1 LA TEORIA DEL CONFLICTO y LA RESOLUCION DE

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LA TEORIA DEL CONFLICTO y LA RESOLUCION DE CONFLICTOS
Herbert David Ortega Pinto
En el desarrollo y devenir histórico de la humanidad, el conflicto ha ocupado y
ocupa u un lugar decisivo en las relaciones sociales y ha sido, en última instancia, el
elemento dinamizador que ha cambiado y marca la historia. Si pensamos en conflictos
armados intergrupales, nos encontramos con miles de ellos a lo largo de toda la historia
de la humanidad, lo cual ha fomentado la concepción negativa de la paz, es decir, paz
como ausencia de guerras o conflictos o como etapa intermedia entre dos guerras.
Pero un conflicto no es identificable únicamente con guerras o enfrentamientos
armados, sino que abarca también una variedad de situaciones que pueden generar
diversas manifestaciones y resultados. Si bien la guerra es la forma más llamativa e
importante de los conflictos sociales, esta no es la única.
La noción de conflicto tampoco se limita a las relaciones sociales intergrupales, sino
que abarca también las situaciones producto de relaciones interpersonales. No
obstante, por muchos años, se ha insistido en separar el estudio y tratamiento de los
conflictos intergrupales de los interpersonales; así, desde un punto de vista sociopolítico, tal y como lo plantea la investigación para la paz, la noción de conflicto
queda reducida a las relaciones intergrupales, definiendo el mismo como "una
situación social en la cual un mínimo de dos partes pugnan al mismo tiempo por obtener
el mismo conjunto de recursos escasos ". Esta definición nos lleva a considerar el
conflicto como un fenómeno social que involucra como condición necesaria la escasez.
En todo caso, se trate de conflictos interpersonales y/o intergrupales,
investigadores para la paz consideran el conflicto como un proceso natural y necesario
en toda sociedad humana, como una de las fuerzas motivadoras del cambio social y
como un elemento creativo esencial en las relaciones humanas. No se trata, por tanto,
de eliminarlo, sino más bien de regularlo y buscar su transformación en aras del cambio
y de la superación del status quo, de lo contrario, un conflicto puede ser destructivo y
aniquilador de esperanzas con un costo de elevadas proporciones. La clave no está,
pues, en su eliminación, como se ha pretendido con frecuencia, en cuyo caso la
sociedad se haría estática y uniformizada, desapareciendo la diversidad y riqueza
humana, sino en su regulación y resolución, en establecer las vías para su solución por
las partes ya satisfacción de las mismas, sin que el mismo llegue a desembocar en la
violencia.
LAS CAUSAS Y SURGIMIENTO DE LOS CONFLICTOS
Los resultados de las investigaciones antropológicas nos indican que los
conflictos se producen en todas las culturas que existen en el mundo, cada una con sus
particularidades. En la actualidad, donde quiera que miremos en la sociedad, vemos
conflictos latentes, en ebullición o plenamente manifiestos. A nivel de relaciones
interpersonales se aprecian conflictos entre amigos, compañeros de trabajo, esposos,
hermanos, padres e hijos y vecinos.
A nivel intergrupal, también se dan con frecuencia altercados cargados de
emociones y que muchas veces degeneran en violencia. Así, muchas de estas disputas
son extremadamente perjudiciales para la salud mental, acarrean pérdida de recursos,
malgastan tiempo y dinero y dañan o eliminan físicamente a muchas personas.
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En el análisis y estudio de las causas y surgimientos de los conflictos se han
generado fuertes y prolongadas discusiones sobre si la frecuencia con que estos han
aparecido en la historia humana obedece a una conducta destructiva -o agresiva- innata
en el ser humano, o si responde más bien a la combinación de factores naturales de la
persona humana con su medio ambiente ecológico y social. Por siglos se ha atribuido la
aparición constante de conflictos a la naturaleza humana. Muchos de los estudios
realizados al respecto están marcados por un pesimismo antropológico que señala las
relaciones humanas como inmutables relaciones competitivas y de lucha por el poder,
poder que garantizaría la seguridad y que será posible controlar sólo por medio de un
pacto social en donde todos los individuos se sometan deliberadamente a normas que
regulen sus relaciones sociales interpersonales e intergrupales.
En la otra posición, se encuentran los que sostienen que la agresividad humana
en un conflicto ni es inevitable, ni es un aspecto incontrolable de su naturaleza. En esa
dirección fue hecha la célebre " Declaración de Sevilla sobre la Violencia ", de 1986, la
cual fue producto de una reunión auspiciada por la UNESCO y que hizo converger a
investigadores y académicos de diversas disciplinas, provenientes de todas partes del
mundo y de las ciencias más relacionadas con el tema.
Dicha declaración recogió cinco proposiciones básicas:
I.
2.
3.
4.
5.
Es científicamente incorrecto decir que hemos heredado de nuestros ancestros
animales la tendencia a hacer la guerra;
Es científicamente incorrecto decir que la guerra o cualesquiera otras formas de
conducta violenta están genéticamente programadas en nuestra naturaleza
humana;
Es científicamente incorrecto decir que en el curso de la evolución humana ha
habido una selección a favor de las conductas agresivas sobre otra clase de
conductas;
Es científicamente incorrecto decir que los humanos tienen un cerebro violento
y;
Es científicamente incorrecto decir que la guerra es causada por instinto o
responde a una motivación singular.
Pese a la polémica sobre la causa y origen de la agresividad humana, lo que es
reconocido por todos es de que el conflicto, propiamente dicho, es natural y necesario
para el crecimiento y la transformación social y de que no estamos condenados a
resolver nuestras diferencias de maneras deshumanizantes. Es posible aprender y
practicar métodos, no para eliminar el conflicto, sino para canalizarlo hacia expresiones
y fines productivos y constructivos. La gente está descubriendo qué medios distintos de
discutir y de tratar los conflictos pueden producir resultados más satisfactorios. Ha
aumentado el interés por la negociación, la mediación y la solución negociada de
problemas como medios alternativos de resolución de disputas.
Para que estos procedimientos sean efectivos y promuevan la evolución de la
cooperación, hace falta desarrollar análisis más sofisticados, tanto de la causa de
conflictos, como de nuevos instrumentos para su resolución.
¿Qué es un conflicto?
Ya Peter Wallensteen nos ha definido un conflicto intergrupal como una situación
social en la cual un mínimo de dos partes pugnan al mismo tiempo por obtener el
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mismo conjunto de recursos escasos; y en la misma línea, pero con validez para
entender los conflictos interpersonales, Kenneth Boulding nos dice que un conflicto "es
una forma de conducta competitiva entre personas o grupos. Se da cuando dos o más
personas compiten por objetivos o por recursos limitados percibidos como
incompatibles o realmente incompatibles ".
Tanto en la definición dada por Wallensteen como en la expuesta por Boulding,
se trata de una situación social que implica una condición necesaria: la escasez. Y en
este sentido, Wallensteen nos apunta que para que la escasez conduzca a un conflicto
manifiesto se requiere de tres requisitos básicos: "la presencia de actores, la existencia
de ciertas salidas o alternativas de solución y la acción o conducta de los actores ".
Al considerar ambas definiciones nos damos cuenta que las mismas nos
presentan una idea asociativa y abarcadora, fácilmente comprensible y manejable para
académicos, pero no necesariamente lo es para la gente de la calle, sobre todo si nos
ubicamos en el contexto centroamericano en donde a nivel popular el término conflicto
lo asocian con enfrentamientos armados o con confrontaciones institucionales de
envergadura. Esto significa que a nivel popular se ha desarrollado todo un vocabulario
para hablar del fenómeno de la conflictividad humana que no implica necesariamente el
uso de la violencia armada y aunque se trata de terminología sin rigidez científica.
Así, un profesor de una escuela primaria considera como un conflicto el
desarrollado durante doce años entre el Gobierno/Fuerza Armada de El Salvador y la
guerrilla del FMLN y califica como un serio problema (y no como conflicto) el surgido
entre los arrendatarios del mercado central y el Alcalde de la ciudad. Aunque los
elementos componentes de ambas situaciones permiten identificarlas como conflictos,
para la percepción del ciudadano común existe diferencia. Sin embargo, esta diferencia
no obsta para que dicho ciudadano común reconozca la necesidad de resolver
alternativamente ambas situaciones.
Las distintas causas y tipos de conflictos:
De acuerdo con las características y los objetivos perseguidos por las partes en
un conflicto, éste puede tener varias fuentes y puede ser de varios tipos,
independientemente del nivel (interpersonal, intra o interorganizacional, comunal, social,
interno, internacional, etc.) y del marco en el que se desarrolle. Christopher Moore
identifica cinco causas centrales de conflictos las cuales describimos sintéticamente a
continuación:

