidente de la Academia de Jurisprudencia.
Si la Jurisprudencia es, según un colega ilustro de Romero Robledo,
la ciencia de lo justo y demás divinarum atque Immanarum rerum
notitia, el Sr. Romero, varón magnífico y ex-queestor de palacio, se
va á ver negro para desempeñar sü papel con el decoro debido; porque
en punto á noticias de lo humnno y do lo divino, no sabe \ i á s que lo
que dice La Correspondencia.
Dícese que doscientos socios han dejado de pertenecer á la Academia
desde^que Romero es presidente.
Pienso que han hecho muy bien, y estoy tentado á suscribirme en la
lista de socios por tener el gusto de borrarme también.
La ignorancia del Sr. Romero no tiene nada de mitológica, está probada en cien lides en una porción de legislaturas. Pocos españoles
pueden vanagloriarse de haber disparatado tanto como éi en ei seno ae
la Representación nacional.
¡Oh, jóvenes amables, que en vuestros tiernos años elegís á Romero,
segundo Triboniano; él, que es agradecido y dá ciento por cuatro, os
pagará con creces y con cruces y abramos y con buenos destinos, cuando
amáis O no la ciencia lo dice el desenfado con que de un leguleyo hacéis
un Papmiaiiu, j hacéis jurisperito» rte ios junsmanaanos, j hacéis jüri«>
consultos de los jurispersaltum.
Viniendo ahora de la ciencia al arte, diré que según El Impareial,
larepresentaoio n de Le monde .on'on s'ennui fue uti triunfo... para
Pina Domínguez.
Pina Domínguez es el traductor y franco-fusilador de Pailleron, y
como El Impareial no entiende bien el italiano y el castellano sí, aunque no lo hable, resulta que paraMelísandro, como ya se le llama por
ahí (¡y tiene que correr, vaya si correrá!) Pina Domínguez vale más
que Pailleron, traducido al italiano. Pues si Melisandro hubiera visto
la comedia en francés, ¡qué apoteosis la de Pina Domínguez!
No se dirá que Melisandro no es consecuente. Lo mismo dijo cuando
la Sarah representó el Ernani; no le gustó el Ernani—dígase lo que se
quiera—porque entre otros defectos tiene el imperdonable de estar escrito en francés. Pero ¡ay! la gloria de Pina Domínguez vendrá á tierra
el dia en que á cualquiera se le ocurra traducirle á él, á su vez, al español propiamente dicho.
¡Pero como resplandece el patriotismo áoEl Impareial en todas sus
columnas! Españoles ante todo.
Lo digo porque cada vez me convenzo más y más de que los poderes
moderadores y familia son hermanos y participan de nuestros gastos y
disgustos. Bailan, pintan y hasta... vensiflcan.
Yo no sé hasta qué punto entre en las atribuciones de la crítica el
juzgar los productos literarios de los grandes de la tierra. Hablar bien
ya sé que se puedo, pues he visto á un periódico decir de una infante
que pinta quó es una Rafaela, siendo así que es una doña Paz, si bien
recuerdo. Pero ¿hablar mal se puede?
Qaintillos quedos mientras esto no se averigüe.
*
* *
Y volviendo á Campoamor
¡Qué humorista es don Ramón!
¿Pues no se ha llevado á la aldea consi^ro á Velarde y otros poetas
que ofrecen opimo fruto? Contraria contrarüs.
Por cierto que ya han vuelto, y aviso al señor gobernador para qu«
se lo diga al señor ministro de Fomento que anda ahora imiy piejcnpado con las enfermedades de las vides y de los granos.
Donde Velarde pone los versos no vuelve á nacer yerba. Campo que
él describe ¡adiós! ya no dá trigo en cien años. Es como
el cancro abrasador, que en sus araore..
destroza campos y marchita flores
y el orbe de su lustre descolora...
*
•
* *
Pero diga yo lo que quiera, es lo cierto que la poesía descriptiva
etiBÍe qtie es nr.a maraTÍl:», y c r s tar:*.; •> t»r«>T!rss'-* itave r •«tt.'s.ñw»»
cribir la naturaleza tiene q\:e parar en luz y ser así beneficio para
nuestra hoy decadente y abandonada agricultura.
Dia llegará, si llegan á florecer todos los poetas que hoy anuncian
los Zaragozanos de la crítica, dia llegará, digo, y al tiempo, en
que tengamos un poeta descriptivo-agronómioo para cada granja modelo.
