“Que la historia no se vuelva a repetir”

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Espectáculos
La Plata, miércoles 27 de diciembre de 2000
ENTREVISTA
CON
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MARCELO BRODSKY
“Que la historia no se vuelva a repetir”
Buena memoria, su ensayo fotográfico que se está exponiendo en el MUGAFO del Pasaje Dardo Rocha, es un profundo y conmovedor retrato
de una generación fracturada por el último proceso militar. “Conseguimos que mucha gente se pusiera a pensar en lo ocurrido”, dijo Brodsky
Para conocer a
Marcelo Brodsky
Marcelo Brodsky inició su formación
fotográfica en Barcelona, a comienzos
de los ‘80.
Su primera muestra fue expuesta en
una estación de subte, en 1984.
En la Argentina expuso su serie de
Cybachromes, Palabras en el Fotoespacio del Centro Cultural Recoleta de
Buenos Aires y en diversas galerías del
interior del país.
En noviembre de 1996 expuso el
mencionado trabajo Buena Memoria,
primero en el Colegio Nacional de
Buenos Aires, y más tarde en las principales ciudades del país, además de
Nueva York, Madrid, Barcelona, Montevideo y San Pablo.
Luego editó un libro con el mismo
nombre que sirve de catálogo para
comprender la muestra, y en el que se
colaboran Martín Caparrós, José Pablo
Feinmann y Juan Gelman.
Actualmente es presidente del Latin
Stock, una red latinoamericana de
Agencias de Imágenes.
Icono generacional. Los alumnos de 1er año, 6ta Div. del Colegio Nacional, allá por 1967
“Esa foto con marcas, huecos, heridas y cicatrices representa a nuestra generación, a todos
los que tuvimos que pasar por esa experiencia
traumática de una muerte sin nombre”. El que
habla es Marcelo Brodsky, responsable del ensayo fotográfico Buena Memoria, que se está exhibiendo en el MUGAFO del Pasaje Dardo Rocha.
Este reflexivo trabajo es disparado a través de
una fotografía suya del secundario, que data de
1967. Allí, 32 niños miran sonrientes la cámara.
Ríen, hablan y sueñan. Pero ignoran que forman
parte de una generación que años más tarde sufrirá la más sangrienta ruptura por la que haya
pasado nuestro país
Después de más de 30 años se reencontraron y
notaron que todos, en mayor o menor medida,
habían sufrido las consecuencias de la descarnada dictadura militar: Claudio murió en un enfrentamiento. Martín desapareció. Ana y Ruth se
fueron a vivir al extranjero y ni piensan en volver. Otros, como el propio Marcelo, tuvieron que
escaparse de Argentina, pero volvieron.
El trabajo es acompañado además por textos
de cada uno de sus ex compañeros del Colegio
Nacional, fotos familiares de los desaparecidos,
comentarios de los actuales alumnos del colegio
y un video, todos elementos aleccionadores que
ayudan a la memoria y al conocimiento de un
momento negro en la historia de nuestro país.
- ¿Cómo se te ocurrió colocar la foto del secundario como disparador del ensayo?
- Al regresar quise reunirme con mis compañeros del secundario, a los que no veía desde
hacía 25 años. Convoqué a una reunión en mi
casa con la idea de hacerles un retrato a cada
uno. Y como fondo de los retratos puse la foto
en cuestión, proyectada en una pared. Así, nos
quedamos charlando varias horas, sobre todo
de las transformaciones que habíamos sufrido
cada uno de nosotros.
- ¿Y como siguió el proyecto?
-Era 1996, es decir que se cumplían 20 años
del golpe militar. Por eso me acerqué hasta el
Colegio Nacional de Buenos Aires y les presenté
el ensayo. Enseguida nos reunimos con las auto-
ridades, con los chicos del Centro de Estudiantes y con ex alumnos. Y por primera vez elaboramos una lista con los alumnos del colegio que
habían desaparecido, en un acto que autorizó el
propio rector. Junto con ese acto se realizó la exposición fotográfica donde se exihibieron también sus boletines, sus poemas y todo tipo de
elementos que permitían rescatar su memoria.
Fue ese momento el que aprovechó Marcelo
Brodsky para colocar su foto de 1er año, 6ta división, a la que le escribió una pequeña narración tomada de lo que cada uno había contado
en aquella reunión. Qué había sido de sus vidas,
cómo habían superado los años de exilio, por
qué habían decidido irse del país, cuántos hijos
tienen, porqué no quieren saber nada del pasado, etc, son algunas de las cuestiones disparadas
a través de una simple foto de escuela, que a la
postre sirve para entender a toda una generación
destrozada por la dictadura.
“Cuando lo colgué en esa exposición -recuerda Brodsky- comenzó la segunda etapa del trabajo, porque mi intención principal fue llegar a
las nuevas generaciones, en este caso a los actuales alumnos del colegio. Una forma de contar
esa experiencia y narrar las ausencia para que la
historia no se vuelva a repetir”.
Este proceso luego se encontró con uno de los
puntos más sensibles para Marcelo Brodsky:
presentar a dos desaparecidos, su mejor amigo
y su hermano. “Después, cuando me invitaron
para exhibir este trabajo en la fotogalería del
Teatro San Martín decidí completar, tanto el catálogo como la muestra, con un capítulo dedicado a mi amigo Martín y a mi hermano Fernando, ambos desaparecidos. Entonces me decidí a explicar las ausencias familiares, pero desde el rescate de la vida, que es lo que me parece
más importante”, aclara Brodsky.
- Ese es un aspecto importante de tu trabajo,
mostrar la vida y no la muerte...
- Exacto. Rescatar un poco su vida y demostrar
que los que no están podríamos haber sido cualquiera de nosotros. Hay un punto de lotería, y no
digo que no hayan tenido una actividad en con-
tra de la dictadura, puesto que en esa época la
mayoría de los estudiantes del Colegio sí la teníamos. Pero las formas y las circunstancias en las
que se acabó con sus vidas fueron completamente irracionales y ajenas a todo proceso jurídico.
- ¿Se cumplió el objetivo del ensayo?
- Sí, completamente, porque se consiguió que
mucha gente se pusiera a pensar en ello. A través
de este trabajo ha habido una oportunidad para
que los padres les contaran a sus hijos qué pasó
en esa época. Lo que más me llamó la atención
fue todos de jóvenes que se me acercaron a raíz
del trabajo. Y los testimonios más sensibles los
incluí en el libro.
Por Martín Cabrera
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