actos compulsivos y pasaje al acto

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ACTOS COMPULSIVOS Y PASAJE AL ACTO
Autor: Viviana Vasallo. Profesora Depto de Psicoanálisis. Maestranda en Psicoanálisis
EL RELATO DE LA PACIENTE.
La paciente presenta cicatrices de cortaduras, especialmente en las manos, alrededor de las
uñas, aunque también en las piernas, pies y vientre. Desde hace más de siete años viene
recorriendo distintos servicios de dermatología- Dice: "Me operaron casi todos los dedos,
tenía como llagas en los dedos " (muestra).
Si bien la paciente relata estas automutilaciones, no tienen para ella esta significación.
Construye una explicación para su enfermedad, en torno a la presencia de hongos o
bacterias, que determinarían la aparición de los síntomas en piel.
Generalmente exhibe las lastimaduras, se detiene a observarlas, las describe, y expone a la
mirada del otro.
De su historia refiere haber nacido en un pueblo del Norte del país. Su padre al casarse
tenía dos hijas, y su madre 3. La pareja tiene 4 hijas mujeres, de las cuales, ella es la
segunda. De su madre dice: "...mamá era muy fría, pobre, ella tuvo un problema de piel,
decía acá no hay pulgas , hay bichos. Se curó de sus lastimaduras, pero empezó el
asma...ella se tiraba en la cama, eso debía ser depresión....lo único que le agradezco es que
me haya mandado a trabajar a los doce años, ahí terminé de criarme..."
Después de un tiempo relata que su madre le pegaba "casi sin razón", y que además
tomaba alcohol. Del padre dice: "...papá jamás nos tocó, al contrario nos defendía, todas las
noches contaba cuentos. Cuando alguien se portaba mal, no podía estar escuchando el
cuento...."
Cíclicamente vuelve a la explicación de los hongos, como causa de su enfermedad,
descartando el carácter autoprovocado de sus lesiones,."..."Ve que es una cosa que no está
tocada...me dicen que yo me lo toco y no es así, no es que yo me lastime...no me lo toco
Dra. Ud . lo vio. ..pienso que Uds. Piensan que yo me estoy escarbando..."
LA CUESTION DE LA REPETICION
Freud conceptualiza la repetición como un más allá del Principio del Placer, revelando un
funcionamiento psíquico muy diferente al determinado por éste. Aparece ligada al concepto
de trauma., su retorno incesante tendría la función de intentar integrarlo a la organización
simbólica del sujeto. Esta tarea vana da a la repetición su carácter de automatismo. El
primer trauma, es el del nacimiento, inherente al hecho mismo de vivir. Y el vivir supone el
retorno al punto del origen, al estado inanimado, a la muerte. Tras la repetición Freud
introduce la Pulsión de muerte.
En el Seminario XI , Lacan toma de la Física de Aristóteles, dos categorías para dar cuenta
del concepto de repetición:
"tyche y automaton". El automaton designa
para él la
insistencia de los signos, el principio del orden simbólico en general y de la cadena
significante en particular, un significante se enlaza a otro. ,es el automatismo significante,
el inconciente va produciendo sus formaciones. Supone un anudamiento de lo imaginario,
simbólico, que recubre lo real..
Sin embargo, Lacan nos dice "...lo real es eso que yace siempre tras el automaton, ...se
trata de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle, tyche, encuentro con lo
real..." Lo real, lo imposible, lo imposible de simbolizar, lo que no cesa de no inscribirse,
insiste por fuera de lo imaginario, simbólico, se presentifica.
La repetición es indicio de lo real., y es el mismo Lacan quien relaciona la función de la
tyche, de lo real como encuentro que puede ser fallido, con el concepto de trauma (lo
inasimilable), del que Freud habló.
¿Podríamos entonces alinear en una misma serie, la rumia repetida del obsesivo, o incluso
la insistencia de sus actos y rituales, con el acto desconcertante de quien persiste en lastimar
su cuerpo? La
denominación de Trastorno obsesivo compulsivo, en su carácter
generalizador, deja de lado la subjetividad, antepone el fenómeno al sujeto, desconoce la
posición del sujeto como siervo del lenguaje, sujetado a los equívocos de la palabra, y
desconoce también las viscisitudes de ese desujetamiento.
