lee el siguiente artículo y luego intenta responder a estas preguntas

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LEE EL SIGUIENTE ARTÍCULO Y LUEGO INTENTA RESPONDER A ESTAS
PREGUNTAS (MEJOR HACERLO EN PAREJA)
1. Explica la idea general (una) que quiere trasmitir la autora del artículo.
2. Cita las falacias que se nombran en el artículo (sólo de las que se dice el nombre, que no son las
únicas)
3. Después de leerlo, intenta explicar con tus propias palabras lo que crees que es una falacia.
“PUES A MÍ ME FUNCIONA” Y OTRAS FALACIAS EN TORNO A LA HOMEOPATÍA
http://www.soitu.es/soitu/2009/06/09/salud/1244550744_619856.html
Esther Samper (Shora).La evidencia científica sobre la homeopatía es arrolladora: ni ha demostrado eficacia terapéutica en
ensayos clínicos controlados a doble ciego ni tampoco que su mecanismo de acción exista. Aún así el
«Pues a mí me funciona» y otras falacias con la intención de defender la homeopatía persisten.
La principal razón por la que estas falacias persisten, independientemente de la firmeza con la que la
ciencia avale la ineficacia de la homeopatía, es muy sencilla: de fútbol y de medicina, todo el mundo
opina. A ningún profano se le ocurriría contradecir a un arquitecto sobre dónde se colocan las vigas de un
edificio, a un electricista dónde se hacen las conexiones o a un biólogo/ambientólogo sobre el impacto
ambiental en una determinada zona. En medicina, sin embargo, ocurre que casi todo el mundo opina
sobre enfermedades y tratamientos sin la más mínima formación, aunque sea de oídas.
Y, así, es frecuente que todos hayamos escuchado alguna vez por la calle los siguientes comentarios:
«Tómate esto que me han dicho que va bien para lo que tienes», «Pues creo que fulanita tenía algo
parecido a lo tuyo y tomó esto y le fue fenomenal» o «Pues a mí la homeopatía me funciona, deberías
probarlo». La mayoría de estos comentarios serán totalmente infundados y poco o nada ayudarán a la
otra persona. Aún así, están a la orden del día, como también lo están los curanderos y demás
estafadores de la salud, porque de medicina todo el mundo cree saber.
Con la homeopatía ocurre, además, una cosa especial. Cuando afirmas que se han hechos estudios
rigurosos sobre ella y en ninguno de ellos se ha encontrado eficacia más allá del placebo muchos
defensores reaccionan de la misma forma que reaccionaría un creyente al criticar su fe: bien atacando a
la persona que explica la ineficacia de la homeopatía o bien recurriendo a falacias o engaños que no
demuestran nada (salvo la ignorancia en temas médicos de las personas que los utilizan). Así pues,
demos un paseo por las falacias más repetidas y por qué son engañosas y faltan a la verdad en su
intención de defender la homeopatía.
1. Pues a mí me funciona
Sin lugar a dudas, la falacia más utilizada para defender a la homeopatía. Una afirmación que tiene
«éxito» porque aflora en gente que no tiene los suficientes conocimientos médicos para conocer lo que es
un placebo o una remisión natural de la enfermedad.
¿Por qué es engañosa? Los resultados anecdóticos de curación no indican, por ellos mismos, que un
tratamiento haya resultado efectivo. La única forma correcta y rigurosa para saber si un tratamiento (sea
el que sea) de verdad cura es haciendo ensayos clínicos controlados en un gran número de personas
comparado con placebo. ¿Por qué?, por tres razones:
- Porque hay muchísimas enfermedades que remiten de forma natural o espontánea en mayor o menor
grado. Es decir, que sin ningún tratamiento, el cuerpo humano es capaz de vencer la enfermedad por sí
mismo. Como ejemplos: gripe, resfriados, tinnitus, cierto porcentaje de asma en la infancia, algunos
casos raros de cáncer... Además, muchas de las personas que acuden a la homeopatía llegan en la fase
más florida o manifiesta de la enfermedad que, por su historia natural, tiende a remitir al poco tiempo en
síntomas y signos independientemente del tratamiento seguido.
- Porque el efecto placebo o la sugestión que produce el hecho de pensar que estás tomando algo que te
va a curar potencia la recuperación del cuerpo humano frente a la enfermedad aunque el tratamiento no
tenga ningún efecto por sí mismo. Las enfermedades que más susceptibles son de mejorar ante un
placebo son aquellas psicológicas: depresión, dolor, ansiedad, etc.
