1 LAS MUJERES RURALES COMO PRINCIPALES ACTORES PARA EL BIENESTAR DE LAS FAMILIAS Y LA COMUNIDADES Los desafíos de la mujer rural en un complejo mundo globalizado Introducción El siglo XX fue un siglo caracterizado por sus extraordinarios cambios y la velocidad con que ocurrían los mismos. El desafío del siglo XXI es adaptarse a estos cambios pero con una enorme capacidad de reacción, adaptación y transformación, exigiendo una apertura mayor de criterio para diseñar y ejecutar estrategias que se adecuen al contexto actual y dinámico. Las mujeres rurales no están ajenas a esta circunstancia, y hoy más que nunca, deben identificar los cambios, permitirse romper las rígidas estructuras mentales con las cuales venían solucionando los viejos problemas, y encontrar nuevos recursos que las ayuden a superar las actuales circunstancias. Pero además de reaccionar frente a los cambios del entorno, tienen otro verdadero desafío que consiste en imaginar y diseñar escenarios futuros alternativos y estar preparadas para desenvolverse en cada uno de ellos. Deben ser innovadoras, y si bien en el siglo pasado hubo grandes progresos tecnológicos, hoy su reto se ubica en el área de las organizaciones. Trabajar directamente en las instituciones las llevará a no sólo incrementar los rendimientos sino a conocer y manejar las demás variables que hacen a la actividad rural. Diagnóstico Las instituciones no pueden progresar en forma aislada, el progreso debe darse en forma conjunta con quienes demandan, con los productores y con el lugar al que cada una pertenece. La mujer como fuerza generadora del cambio, a partir de su papel en la organización básica que es la familia y su liderazgo en la comunidad, es protagonista de esta iniciativa y por el papel que históricamente le corresponde en la sociedad, tiene la clave del éxito de este proceso. La lucha por mejorar su nivel de vida, lleva a la mujer de este tiempo a buscar distintas vías de realización dentro del campo del trabajo. Se ve un interés manifiesto en lograr, tanto un mejoramiento de condiciones económicas, como un ascenso en la condición social. La mujer de hoy, ha aprendido a mirar la vida de frente y sabe que el trabajo tiene un sentido más amplio, desde la necesidad de contribuir al equilibrio del presupuesto hogareño hasta la seguridad de la independencia económica, para ello quiere incorporarse al proceso social como ser económicamente activo, apto para desempeñar con el máximo de eficiencia, cualquier tipo de actividad. 2 El desarrollo agropecuario no depende exclusivamente de factores económicos sino también de la existencia de una población agrícola instruida, capaz de tomar sus propias decisiones y asumir sus responsabilidades. Reconociendo el papel clave que cumple la mujer en las diferentes etapas de la producción de alimentos y en la agricultura en general, se insiste en la creación de mecanismos que aseguren la participación de la mujer. Las mujeres deben tratar de buscar soluciones a sus problemas, asesoradas por quienes tienen a su cargo todo aquello que hace al bienestar de la familia rural. La realidad nos muestra que aparte de la desigualdad social de carácter estructural, aún persiste la falta de equidad en el acceso al empleo, el poder, la toma de decisiones en todas las estructuras jerárquicas y la debilidad de los mecanismos de promoción del adelanto de la mujer. Cada vez mayor número de mujeres sufren dificultades derivadas de la recesión económica , del deterioro de las condiciones de la vida rural, de la desaparición de sus empresas agropecuarias; situaciones estas que crean mayor vulnerabilidad y se añaden a su tradicional falta de acceso a las oportunidades de desarrollo. La política hacia el sector agropecuario deberá enfocarse en reorientar el apoyo a la empresa agrícola y proporcionar estímulos por la vía de créditos, de la provisión de insumos, de la asistencia técnica, y de la capacitación. Tomando en cuenta la alta participación de las mujeres en la producción rural, debe asegurarse que sean destinatarias de estas políticas. Si bien no existe información global en la Argentina que permita cuantificar el aporte de la mujer del campo a la producción rural, puesto que no está identificado en ningún tipo de estadísticas oficiales, diferentes estudios indican que un porcentaje elevado de mujeres que participan en la actividad agropecuaria ha ido progresivamente desarrollando tareas y responsabilidades que en otros tiempos estaban reservadas sólo a los hombres. La falta de consideración de estos hechos puede impedir el éxito de las políticas orientadas a este sector. Por ejemplo, muchas experiencias muestran que las mujeres quedan al margen de los beneficios de estas políticas, por cuanto no se toman en cuenta las trabas legales y culturales que enfrentan para obtener crédito, o bien se pasa por alto la magnitud de su aporte económico. Asimismo la articulación de la agro-industria y la agricultura en pequeña escala requiere cambios en el marco institucional, especialmente descentralización de la capacidad de decisión, integración de funciones complementarias a nivel de la localidad y creación de instancias de concertación entre los productores y las entidades públicas. Otro factor importante es el de las