males que las transportan á veces á grandes distancias, ya son

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males que las transportan á veces á grandes distancias, ya son
tragadas por ellos y excretadas más tarde, ya proyectadas por
los mismos sustentáculos vegetales, etc.
123. Distribuidas quedan las semillas por tal' diseminación, y
en algunas plantas Mpocarpogeas los frutos se desarrollan y ma­
duran cubiertos de tierra, resultando aquellas ya sembradas
durante su propio desarrollo. Después de una permanencia más ó
menos prolongada en el sitio que ocupa la semilla, si se halla en
condiciones favorables da origen á una nueva planta y al conjun­
to de fenómenos que en tal caso aquella presenta, es lo que se
llama germinación. Las condiciones indispensables para que la
germinación tenga lugar, son unas dependientes de la misma
semilla y otras exteriores, pues lian de concurrir el agua, el aire
y cierta temperatura, y la semilla debe haber sido fecundada,
estar madura, completa y que conserve la facultad germinativa,
facultad que varias pierden muy pronto y que la mayoría la con­
servan por mucho tiempo. El agua obra reblandeciendo y facili­
tando la ruptura de las cubiertas seminales; penetra en el inte­
rior, y mientras hincha la almendra, determina cambios químicos
en la sustancia de los cotiledones y sirve de vehículo que disuelve
los principios destinados á servir de alimento á la tierna planta.
El agua en exceso es perjudicial á la germinación de las semillas
de plantas terrestres, porque debilita su acción vital y se pudren.
No se verifica la germinación si la semilla no recibe el concurso
del aire atmosférico, que penetra disuelto en el agua ó por los
intersticios del terreno, y obra por su oxígeno que determina va­
rios cambios, mientras su acción es moderada por la presencia
del nitrógeno. También es indispensable cierto grado de calor,
que suele ser de 10 á 30" R., se acelera varias Veces la germinación
por una temperatura de 30 á 35°; es perjudicial si pasa de 35 ó es
inferior á 10° y permanecen inactivas las semillas á la temperatu­
ra de— Oy á -f- de 40°. La luz no es indispensable ni necesaria
para la germinación; es favorecida esta por la electricidad nega­
tiva y perjudicada por la positiva, de igual manera que varios
elementos y principios electronegativos la aceleran, y obran en
sentido contrario los electro-positivos. Rómpense por ella las
membranas seminales; se alarga la raicilla; se prolóngala yemita;
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