Problemas de relaciones entre las personas




Problemas de información
Intereses realmente incompatibles o percibidos como tales
Fuerzas estructurales
Problemas de valores
Los Conflictos de Relación: se deben a fuertes emociones negativas,
percepciones falsas o estereotipos, a escasa o falsa comunicación o a conductas
negativas repetitivas.
Los Conflictos de Información: se dan cuando a las personas les falta la
información necesaria para tomar decisiones correctas, están mal informadas, difieren
sobre qué información es importante, interpretan de modo distinto la información, o
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tienen criterios discrepantes de estimación. Este tipo de conflictos estriba en que
nuestros procesos de comunicación son sumamente deficientes, llevándonos
continuamente a situaciones en las que mal interpretamos lo que nos es transmitido.
Muchas veces, dándonos cuenta o no, visualizamos mensajes desde diferentes puntos
de vista, percibimos o transmitimos solo parte de la información, conscientemente mal
informamos o somos mal informados, entre múltiples situaciones.
Los Conflictos de Intereses: son causados por la competencia entre necesidades
incompatibles o percibidas como tales. Los conflictos de intereses resultan cuando una
o más partes creen que para satisfacer sus necesidades, deben ser sacrificadas las de
un oponente. Este tipo de conflictos ocurren acerca de cuestiones sustanciales (dinero,
recursos físicos, tiempo, etc.), de procedimiento (la manera cómo la disputa debe ser
resuelta), o psicológicos (percepciones de confianza, juego limpio, deseo de
participación, respeto, etc.). Para que se resuelva una disputa fundamentada en
intereses, en cada una de estas tres áreas deben de haberse tenido en cuenta y/o
satisfecho un número significativo de los intereses de cada una de las partes.
Los Conflictos Estructurales: son causados por estructuras opresivas de
relaciones humanas. Se trata de estructuras sociales que promueven relaciones
competitivas en condiciones desfavorables para una o más partes (individual, social u
organizacional). Se presenta un desbalance de poder que, en muchos casos, nace de
condicionamientos establecidos por una estructura política, económica, religiosa,
cultural, etc.
Estas estructuras están configuradas muchas veces por fuerzas externas a la
gente en conflicto. Escasez de recursos, condicionamientos geográficos (distancia o
proximidad), tiempo (demasiado o demasiado poco ), estructura organizativas, etc.,
promueven con frecuencia conductas conflictivas.
Los Conflictos de Valores: son causados por sistemas de creencias
incompatibles o percibidos como incompatibles. Los valores son creencias que la gente
emplea para dar sentido a sus vidas. Los valores explican lo que es bueno o malo,
verdadero o falso, justo o injusto. Valores diferentes no tienen por qué causar conflicto.
Las personas pueden vivir juntas en armonía con sistemas de valores muy diferentes.
Las disputas de valores surgen solamente cuando unos intentan imponer por la fuerza a
otros un conjunto de valores, o pretenden que tenga vigencia exclusiva un sistema de
valores que no admite creencias divergentes.
Christopher Moore considera que esta tipología de conflictos puede ayudar a
analizar y entender los conflictos pues funcionando como una guía permite descubrir la
causa básica de una conducta conflictiva, identificar qué sector es prioritario, y estimar
si la causa es una incompatibilidad auténtica de intereses o un problema perceptivo de
las partes involucradas.
Métodos locales para la resolución de conflictos
Desde que existen los conflictos existen también diversos métodos para
resolverlos alternativamente y aunque lo que más se ha destacado en el devenir
histórico han sido las salidas violentas, en ningún momento eso significa que métodos
locales de solución pacífica no sean eficaces para su potencialización y aplicabilidad en
otras latitudes. En este sentido, es importante reflexionar seriamente sobre lo que ya
sabemos acerca de resolución alternativa de conflictos, aunque se trate solamente -y no
por eso menos importante- de conocimiento empírico. Muchos de nuestros
conocimientos acerca del conflicto social ya nos dan pistas, modelos y habilidades
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buenas y bien arraigadas en nuestra cultura. Es precisamente sobre dichos modelos de
donde debemos partir con un análisis objetivo que permita identificar flaquezas y fallas y
fortalecer aspectos positivos. Esta reflexión sobre nuestra propia experiencia se
complementa con lo que aprendemos de otros y sus experiencias.
Sin embargo, si hacemos una reflexión somera sobre los medios populares ( o
que se utilizan en el medio social latinoamericano de manera espontánea) de resolver
conflictos, reconocemos que lo primero que se nos presenta es una imagen destructiva
del temperamento latinoamericano, con una alta propensión a las soluciones violentas.
No obstante, al profundizar nuestro análisis encontramos que la realidad histórica nos
muestra diversos métodos que han funcionado por décadas y siglos. El libro "Enredos,
Pleitos y Problemas de Juan Pablo Lederach recoge varios modelos y experiencias de
resolución de conflictos que se han desarrollado históricamente, tanto en España como
en América Latina (Ver apéndice 1 ), pero de todos ellos, lo que más destaca es que se
trata de modelos propios de la comunidad o región en donde se han implementado, lo
cual cultiva la confianza y credibilidad derivada del conocimiento de la gente y la
identificación de la instancia y procedimiento resolutor como propios de la comunidad o
región. Además, siempre la mejor solución es la que surge de los que tienen el
problema.
Es pertinente señalar que cuando hacemos referencia a métodos locales de
resolución de conflictos no nos estamos refiriendo a los mecanismos jurídicos vigentes
en la mayoría de Estados latinoamericanos, particularmente en los Estados
centroamericanos, ya que estos Sistemas, personificados por jueces y abogados y que
funcionan por medio de sentencias y resoluciones, no responden al espíritu de la
resolución alternativa de conflictos, es decir, a dar una salida mutuamente satisfactoria
para las partes involucradas que promueva el restablecimiento de relaciones sociales
armónicas, pues el aparato judicial 1o que hace es aplicar las normas legales a los
casos concretos, lo cual significa que por lo general una de las partes en un conflicto
'pierde' el caso o es sancionada por la ley.
La Negociación Voluntaria como Método Efectivo
Aunque el tema de la negociación será tratado en un capítulo posterior- es
pertinente señalar que la negociación entre las partes puede ser de los métodos más
efectivos para resolver conflictos. La Negociación es un proceso en el que dos a más
partes involucradas en un conflicto dialogan directamente, con el objeto de llegar a un
acuerdo sobre un asunto o disputa que les afecta. La negociación puede ser una
actividad que se realice informalmente dentro de las relaciones sociales cotidianas y en
donde las partes se comunican espontáneamente. Pero la Negociación puede también
consistir en un proceso serio y definido en donde los representantes de las partes
pueden ser negociadores con experiencia y entrenamiento y moverse dentro de
términos de negociación predeterminados por las mismas partes.
De cualquier manera, la negociación es uno de los métodos más comunes
empleados para tomar decisiones y tratar disputas. Sin embargo, no siempre resulta
fácil de asumir e implementar por las partes y algunas veces, aún habiendo sido
asumido por las partes, responde más a objetivos tácticos (de ganar tiempo, de obtener
apoyo, de redefinir posiciones, etc.) que a objetivos estratégicos en el sentido de buscar
la salida negociada al conflicto.
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Es por ello, que para la apertura de un proceso de negociación que promueva la
resolución alternativa de una disputa o conflicto es indispensable que converjan, como
mínimo, las condiciones siguientes:
Condiciones para la Negociación

Deben estar presentes las partes involucradas en el conflicto, ser plena- mente
identificables y representativas (sobre todo si se trata de conflictos intergrupales) .

Debe admitirse por las partes la necesidad de negociar con la o las otras partes para
encontrar la salida no violenta. Porque si una parte no estima indispensable negociar
para alcanzar sus objetivos, la negociación tendrá poco a ningún impulso.

Es necesario que las partes hayan hecho consideraciones previas sobre la
posibilidad de negociar para encontrar la salida a la disputa y sobre lo que puede
implicar un proceso de tal naturaleza. Esto ayuda a eliminar reticencias iniciales.

Las partes deben estar sabedoras que para el proceso en una negociación es
necesario asumir una actitud y posición que tome en cuenta la legitimidad y los
intereses de las contrapartes.