Lacan alerta de la posibilidad de confundir la repetición con el retorno de los signos o con
la reproducción o la modulación por la conducta de una especie de rememoración actuada.
En la paciente mencionada la s autoescoriasiones, aparecen por fuera de todo carácter
significante, representan el encuentro repetido con un real , imposible de inscribirse.
El cuerpo tiene el carácter de una cosa, que puede ser escarbada, cortada, desenrollada,
hurgada. La explicación construida en torno a su afección toma por momentos una forma
delirante, y es afirmada casi con certeza, una y otra vez.
La hipótesis desarrollada por Freud, en "El problema económico del masoquismo", del
masoquismo originario permite pensar el dolor como punto límite, signo del anudamiento
de la pulsión de vida y la pulsión de muerte. .Se trata de un dolor-goce, más allá del
principio del placer.
En este caso la acción mortificante sobre el cuerpo propio no aparece exenta de goce.
La paciente queda a expensas de aquel S 1 inicial, arbitrario, que pegaba "casi sin razón".
LA CUESTION DE LA REPETICION Y EL PASAJE AL ACTO
En el Seminario XI Lacan nos dice "...el plano del fantasma funciona en relación con lo
real , lo real es soporte del fantasma, el fantasma protege a lo real ...". Pero cuando el marco
fantasmático
se hace difuso o es inexistente, lo real
sale al asalto, asediando la
subjetividad.
El surgimiento de la angustia aparece ligado con los momentos en que "falta la falta",
punto en que el sujeto puede desaparecer, angustia de ser devorado por la mantis religiosa,
momento que marca la presencia de lo real.
Lacan marca escalones en Inhibición, Síntoma y Angustia, que jalonan los efectos que
produce en el sujeto, el interrogante acerca de su lugar en el deseo del Otro.
El punto equidistante respecto al deseo del Otro, parece ser el síntoma, posición por
excelencia de la división del sujeto, que le da la posibilidad de sostenerse en la cadena
significante, y desde allí producir un cierto saber Inconciente.
El síntoma se articula con el fantasma, que permite al sujeto mantener un vínculo con el
objeto y con la pulsión.
En el cuadro del Seminario X , Lacan coloca en el punto de máxima dificultad el Pasaje al
acto. La dimensión de la evasión de la escena es lo que permite diferenciar el acting out del
pasaje al acto., en este último se produce un borramiento del sujeto de la escena . Ambos
quedarían situados en un más allá de la palabra, del lado de lo indecible.
En el pasaje al acto habría un franqueamiento de la escena hacia lo real , una identificación
con el objeto a , y un discurso dirigido a un Oro no barrado.
Si la repetición es indicio de lo real, el pasaje al acto, como acción por fuera de la palabra,
presentifica lo real
La automutilación parecería inscribirse en este punto de máxima objetalización, fuera del
cirucuito del síntoma, más allá de la cadena significante, ajena a las formaciones del
Inconciente.
Debido a este carácter enigmático
e indecible resulta inaccesible a la interpretación.
Requerirá del analista otros modos de intervención posibles.
VIVIANA VASSALLO
ABSTRACT
En este trabajo, a partir de la presentación de una viñeta clínica, se intenta aportar una
comprensión teórica sobre los casos de automutilación, encuadrados por la psiquiatría
clásica como pertenecientes al Trastorno Obsesico Compulsivo. A través de las
correlaciones, de Freud entre la compulsión de repetición y la pulsión de muerte, y de
Lacan entre la repetición y lo real, proponemos situar estas impulsiones con la categoría de
pasajes al acto, por fuera del circuito de la palabra.
CURRICULUM VITAE
VIVIANA VASSALLO
Lic. en Psicología, Profesora del Departamento de Psicoanálisis (Universidad Argentina
John F. Kennedy). Investigadora de la Maestría en Psicoanálisis (Universidad Argentina
John F. Kennedy). Miembro del Equipo de Psicodermatología de la Cátedra de
Dermatología del Hospital de Clínicas.-
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