Y con la división del trabajo, tendremos especialidades, por ejemplo: poetas descriptivos de cereales, otros de árboles frutales, y tal
poeta habrá que no sepa describir más que las peras de don Guindo.
¡Ah! pero éstas perfectamente.
Yo creo que el siglo vá por ahí, que esto matará atjuello, y que la
poesía como la de Campoamor está llamada á desaparecer, porque no
sirve para nada, ni mejora nada, ni se puede ingertar, ni facilita las
oposiciones agrícolas, ni cabe recomendarla como libro útil par* las
escuelas públicas.
Porflue, lo que decia un señor ateneísta después de oir á Campoamor
las ©trasnoches...
—Señores, ¿á qué viene tanto ingenio, tanta gracia? ¡El humorismo!
¡Para qué sirve el humorismo! ¡Hacer reir, hacer reír! ¡Vaya una cosa!
¡Hacer reir! Esto no es serio, señores, esto no es serio.
Bs claro que eso no es serio.
Serio Ruiz Gómez.
CLARÍN.
Campoamor ha regresado del campo de su quinta de Matamuros y ha
leido un poema nuevo en el Ateneo. Se titula Los amoríos de Juana.
Se trata de una chic» *l"e se enamora del rey, y desde el rey baja aun
coronel sin pararse en el duque de Sexto.
j
260
GIL BLAS
MALA SOMBRA
En el momento de nacer se le cayó al comadrón de entre las manos,
y por poco perece ahogado en un barreño.
El susodicho comadrón, que era muy corto de vista, le agujereó las
orejas, suponiéndole hembra, y una tarde que le dejaron solo en la
cama, se tragó una cajetilla de tabaco picado, creyendo que era el peho del ama, y hubo que sacársela con tirabuzón.
Una vez que tuvo un cólico, le dieron á beber aceite de bellotas, en
vez de jarabe de ruibarbo, y el pobrecillo se pasó ocho dias echando
pelos por todas partes y hasta tuvieron que afeitarle la lengua.
Desde chiquitín ya le tenian en el pueblo por el más desgraciado de
los nacidos; y las cosas que le pasaron antes de que le conociésemos en
Madrid, no son para dichas.
Recien llegado, le atrepelló un cura que iba á galope por lá red de
San Luis y estuvo si se muere ó no se muere. Después le copó
un toro la noche de jueves santo; después estuvo en el estreno de Masaniello de Catalina... ¡Qué se yo!
Últimamente, se hizo hombre político.
—¿En qué partido me alistaré? se preguntaba.
—No sea usted tonto, le decia, un su amigo; ahí .tiene usted el partido constitucional que es eí llamado á gobernar de un dia á otro.
Y él se fué á ver á uno que era de su pueblo y pertenecía á un comité para pedirle por favor que le hiciese constitucional á toda prisa,
antes de que se le acabara» los cuartos y no tuviera para pagar las
cuotas mensuales, «omo socio del círculo.
Seis años estuvo siendo admirador de Sagasta; asistiendo á todas las
reuniones; leyendo todos periódicos del partido; murmurando de todos
los conservadores y dándose á todos los demonios.
Porque apenas comía.
—Venga usted acá, Gómez, le dijo una noche un jefe de grupo. Ya es
tiempo de que se le dé á usted algo. ¿Quiere usted entrar en la redacción de El Lobanillo?
—¿Pues no he de querer? contestó él.
—Corriente.
A los dos dias salia á luz el nuevo periódico y en él un suelto de Gómez, concebido en estos términos:
«Ayer desapareció del hogar paterno de su tio una joven muy conocida en la buena sociedad. La acompaña, según se dice, un distinguido
teniente de la Reserva. La inmoralidad cunde en estos tiempos de dominación conservadora. ¡Quepáis!»
¡Zas\ Un hermano de la joven aludida le atizó al periodista novel un
palo en los ríñones que poco más lo inutiliza. Después el director de
El Lobanillo le llamó aparte, y le dijo: • —Usted es un bruto, Gómez.
—¡Hombre! exclamó él.
—Si señor, un bruto; ¡no le quepa á usted duda!
—Pero...
Nada. Vaya usted á escribir sueltos á Tiinez ó á Conchinchina, que
El Lobanillo no se hizo para usted.
Permita Dios que te salga uno en la lengua, decia Gómez á solas.
Y se fué á pasear por la calle de Sevilla.
¡Zas! El tio paterno de la joven preinserta le largó otros dos palos en
la nuca.