Las partes deben tener la voluntad de ponerse de acuerdo, porque si la voluntad de
las mismas es continuar el conflicto, el proceso negociador está condenado al
fracaso. Para conseguir un acuerdo, las consecuencias negativas de no conseg1lirlo
deben ser más perjudiciales, dañinas y costosas que las de conseguirlo.

Las partes deberán entender que en una negociación al menos obtendrán algo de lo
que pretenden ya que el resultado de no negociar es imprevisible y su resultado
puede ser la pérdida total o un alto costo. Sólo si para las partes es imprevisible una
victoria unilateral será posible una negociación.

Deben existir ciertos factores internos y/o externos que presionen a las partes a
negociar en un límite de tiempo. Las partes deben tener conjuntamente una
sensación de urgencia y ser conscientes de que si no se logra una decisión a
tiempo, pueden sufrir una acción adversa, el no aprovechamiento de algunos
beneficios y el desgaste en la imagen y credibilidad de las partes. Si el aplazamiento
es ventajoso a una de las partes, existen menos probabilidades de que las
negociaciones se efectúen, y si de hecho se efectúan, hay menos impulso hacia un
acuerdo.

Las partes deben estar revestidas de la autoridad suficiente para poder tomar
decisiones. Dudas que puedan generarse respecto a esto restarán impulso al
proceso-

