Cómo hacer y preparar el lienzo de tela en un bastidor 3: Imprimación

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Cómo hacer y preparar el lienzo
de tela en un bastidor 3:
Imprimación
Ya en los dos artículos anteriores hablamos sobre los bastidores, las telas, y cómo tensar
nuestro lienzo. Pero no podemos dejarlo así, es imprescindible prepararlo adecuadamente
para que la pintura se conserve y no se deteriore la tela.
También vimos anteriormente cómo preparar soportes de cartón con cola blanca y pintura
común de paredes, para utilizarlos en prácticas o ensayos, pero aclaramos que son para
trabajos que no necesitamos que duren mucho tiempo.
Cuando comencé a preparar mis bastidores, se me armó un lío en la cabeza con el montón
de fórmulas y nombres de sustancias que leía. Y como sucede con muchos materiales en
la pintura, no se sabe en realidad cuál es el mejor, cuál es el más duradero, y de nuevo
será el tiempo (siglos) nos dirá si son mejores los métodos tradicionales o los modernos.
Hay muchas opiniones encontradas y sugerencias diversas en cuanto a este tema.
En general encontramos la imprimación con gesso acrílico y la imprimación tradicional
(con sus diferentes variantes).
Imprimación Gesso acrílico (gesso
“universal”)

No necesita el “encolado” o sellador ya que las resinas acrílicas cumplen por sí mismas
esta función, mientras que el dióxido de titanio (entre otros de sus componentes) tiene el
poder de cubrir.

Es diferente al Gesso tradicional que se usa para paneles (y diferente al yeso).

Se puede usar antes de pintar con óleo, acrílico y casi cualquier tipo de pintura.

Es soluble en agua pero al secarse es resistente a ella.

Se aduce que su principal desventaja es no conocer su comportamiento al paso de los
siglos y que absorbe demasiado el aceite, pero este efecto se puede minimizar de manera
extraordinaria impregnando la superficie con una fina capa de aceite de linaza y aplicando
una pintura base muy diluida en trementina.

Permite hacer ligeras texturas.

Se consigue fácilmente en cualquier tienda de suministros artísticos.

Su aplicación es realmente fácil y rápida.
Esta es la opción que más me ha gustado, pues es más flexible que la tradicional y me
gusta el grado de “agarre” que genera así como su textura.
Aplicación del gesso acrílico
Ubicamos nuestro lienzo sobre una superficie horizontal, impregnamos el lienzo con un
poco de agua para que el gesso penetre mejor por los poros, luego con una espátula o
brocha damos una primera capa de gesso desde el centro de nuestro soporte
expandiéndolo hacia los bordes, rápidamente, tratando de que la sustancia penetre bien
por los poros. A mí me ha dado muy buenos resultados con la espátula, pues queda muy
uniforme. También se puede usar una tarjeta como las de los bancos, regla o cuchillo.
Luego de esperar alrededor de una hora para que se seque esta capa, podemos dar una
segunda capa en la dirección contraria, esperar que se seque. Luego otra en diagonal y
finalmente una cuarta en la otra diagonal. Para una superficie más suave hay que pulir
con lija fina luego de cada capa retirando el polvo que suelta.
Las capas deben quedar delgadas, de forma que se siga apreciando el tejido, a menos que
quieras una textura especial.
Por lo general son estas 4 capas, pero hay gessos que vienen muy concentrados y podrían
requerir sólo dos o tres. Puedes verificar esto haciendo un ensayo previo en un papel con
las primeras dos capas, y luego de secar aplicas aceite para ver si se pasa al otro lado y
requiere más capas.
En los bastidores que venden imprimados también se recomienda dar unas dos capas de
gesso ya que generalmente vienen con dos muy delgadas, y así se asegura uno que no se
pase el aceite. Esto también ayuda a suavizar la textura del soporte.
Imprimación tradicional
Consiste en un encolado para tapar los poros y aislarlos con cola de piel de conejo para
que el aceite de linaza no penetre los tejidos deteriorándolos. Dado que algunos museos
y restauradores han hablado sobre la fragilidad de la cola de piel de conejo y su deterioro
ante efectos como la humedad y microorganismos, se presentan componentes como el
Polivinil acetato (PVA) grado artístico con pH neutro o la Carboxi-metil-celulosa (CMC)
para dar esa primera capa de protección. Este recubrimiento es indispensable para
soportes de tela y opcional (recomendable) para paneles.
Luego se aplica una mezcla de:
• blanco de zinc (o blanco de titanio, antes se usaba blanco de plomo, altamente tóxico),
• carbonato de calcio (algunos lo llaman creta, yeso, blanco de España),
• cola de piel de conejo (PVA pH neutro o CMC)
• y aceite de linaza para disminuir la absorción del aceite de la pintura y que quede la
superficie brillante al pintar.
Actualmente hay muchas variaciones del método tradicional y preparados que las casas
fabricantes venden listos para aplicar.
Personalmente ensayé esta imprimación pero con CMC, y el resultado fue fatal, a pesar
de tener el sellador y seguir la “receta”, algo falló y la pintura pasó a la tela:
Con otras fórmulas no me pasaba al otro lado, pero la superficie era quebradiza. Otras por
su parte quedaban muy absorbentes y al poner la pintura se chupaba todo el aceite e
impedía que pudiera mezclar y difuminar los colores. Seguramente fallé en algún punto
de la receta o de las instrucciones, pero no quería seguir arriesgando mis trabajos y aunque
me gusta siempre lo menos sintético una vez probé el gesso acrílico todo salió bien.
Espero que esta guía haya aclarado un poco este tema y
nos recuerde la importancia de pintar al óleo sobre una
superficie bien preparada, tanto para obtener buenos
resultados como para un trabajo que perdure muchos
siglos.
Ver parte 1: telas y bastidores
Ver parte 2: tensado
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