Estilos de vida - Salud Pública 1 Weblog

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA.
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS.
FASE I, AREA DE SALU PÚBLICA I
Estilos de vida
Compilado con fines docentes
Por: MSc. Claudia Wong de Liu
Definidos como los procesos sociales, las tradiciones, los hábitos, conductas y
comportamientos de los individuos y grupos de población que conllevan a la
satisfacción de las necesidades humanas para alcanzar el bienestar y la vida.
Los estilos de vida son determinados de la presencia de factores de riesgo y/o de
factores protectores para el bienestar, por lo cual deben ser vistos como un
proceso dinámico que no solo se compone de acciones o comportamientos
individuales, sino también de acciones de naturaleza social.
Relación entre estilos de vida y salud
El hecho de que las causas principales de muerte se desplacen paulatinamente
desde los procesos infecciosos a los factores ambientales, hace que cobre
importancia el debate sobre los estilos de vida y su impacto sobre la salud. Así, el
interés social que despierta este ámbito de estudio ha conducido a la proliferación
de investigaciones y publicaciones, de forma que en la actualidad el concepto de
estilo de vida se utiliza en mayor medida desde el área de la salud que desde
otros ámbitos de estudio.
Sin embargo, a pesar del interés creciente desde el campo de la salud, el
concepto de estilo de vida no constituye un ámbito de estudio nuevo. Según
revisiones históricas realizadas, los orígenes de este concepto se remontan a
finales del siglo XIX y las primeras aportaciones al estudio de este concepto fueron
realizadas por filósofos como Karl Marx y Max Weber. Estos autores ofrecieron
una visión sociológica del estilo de vida, enfatizando los determinantes sociales de
su adopción y mantenimiento. Desde la orientación sociológica, la mayoría de
definiciones convergen al atender el estilo de vida como un patrón de actividades
o conductas que los individuos eligen adoptar entre aquellas que están disponibles
en función de su contexto social.
A principios del siglo XX, aparece una orientación personalista representada por
Alfred Adler con su Psicología Individual, produciéndose un desplazamiento desde
los factores socioeconómicos a los factores individuales en el estudio de los estilos
de vida. Por lo tanto, desde esta filosofía se define el estilo de vida como un patrón
único de conductas y hábitos con los cuales el individuo lucha para sentirse mejor.
Una disciplina que durante la segunda mitad del siglo XX también incorpora el
término estilo de vida es la antropología. Algunos estudiosos de esta área,
introducen este término en sus trabajos para designar el rango de actividades en
la que se implica un grupo. En contraste con los sociólogos que enfatizan los
determinantes socioeconómicos, los antropólogos enfatizan la importancia de la
cultura.
No obstante, durante la segunda mitad del siglo XX, el ámbito de aplicación en el
que el término estilo de vida ha tenido más impacto ha sido el área de salud. En
los años 50 es cuando empieza a utilizarse en el contexto de la investigación
sobre Salud Pública y en el intento de buscar explicación a los problemas de salud
que empezaban a caracterizar a las sociedades industrializadas.
Las primeras investigaciones realizadas desde el campo de la salud adoptan una
perspectiva médico-epidemiológica. En la línea de lo explicado en apartados
anteriores sobre la filosofía del modelo biomédico, desde este paradigma, la
comunidad médica defendía que las personas practican estilos de vida insanos
por su propia voluntad. Es decir, este modelo no reconocía la importancia del
contexto social y de los factores psicológicos como condicionantes de la
adquisición de los estilos de vida. Precisamente porque culpabiliza a la víctima de
sus hábitos o estilos de vida insanos, este enfoque ha recibido numerosas críticas.
Aunque sea criticado de reduccionista, el modelo biomédico contribuyó a que el
estilo de vida fuera un tema de estudio e investigación para las ciencias de la
salud y que los ciudadanos llegaran a ser más conscientes de que algunas de sus
conductas conllevan riesgos para la salud. Además, el modelo biomédico fue el
encargado de introducir el término de estilo de vida saludable y de conseguir en
cierto modo que, tanto su uso como el del término estilo de vida, se extendiese al
lenguaje cotidiano y a la literatura sobre la salud (aunque sin una base teórica ni
una conceptualización clara).
De hecho, como ya se ha comentado, el término estilo de vida es utilizado hoy en
día en mayor medida desde el área de la salud que desde la sociología, la
antropología o la Psicología Individual. A pesar de que han surgido muchos
intentos de conceptualizar qué es estilo de vida, todavía no existe una definición
consensuada.
Aún más, los términos estilo de vida en general y estilo de vida saludable
continúan empleándose actualmente por muchos autores como sinónimos, a
pesar de los esfuerzos de la OMS durante la década de los 80 para diferenciarlos.