Las partes deben hacer un análisis objetivo sobre los intereses de sus contrapartes
separando el asunto o incompatibilidad de las personas, esto ayudará a clarificar la
disputa ya desapasionarla.
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
Es importante que las partes estén con el mayor conocimiento posible sobre el
entorno en el que se desarrollará la negociación, pues algunos factores de dicho
entorno podrían y/o deberían ser modificados u orientados para facilitar la
consecución de acuerdos.
Una Guía para el Análisis de Conflictos
Ya hemos analizado y estimado sumamente útil tomar como punto de partida
para la resolución de conflictos los métodos locales que conozcamos, producto de
nuestra propia experiencia, y/o enriquecidos con la experiencia de otros. Sin embargo,
al revisar las fuentes bibliográficas y documentales que sobre el tema se tienen hasta la
fecha, reconocemos que algunos planteamientos teóricos y algunas sugerencias
prácticas pueden ser de gran ayuda en diversos tipos de conflictos que debamos
abordar y analizar, ya sea para su mero entendimiento o para su eventual resolución.
"Si los conceptos son explicativos de los fenómenos reales, la teoría 'ilumina' la realidad
y lo que acontece se comprende mejo1; pudiendo incluso ser útil para formular líneas
de acción política o para aconsejar que los actores políticos tomen decisiones en
determinada dirección ".
En tal sentido ocupamos este apartado para trazar y revisar una Guía para el
análisis de conflictos, la cual se desprende de lo planteado por Peter Wallensteen en su
trabajo sobre "Un Marco Teórico para la Resolución de Conflictos".
Definir las Incompatibilidades Básicas
La teoría plantea que un punto de partida importante para el análisis y
entendimiento de los conflictos es el estudio de las incompatibilidades básicas, es decir,
las causas fundamentales que generan un conflicto y lo hacen manifiesto,
principalmente a través del uso de la violencia, la cual, en su expresión más extrema,
busca la aniquilación total del oponente. La teoría define una incompatibilidad como "
situaciones sociales en las cuales dos o más partes luchan por adquirir al mismo
tiempo, los mismos recursos escasos", recursos que pueden ser materiales (territorio,
agua, petróleo, dinero, etc.) y/o inmateriales (tiempo, la soberanía, el status, el poder
político) .Esta definición significa que el conflicto es un fenómeno social que involucra
una condición necesaria: la escasez.
Es precisamente la escasez la que conduce a la formación y organización de
Actores quienes asumen determinadas posiciones y persiguen ciertas salidas que para
ellos son las posibles o las más adecuadas para el alcance de sus objetivos. De esta
manera, es el estudio de las incompatibilidades lo que nos permite, seguidamente, la
comprensión de la formación y los procesos de organización de las Partes directamente
involucradas.
En la definición de incompatibilidad encontramos tres elementos básicos: objetivos
que se excluyen mutuamente, tiempo escaso y recursos escasos. Al tratar de esbozar a
manera de ejemplo una incompatibilidad en un conflicto "X" y a partir de la precisión de
estos tres elementos, la versión resultante sería más o menos así: es una situación que
enfrenta a dos partes, las cuales, al perseguir objetivos planteados en forma
incompatible con los de su oponente, luchan por obtener un conjunto de recursos
(materiales y/o inmateriales) que son, a tal punto, escasos que no permiten satisfacer
de manera simultánea a ambas partes. Es también el estudio de las incompatibilidades
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lo que nos permite definir el tipo de conflicto que estamos abordando (ya sea de
relación, de información, de intereses, estructurales o de valores).
Las Partes (Actores) en un Conflicto:
Una clara identificación de quienes están involucrados o son partes en un
conflicto y quienes pueden ayudar a resolverlo es fundamental; este análisis nos
permitirá precisar los intereses en juego, explicar los comportamientos y diferenciar a
las partes. Estas pueden ser de dos tipos: Las Directamente Involucradas y las
llamadas "Terceras Partes".
Definir las Partes Directamente Involucradas:
Una Parte directamente Involucrada es una persona, grupo social u organización
que está presente con su propia identidad y estructura organizativa, con control sobre
ciertos recursos (económicos, humanos, culturales, tecnológicos, militares, etc.) y que al
perseguir objetivos que le son propios, se, halla enfrentada a otra similar.
Con frecuencia para el análisis de los conflictos se ha considerado de forma
implícita la existencia de los actores y se han realizado estudios dirigidos principalmente
a la conducta y posición que estos asumen para alcanzar sus objetivos. Sin embargo,
Wallensteen señala que "una comprensión más profunda sólo será alcanzada si el
proceso de formación de los actores es entendido de una manera más completa ".
Definitivamente, es particular- mente importante conocer los procesos de formación de
los actores, ya que muchas veces esta investigación nos permite entender mejor los
objetivos que persiguen y obtener una mayor claridad sobre las incompatibilidades
básicas. Con esto se logra una diferenciación entre los objetivos reales y los de
contenido propagandístico. Asimismo, esta labor nos ayuda a distinguir las
incompatibilidades reales de las supuestas.
Las Terceras Partes:
" Son aquellas que están indirectamente influenciadas por el desarrollo del
conflicto y/o aquellas que están interesadas en que se llegue a un tipo de solución que
les seafavorable".
En un conflicto no necesariamente debe participar una Tercera Parte para su
solución negociada ya que las partes podrían por si solas emprender un mecanismo
alternativo a través de conversaciones directas. Sin embargo, esto dependerá muchas
veces del nivel en el que se encuentre la relación entre las Partes directamente
involucradas. Si la violencia no ha sido utilizada por ninguna de las partes, es probable
que ambas (aún siendo la propuesta de una de ellas) se decidan por la solución
negociada, pero si la violencia, sea esta directa o indirecta, ya se ha hecho presente, es
casi imposible que las Partes adopten por si solas un proceso de negociaciones y
requerirán de la participación de una Tercera Parte que propicie y garantice un
mecanismo alter- nativo de resolución del conflicto.
Las modalidades de participación de terceras Partes pueden ser diversas y en un
proceso de resolución de conflictos pueden implementarse una, dos o más de ellas. Por
ejemplo, en el conflicto salvadoreño Naciones Unidas participó como Observador
primero, Mediador después y Verificador finalmente. Aquí, fue la misma Tercera parte
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para las tres modalidades pero puede darse el caso de que las terceras partes sean
distintas de acuerdo a los requerimientos de cada modalidad.
Una Tercera Parte puede tener funciones de Observador, Conciliador, Mediador,
Facilitador, Arbitraje, Verificador, etc., pero todo dependerá de lo que las partes
directamente involucradas decidan, pues dicha participación deberá ser de acuerdo a
su voluntad y nunca con matices de imposición. Además, es necesario para la salud del
proceso, que los acuerdos que puedan alcanzarse sean reconocidos y asumidos como
propios por las mismas partes. En otras palabras, la Tercera Parte deberá menguar en
su protagonismo a modo de que las directamente involucradas aparezcan como las
responsables directas de los acuerdos, lo cual sería un factor de ayuda en la ejecución
de dichos acuerdos. En un apartado posterior se tocará con más detalles la
Participación y Mecanismos de Participación de Terceras Partes.
Las Relaciones entre las Partes
La teoría de Resolución de Conflictos plantea también que en el análisis de
conflictos es de suma importancia estudiar cómo ha sido y cómo se encuentra el nivel
de las relaciones entre las partes ( o Actores). Una primera situación que puede
presentarse en la relación entre las partes es cuando una considera que para el alcance
de sus objetivos es indispensable la eliminación de la otra. Una relación así, más que la
solución del conflicto contribuye a su prosecución y al incremento en la intensidad. Una
parte podrá eliminar o aplacar a la otra, pero si no se resolvieron las causas que
generaron su oposición armada, nada obsta para que el mismo u otro oponente se
organice para emprender de nuevo el conflicto.
La segunda situación que podríamos encontrar en el análisis de la relación entre
las partes, es cuando una emprende una lucha para obtener determinado tipo de
reconocimiento, ya sea reconocimiento como Parte y/o reconocimiento de su lucha
como legítima. " Por consiguiente, las formaciones conflictivas (algunas) pueden
disolverse por medio del reconocimiento y los cambios reales que el mismo implica a fin
de terminar con los enfrentamientos, o incluso, el reconocimiento puede tal vez ser útil
para evitar que tales enfrentamientos comiencen ". Un ejemplo sobre la resolución de
un conflicto por medio del reconocimiento es la independencia de la India, caso en el
cual el otorgamiento de la independencia por parte del Reino Unido significó superar un
conflicto en el cual que, con todo y la "Resistencia Pacífica" impulsada por Ghandi, la
violencia empezaba a figurar como un componente central.
El estudio de las relaciones entre las partes conduce necesariamente al análisis del
comportamiento que estas adoptan. Este debe examinarse en términos de transferencia
positiva o negativa de valores. Las acciones negativas como la conducta hostil y
destructiva entre las partes impulsa o mantiene el conflicto, mientras que las acciones
de índole positiva, como la conducta amistosa y constructiva entre dos partes, reduce el
conflicto y conduce al diálogo. Sin embargo, no siempre es claro para las partes la
conducta de su oponente y se genera un problema de percepciones, ya que el
comportamiento raramente es tan fácil de interpretar como normalmente se cree.
Definir los Recursos en Disputa y los Objetivos Perseguidos por las Partes
Esta es una fase central en el análisis de conflictos y en su tratamiento
resolutivo. Recursos son todos aquellos bienes materiales e inmateriales que le sirven
al ser humano para satisfacer su necesidades básicas. Si estos existieran en
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cantidades suficientes, no habría razón primaria para que se desarrollara un conflicto.
Es su escasez la que conduce a una disputa a partir del momento en que dos ó más
partes se enfrentan intentando adquirirlos simultáneamente y en la persecución de sus
objetivos, estas se encuentran con que ambas pretensiones son incompatibles ante el
hecho de que el recurso, o existe en cantidades limitadas, o bien no es susceptible de
ser dividido.
La cuestión de los recursos está íntimamente ligada con la manera en que las
partes formulan sus objetivos, ya que si los objetivos son formulados de manera
absoluta, la solución podría encontrarse más fácilmente, pues las cantidades con
números fijos pueden ser incrementadas o un compromiso que de un poco a cada quien
puede ser encontrado. Si por el contrario, los objetivos se proponen en términos
relativos, la solución puede ser más difícil. Un ejemplo de objetivos planteados en
términos relativos es el siguiente: " Si el Actor A desea el 55% de todos los recursos
disponibles y el Actor B desea la misma cantidad, obviamente la división no funcionará
".
Cuando los objetivos están formulados en términos absolutos, la cuestión radica
en saber si los recursos pueden ser incrementados o divididos, pero cuando los
objetivos están formulados en términos relativos la situación se hace más problemática.
Es necesario que las partes en un conflicto y, si es el caso, la Tercera Parte, realicen
un análisis exhaustivo sobre el tipo y las cantidades de recursos que están en
disputa, así como también en la manera en que estén planteados sus objetivos, ya
que para la resolución de la disputa habrá que determinarse si los recursos pueden
aumentarse o dividirse a satisfacción de las partes, o, si contrariamente, habrá que
orientar las posiciones hacia un " cambio voluntario de objetivos " .
De acuerdo a la teoría de resolución de conflictos, cambio voluntario de objetivos "
significa que una posición previa, sostenida por una o ambas partes, sea modificada o
abandonada ". No obstante, para que este cambio se opere, deben desarrollarse ciertas
condiciones, siendo una de ellas que el cambio será realmente voluntario en el sentido
de no ser producto de una situación impuesta externamente o del uso desproporcional
de la fuerza por una de las partes. Otra condición consiste en que para que una parte
cambie sus posiciones previas, requiere de lo que Wallensteen llama un "formato de
legitimidad", pues por la cantidad de energía física y mental que las partes invierten en
la formulación y defensa de sus objetivos, deben manejar una justificación que no
ponga en peligro su existencia, ni generar con ello divisiones internas si se tratase de
una parte grupal organizada. En otras palabras, las Partes que cambian sus objetivos
deben convencer y/o demostrar que los resultados de mantener los mismos objetivos
son más perjudiciales de los que podrán obtenerse con el cambio.