- Porque muchos productos que se venden como homeopáticos no lo son en realidad. En ellos, los
componentes con principios activos se encuentran en cantidades apreciables (gramos, miligramos, etc.) y
las diluciones, de existir, son muy leves. Muchos de estos productos (que sí tienen cierta eficacia) hacen
pensar que la homeopatía funciona cuando en realidad lo que estás tomando no es homeopatía sino un
tratamiento convencional basado en hierbas. Como ejemplo, tenemos el Traumeel que se vende como
remedio homeopático cuando la composición nos indica claramente que no lo es.
Imaginemos una persona que está tomando homeopatía y se cura de una gripe. ¿Cómo sabemos si eso
se debió al tratamiento y no a la remisión natural de la enfermedad o al efecto placebo? Lo cierto es que
no podemos saberlo. Y por ello, de nuevo, es indispensable la utilización de ensayos clínicos en gran
número de personas para hacer comparaciones y saber exactamente el grado de eficacia de un
tratamiento.
Si en los grandes ensayos clínicos se ha demostrado que la homeopatía no tiene eficacia más allá del
placebo o a la remisión natural de la enfermedad, se confirma que aquellos casos de «me funciona» se
deben, en realidad, a una remisión espontánea de la enfermedad o al efecto placebo, no a que la
homeopatía haya tenido alguna efectividad. En esos casos, si hubieran tomado cualquier otra cosa,
hubieran obtenido los mismos resultados y les hubiera «funcionado» igualmente.
Las empresas que venden homeopatía no son tontas y saben muy bien que sus aliados son la remisión
natural de las enfermedades y el efecto placebo (porque sus tratamientos no tienen efecto per se). Por
ello, la amplia mayoría de tratamientos que se indican son justamente para enfermedades que remiten
naturalmente con muchísima frecuencia o que son muy susceptibles al placebo.
2. Pues a mi niño/mascota le funciona y en ellos no existe el efecto placebo
Está más que documentada la existencia de efecto placebo tanto en bebés, niños pequeños como en
mascotas. ¿La razón de su existencia? Tal vez ellos no se sugestionen directamente por la creencia
curativa de una pastilla, pero sí que conocen los cuidados y la atención que muestran los padres hacia
sus hijos o los dueños hacia sus mascotas cuando están enfermos y les dan algo para que mejoren. Al
final, terminan asociando que lo que están haciendo les curarán de una manera u otra.
De hecho, los estudios clínicos realizados en niños y en mascotas se hacen también con un grupo de
placebo donde se aprecia inequívocamente que este efecto existe. No debemos olvidar, además, que la
remisión natural de la enfermedad está también presente en los dos grupos. Así que decir que la
homeopatía funciona porque lo hace en mascotas o niños sin efecto placebo es algo erróneo y falaz.
3. Pues si tiene tantos clientes, será porque funciona
Aquí llegamos a la típica falacia ad populum o ad numerum donde se afirma que una cosa tiene que
funcionar si la utiliza mucha gente. Lamentablemente, esto no es así. Millones de personas pueden estar
equivocadas o estar siendo engañadas. Pueden mencionarse incontables ejemplos al respecto pero existe
uno muy reciente y llamativo: no hace muchos años se vendían millones de pulseras electromagnéticas
en España para tratar dolores y múltiples enfermedades que no tenían ninguna eficacia. Eran una burda
estafa pero tuvieron éxito.
¿Cómo podemos saber si un grupo de personas tiene razón o está equivocada? Con la ciencia. La única
forma de saber si un tratamiento funciona o no es con ensayos clínicos. Todo lo demás son opiniones
personales sin fundamentos. Si en aquel momento en que tanto éxito tuvieron las dichosas pulseras se
hubieran requerido estudios clínicos para comercializarlo, a día de hoy muchos estafadores no tendrían
los bolsillos llenos. Lo mismo que ocurriría ahora con la homeopatía.
4. Pues la homeopatía es mejor que la medicina científica porque no tiene efectos adversos
La homeopatía no tiene efectos más allá del placebo. Lo que implica que no tiene efectos por sí misma ni
buenos ni adversos, en un principio. Ahora bien, no son pocas las personas que abandonan un
tratamiento de eficacia demostrada para aferrarse a la homeopatía. En estos casos el peligro y riesgo
para la salud es innegable y, de hecho, existen muchas personas muertas por una fe ciega en la
homeopatía, exactamente más de 400 personas que se conozcan por la prensa y que podrían estar vivas
si hubieran seguido el tratamiento convencional.
5. Pues la homeopatía tiene siglos de antigüedad
Aquí encontramos otra típica falacia, la de la tradición. Viene a decir que si una cosa se está utilizando
desde hace mucho tiempo, debe ser porque funciona o está bien. Sin embargo, y más en medicina, esto
no es así. Cuando se desarrolló la homeopatía a principios del siglo XIX por Samuel Hahnemann basó
esta disciplina en los conocimientos (erróneos) que tenía sobre las enfermedades en aquella época.
