Patología de Faringe

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Enfermedades de la faringe
Dr. Vicente Carrillo Andrades
Anatomía (Anillo de Waldeyer)
Sindrome respirador bucal
Hipertrofia Adenoídea
Faringoamigdalitis
Complicaciones de la amigdalitis
Anatomía de la Faringe
En la faringe se reconocen tres regiones: rinofaringe, orofaringe e
hipofaringe.
Las funciones de la faringe se relacionan con la respiración, la digestión y
la fonación.
El anillo de Waldeyer se encuentra ubicado en la nasofaringe, orofaringe e
hipofaringe (mayormente en oro y nasofaringe). Está formado por:
- adenoides (amígdala de Luschka o vegetaciones)
- amígdala tubaria o de Guerlach
- amígdalas o tonsilas palatinas
- amígdalas o tonsilas linguales (base de lengua)
- tejido linfoide o acúmulos linfáticos de la pared posterior de la faringe
- bandas laterales de la faringe
Los adenoides están ubicados en la parte posterosuperior de la
nasofaringe. Por ser órganos linfáticos se colonizan rápidamente por la
llegada de bacterias a la nariz. El período de crecimiento va desde los 3 a
los 6 años de edad, seguido de una atrofia progresiva.
Su función es la protección local. Están constituidos por un epitelio
cilíndrico ciliado que es capaz de producir la parte secretora de la IgA (a
diferencia de las amígdalas que son encargadas de la inmunidad
sistémica).
Si bien la voz se genera a nivel de las cuerdas vocales el resultado final
estará determinado por la resonancia dada por la cara (nariz, boca, etc.),
así un aumento de los adenoides generará una voz hiponasal (gangosa). El
aumento del tamaño amigdaliano determinará una voz "de papa caliente".
Las amígdalas o tonsilas palatinas constituyen tejido linfoide
encapsulado, ubicado en la pared lateral de la orofaringe. Se encuentran
parcialmente cubiertas por los pilares faríngeos anteriores. La cápsula que
cubre la superficie lateral, se encuentra separada del espacio
periamigdalino por el músculo constrictor superior de la faringe. Esta
cápsula se invagina formando las criptas faríngeas, donde se acumulan
detritus formando los tonsilolitos que se confunden con amigdalitis
pultácea. Posee un epitelio plano pluriestratificado no cornificado. En el
parénquima se encuentran acúmulos de linfocitos B en diferentes etapas
madurativas. Su función es la inmunidad sistémica (linfocitos B y T) y
crecen entre los 3 y 6 años.
Síndrome respirador bucal
El niño respirador bucal desarrolla alteraciones fisiológicas que pueden
afectar progresivamente su desarrollo físico y psíquico.
La respiración bucal, propicia un terreno para que exista un aumento de
las secreciones en las vías aéreas superiores y que a su vez favorecerá la
alteración de la funcionalidad de los oídos, de los senos paranasales y con
frecuencia desencadene crisis obstructivas bronquiales a repetición.
Todo niño que respire por la boca ocasionalmente, intermitente o perenne
es un respirador bucal, ya sea por causas obstructivas, por hábitos y por
anatomía.
Se trata de niños que en el colegio presentan bajos rendimientos; su
atención y concentración son difusas o están menoscabadas y pareciera
que nunca están atentos a la clase. En el hogar, mientras ven televisión
permanecen con la boca abierta, se resfrían con mayor frecuencia que lo
usual y durante la noche presentan ronquidos mientras duermen.
El sistema respiratorio está constituido por la vía aérea superior,
compuesta por la cavidad nasal, la cavidad oral, la faringe y la laringe. Los
componentes de la vía aérea superior realizan funciones respiratorias, de
masticación, deglución, articulación, resonancia y fonación. La vía aérea
inferior está compuesta por la tráquea, los bronquios y los pulmones. Su
función es específicamente respiratoria.
