Historia y organización de ETA

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Historia y organización de ETA
El siguiente documento fue producido por Diario El Mundo (España). Diario Exterior reproduce los
principales segmentos del informe.
Así nació la banda terrorista
Bilbao, 31 de julio de 1959. Un grupo de estudiantes radicales disidentes del colectivo
EKIN –nacido en 1952 para reaccionar contra la pasividad y el acomodo que en su
opinión padecía el PNV– funda Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad). Es el
nacimiento de ETA, una alternativa ideológica a los postulados del PNV con cuatro
pilares básicos: la defensa del euskara, el etnicismo (como fase superadora del
racismo), el antiespañolismo y la independencia de los territorios que, según
reivindican, pertenecen a Euskadi: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra (en España),
Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia).
Su primera acción violenta se produce el 18 de julio de 1961: el intento fallido de
descarrilamiento de un tren ocupado por voluntarios franquistas que se dirigían a San
Sebastián para celebrar el Alzamiento.
En estos primeros años, la policía persigue a sus miembros, que se dedican a colocar
pequeños artefactos sin apenas consecuencias, hacer pintadas de «Gora Euskadi»
(Viva Euskadi) y colocar ikurriñas. Las bases de la organización se consolidan en
mayo de 1962, en la celebración de su I Asamblea en el monasterio de Belloc
(Bayona, Francia), donde se presenta como «Movimiento Revolucionario Vasco de
Liberación Nacional». El grupo rechaza cualquier colaboración con partidos o
asociaciones no nacionalistas vascas y apuesta por una fuerte campaña proselitista.
Es aquí cuando se autodefinen como una «organización clandestina revolucionaria»
que defiende la lucha armada como el medio de conseguir la independencia de
Euskadi.
La organización
La organización terrorista ETA está debilitada tras la detención, en 2004 y 2005, de
más de 160 personas vinculadas a la banda y, aunque mantiene plena capacidad para
actuar, el último atentado mortal fue el 30 de mayo de 2003, cuando asesinó a dos
policías nacionales en Sangüesa (Navarra)
Pese a las sucesivas detenciones, los investigadores estiman que ETA cuenta en
Francia con medio centenar de activistas "liberados", que pueden introducirse
puntualmente en España para cometer atentados, a los que hay que añadir entre
cuatro y seis comandos establecidos en España, en su mayoría en el País Vasco.
No obstante, la estructura tradicional de la organización ha cambiado y ya no se puede
hablar del denominado 'complejo Donosti' que actuaba en Guipúzcoa o de los
comandos 'Vizcaya' o 'Madrid', sino de un organigrama difuso, en el que se ha
constatado que miembros de un grupo itinerante se introducen en la península
puntualmente para reforzar a activistas que operan en nuestro país.
El nacionalismo violento
La organización terrorista ETA no está sola en su lucha violenta por la independencia
de Euskal Herria. Diversos colectivos ciudadanos, con fines aparentemente legales,
contribuyen a su financiación, constituyen canales de difusión de sus mensajes e
ideología, sirven de apoyo a los presos de la banda, reclutan y adiestran nuevos
activistas
y
actúan
como
interlocutores
políticos.
Organizaciones como KAS, Segi o Gestoras Pro Amnistía, asociaciones juveniles
como Jarrai y Haika, periódicos como Egin y Gara, sindicatos como LAB y partidos
políticos con representación en el Parlamento Vasco como Herri Batasuna y Batasuna
han sido considerados por los tribunales como pertenecientes al denominado entorno
de ETA. Muchos de ellos han sido ilegalizados y sus miembros procesados y
encarcelados.
Los ciudadanos contra la violencia
Desde el nacimiento de ETA, en 1959, los atentados de la banda terrorista han
provocado un mayoritario rechazo social. Pero, durante muchos años, fueron pocos
los que se atrevieron a expresarlo en voz alta. Sólo el paraguas de la Asociación
Víctimas del Terrorismo permaneció abierto aguantando el chaparrón.
Ha sido en la última década, superadas las 800 víctimas, cuando el hartazgo de los
ciudadanos se ha puesto de manifiesto de una forma más contundente, cuando la
condena a la violencia ha dado lugar a diversos colectivos contra la violencia. Primero
fue Gesto por la paz, luego el movimiento social Elkarri. Les siguieron otros muchos
como los universitarios de Manos Blancas, el movimiento pacifista Denon Artean, la
iniciativa ciudadana ¡Basta Ya!, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País
Vasco (COVITE) y el grupo cívico Foro de Ermua. La Fundación por la Libertad ha
sido la última en incorporarse al coro de voces que piden el cese la lucha armada.
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