¿Cuáles eran estos conocimientos? El siguiente párrafo es bastante esclarecedor:
«Para Hahnemann la enfermedad no es causada por ningún agente físico discreto, sino por la falta de
armonía con la "fuerza vital", así que se preguntaba "¿Ha visto alguien alguna vez la materia de la gota o
el veneno de la escrófula?". Unas décadas después de la muerte de Hahnemann, Garrod demostró que el
urato monosódico es "la materia de la gota" y Koch que Mycobacterium tuberculosis es "el veneno de la
escrófula". Sin embargo, para los homeópatas la gota y la tuberculosis siguen teniendo su origen en un
desequilibrio del espíritu».
Si hoy en día los médicos científicos aplicaran sangrías siguiendo la teoría de los cuatro humores (teoría
que se utilizó durante muchos más siglos que la homeopatía) no tardarían en aparecer denuncias y
pánico social. ¿Por qué, sin embargo, una disciplina igualmente errónea como la homeopatía tiene más
validez que los cuatro humores?
6. Pues la medicina científica es un negocio
Esta falacia se utiliza para desacreditar a los fármacos convencionales y, así, reforzar la idea de que la
homeopatía es válida y «altruista». Sin embargo, la homeopatía es un gran negocio. De hecho, su
margen de beneficios es mucho mayor que las farmacéuticas convencionales. Sus preparados no
contienen principios activos (pues éstos están diluidos infinitesimalmente) lo que abarata, por mucho, el
coste de producción. Además, no invierten en grandes y rigurosos ensayos clínicos para demostrar la
eficacia de sus tratamientos. Cosa que es necesaria para comercializar cualquier fármaco convencional.
Además, no se necesitan muchos estudios para ser comercial de homeopatía. En muchos lugares basta el
graduado escolar o un ciclo formativo para ser visitador médico homeópata. Por último, hay que tener en
cuenta lo caros que son los tratamientos homeopáticos con respecto a la mayoría de fármacos. ¿La
realidad?, las compañías homeopáticas se forran de lo lindo.
Aún así, no caigamos en la falacia. Que algo sea un negocio no implica directamente que los que lo
desarrollan sean unos ogros o unos estafadores. Simple y llanamente, las industrias de homeopatía y las
industrias farmacéuticas son negocios ambos, por mucho que se nieguen a pensarlo algunos.
7. Pues hay médicos que recomiendan homeopatía
Aunque la mayoría de médicos aplican tratamientos de eficacia comprobada científicamente, hay una
minoría que recomienda terapias sin criterios objetivos, ceñidos a la preferencia personal. Como en todas
las profesiones, hay buenos profesionales y malos profesionales. Y, en medicina, hay profesionales que
aplican tratamientos que demuestran ser efectivos y profesionales que aplican tratamientos porque creen
en ellos. Los segundos están mejor en una iglesia, una mezquita o un templo (lugares adecuados para la
fe) que en un hospital o centro de salud.
8. Pues en algunos sistemas nacionales de salud está aprobada la homeopatía
Aquí nos encontramos una forma refinada de la falacia ad populum. En este caso, se deduce que si la
homeopatía está en varios sistemas nacionales de salud, debe de ser porque funciona. Una vez más, esto
no es cierto. Los políticos (que son los que se encargan de estas cosas) no tienen ni idea de medicina y
muchas de sus acciones están determinadas por presiones sociales, económicas, de negocios, etc., en
lugar de razones científicas. Que en un determinado país se haya aprobado la homeopatía para el sistema
de salud tan sólo significa que se ha tomado esa decisión sin tener en cuenta criterios científicos.
Peculiar fue el caso de Suiza donde se aprobó inicialmente la homeopatía y, tras comprobar con varios
estudios que no tenía eficacia alguna, fue retirada del sistema de salud.
9. Pues si la homeopatía se vende en farmacias será porque funciona
Si las farmacias tuvieran que retirar los productos que no han demostrado eficacia se quedarían medio
vacías. Es un hecho, los farmacéuticos venden muchos preparados que no han demostrado nada, simple
y llanamente se venden porque hay demanda y dan dinero. Recordemos que las famosas pulseras
electromagnéticas también se vendían en farmacias.
Por tanto, plantear que si se venden en farmacias es porque funcionan, no se trata nada más que de otra
argumentación falaz.
10. Pues... ¡eres una vendida de las farmacéuticas!
El recurso y pataleo final: la falacia ad hominem. El descrédito y descalificación de la persona con la vaga
intención de rebatir sus argumentos. Las falacias varían entre decir que estás vendido a las
farmacéuticas, que eres un prepotente o un ignorante. Suelen ser falacias utilizadas frecuentemente por
aquellos más fanáticos de la homeopatía y con menos conocimientos.
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