La entrada del aire en situaciones normales, se realiza por la nariz y es
aquí donde el aire es calentado, filtrado y humedecido. Luego el aire pasa a
la nasofaringe (porción posterior de la cavidad nasal), orofaringe (porción
posterior de la cavidad oral), faringe, laringe, tráquea, bronquios y
finalmente pulmones donde se realiza el intercambio de gases.
Existen varias causas de obstrucción nasal que propician la respiración
bucal: alergias crónicas, tabique nasal desviado, pólipos nasales,
adenoides hipertróficos, amígdalas hipertróficas, atresia de coanas.
Características del Respirador Bucal.
Los niños se resfrían frecuentemente, incluso más que el promedio
(bronquitis, laringitis agudas, otitis, etc.), se presentan ronquidos durante
el sueño, frecuente salivación, llegando a mojar con saliva las sabanas
mientras duerme, permanecen con la boca abierta (labios entreabiertos e
hipotónicos) mientras realizan sus actividades, tienen estrechamiento del
paladar y de las narinas por falta de uso, labio superior corto y con falta de
tonicidad, lengua en posición atípica, ubicándose en el piso de la cavidad
bucal o entre los dientes, olfato alterado o disminuido afectando el apetito,
deficiente oxigenación cerebral, produciendo déficit de atención y
concentración y las consecuentes dificultades de aprendizaje, deglución
atípica, el habla es imprecisa con exceso de salivación y tienen sigmatismo
anterior o lateral.
Los niños desarrollan lo que se denomina fascie adenoídea: labio inferior
hipotónico (interpuesto entre los dientes), labio superior hipertónico
(retraído, corto), boca entreabierta (babeo), pigmentación suborbital
(ojeras), lengua baja proyectada hacia adelante, gingivitis, aumento de
caries, paladar ojival, mordida cruzada posterior, abierta anterior, narinas
estrechas, verticalizadas, mucosa hipertrófica.
Hipertrofia Adenoídea
La hipertrofia adenoidea es el crecimiento anormal de los adenoides en la
rinofaringe. Loa adenoides reciben también el nombre de amígdalas
faríngeas o vegetaciones. La hipertrofia puede asociarse a la adenoiditis,
infecciones repetidas que provocan la hipertrofia. Se reduce el espacio de
paso del aire y es causa de Síndrome de Respirador Bucal.
El principal síntoma de esta enfermedad es la respiración bucal,
especialmente nocturna, acompañada de sequedad en la boca,
agrietamiento de los labios. En las obstrucciones más severas vemos que
el niño respira con la boca abierta durante el día. También es posible
encontrar otros síntomas como mal aliento, goteo nasal o congestión nasal
persistente, infecciones del oído, ronquidos, inquietud durante el sueño o
apnea del sueño intermitente.
Las adenoides no se pueden visualizar por observación directa de la
cavidad bucal, pero pueden verse por rinoscopia posterior con un espejo
detrás del velo del paladar o mediante el uso de un endoscopio flexible a
través de la nariz. Los exámenes pueden incluir una radiografía lateral de
la garganta y estudios de la apnea del sueño en los casos severos.
Frecuentemente se asocia a patología de la trompa de Eustaquio (otitis
media con efusión) y patología rinosinusal (rinosinusoadenoiditis).
La hipertrofia se gradúa en la radiografía de cavum. Se trazan dos líneas,
una que pasa a nivel del velo del paladar y otra paralela siguiendo el
cuerpo del esfenoides. Dependiendo del área que ocupa el tejido adenoídeo
entre estas dos líneas tendremos la siguiente clasificación:
o
Grado I: obstrucción < al 33%
o
Grado II: obstrucción hasta el 66%
o
Grado III: obstrucción hasta el 100%
La extirpación quirúrgica de las adenoides (adenoidectomía) evita y cura, si
ya existen, las complicaciones derivadas de la hipertrofia de adenoides.