Y un pato después, le increpaba un personaje de su partido ,en las siguientes frases:
—-¿Pero, Gómez! ¿Qué ha ido usted á decir.? ¿Sabe usted quien es la
joven aludida?
—¿Quién?
—¡Mi esposa!
Gómez estuvo á punto de desmayarse.
Un transeúnte compadecido se lo llevó para su casa y allí le dijo:
—¿Quiere usted ganarse cuatro duros, un dia con otro?
—Si señor, y aunque sea un dia si y otro no.
—Bueno. ¿Conoce usted la partida doble?
—No tengo el gusto de conocerla.
—¿Y la sencilla?
—No sé quien es.
—Se trata de montar una industria...
En aquél momento apareció un inspector de policía y el caballero
compasivo fué llevado á la cárcel como falsificador de la Revalenta
Arábiga de Dubarry.
A Gómez no le prendieron, gracias á su fealdad,,porque decia el inspector que con aquella cara no podia haber complicación posible.
Los desengaños, la lucha por la existencia y el enojo contra sus antiguos correligionarios, decidieron á Gómez á buscar el apoyo oficial y
fué á inscribirse en el comité conservador de su distrito.
—¿Qué quiere usted ser? le preguntaron sus nuevos amigos.
—Yo quisiera pagar á la patrona.
—Esas tendencias le enaltecen á nuestros ojos. Se le dará á usted un
destino.
—Eso, eso.
—Mañana le entregaremos á usted la credencial.
Gómez durmió aquella noche como un clérigo y á la mañana siguiente
se fué á la calle saltando de alegría.
—jEureha! le dijo un amigo al verle.
— ¿Qué quiere decir eso?
—Quiere decir que el partido constitucional, el nuestro, ha subido
al poder.
—¡El nnestro! murmuró Gómez.
Y se cayó redondo.
Excuso decir á ustedes que los constitucionales no le han dado á
Gómez, el U-dnsfuga, un tanto así de presupuesto.
Pero ahora va á poner sombrerería, desengañado ya de los partidos
políticos.
Puede que el dia en que abra su establecimiento, empiecen á nacer
los niños sin cabeza.
Luis T A B O A D A .
¡BUENO VA!!
Mientras que España heroica
Camina á paso rápido
Por las pendientes áridas
del Presupuesto-escándalo,
Mientra en las simas hórridas
Del egoísta cálculo
Con homicida crédito
La arrojan cuatro vándalos,
Mientra al banquete opíparo
Se sientan y allí impávidos
^
LA PLANCHA DE LA QUINCENA, ROR DEMÓCRITO,
n P ^hi
O
>
El Marqués rezaba bien, pero hablaba mal: como demagogo no valió grau cosa, como neo produjo gran efecto;
pero lo eclipsó Urquinaona.
GIL BLAS
262
Engullen, energúmenos,
Devoran, sardanápalos...
Los hijos de la hispánica
Región, de abuelos candidos
Y de hijos sapientísimos,
De nietos semi-párbulos.
Se mueren de famélicos,
Se mueren de románticos.
Los sátrapas políticos,
Rastreando cual galápagos
Escalan impertérritos
Los puestos más metálicos,
Y aquellos que sin mácula
Trabajan, ven escuálidos,
Cual gordos los gastrónomos
Revuelan como zánganos.
En las alturas pródigas
Del español pináculo.
Mas estas cosas íntimas
De nuestro suelo hispánico
Son propias de los férvidos
Fusibles y monárquicos.
Que miran como estólido
El credo democrático,
Y al pueblo llaman tímido
Si no le llaman bárbaro.
F. DE L. Y O.
inventar motines y discusiones, y hasta cambios de gobiernos. Olvidad
á Frascuelo y Lagartijo y habrá que acudir á generales aventureros.
Desechad las estocadas recibiendo y los volapieses y tendréis que caer
en golpes de estado y corazonadas.
Erase que se era una corrida extraordinaria. La plaza estaba llena de
gente, luz y alegría. Mis oidos se negaban á todo pronóstico; mudos
permanecían mis labios y fijos los ojos en el redondel esperaban con
ansia la señal del presidente.
Verificóse el despejo. Aquellos alguaciles de guardaropía son unos
héroes que llenan de alegría el corazón. Si fuera ministro de Gracia y
Justicia haría que siempre que se verificase un embargo representaran
á la autoridad con tan pintoresco traje y tan abigarrados plumeros.