La Incidencia de Factores Externos y/o Internos:
Difícilmente un conflicto, ya sea personal o intergrupal, podrá mantenerse en un
nivel que no afecte a terceras personas e igualmente difícil es que factores del entorno
no incidan directa o indirectamente en el desarrollo del mismo así como en un eventual
proceso de resolución alternativa. Richard Cottam llama la atención sobre la
importancia de considerar factores externos e internos para el entendimiento de los
conflictos y para su resolución. Ninguna persona que quiera mediar en un conflicto
tendrá la suficiente información si no analiza el entorno (social, económico, cultural,
ecológico y/o político) en el que se desarrolla el conflicto.
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Participación y Mecanismos de Participación de Terceras Partes Observación y/o
Verificación
La Observación es la función que una Tercera Parte puede desempeñar con el
fin de dar testimonio de la voluntad política desplegada por las partes para negociar,
para cumplir compromisos asumidos o para sujetarse a normas de conducta asumidas
previamente. Para que esta función pueda ser desarrollada eficazmente, debe ser con
el total aval de las partes directamente involucradas. Significa esto que una tercera
parte, por muy buena voluntad que tenga, sólo deberá actuar a solicitud de las partes y
conforme a lo prescrito por ellas. Obviamente, debe tratarse de una tercera parte
idónea, con la con- fianza de todas las partes involucradas, pero con la limitante de no
poder intervenir en las negociaciones directas sostenidas por las partes primarias.
Ejemplos de este mecanismo lo encontramos en el proceso de paz de
Guatemala, en donde por casi tres años el señor Francesc Vendrell (fue
sustituido por Jean Arnault quien después pasó a ser el Mediador en la
reanudación de las negociaciones), Representante del Secretario General de
Naciones Unidas, fue el Observador de las reuniones sostenidas entre la
URNG, sectores de la Sociedad Civil y el Gobierno.
La Verificación es una leve variante de la Observación aunque en algunos casos
resulten lo mismo. El mecanismo de verificación se ha implementado la mayoría de las
veces para observar y denunciar el cumplimiento de acuerdos previamente establecidos
por las partes primarias, por lo que asume funciones con cierta autonomía y con una
dinámica propia. En Centroamérica tenemos ejemplos de mecanismos de verificación
en las funciones desempeñadas por ONUSAL en El Salvador y por MINUGUA en
Guatemala.
Aunque todo dependerá de las atribuciones que las mismas partes primarias le
den a la tercera parte, normalmente, los comunicados y pronunciamientos de un
Observador y/o Verificador no condicionarán las decisiones que los Actores primarios
aunque podrían darles alguna orientación.
En conflictos comunitarios e interpersonales estas modalidades de participación
de terceras partes no son las más frecuentes, lo cual no obsta para que no se tomen en
cuenta como mecanismos factibles de contribuir a una salida negociada del conflicto.
Conciliación
Este es un mecanismo con un rol que va más allá de la Observación y/o
Verificación y que muchas veces es lo que facilita y promueve la búsqueda y
encuentro de una solución alternativa al conflicto.. Un Conciliador busca,
principalmente, cambiar la imagen que las partes se tienen una de la otra y poner sobre
la mesa la posibilidad de salidas no violentas. La Conciliación es un proceso en el cual
una Tercera Parte (muy difícil que la conciliación se implemente por una de las partes)
facilita la comunicación entre dos o más partes y con la atribución y capacidad potencial
de orientar las discusiones facilitando la obtención de acuerdos diseñados y decididos
exclusivamente por los Actores primarios. Para este mecanismo, es indispensable que
el Conciliador participe a solicitud de las partes.
11
Asimismo, el Conciliador debe llenar ciertos requisitos para desarrollar su rol.
Debe tratarse de un Ente o persona. con credibilidad y con respaldo moral que, en el
mejor de los casos, deberá ser reconocido, además de las partes directamente
involucradas, por el entorno social en el que se desarrolla el conflicto y la negociación
misma.
Sin embargo, las atribuciones y características de un Conciliador pueden variar
de un proceso a otro, lo que significa que en un conflicto el rol del Conciliador puede
ser de bajo perfil en comparación con el rol desempeñado en otro. Esto también
dependerá de los contextos y niveles donde se desarrollen los conflictos y en donde se
implemente esta modalidad. En Guatemala tenemos el ejemplo dejado por Monseñor
Rodolfo Quezada Toruño quien fue el Conciliador en las negociaciones de Paz entre
URNG, Sociedad Civi] y Gobierno/ejército de 1990 hasta 1993. Este rol dejó de ser
funcional a partir del momento en que las Partes directamente involucradas asumieron
posiciones intransigentes que hicieron imposible un acuerdo sobre el tema de derechos
humanos y la continuidad misma del proceso. Los esfuerzos de Monseñor Quezada
por llevar a las partes a un acuerdo fueron sumamente importantes y valiosos, sin
embargo, en cierto momento la conciliación pareció agotarse, lo que hizo necesario
negociar la presencia de una nueva tercera parte con carácter de mediador.
En conflictos comunitarios, familiares o personales el papel de Conciliador lo
podría desempeñar un miembro de la familia, un Pastor evangélico, el Cura de la
localidad, un vecino notable y respetable, etc. Pero es preciso tener claro que ]a
función básica del Conciliador es la de cambiar la imagen que las partes tienen entre sí
y acercarlas hacia la búsqueda de una salida negociada y mutuamente satisfactoria;
funciones que vayan más allá, caen en la modalidad de Mediación.
El Arbitraje
Si bien es cierto que el Arbitraje es un procedimiento más de participación de
terceras partes en un conflicto, la mayoría de las veces este no contribuye a la
resolución de los conflictos, entendiendo resolución como el alcance y ejecución de
acuerdos mutuamente satisfactorios para las partes y en donde se restauren o
establezcan relaciones armoniosas y de cooperación. En el mejor de los casos, llegar al
Arbitraje en un conflicto debe ser producto de una decisión consensuada de las partes.
El Arbitraje es un proceso en el que el árbitro es designado por las partes (que
puede ser un juez, un alcalde, un líder religioso, etc.) y sus funciones son las de
escuchar las pretensiones de las partes y las pruebas que las sustentan, para luego
emitir una sentencia o resolución que debe ser acatada por ellas.
Nuestra tesis es de que en el desarrollo de este procedimiento la sentencia o
resolución que resulta, casi nunca deja a todas las partes satisfechas, lo cual
mantendría abierta la posibilidad de reiniciar la disputa y sacrificaría la posibilidad de
establecer relaciones de cooperación entre las partes. Además, algunas resoluciones
podrán estar basadas en derecho y ser legales pero no siempre serán justas. En una
situación así, la parte inconforme podría acudir a un mecanismo propiamente jurídico,
pero dependerá del contexto en el cual se desarrolle el conflicto y el respectivo proceso
de solución.
12
No obstante la poca experiencia en nuestra región con el procedimiento arbitral,
reconocemos que cuando este es producto de una decisión consensuada entre las
partes, es probable que las incompatibilidades reales queden resueltas y pueda florecer
algún tipo de cooperación.
El Mecanismo Judicial
Por otra parte, tal y como ya lo señalamos, existe también la posibilidad de
recurrir al mecanismo judicial tanto en conflictos de orden interno como internacionales,
pero pocas veces este mecanismo arroja resultados mutuamente satisfactorios y que
promuevan las relaciones de cooperación entre las partes. Aquí, la decisión final
corresponde a un Juez o a una Corte y esta debe acatarse obligadamente. Lo más
frecuente con este mecanismo, es que las partes se vean involucradas en un proceso
desgastante de la relación humana, con pérdida de recursos materiales y de tiempo.
Llegar al mecanismo judicial debería ser la última instancia a la que acudirían las
partes después de haber agotado todas las alternativas y mecanismos de solución
negociada posibles. No se trata de descalificar los sistemas jurídicos ni sus respectivos
procesos judiciales pues estos han sido de trascendental importancia regulando las
relaciones sociales en los ámbitos internos e/o internacionales. Lo que se pretende es
desarrollar mecanismos que constituyan ahorro de recursos (tiempo y dinero) y
signifiquen transformar relaciones de conflicto en relaciones de cooperación.
A nivel interno la aplicación de mecanismos judiciales lo apreciamos
cotidianamente, mientras que a nivel internacional podemos ver ejemplos en las
acciones de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Un ejemplo de solución de un conflicto internacional a partir de la CIJ lo tenemos
en el protagonizado por Honduras y El Salvador con la mal llamada "guerra del fútbol".
Después de que el conflicto se hizo manifiesto a través de la violencia armada, los
buenos oficios de gobiernos latinoamericanos condujeron a las partes a negociaciones
diplomáticas para encontrar una salida negociada y, desde un primer momento,
establecieron que, de no alcanzar un acuerdo mutuamente satisfactorio y como última
instancia, acudirían a la Corte Internacional de Justicia para encontrar a través del
mecanismo del Arbitraje, la solución al diferendo. Todo parece indicar que el fallo de la
Corte ha sido aceptado por las partes y que el conflicto ha quedado parcialmente
superado; sin embargo, se requeriría de una investigación más a fondo para determinar
la manera en que las poblaciones afectadas por el litigio territorial han asumido el
fallol9.
Otro ejemplo lo encontramos también en la región centroamericana con el caso
de "Actividades militares y paramilitares en Nicaragua y en contra de Nicaragua"
(Sentencia de 27 de junio de 1986), siendo Estados Unidos la otra parte en conflicto. El
fallo de la Corte condenó a Estados Unidos y le demandaba indemnizar al Gobierno
nicaragüense. Dicho fallo no fue acatado por el Gobierno estadounidense y cuatro años
después, como producto de negociaciones y arreglos políticos, el Gobierno de
Nicaragua retiró la demanda.
La Mediación
La Mediación puede entenderse como un mecanismo de intervención de terceras
partes que busca contribuir a que las partes directamente involucradas alcancen un
13
acuerdo mutuamente satisfactorio sobre las incompatibilidades básicas; no tiene el
poder de tomar decisiones a menos que las partes primarias establezcan en forma clara
y de común acuerdo lo contrario. Es un proceso en donde la voluntad política de
asumirlo es fundamental para el logro de una solución negociada. La función del
Mediador o de los Mediadores consiste en ayudar a las partes a seguir procedimientos
que les posibiliten encontrar salidas que satisfagan con éxito sus intereses sustanciales.
Este mecanismo es funcional para casi todo tipo de disputas, sin embargo, cobra
especial eficiencia en conflictos entre partes con vínculos precedentes y en donde se
reconoce como un interés o necesidad para ambas el mantener o restablecer una
relación estable. Puede ser ejecutada (la mediación) por una sola persona o una sola
entidad, también, como lo plantea Christopher Mitchell, puede tratarse de un proceso
complejo en el que pueden actuar entidades diferentes -simultánea o
consecutivamente- y no como tarea a hacer por un sólo intermediario en si mismo que
implique la participación de varios terceros conforme a las fases en que se divida tal
proceso de mediación.
Para este autor, un modelo de mediación visto como proceso se compone de
una serie de roles entrelazados y complementarios, asumidos por una serie de
intermediarios de quienes se espera estén bien preparados y sean los adecuados para
ello. Mitchell ejemplifica su postulado con los dos procesos abiertos en Sudán. El primer
proceso fue el que condujo a los acuerdos de Addis Abeba a comienzos de 1972 y en
donde distintos actores jugaron roles también distintos. En dicho proceso los roles de
convocantes y facilitadores los jugaron representantes del Consejo Mundial de Iglesias
(WCC) y la Conferencia de las Iglesias de Africa (AACC) y el mismo equipo sirvió de
moderador en las conversaciones directas que se dieron en Addis Abeba.
Otro rol que identifica Mitchell dentro del mismo proceso es el de legitimador y
fue desempeñado por el prestigioso estadista africano de la Organización de la Unidad
Africana, el Emperador etíope Hailé Selassié. En fin, Mitchell destaca como exitoso este
primer proceso basándose en que al intervenir varios mediadores, se asumió una
mezcla apropiada de funciones esenciales y se siguió una secuencia más o menos
correcta.
En todo caso, la Mediación, vista como un proceso y no únicamente como el
papel de un Tercero, permite entender algunos rasgos de la naturaleza misma de la
Mediación y de la estrategia que conviene emplear en casos de ciertos conflictos. El
ejemplo del proceso seguido en la guerra civil sudanesa nos muestra validez de la
Mediación vista como proceso y no como Actor único, pero todo dependerá del tipo de
conflicto (si intergrupal o interpersonal), de su magnitud y alcance (si nacional o
internacional) y del tiempo que esté dilatando el mismo.