Indicaciones quirúrgicas de adenoidectomía
Hiperplasia adenoídea grado III sintomática
Otitis media con efusión
Sinusitis a repetición
Adenoiditis crónica
Faringoamigdalitis
La faringoamigdalitis es principalmente de origen viral. Se denominan
también anginas rojas para diferenciarlas de las anginas blancas o
bacterianas. El cuadro clínico más frecuente en menores de 3 años se
caracteriza por: catarro respiratorio, mucosa faríngea granular, nulo o
escaso exudado amigdaliano (excepto VEB, adenovirus, CMV), úlceras y
vesículas (enterovirus, virus herpes simples)
La etiología estreptocócica (streptococcus pyogenes beta-hemolítico grupo
A) es más frecuente en niños entre los 5 y 10 años y se encuentra en
aproximadamente el 30% de las faringoamigdalitis. No se observan nunca
bajo los 3 años. El cuadro clínico se caracteriza por: fiebre, dolor
abdominal, vómitos, odinofagia, ausencia de catarro naso-traqueobronquial, exantema escarlatiniforme, adenitis submaxilar sensible,
glositis y lengua saburral blanquecina, hiperemia faucial, petequias
palatinas, exudado amigdalino, con compromiso general cefalea y mialgias.
Las anginas estreptocócicas son moderadamente contagiosas. Evolucionan
por pequeñas epidemias en el otoño e invierno y confieren una inmunidad
prolongada (5 años) pero muy específica (una nueva angina es posible con
un serotipo diferente)
Ciertos estreptococos del grupo A secretan una toxina eritrogénica que
originan el "rash" de la escarlatina.
La asociación fusoespirilar aparece en segundo lugar y está constituida
por el bacilo fusiforme de Plaut-Vincent (bastón fusiforme, germen
anaerobio Gram (-) los espirilos o espiroquetas (bacterias de forma
espirilar).
Estos son gérmenes saprofitos de la cavidad bucal, pero están ausentes en
el endentado (recién nacido). Se hacen patógenos en el curso de la angina
de Vincent. Esta se desarrolla frecuentemente a partir de una herida de la
mucosa sobre una mala higiene dentaria. El tejido necrótico constituye
para la flora fusoespirilar un medio anaerobio ideal para su crecimiento.
Entre otros agentes podemos mencionar: Staphylococcus aureus,
Haemophilus influenzae (bacilo de Pfeiffer), pneumococcus (Streptococcus
pneumoniae), Klebsiella pneumoniae (bacilo de Friedlander).
Excepcionalmente: meningococcus (Neisseria meningitidis), gonococcus
(Neisseria gonorrhoeae), bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis),
Mycoplasma pneumoniae, bacilo de Klebs-Loeffler (Corynebacterium
diphteriae) en la angina diftérica (bacilo Gram positivo, que elabora una
toxina neurotropa).
Las etiologías virales corresponden al 60 à 80% de las anginas. Estas
anginas muy contagiosas provocan epidemias estacionales, en invierno y al
inicio de la primavera. Los agentes son el mixovirus (el mixovirus es un
influenza virus de tipo A, B o A', agentes de la gripe), herpesvirus (Herpes
simplex virus (HSV)manifestación de la primo-infección), el virus de
Epstein-Barr, agente causal de la mononucleosis infecciosa (MNI),
adenovirus (pueden provocar compromiso adeno(A)-faringo(P)conjuntival(C) por virus APC), enterovirus (coxsackie virus A et B, el grupo
A es el agente de la herpangina. Ella afecta los niños de menos de 7 años,
por pequeñas epidemias estivales. Esta también implicado en la
enfermedad mano-pie-boca).
Anginas que se presentan en el curso de una enfermedad infecciosa
Bacterias: salmonellas (bacilo de Ebert, paratífica, B o C (fiebre tifoidea)),
francisella tularensis (tularemia).
Virus: morbillivirus (rubeola), herpesvirus varicela (varicela), virus de la
rubeola, VIH (síndrome pseudo-gripal de la primo-infección).
Parásitos: toxoplasma gondii (toxoplasmosis).
Diagnóstico
Se puede usar la clasificación estandarizada de Wald. Se asigna un
puntaje a determinados parámetros. El puntaje total tiene un valor
predictivo positivo para amigdalitis de etiología estreptocócica.