Este sería un lenitivo á la desgracia. La orquesta preludió una marcha y
cruzó la cuadrilla elanchuroso circo. Erauna cuadrilla sitigeneris.
la veo, que impresos quedan en la mantelos instantes de
Aún
felicidad,
más aiin si representa el máxiraun de dicha que al hombre le sea dada!
Llevaba el primer espada unos andares que... pero, ¡si no es un torero.
Es una mujer; la reconozco; es mi suegra y ¡vive el cielo! que ápesar de
ser mis ojos, ojos de yerno, anda con mucha gracia y donaire. Haced
la prueba, queridos mios, ved á vuestra suegra ataviada con el traje de
un torero, en medio del redondel y esperando la salida de un miura y
si no la encontráis gracia y no sentís que las simpatías invaden vuestro ser, ni merecéis ser españoles, ni hombres y ni aún yernos.
¡Dios de bondad! La cuadrilla sigue á su matador y todos son... si...
multitud de ingleses... que hablan castellano y prestan con interés inmenso. Son unos valientes;lo tienen acreditado. Siempre he reconocido
como valor acreditado el de esas huenisimas
ILUSIONES
personas que compran, si-
quiera sea en bnenas condiciones, promesas; que dan billetes de banco
por pagarés... dineros por disgustos. Todos se encuentran; mi alma re-
Un sol esplendoroso en tarda de primavera. El anuncio de una comida
monstruo, en cuyos detalles ni fijar habia querido mi mente para que
fuera mayor su impresión. La animación que á tales fiestas acompafia.
El vá y viene do una multitud entusiasta El vocerío de mayorales y
cogida los admira y aplaude. Quisiera poderlos infundir valor. Es cierto
que la muerte vá á perseguirlos; pero su muerte será una muerte gloriosa y tan indigna de un prestamista como digna de un héroe. Los admiro y hasta huyen de mi todos los rencores.
revendedores. El incesante ruido de mil carruages dirigiéndose al circo
Se abre el toril y aparece un miura de padre y muy señor mió.
taurino. La alegría en todas partes, en mi alma la dicha y en mi bolsillo
Proporciona tumbos que conmoverían otro corazón que no fuera el de
algunas pesetas hacíanme presentir un paraíso.
un deudor. Manda varios á la.enfermería, otros se retiran y ocultan su
Vamos á los toros b;ij(i la impresión de lo improvisto y en esto estriba
vergüenza y cobardía entre barreras. El toro salta y con todos conclu-
el entusiasmo que nos embarga y que en nuestro carácter meridional
ye. Sólo la suegra,implacable y desafiante, brinda con soltura el bicho
toma las magnitudesdo loindispensable. Suprimid los toros j habrá que
y á él se dirige con un valor digno de mejor suerte. Aplaudo á rabiar.
" LOS MALOS Y LOS TONTOS
Comprendiéronlo así Perico y su amigo López, y simultáneamente saludaron y salieron de la habitación.
No bien hablan desaparecido, entró por una puertecilla bien oculto
detrás del sillón, el cajero, que dando famiFiarmente un golpecito en la
espalda de D. Hermenegildo, dijo:—¡Bravo! Eres un verdadero gran señor: te aseguro que ni el insigne Romea hubiera conseguido estar á tu
altura: vamos, que no tienes precio para estas cosas.—Ni para estas cosas ni para otras, dijo el prestamista, que se había ya despojado de su
gorro de terciopelo y de sus gafas ahumadas: ¿te habías figurado acaso
que era yo algún Miércoles' de Ceniza?... Vamos á lo que importa; aquí
está el documento; la firma es auténtica é indubitada; ahora te toca á tí
hacer que ese mes de Mayo desaparezca de la fecha, y quede el de F e brero, claro, risible y legible; y cuando esto logres, habremos cogido al
'nspector, que es como si hubiéramos agarrado á Cristo por las patas
Manos á la obra; yo hice mi parte; haz tú la tuya... Y prosiguió después
de una ligera pausa:
Y desde el lunes, puedes decir á los chicos que vengan tranquilos, que
tenemos á la autoridad de nuestra parte, y que no nos ha costado muy
cara; estamos asegurados de sorpresas por un compañero que no ha de
faltar, á no ser que declaren cesante al amigo López, lo cual sería una
lástima.