políticas crediticias. Deben reorganizarse además las instituciones de crédito de manera que puedan otorgar préstamos a firmas y agentes económicos de pequeña y mediana escala, suministrándoles también capacitación y asistencia técnica. Esta modalidad ha demostrado ser 3 exitosa en numerosos proyectos dirigidos a micro – empresas, especialmente de mujeres. Sin embargo no ha tenido adecuado desarrollo en el mediano plazo, por cuanto los préstamos no han estado vinculados a mecanismos globales económicos del sistema nacional, y más bien han constituido respuestas espontáneas otras medidas tales como el ofrecimiento de créditos para capital de trabajo por montos menores y plazos más cortos, la simplificación y reducción de la documentación exigida (incluyendo la información de solicitudes) la creación de alternativas a la exigencia de garantías reales y la asistencia técnica. Tradicionalmente la actividad agropecuaria se ha centrado en la atención del “productor” como sujeto principal. La interpretación de productor ha sido literal, en el sentido de prácticamente desconocer el papel preponderante que juega la mujer en el medio rural. Numerosos análisis han demostrado la parcialidad del concepto, induciendo la preferencia del productor masculino en los distintos servicios que facilita el Estado. Se debe promover la búsqueda de nuevos mecanismos que incorporen plenamente a la mujer en la vida económica del sector rural. En este sentido proponer estrategias de apoyo a las mujeres rurales, servicios de asistencia técnica, productiva y comercial, créditos, investigación de desarrollo, infraestructura y tecnologías apropiadas, contribuirían en gran medida a aquel propósito. Objetivos Prioritarios Generar servicios de información, capacitación, asistencia técnica y crediticia a las actividades agropecuarias que puede implementar y desarrollar la mujer. Propiciar un cambio en la conducta de las entidades crediticias demostrándoles que las mujeres pueden ser sujetos de crédito confiables porque asume con responsabilidad la obligación de su devolución y porque es capaz de llevar adelante emprendimientos productivos con una mentalidad más abierta a los cambios y a la innovación tecnológica adaptada a las fluctuaciones en las reglas económicas y de mercados. La gestión financiera, formulación, gerenciamiento, seguimiento y monitoreo, supervisión, evaluación y control de las políticas activas dirigidas a las actividades agropecuarias, a través de programas para la generación, desarrollo y fortalecimiento del sector. Propiciar programas de Cooperación Técnica y/o científica con Universidades, Organizaciones Técnicas de Apoyo a la Empresa Agropecuaria, Instituciones de Investigación Científica Pura o Aplicada, Centros de Investigación y Diseño, de Experimentación Tecnológica, para la identificación de diversificación productiva, de mercados reales o parciales, procesos de producción aplicables, formación de recursos humanos y sistema de comercialización. 4 Políticas de Financiamiento en apoyo a mujeres productoras e innovadoras, que permitan la creación de puestos de trabajo evitando el desarraigo y la desintegración del grupo familiar, desarrollando actividades de expansión económica. Propiciar el aprovechamiento de la potencialidad productiva del territorio, la utilización de mano de obra desocupada, capacidad creativa e innovadora del potencial humano en cultivos y productos no tradicionales, dentro de los parámetros internacionales de sustentabilidad ecológica y económica, asociada a la disponibilidad de recursos locales y ventajas comparativas, que permitan recrear o generar nuevas fuentes de producción y empleo. Conformar equipos de trabajo y diseñar estrategias con sus pares institucionales y otras áreas de gobierno, articulando conocimientos, experiencia y contactos, para generar instancias de reflexión e intervención, con una visión integral y panorámica del proceso de desarrollo de políticas activas dirigidas a la mujer rural y a la empresa agropecuaria, en un escenario globalizado de permanentes cambios y turbulencias socio-económicas y climáticas. Generar y transferir tecnología en forma eficiente, preferentemente en cultivos cuya contribución al desarrollo socioeconómico de la región sea significativo y se convierta en una respuesta a las necesidades sentidas de los usuarios Promoción de microemprendimientos, con el objeto de incorporar a las mujeres al proceso productivo formal y crear alternativas más sólidas de trabajo para las mujeres, así como proyectos para tecnología viable y a bajo costo. Adecuar el marco práctico de la mujer en la agricultura, en lo referente a la propiedad, herencia, créditos, integración de la mujer en los programas de tecnología moderna, promover la participación de la mujer en los programas destinados a atender las consecuencias de la sequía y/o inundación y en los de preservación y mantenimiento del agua. Dotar de estrategias, instrumentos y mecanismos para que la respuesta no sea solo declarativa. Demostrar que la mujer está dispuesta a avanzar y aceptar los retos, implementando un desarrollo sostenible con equidad de género. Dra. M. CRISTINA MANZANO Integrante de la Comisión Tripartita de Igualdad de Trato y Oportunidades en el Mundo Laboral