Parámetro
Puntaje
Edad 5 a 15 años 1
Mayo a Noviembre 1
VPP (+):
Tº > 38.3ºC axilar 1
Score 4: 40%
Adenitis
1
Score 5: 60%
Faringitis (eritema 1
Score 6: 75%
submaxilar
Ausencia de
catarro
1
Si el score supera 5 puntos se sugiere efectuar test rápido para detección
de estreptococo, pero si es menor de 4, sólo cultivar.
Diagnóstico diferencial
Mononucleosis infecciosa, herpangina, leucemia, adenovirus,
tonsilolitiasis, sarampión, difteria
Exámenes complementarios
Cultivo faríngeo (90 a 95% de sensibilidad), test pack (Elisa) para
estreptococo (79 a 90% de sensibilidad), test látex, inmunoensayo óptico,
detección de ADN mayor sensibilidad (no disponibles), amplificación
genómica.
Al diagnosticar una amigdalitis por estreptococo se deberá indicar
tratamiento antibiótico específico porque: acorta el período sintomático de
la enfermedad, evita el estado de portador, evita las complicaciones tanto
supuradas (absceso periamigdalino, adenoflegmón de cuello) y no
supuradas (enfermedad reumática, glomerulonefritis postestreptocócica),
evita las recaídas y evita casos secundarios
Tratamiento
Existen diferentes alternativas, sin embargo, no todas logran una buena
erradicación como mejoría clínica. En nuestro medio se recomienda el uso
de la penicilina, sin embargo agentes que tratan co-patógemos y betalactamasas resistentes son superiores a ésta.
Se usa Penicilina Benzatina en dosis de 1.200.000 unidades si es mayor
de 27 kg y 600.000 unidades si es menor de 27 kg. La Academia
Americana de Otorrinolaringología recomienda como primera línea el
cefuroximo, la cefpodoxima o el cefditoren con o sin metronidazol. Las
alternativas de segunda línea son la clindamicina, la amoxicilina con ácido
clavulánico o la cefalexina. La eritromicina y la claritromicina son la
alternativa para la alergia a la penicilina.
La amigdalitis crónica se define como el paciente que ha presentado:
-
7 episodios de amigdalitis en un año,
-
5 episodios de amigdalitis por año en dos años consecutivos o
-
3 episodios de amigdalitis por año durante tres años
consecutivos.
Los episodios deben haber sido evaluados por un médico y deben cumplir
con las siguientes condiciones:
-
fiebre mayor a 38ºC,
-
exudado amigdalino,
-
cultivo o test rápido positivo para estreptococo beta hemolítico
A.
La hiperplasia amigdaliana se caracteriza por: apneas obstructivas del
sueño ( se define apnea como el cese de la respiración durante al menos 10
segundos, en 30 ocasiones durante siete horas), ronquidos, dificultad para
tragar, alteraciones de la resonancia de la voz ("voz de papa caliente").
Se relaciona muy directamente con la hiperplasia adenoídea. Para
estandarizar el grado de hiperplasia se traza una línea imaginaria que
pasa por el centro de la úvula, dividiendo así el arco faucial en dos zonas.
De acuerdo al porcentaje que ocupa el tejido amigdalino dentro de cada
zona se define la siguiente clasificación:
I.
II.
Grado 0: amígdalas cubiertas por el pilar anterior
Grado I: menos del 25%
III.
Grado II: entre un 25 y 50% de obstrucción
IV.
Grado III: entre un 50 y 75% de obstrucción
V.