No he de inferir á mis lectores la ofensa de suponer que necesiten
más explicaciones. D. Hermenegildo y su cajero eran un par de tahúres,
que habían establecido una partidita, de amigos, como suelen decir los
ganchos. Necesitaban tener de su parte á la autoridad para evitar sorpresas siempre desagradables, cuando son verdaderas sorpresas; que en
esto hay también sus más y sus menos, y habiendo conseguido que di
inspector firmara el documento famoso con que podian darle un mal
rato, creian haber^puBsto una pica en Flandes. D. Hermenegildo habia
seguido la carrera del teatro, como él acostumbraba á decir enfastás
I menre; el hecho es que figuró mucho como característico en una cora-
263
GIL BLAS
Cita al toro... y el torOj claro está, acude. ¡Oh, toro inocentón! Si en vez
de miura fueras yerno, yo te j u r o que no te dejaras engañar por su
engaño y derecho te irías al bulto. Pases de telón, da pecho, en redondo... ¡Qué brega!.. La admiro aún. Se prepara á recibir... ¡Oh, la reconozco! En esta suerte no tiene competidor; es una barbiana.y
eltoro...
pobre toro!
El Sr. Celleruelo, mi amigo particular y muy querido, mi compañero
en la prensa, etc. etc., ha sido elegido diputado por Lérida. No lo siento:
tantos merecimientos tiene como otros y más que algunos para ser representante del país: pero me ocurre preguntar: ¿conocen en Lérida al
Sr. Celleruelo?
Porque esto de los merecimientos lo sé yo, que le conozco hace muchos años; pero los electores aquellos, ¿qué saben de esas cosas?
Así concluyó mi amigo su relato. Todo había sido un sueño... y los
sueños nunca son verdad. Tanta belleza, anadia, es tan imposible como
invulnerables las suegras.
J. P . ANDROVER.
También en Valladolid se ha subido el pan.
g Vayan ustedes contando
Se subió en Jaén: uno.
Se ha subido en Valladolid: dos.
Se sube en Madrid: tres.
¡Se continuará.]
Ayer se verificó el eclipse parcial de sol que estaba anunciado.
El espectáculo fué presentado con todo el aparato que el argumento
requería.
La luna y el sol desempeñaron perfectamente sus papeles respectivos.
El sol sobre todo estuvo en muchos momentos á gran altura.
Como el pan.
La cuestión del juicio oral
anda mal.
Y ¿qué le pasa al Jurado?
—Olvidado.
No es del gusto de Sagasta.
Eso basta.
Y aun sobra; ¿pues quién manda aquí?
—Mateos.
—Bien lo veo.
La comedia Fuego de paja que representó anoche la compañía italiana
de Virginia Mariní, fué un triunfo más añadido á la serie de los obtenidos por la eminente artista.
La obra no es de gran mérito; pero la ejecución resultó admirable.
El público perdonó al autor y aplaudió á los actores.
Estuvo en lo justo.
Anteayer hubo corrida,
anteayer hubo carreras:
todo es buscarse la vida
por diferentes maneras.
Presumo que ya habrán visto ustedes Bocaccio.
Es una opereta bufa de Suppé que representan estas noches en el
Circo de Rivas.
La simpática Rosselli es un Bocaccio delicioso. El público, el masculino sobre todo, la contempla y la aplaude.
Alguno podrá olvidarse de aplaudirla.
Pero ni uno sólo deja de contemplarla.
Y aparte de esta sección de contemplaciones, el conjunto que la ejecución ofrece es muy bueno.
Que no es incompatible la buena ejecución con las buenas formas.
¿Puede saberse en qué ó en quién consistió que una carta dirigida á
GIL BLAS y depositada en el buzón el día 13 no llegase á nuestro pode
hasta el 15?
Desconozco la causa; pero he sentido los efectos.
El primer efecto ha s i % privarme del gusto de corresponder á la
atenta invitación de la Sociedad de acuarelistas.
Falta tanto más sensible cuanto que la exposición de este año es,
pañía de tercer orden que en las estaciones de verano solía actuar en los para ser admitido en la b«ena sociedad. Ni el cómo, ni el cuando tropezó
s.tios reales. Todavía hay en El Escorial y en La Granja personas que con su cajero importan á nuestro relato; eran tal para aquel, que por
algo dice el vulgo, «Dios los cria y ellos se juntan;» de que Dios los hubiese
recuerdan los ruidosos triunfos de D. Hermenegildo en Carlos II el
criado no responderé yo; pero que se habían juntado ellos, era cierto.