Conceptualización del estilo de vida saludable
A causa de la diversidad de disciplinas que utilizaron el término estilo de vida,
existen innumerables definiciones y aplicaciones del mismo. En el caso de la
disciplina de la salud, como se comentó más arriba, la oficina regional de la OMS
para Europa, introdujo una definición que constituye la base de los estudios sobre
estilos de vida saludables, porque a pesar de ser criticada por amplia, ambigua y
poco operativa, tiene el reconocimiento de los expertos por introducir los
principales factores que influyen en los estilos de vida.
Concretamente, esta definición describe el estilo de vida del siguiente modo:
“Forma general de vida basada en la interacción entre las condiciones de
vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta
determinados por factores socioculturales y características personales”
(WHO, 1986, p. 118).
A pesar de habitualmente se utiliza el término estilo de vida saludable, se
considera más apropiado el uso del término estilo de vida relacionado con la
salud, ya que recoge mejor tanto los comportamientos que realzan la salud como
los comportamientos que la ponen en riesgo. Sin embargo, en ocasiones resulta
recargado o hasta confuso denominarlo así, por ejemplo, cuando se trata su
relación con otras variables (e.g. el estilo de vida relacionado con la salud se
relaciona con el bienestar emocional).
Por lo tanto, el término estilo de vida saludable tiene en cuenta tanto aquellos
comportamientos que implican un riesgo para la salud como aquellos otros que la
protegen.
Las características fundamentales del estilo de vida saludable, están resumidas
en los siguientes cuatro apartados:
a. Posee una naturaleza conductual y observable. En este sentido, las
actitudes, los valores y las motivaciones no forman parte del mismo,
aunque sí pueden ser sus determinantes.
b. Las conductas que lo conforman deben mantenerse durante un tiempo.
Conceptualmente, el estilo de vida denota hábitos que poseen alguna
continuidad temporal, dado que supone un modo de vida habitual. Así, por
ejemplo, el haber probado alguna vez el tabaco no es representativo de un
estilo de vida de riesgo para la salud. Por la misma regla, si un
comportamiento se ha abandonado ya no forma parte del estilo de vida.
c. El estilo de vida denota combinaciones de conductas que ocurren
consistentemente. De hecho, se considera al estilo de vida como un modo
de vida que abarca un amplio rango de conductas organizadas de una
forma coherente en respuesta a las diferentes situaciones vitales de cada
persona o grupo.
d. El concepto de estilo de vida no implica una etiología común para todas las
conductas que forman parte del mismo, pero sí se espera que las distintas
conductas tengan algunas causas en común.
Variables importantes en el estudio de los estilos de vida saludables.
Como se ha comentado más arriba, los primeros estudios sobre los estilos de vida
saludables surgieron desde el ámbito de la prevención de las enfermedades
cardiovasculares, por lo que las variables empleadas en esos primeros estudios
fueron los factores de riesgo clásicos de este tipo de enfermedades: consumo de
tabaco y alcohol, ejercicio físico y hábitos de alimentación. Además, las muestras
que utilizaban dichos estudios estaban constituidas fundamentalmente por adultos
con y sin problemas cardiovasculares. Sin embargo, el aumento progresivo de la
preocupación por la educación para la salud por parte de la Organización Mundial
de la Salud y demás organismos públicos dedicados a la mejora del bienestar de
la población infanto-juvenil, ha provocado un aumento en el número de estudios
realizados con muestras de niños, niñas y adolescentes, así como un aumento en
el número de variables estudiadas que forman parte de los estilos de vida. En los
últimos años, el campo de estudio centrado en los estilos de vida saludables
también se ha introducido en investigaciones sobre tercera edad.
En la Tabla 1 se resumen las variables relacionadas con los estilos de vida
saludables más estudiadas en la investigación, en función del momento evolutivo
de las muestras estudiadas: infancia adolescencia, adultez o vejez.
Tabla 1. Importancia de las diferentes variables relacionadas con los estilos de vida saludables
para cada etapa evolutiva (adaptada de Pastor et al.,1998a).
Bibliografía
Estilos de vida saludables. [en línea] [accesado: septiembre 2011]. Disponible en:
http://www.hbsc.es/pdf/form/tema2.pdf
Promoción de la Salud. Glosario. OMS [en línea] Ginebra. 1998. [accesado:
septiembre 2011] Disponible en: http://www.bvs.org.ar/pdf/glosario_sp.pdf
Protocolo de estilos de vida saludables y educación física en el escuela. [en línea]
[accesado: septiembre 2011]Disponible en: http://www.col.opsoms.org/Municipios/Cali/08EstilosDeVidaSsaludables.htm
Lange I, Vio F. Guía universidades saludables y otras instituciones de educación
superior. [en línea] [accesado: septiembre 2011] Diponible en:
http://www.ucsaludable.cl/guiaUpromotorassaludsept2006.pdf
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