Grado IV: el espacio ocupado es mayor al 75%
Indicaciones de amigdalectomía
Crecimiento unilateral amigdalino (sospecha de tumor)
Amigdalitis crónica (según criterios señalados)
Absceso periamigdalino (2º episodio)
Apnea obstructiva del sueño (hipertrofia)
Existen indicaciones relativas como halitosis por tonsilolitos o absolutas
cuando el paciente sufre amigdalitis subintrantes, que es un estado en que
el paciente reinicia el cuadro inflamatorio al suspender el tratamiento
antibiótico
Complicaciones de la amigdalitis
Se clasifican en
Complicaciones locales o supurativas
Periamigdalitis flegmonosa
Absceso periamigdaliano
Absceso retroamigdaliano
Flegmón y absceso parafaríngeo
Absceso retrofaríngeo
Adenitis cervical supurada
Celulitis cervical difusa
Otitis y sinusitis aguda
Traqueitis y bronquitis
Tromboflebitis de la vena yugular
Complicaciones generales o no supurativas
Convulsiones febriles
Obstrucción de la vía aérea
Septicemia
Reumatismo articular agudo
Sindrome de Shock tóxico estreptocócico
Glomerulonefritis estreptocócica
Periamigdalitis flegmonosa y absceso periamigdaliano
Son las complicaciones más frecuentes de las FA, siendo el absceso
periamigdalino el más frecuente de los abscesos en la patología ORL. Su
incidencia actual es de 30/100.000/año.
La infección amigdaliana puede propagarse a través de la cápsula
conectiva amigdalina y producir primero una infección flegmonosa, tipo
celulitis flegmonosa, en torno a la amígdala que posteriormente puede
evolucionar, o no, a la formación de una colección purulenta en el espacio
periamigdalino, entre la amígdala y los músculos constrictor superior de la
faringe y palatofaríngeo, espacio que en condiciones normales está
ocupado por un tejido conectivo de disposición laxa. Excepcionalmente, el
espacio periamigdalino puede infectarse a través de otros focos infecciosos
de vecindad localizados en los últimos molares, o por una mastoiditis de
Bezold.
Puede presentarse en pacientes de todas las edades, siendo raro en
lactantes y niños, siendo su mayor incidencia entre los 10-30 años. Su
frecuencia anual de aparición presenta un pico estacional en primavera y
otoño. Aproximadamente el 40% de los casos no tienen historia previa de
amigdalitis recidivante. Un 10-15% de los casos presentan recurrencia del
cuadro.
El mecanismo de producción es por propagación directa de la infección
amigdaliana, pudiendo ocurrir cuando ésta no ha sido tratada con un
adecuado antibiótico, si bien en algunos casos puede aparecer habiendo
estado bien tratada. Suele iniciarse en la parte posterosuperior de la fosa
amigdalina pero también, aunque con menor frecuencia, en la
posteroinferior. Bacteriológicamente suele presentar una flora
polimicrobiana, habiéndose descrito hasta más de sesenta grupos o
especies de patógenos responsables: gram positivos, gram negativos,
estreptococos pyogenes beta-hemolítico A, estreptococo pneumoniae,
estafilococos aureus, haemophilus, gérmenes productores de
betalactamasas y una proporción de anaerobios que en algunas ocasiones
pueden llegar a casi el 50%. Entre los anaerobios pueden encontrarse
Bacteroides, Peptoestretococos y Fusobacterium. En estos procesos puede
producirse un sinergismo entre gérmenes aerobios y anaerobios. No suele
haber relación entre el cultivo del exudado evacuado de un absceso y el del
frotis superficial faríngeo. Solo en un 20% de los casos aparece el
estreptococo beta hemolítico del tipo A, siendo el aerobio más frecuente.
Es difícil diferenciar la celulitis periamigdalar, sin absceso, de la
periamigdalitis con absceso pues clínicamente son fases del mismo
proceso con aspecto muy parecido a la exploración, siendo la evolución la
que orienta el diagnóstico.
Tras un período de varios días desde el inicio de los síntomas, 5 ó 7, en los
que la amigdalitis aguda no cura aún siguiendo tratamiento de
antibioterapia, el cuadro va experimentando una agudización manifiesta,
aparecen intensos dolores unilaterales en la faringe que se exacerban de
manera considerable con la deglución. Estos dolores se irradian de manera
constante al oído homolateral y pronto la odinofagia es tal que los
enfermos dejan de comer, tienen una intensa sialorrea y la voz se torna
gangosa. Debido a la tensión dolorosa del lado afecto los enfermos inclinan
la cabeza hacia adelante e ipsilateralmente. Puede haber fiebre pero no
muy elevada, incluso puede faltar.