En su trabajo, Christopher Mitchell presenta un cuadro con los principales roles a
jugar por los intermediarios en un conflicto dentro de un proceso de Mediación, el cual
nosotros recogemos de forma adaptada.
Roles y Funciones de los Intermediarios
Rol Tareas y Funciones
Explorador
Confirma a los adversarios que la otra parte no está
decidida a "vencer". Esboza una serie de soluciones
posibles.
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Convocante
Inicia el proceso de paz pidiendo una tregua,
conversaciones, etc. Interviene para que las partes
puedan participar en las conversaciones. Convence a
los adversarios de la posibilidad de buscar soluciones
satisfactorias para ambas partes y de que el proceso
de intermediación es provechoso. Ofrece la sede,
apoyo logístico y presencia legitimadora en cualquier
conversación. Puede actuar como facilitador.
Desacoplador
Ayuda a que los aliados externos se desliguen del
conflicto interno en el que se han inmiscuido. Recluta
aliados externos para cumplir funciones de
persuasión, respaldo o mejora.
Unificador
Ayuda a superar divisiones internas, de forma que
todas las fracciones lleguen a un acuerdo sobre
intereses, valores y soluciones aceptables.
Preparador
Desarrolla las habilidades y la competencia
necesarias corrigiendo desigualdades para posibilitar
el que las partes lleguen a una solución sostenible y
aceptable para todas ellas.
Generador de Ideas
Ofrece nuevas informaciones, ideas, teorías y
opciones a los adversarios para que elijan o adecuén.
Desarrolla una nueva forma de pensar sobre una
serie de opciones o resultados posibles que puedan
conducir a una solución.
Garante
Garantiza a los adversarios que no van a sufrir costos
desmesurados por el hecho de entrar en un proceso
de intermediación. Ofrece seguridades ante una
posible ruptura del proceso. Garantiza cualquier
acuerdo.
Facilitador
Cumple una serie de funciones antes o durante las
conversaciones cara a cara entre los adversarios
(presidir los encuentros, interpretar posiciones y
respuestas, etc.).
Legitimador
Ayuda a los adversarios a que acepten el
proceso y el resultado (a nivel interno y externo),
aportando su prestigio al procedimiento.
Incentivador
Ofrece recursos adicionales para ayudar a los
adversarios a que lleguen a una fórmula de solución
de suma positiva.
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Monitor
de lo acordado por parte del
para no cumplirlo.
Da cuenta a las partes del cumplimiento cabal
adversario, o de las razones
Ejecutante
Controla el comportamiento de las partes después del
acuerdo e "impone sanciones" si no se cumplen los
puntos acordados.
Reconciliador
Su tarea es a largo plazo y consiste en ir corrigiendo
las actitudes, estereotipos e imágenes negativas que
se suelen dar entre adversarios. Genera nuevas
relaciones que superen las divisiones que el conflicto
ha dejado tras de sí.
La Mediación como un Mecanismo Efectivo para la Resolución de Conflictos
Es pertinente reiterar que en su sentido más puro resolución de conflictos
significa alcanzar acuerdos y encontrar salidas mutuamente satisfactorias para las
partes directamente involucradas y la participación de una tercera parte debe entonces
desarrollarse conforme a un mecanismo que coadyuve a este propósito. Dentro de las
modalidades de participación de terceras partes analizadas en el apartado anterior
consideramos la de mediación como de las más efectivas para contribuir a resolver
conflictos en forma negociada.
Sin embargo, ninguna persona o institución sirve de tercera parte mediador si no
cuenta con la aceptación de los Actores primarios para la ejecución de dicha función.
Está ampliamente demostrado que las mediaciones más exitosas en la resolución de
conflictos son aquellas que resulta de la petición expresa de las partes hacia el o los
potenciales mediadores. Esta aceptación surge principalmente de la confianza que
inspire la persona o institución y que es el producto de una conducta seria y
responsable que le hayan granjeado una imagen aceptable en lo moral, en lo social y
en lo político. Así el eje principal en la mediación de conflictos es la confianza. Si
queremos servir de terceros, el crear y profundizar la confianza es la tarea principal que
nos permite introducimos al conflicto adecuadamente.
El mecanismo de Mediación busca (debe) crear un ambiente en el que los que
experimentan un conflicto puedan encontrar salidas satisfactorias y mutuamente
aceptables. A menudo, cada parte se encierra en posiciones basadas en la idea de que
sólo lo propuesto por sí misma es la mejor solución e invierten recursos materiales,
humanos y de tiempo en alcanzar dicha solución, lo que muchas veces lleva el conflicto
a generar en violencia. Se trata de un modo de pensar y actuar exclusivista, en el que
una gana y la otra pierde. La mediación consiste entonces en re ubicar el conflicto a fin
de que los involucrados se vean como copartícipes en la solución y en donde todos
ganan. Por supuesto, este proceso lleva tiempo y nunca hay suficiente garantía de tener
éxito. Lo que sí debe estar claro para las partes primarias es que continuar con
objetivos mutuamente excluyentes les será más perjudicial que buscar una solución
alternativa.
16
Las Funciones del Mediador
Las funciones del Mediador en un proceso de mediación para la resolución de un
conflicto van a variar de un conflicto a otro dependiendo del tipo, magnitud y alcance; no
obstante, podemos ubicar algunas de sus funciones básicas más comunes, apoyados
en los trabajos de Christopher Moore, Juan Pablo Lederach y Christopher Mitchell.
Al entrar a considerar estas funciones partimos del supuesto de que el
mecanismo de mediación ha sido ya aceptado y asumido por las partes voluntariamente
y que el mediador podrá ejecutar sus funciones con el franco apoyo de estas.
Como Fuente de Información
Una de las primeras acciones del Mediador será la de informar a todas las partes
sobre los detalles y formas de su participación, clarificar los puntos del acuerdo (si
verbal y/o escrito) que definen sus atribuciones. Es entendible que las partes no estén
familiarizadas con una forma alternativa de resolver el conflicto que viven debido al
tiempo, energía y recursos invertidos en sus respectivas posiciones de lucha y que, por
tanto, vean con alguna desconfianza el mecanismo de mediación. Por ello, el Mediador
debe ocupar todo el tiempo y los medios que sean necesarios para que las partes
tengan perfectamente claro lo que implica y significa entrar en un proceso de solución
negociada. La mediación efectiva pasa ineludiblemente por la claridad y calidad de la
información que se comparte a través de la intervención facilitadora del mediador.
Como Fuente de Formación
El proceso de Mediación y la actuación misma del mediador constituyen la mejor
enseñanza para las partes respecto a formas alternativas de resolver conflictos. Muchas
veces, un conflicto es desarrollado por partes habituadas a posiciones excluyentes y
con la violencia como componente central, sin ninguna experiencia en soluciones
negociadas. Es el Mediador a través de la información compartida, quien educa a las
partes y les inculca elementos útiles para afrontar mejor los futuros conflictos que se les
presenten. Por ello, la acción y conducta de un Mediador contribuye a la prevención de
conflictos ya la transformación comunitaria pacífica.
Como Conciliador y Fuente de Confianza
Desde un primer momento el Mediador debe cultivar la confianza en el proceso
iniciado a modo de que las partes crean en él, lo cual será posible sólo sí las partes
mejoran las actitudes que mantienen entre sí y la imagen que una tiene de la otra u
otras. Sólo así podría emprenderse una discusión razonable y a una negociación
racional: La mediación sin un mínimo nivel de confianza es un proceso infructuoso. Es
muy probable que cuando las partes requieren de la mediación es porque previamente
han perdido la confianza entre sí y el mediador debe entonces crear condiciones para
que dicha confianza se produzca.
La confianza en el proceso y en el mediador puede provenir de indicadores
previos con que cuenta el mediador (morales, políticos, económicos, etc.) y de
precedentes exitosos que en conflictos con alguna similitud se hayan dado, pero
fundamentalmente, el mejor nivel de confianza provendrá del desarrollo del proceso y
de la voluntad política que las partes vayan demostrando en el marco del mismo
17
proceso de negociaciones. La confianza es pues, un concepto rico y dinámico que
conlleva todo un contenido profundo y cultural íntimamente relacionado a la
comunicación ya la resolución de conflictos. Tener confianza en alguien denota cierto
tipo de relación especial, con altos índices de reciprocidad y comprensión.
Facilitador de la Comunicación
Esta función el mediador la realiza clarificando temas e intereses, recordando
puntos de vista o posiciones y resumiendo puntos de acuerdo o desacuerdo. Una
buena comunicación entre las partes clarificará percepciones que pudieran impedir el
acuerdo. La mediación es fundamentalmente un proceso de comunicación y, en el
mejor de los casos, el mediador se constituye en un verdadero instrumento de
comunicación entre las partes.
Como un facilitador de comunicación, el proceso de mediación se constituirá en
el foro y espacio óptimo para que las partes planteen sus posiciones, intereses y
argumentos con la plena seguridad de que están siendo seriamente escuchadas. Sin
que esto signifique darle la razón a una u otra parte, el expresar sus planteamientos
ante sus oponentes y ante el Mediador, les produce a las partes la experiencia de
ejercitarse en un ambiente al margen de la violencia. Aquí el "escuchar es para el
mediador un instrumento de fundamental importancia".
Para el desarrollo de esta función, el mediador debe ser cuidadoso en escuchar
bien a todas las partes y de precisar con claridad y concentrar toda su atención en las
incompatibilidades básicas; pero un mediador que está más interesado en hablar que
en escuchar; ser el principal protagonista de la negociación, perjudica el proceso,
debilita a las partes directamente involucradas y, muchas veces, se vuelve una parte
más del conflicto.
Como Facilitador del Proceso
Se ha sostenido - y con mucha razón- que en negociaciones bajo el mecanismo
de mediación, el contenido y alcance de los acuerdos deben ser de la responsabilidad,
casi total, de las partes y la función del mediador debe concretarse en facilitar el
desarrollo de un proceso que, entre otras cosas, invierta comportamientos negativos o
repetitivos que obstaculicen un diálogo auténtico y productivo entre las partes. Por su
parte, el mediador aportará medios para que las partes puedan cambiar sus posiciones
sin que eso signifique un debilitamiento (sin perder la cara) y ayudará a que desarrollen
calendarios de negociación.
El mediador es un guía del proceso que puede sugerir procedimientos de
discusión que eviten o superen estancamientos que pongan en peligro todo el proceso.
En algunos casos, el mediador cuenta con la atribución de convocar a las partes. Pero
no se trata de un mandato o poder de convocatoria en sentido estricto, sino más bien de
una acción procedimental de ayuda que, aunque se exprese en tono fuerte, no implica
una imposición para las partes.
Ahora bien, es muy probable que se presenten situaciones en las cuales las
soluciones acordadas por las partes sean incompatibles con el contexto en el que se
desarrolla el proceso, debido quizá a las implicaciones jurídicas, económicas, políticas
etc. o que, al proyectarlas en el tiempo y en el espacio, dichas soluciones resulten
marcadamente! dañinas para una o más partes involucradas directa y/o indirectamente.
En este caso, por tratarse de una tercera parte que posee elementos de consideración
adquiridos desde afuera del conflicto y percibidos no del todo claros por las partes, el
18
mediador podrá hacer observaciones más objetivas que conduzcan a acuerdos más
fieles a la realidad y factibles de ejecutarse por las partes.
Como Garante y Verificador
Otra de las funciones importantes del Mediador es garantizar a las partes que el
proceso abierto será serio y confiable, en donde su voluntad política será verificada y
los acuerdos alcanzados tendrán el suficiente respaldo para no hacerlos depender
solamente de la firma de un papel o de un compromiso verbal. El mediador que firma
y/o se adhiere al acuerdo final como testigo de que todos sus puntos fueron
voluntariamente alcanzados por las partes directamente involucradas.
Para el desempeño de esta función, el Mediador deberá estar revestido de
ciertas elementos que respalden su accionar a modo de que las partes también
respeten el hecho mismo de su presencia dentro del proceso. Estos elementos, tal y
como ya los hemos señalado anteriormente, pueden ser de tipo económico, político,
moral, jurídico, etc. Sin embargo, reiteramos que esos elementos de respaldo no
deberán significar imposición alguna para las partes, aunque si pudiera ser pertinente
cierto tipo de presión con miras a que las partes revisen sus posiciones y las aproximen
a la realidad de lo posible. Recuérdese que cierto tipo de acuerdos pueden alcanzarse
obligando a las partes a asumirlos, pero eso no garantizaría que el conflicto no volviera
a hacerse manifiesto debido a la inconformidad de las partes.
Los Beneficios de la Mediación

