tema iv el juicio particular

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PRIMERA UNIDAD
ESCATOLOGÍA INDIVIDUAL
TEMA IV EL JUICIO PARTICULAR
TEMA XII EL JUICIO FINAL O UNIVERSAL
I.
II.
El juicio particular
El juico universal o juicio final
I.- EL JUICIO PARTICULAR Y EL JUICIO COLECTIVO o FINAL
Juicio particular.
La Sagrada Escritura nos ofrece un testimonio indirecto del juicio particular, pues enseña
que las almas de los difuntos reciben su recompensa o su castigo inmediatamente después de la
muerte. Ej. El pobre Lázaro y el rico
El juicio particular tiene lugar inmediatamente después de la muerte, en este juicio el
fallo divino decide el destino eterna de los que han fallecido. Puede afirmarse que la doctrina del
juicio particular es un corolario necesario del dogma de que las almas de los difuntos van
inmediatamente después de la muerte al infierno, cielo o purgatorio.
Los concilios unionistas de Lyon (1274) y Florencia (1431-1445) declararon que las almas
de los justos que se hallan libres de toda pena y culpa son recibidas en seguida en el cielo y las
almas de los que han muerto en pecado mortal u original descienden en seguida al infierno.
El Papa Benedicto XII en la constitución dogmática Benedictus Deus, definió que las
almas de los justos que se encuentran totalmente purificadas entran en el cielo inmediatamente
después de la muerte, mientras que la almas de los que han fallecido en pecado mortal van al
infierno inmediatamente después de la muerte para ser atormentadas.
El Conc. Vat. II recogiendo las palabras de San Pablo dice: Compareceremos ante el
tribunal de Cristo para dar cuenta, cada cual, de las cosas propias del cuerpo, según qué hizo, el
bien o el mal.
El CATIC enseña que: Cada hombre después de morir recibe en su alma inmortal su
retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de una
purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo, bien para
condenarse inmediatamente para siempre. La “retribución inmediata después de la muerte de
cada uno como consecuencia de sus obras y de su fe” (n. 1021). El destino del alma será diferente
para cada uno de nosotros, de acuerdo a cómo hayamos utilizado nuestro tiempo de vida en la
Tierra.
Citas sobre el juicio particular: __________________________________________________________
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II.- EL JUICIO UNIVERSAL O FINAL
El día del Juicio, al fin del mundo, Cristo vendrá en la gloria para llevar a cabo el triunfo
definitivo del bien sobre el mal. Vendrá a juzgar a vivos y muertos, revelará la disposición
secreta de los corazones, y retribuirá a cada hombre según sus obras y según su aceptación o su
rechazo de la gracia.
1. Sagrada Escritura
En el AT, la mentalidad teocrática del pueblo y el hecho de que la relación con Dios fuera
en forma de Alianza, determinó el carácter de la actividad judicial de Dios. Los profetas
anuncian al Señor como juez que convoca a su pueblo a un pleito solemne. La idea de
juzgar/juicio es inseparable de la idea de reino/dominio: el soberano justo da a cada uno según
sus obras y coloca a cada uno en su lugar correspondiente.
En el NT la noción de juicio se completa con Cristo: es Cristo quien recibe del Padre el
poder para juzgar. El objeto del juicio es el cumplimiento de la ley, pero no como un código de
normas jurídicas, sino como relación interior con Dios y los hombres. El juicio divino tendrá
como efecto final la separación entre los justos y los injustos. No puede verse como repetición
del juicio particular, sino como confirmación y acabamiento del mismo.
2. Juez, materia, medida, objeto, efecto y día del juicio
El Juez será Cristo, Señor de vida eterna, que ha adquirido el derecho de juzgar las obras
y los corazones de los hombres en la Cruz. Pero el Hijo no ha venido a juzgar, sino a salvar. Es el
rechazo de la gracia lo que hace que uno se juzgue ya a sí mismo y sea retribuido por sus obras e
incluso pueda condenarse eternamente.
En el juicio universal comparecerán a la vez todos los hombres para que sepa cada uno lo
que se ha decretado y juzgado de ellos mismos. Así, la perfecta justicia de Dios brillará sobre los
hombres y se manifestará la Providencia divina en los destinos humanos; se conocerá la medida
y sanción de la responsabilidad de cada hombre; y se ratificará públicamente la sentencia
irrevocable del juicio particular. El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “El Juicio Final
revelará hasta sus últimas consecuencias lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de
hacer durante su vida terrena” (n. 1039).
¿Cuándo será el juicio final?
El mismo Jesucristo nos aclaró que ni siquiera Él conoce el día ni la hora en que se llevará
a cabo este acontecimiento, sino sólo Dios Padre. Así que no debemos dejarnos engañar por
personas que pretenden conocer la fecha del fin del mundo. No debemos preocuparnos por
intentar conocer esa fecha, sino sólo por estar siempre bien preparados, pues no sabemos en qué
momento sucederá.
Para profundizar: Catecismo de la Iglesia Católica núm. 668-682, 1021-1023, 1038-1042
Citas bíblicas sobre el juicio final o universal (fin del mundo) _______________________________
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