La extensión del proceso hacia el pterigoideo interno produce un trismus
más o menos intenso que puede dificultar la exploración. Esta muestra
una úvula edematosa y una inflamación del tejido periamigdalar palatino
que desplaza la amígdala hacia la línea media y hacia abajo, ya que el
absceso suele ser supratonsilar. La lengua es saburral por falta de
limpieza y por el acúmulo de exudados con una marcada halitosis. La
palpación de la región subángulomandibular es dolorosa y los ganglios
regionales yugulodigástricos están intumescentes y dolorosos,
apreciándose un empastamiento de toda esta zona.
Para diferenciar ambos procesos, flemón o absceso, puede ser útil la
ultraecografía, método rápido y capaza de detectar la presencia de pus en
más del 90% de los pacientes con un absceso verdadero. La punción
aspiración con aguja es otro sistema válido y práctico para realizar el
diagnóstico diferencial.
Cuando el cuadro se complica, el TAC puede ser de gran ayuda para
identificar el absceso o posibles progresiones del mismo a los espacios
interfasciculares cervicales profundos. En niños que no colaboran en la
exploración puede ser igualmente necesario hacerlo.
El análisis hematológico puede mostrar una leucocitosis con neutrofilia.
Es muy raro que se planteen problemas de diagnóstico diferencial con
otros procesos que pueden producir abombamiento palatino como:
- Flemón periamigdalino: ya ha sido expuesta su diferenciación.
- Procesos tumorales: linfoma, etc.
- Malformaciones vasculares, tipo aneurisma carotídeo.
- Absceso retrofaríngeo.
- Absceso de origen dental.
El cuadro puede complicarse con:
- Deshidratación, sobre todo en niños que se niegan a comer y beber.
- Compromiso de las vías respiratorias.
- Neumonía por aspiración del contenido del absceso, en casos de rotura
espontánea del mismo.
-
Propagaciones
espontáneas
cervicales
(espacio
parafaríngeo
y
prevertebral), mediastínicas, o a base de cráneo.
- Tromboembolismo séptico afectando a yugular interna o carótida
interna, pudiendo producir focos sépticos metastásicos, especialmente en
el pulmón (enfermedad de Lemierre , producida por Fusobacterium). Esta
complicación es más propia de los abscesos parafaríngeos.
- Rotura y drenaje espontáneo a cavidad oral por necrosis del pilar
anterior: más que de una complicación se trata de una forma de evolución
espontánea a la autocuración.
Tratamiento médico:
En muchos casos, lo primero que necesita el paciente es una rehidratación
intravenosa.
La antibioterapia ha de ser en principio I.V, debiendo cubrir anaerobios y
estreptococo beta hemolítico A. Es aún controvertido que antibiótico
utilizar
de
forma
empírica
como
de
primera
elección:
penicilina,
amoxicilina y ácido clavulánico, ampicilina y sulbactam, cefuroxima o
clindamicina. Cuando el cuadro no responde a esta antibioterapia, se ha
de tener en cuenta la posible contaminación por anaerobios, pudiendo ser
necesario utilizar antibióticos más específicos como el metronidazol.
Los estudios sobre resistencia a penicilina son controvertidos, mostrando
desde entre un 10-50% de casos con resistencia. No obstante sigue
considerándose como el antibiótico de primera elección en algunos
protocolos.
Adecuada analgesia.
Según la situación del paciente y gravedad del caso pueden asociarse
corticoides buscando su efecto analgésico-antinflamatorio.
Tratamiento quirúrgico:
Pasada la etapa de celulitis, una vez se ha formado ya el absceso, se ha de
realizar el drenaje del mismo, y para ello se debaten tres técnicas:
- Drenaje
- La punción-aspiración con aguja repetida si es necesario.
- Amigdalectomía junto con el drenaje del absceso.