Promueve el mejoramiento de la relación entre las partes: Un proceso de
resolución que conlleve la mediación estará fundamentado en la creencia de que
una salida negociada es posible, como posible sería también el establecimiento o
restablecimiento de relaciones de cooperación y respeto entre las partes. En ese
entendido, dicha relación tendrá altas probabilidades de mejorar a raíz de dicho
proceso. Las partes se alejarían así de posiciones extremas y excluyentes en las
que alguien ganaría y otro perdería y se acercarían a posiciones intermedias en las
que todas las partes salen favorecidas por el acuerdo alcanzado. Este beneficio de
la Mediación es sumamente importante ya que contribuye a la integración social y se
constituye como un ejemplo de resolución alternativa de conflictos, lo que se
enmarca también en la línea de la prevención de conflictos futuros.

Promueve la Autogestión: Al estar el proceso esencialmente en manos de las
partes directamente involucradas, el mismo tiene un potencial riquísimo para el
desarrollo de modos propios de las comunidades en cuanto al manejo alternativo de
conflictos. Asimismo, este tipo de programas pueden generar un diálogo comunitario
sobre las relaciones interpersonales y los múltiples mecanismos de uso y abuso del
poder.

Apoyo al fortalecimiento democrático ya las relaciones sociales: Fomenta el
ejercicio de funciones cívicas que fortalecen la representatividad y la participación
democrática desde la misma base de la sociedad.

Confianza y no coercitividad: Un proceso de resolución negociada de conflictos
bajo el mecanismo de Mediación debe partir del reconocimiento integral de las
19
necesidades de las Partes directamente involucradas, basadas en recursos que
pueden ser materiales (tierra, dinero, edificios, agua, etc.) y/o inmateriales
(reconocimiento, poder de decisión, control status, etc. ). Por ello, la resolución
alternativa de conflictos se asienta fundamentalmente en la confianza adquirida por
todas las partes en el mecanismo adoptado y en la instancia que lo ejecuta, y nunca
en las acciones coercitivas realizadas por alguna de las partes o por otros actores.

Desarrolla la confidencialidad mutuamente acordada: Por las implicaciones
diversas que un conflicto puede tener, un proceso de resolución, bajo el mecanismo
de la Mediación, debe tener un carácter de mucha reserva y la tercera parte
Mediadora tiene el deber de guardar discreción (sino secretividad total) de lo que
llegue a conocer del caso.