Hechizado y en La Expiación. Abundantes laureles y grandes aplausos
Hombres de tal jaez se entienden pronto. Cada cual pretendió en u n
cosechó nuestro personaje en las expediciones artísticas realizadas en su
. • • -ñafiar al otro. V al encontrarse mutuamente chasqueados'
• •
•
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juventud; pero positivista, como hijo de su siglo, advirtió pronto que principio engañar ai u u " , 3
ambos soltaron la carcajada y por un movimiento simultáneo se estrecaminando por aquellas asperezas podría llegar acaso deja inmortalidad
al alto asiento; pero no lograrla nunca ser legítimo dueño de tres pese- charon cordialmente lasmanos; conqueel pacto quedó ratificado y firmatas; y en virtud de ese^ luminoso descubrimiento abandonó los triunfos do con la misma fuerza ó mayor que si se hubiera otorgado escritura
ú'blica. Desde aquel día hadan negocios juntos, y era u n o de ellos, no
escénicos y se retiró á la vida privada: tan privada fué que desde entonces se le perdió de vista y nadie volvió & tener noticias suyas hasta que el más lucrativo por cierto, ni en el que más esperanzas fundaban, el esapareció de repente convertido en D. Hermenegildo y en banquero. tablecimiento en que servia Colas.
Porque Colas no era de la sociedad: era un verdadero servidor de la
Dónde había permanecido oculto hasta entonces? ¿Cómo había vivido?
¿Qué había hecho? Nadie, que yo sepa, tenia datos suficientes para re*- casa. Sabía de la misma lo estrictamente necesario para que pudiese Utponder con exactitud í estas preguntas: surgió de repente, como ge- nar iatisfactoriamente su obligación; pero nada más. Era muchacho de
neicillo en comedia de magia, y surgió bien vestido, ostentando «de- felices disposiciones, y D. Hermenegildo lo mismo que su compañero
más cadena, cronómetro de Losada, brillantes en la pechera y un solita- se prometieron sacar de él mucho partido; pero por lo presente era « n
rio en el anular d o U mano izquierda, que valía una fortuna. Fumaba simple peón en este juego de ajedrer.
bien y jugaba ftierto; no tenía por consiguiente ningún impedimento
GIL BLAS
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á juicio de los inteligentes, la mejor de las que hasta ahora ha celebrado.
Por fortuna el mal tiene remedio; pero lo mismo habría sucedido si
Doy la enhorabuena á los autores por haberlo escrito.
Y a mí mismo me la doy por haberlo leido.
no lo tuviese.
El Estado es así.
Sirve mal y sirve caro.
Y hay que darle las gracias.
He recibido un libreto muy interesante.
Lleva por título Los misterios del juego y es un cuadro d'apres
nature
llevado á cabo por D. Martin Doimónger,
De su lectura se deduce que «lo mejor de los dados es no jugarlos.»
Casi todos los periódicos monárquicos hacen estos dias trasparentes
alusiones á un fausto acontecimiento que dará más estabilidad á las i n s tituciones.
Se alude evidentemente á un nuevo heredero del trono de San Fernando, á un futuro nieto de cien reyes.
Veo en lontananza una adición considerable en el presupuesto de
gastos.
A propósito, en Madrid se ha subido diez céntimos el precio del pan.
Esc, ese sí que es un fausto acontecimiento.
Veinte veces ha sido condenado mi estimado colega La Correspondencia de Catalirña.
Decididamente Sagasta se ha empeñado en hacer liberal á Cánovas del
Castillo.
La empresa me parecía imposible: hoy sólo me parece difícil.
Estoy conforme.
Y pido que se suprima la lotería.
El embajador de China se puso malo por haber ido á los toros.
¡Qué poca civilización tienen estos chinos!
El premio del tiro del pichón, regalo de la real familia, lo ganó el secretario de la embajada belga.
Y los trabajadores andaluces aún se quejan.
¿Háse visto sibaritismo igual al de esa gente?
Hace un mes que el gori gori
cantan á González Fiori
algunos ministeriales,
con lo cual hacen memoriales.
Yo la insistencia me explico
porque el empleo no es chico,
y si no surge abandono
darán con el fin económico.
Los aficionados á calcular aseguran que, dadas las condiciones del
cambio de billetes, el Banco cuesta al público de Madrid diez millones
de reales al año.
Ahora no se asombren ustedes de que suba el p a n .
Mis queridos amigos Ángel Pulido y Manuel Tolosa, han publicado
un folleto que titulan:
De Carahanchel al paraíso.—Recuerdos de un manicomio.
MADRID.—Imp. de Luis M."' Puente, Plaza del Dos de Mayo, 6.
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