Optimización de tiempo y recursos monetarios: Cuando son las mismas partes,
con la participación de una tercera, las que buscan llegar a un acuerdo negociado,
es obvio que lo harán tratando de obtenerlo al menor costo humano, económico,
político y social. Sin embargo, reiteramos, todo dependerá de la voluntad de las
partes-

Genera espacios para la reducción de tensiones y cargas emocionales:
Cuando el proceso de mediación se ha seguido de manera adecuada, las partes
directamente involucradas se ejercitan en plantear sus demandas de forma distinta a
la violenta y el hecho de hacerlo ante su oponente con la intermediación de la
tercera parte, les genera una descarga emocional con efectos relajantes y
refrescantes.
Sugerencias prácticas para el Mediador
Anteriormente señalábamos que el eje principal en la mediación de conflictos es
la confianza que las partes depositan en dicho mecanismo y en la instancia que lo
ejecuta. Nadie puede ser tercera parte sino se le acepta con este papel. Difícilmente las
partes ventilarán francamente sus problemas, demandas y propuestas a personas o
instancias en las que no confían, por tanto, el mediador debe esforzarse por mantener
y/o incrementar los niveles de confianza en el proceso y en sí mismo. Pero la confianza
es una consideración inicialmente de carácter subjetivo y no siempre es sencilla su
obtención, por ello el mediador debe tener dentro de sus prioridades a las personas ya
las relaciones entre estas como partes contrarias. El mediador debe mostrar un real
interés por la situación que enfrentan las partes en lo particular y en los afectados
directa e indirectamente por dicha situación.
Por otra parte, el mediador debe saber ubicarse dentro del conflicto a resolver, lo
que significa que su comprensión de las incompatibilidades básicas debe ser amplia y
detallada partiendo de la manera de como las partes ven la situación. Aquí juega un
papel importante el saber escuchar. Esto permite notar lo que ambas partes pueden
tener en común (compatibilidades), aunque lo único en común sea reconocer que están
disputando por los mismos recursos o que ambas buscan culminar el proceso sin salir
como perdedores.
El mediador debe moverse a partir de las preocupaciones básicas de las partes y
no desde sus posiciones retóricas y/o propagandísticas, ayudándoles a re ubicar el
problema, viéndolo desde diferentes perspectivas. Esto contribuirá a que las partes se
20
den cuenta de que tienen necesidades y preocupaciones diferentes pero no siempre
incompatibles.
Para ir orientando el proceso y encontrar las salidas (acuerdos), el mediador
puede puntualizar, (tratar al menos) a través de preguntas, lo que cada parte necesita
de la otra para salir del conflicto y lo que están dispuestas a ofrecer para tal fin.
Además, el mediador deberá contrastar las posibles soluciones con el hecho de no
encontrar ninguna negociadamente a modo de que las partes comprendan que es
necesario abandonar posiciones excluyentes.
APENDICE
Métodos locales para la resolución de conflictos
(Tomado del Libro Enredos, Pleitos y Problemas de Juan Pablo Lederach)
El tribunal de las aguas
El tribunal de las Aguas (Valencia, España) representa una de las más antiguas y
sólidas instituciones populares para regular un conflicto que se puede hallar en la
historia hispana. El país valenciano se conoce históricamente por su riqueza agraria. No
obstante, en Valencia, el agua no abunda por lo que se debe aprovechar y administrar
rigurosamente. Los labriegos deben hacer uso de ella sin despilfarros y por orden,
guardando turnos precisos y en proporciones acordadas. y desde los tiempos de Jaime
I (1239) el uso individual del riego ha sido regulado conceptuándose el agua como
propiedad comunal. Pero la escasez del vital líquido producía continuos desacuerdos y
disputas entre los campesinos. Así que, a fin de afrontar este problema se estableció el
Tribunal de las Aguas.
El Tribunal se forma por siete síndicos o jueces, salidos de los mismos
campesinos y representando las siete acequias mayores de Valencia. Todos los jueves,
a las 11:30, se abre el Tribunal para atender a las quejas y las denuncias que durante la
semana se hubieran producido; y entregar una decisión arbitral, inapelable que
resolverá el problema. Es desde luego, un Tribunal popular, instituido por el pueblo con
el fin de regular el tipo de conflicto más importante y constante en aquella región: el uso
del agua. y el pueblo le concede su máximo respeto.
Así, durante siglos los campesinos de Valencia han podido regular sus conflictos
recurriendo a un tribunal arbitral formado por personas respetadas de su propia clase y
contexto. No es una institución impuesta desde afuera, sino que sale de la misma vida y
estructura cultural para hacer frente a una necesidad bien concreta. Esta institución,
aún hoy día, se puede presenciar todos los jueves en la puerta de los apóstoles de la
catedral de Valencia.
Las cooperativas
Otro ejemplo son las cooperativas. Sobre todo en el área rural, las cooperativas
se han producido de forma espontánea y regular en el mundo hispano. Esto se debe a
la misma naturaleza de vida y estructura del trabajo campestre, ya que los campesinos
comparten un fuerte sentido comunitario y suelen ayudarse mutuamente. Por lo tanto,
están más orientados a la colaboración que hacia la competitividad exclusiva.
21
Una cooperativa es, en sí, una vía para regular el conflicto interpersonal. En vez
de elevar los beneficios de uno, a costa de otro, se busca el máximo beneficio para
todos mediante la colaboración comunitaria. Esto no quiere decir que el conflicto deje
de producirse, sino simplemente que el punto de referencia para regularlo ya no es el
particular, sino el colectivo.
Consejo arbitral
En la ciudad española de Alcora, durante la guerra civil, un comité administrativo
elegido por la comunidad funcionaba como un consejo arbitral para resolver problemas.
Este tenía la última palabra en todos los casos que se presentaban. Para evitar el
riesgo de que este se convirtiera en un consejo dictatorial, los campesinos decidieron
que el comité debía rotarse, en turnos bien definidos. Así todos los miembros de la
comunidad servían al comité administrativo cuando les tocaba su turno. Según ellos, la
tarea de administrar y de facilitar las decisiones para resolver los problemas son
habilidades que se pueden aprender y todos tenían la responsabilidad de practicarlas.
De esta manera todos eran responsables de la vida de la colectividad y aprendían a
tratar los conflictos de una manera constructiva y práctica.
El proceso jurídico en Oaxaca, México
Finalmente, a nivel de instituciones encontramos un buen ejemplo en las
montañas de Oaxaca. Varios estudios se han llevado a cabo en el pueblo zapoteco de
Ralu' a sobre el modo judicial de resolver conflictos. Las instituciones que regulan el
conflicto en el pueblo son una combinación de procesos y culturas indígenas y
castellanas. Principalmente, el proceso jurídico va ligado a tres puestos municipales: los
de presidente, alcalde, y síndico. El síndico y el presidente tienen responsabilidades
administrativas y jurídicas, el alcalde sólo se ocupa de cuestiones jurídicas. El
presidente, conocido como "el padre del pueblo", desempeña el papel simbólico del
padre de familia. Es decir, que a él le tocan los problemas familiares y los de fácil
arreglo (tales como los matrimoniales, los de acreedores y deudores, o los casos de mal
comporta- miento). El alcalde, en cambio, sólo decide los casos más complicados y que
el presidente no ha podido resolver a satisfacción de todos. El síndico se hace cargo de
los casos clasificados como criminales y debe emitir juicios imparciales en las disputas
sobre propiedades.
Como en otras tradiciones indígenas, la persona no busca obtener el puesto,
sino el puesto busca a la persona. El proceso empieza con el nombra- miento popular
de varios hombres casados (o mayores de 21 años). Se les recluta, no por su prestigio
social o económico, sino por su experiencia y capacidades. Sobre todo, se les
considera hombres capaces de "erg. goonz", es decir, de "buscar el equilibrio". No es el
ideal de ojo por ojo, sino el de buscar que se restablezca el equilibrio en las relaciones
interpersonales.
La manera de tomar decisiones y rendir juicios en los casos, es similar a un
proceso de adjudicación. No obstante, debido a la naturaleza popular de la institución,
tiene matices que son similares a un proceso negociador. Para llegar a sus juicios y
sentencias, el presidente a menudo se orienta por lo que cree ser aceptable a los
querellados. Quiere decir que es un proceso interactivo, en el cual ambos lados no sólo
22
presentan sus quejas y defensas, sino que negocian entre ellos, con la ayuda del
presidente, a fin de llegar a un acuerdo.
El nivel cultural e intuitivo en el mundo hispano
Pasando al nivel cultural e intuitivo en el mundo hispano, encontramos que la
vida social y familiar tiene una infraestructura que posibilita la regulación de muchos
conflictos. Tradicionalmente en el mundo hispano ha existido un elevado respeto hacia
los mayores. En la familia, se reconoce y se respeta la sagacidad de los abuelos; entre
primos, el primo mayor desempeña un papel de especial responsabilidad hacia los
demás; entre los hermanos, es el hermano o la hermana mayor quien la tiene. Lo que
no se ha profundizado mucho es que estas personas a menudo representan un recurso
natural (literalmente, en el sentido de que se recurre a ellos) para resolver el conflicto
familiar.
BIBLIOGRAFIA
WALLENSTEEN, PETER: Un Marco Teórico para la Resolución de Conflictos, en
Revista Estudios Internacionales N° 2 de IRIPAZ, Guatemala, 1990. pp 82-100.
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