Indicación
de
amigdalectomía:
un
episodio
aislado
de
absceso
periamigdalino por sí mismo no constituye indicación de amigdalectomía,
sólo cuando el cuadro recidiva se ha de plantear esta posibilidad. Se ha de
valorar además la edad del paciente y la historia de episodios amigdalianos
anteriores. El acto quirúrgico se ha de realizar una vez curado el absceso y
después de transcurridas unas semanas. Se calcula que en torno al 30%
de los abscesos periamigdalianos van a presentar indicación quirúrgica de
amigdalectomía.
Absceso amigdaliano
Consiste en la acumulación local de pus en el parénquima intraamigdalar.
Absceso retroamigdaliano.
Es una complicación menos frecuente.
Las lesiones se encuentran a nivel del pilar posterior que se muestra
edematoso y tumefacto, sobresaliendo por detrás de la amígdala a la que
desplaza hacia adelante.
En cuanto a su pronóstico es mucho más peligroso que el periamigdalino
por su situación anatómica de vecindad con los vasos de la amígdala y
faringe, y sobre todo, porque se acompaña de un edema colateral que se
puede extender rápidamente a la fosa glosoepiglótica, epiglotis y repliegue
aritenoepiglótico, apareciendo en pocas horas disnea y peligro de asfixia.
Incluso puede abrirse camino por el espacio parafaríngeo y determinar
complicaciones graves como flemones, sepsis, hemorragia carotídea, etc.
Flegmón y absceso parafaríngeo.
El espacio parafaríngeo, o laterofaríngeo, está situado lateralmente, entre
la fascia prevertebral, el músculo constrictor de la faringe y el pterigoideo
interno. Se subdivide en una parte preestiloidea, en la que no existe
ningún órgano importante y otra parte retroestiloidea donde se encuentran
la yugular, las carótidas y los últimos pares craneales.
Primero se produce una inflamación que gradualmente da lugar a la
acumulación de pus en el espacio parafaríngeo. En los adultos suelen
tener su punto de partida en procesos inflamatorios de la faringe, boca,
piezas dentales y parótidas. También ha sido descrita como una
complicación postamigdalectomía. Lo más frecuente es que se desarrolle a
partir de una absceso periamigdalino, debiendo la infección atravesar la
cápsula amigdalina y el músculo constrictor superior de la faringe para
alcanzar el espacio parafaríngeo, lateralmente a la base de la amígdala.
Formado el absceso, este queda localizado lateralmente al músculo
constrictor superior de la faringe y cerca de la carótida. La gravedad de
esta complicación viene determinada por el peligro que corren los órganos
vasculonerviosos de este espacio. Es imperativo el TAC y tratamiento
quirúrgico.
Absceso retrofaríngeo
Se origina en un adenoflegmón de los ganglios linfáticos de HENLE,
localizados en los espacios virtuales retrofaríngeos de Gillette, situados a
cada lado de la línea media de las paredes faríngeas posteriores y
nasofaríngeas, entre la pared faríngea posterior y la fascia prevertebral
cervical. Estos ganglios que recogen el drenaje linfático de las vías nasales
posteriores, rinofaringe y trompa de Eustaquio, tienen una evolución
normal hacia su atrofia a partir de los tres años de edad, por lo que esta
complicación
sólo
aparece
en
lactantes
y
niños
muy
pequeños.
Excepcionalmente su causa puede ser también un cuerpo extraño
enclavado en este espacio, un traumatismo o la propagación de un absceso
parafaríngeo por rotura de la fascina alar.
Puede suponer el 22% de los abscesos cervicales en niños.
Es más frecuente que se produzcan por una infección rinofaríngea que
por una amigdaliana.
Clínicamente se caracteriza por fiebre alta, disfagia, odinofagia y
dificultad respiratoria con producción de estertores. Si el absceso es muy
alto hay predominio de obstrucción nasal. Si el cuadro es importante, en
su evolución puede parecer rigidez cervical en hiperextensión, estridor
faríngeo que se acompaña del murmullo que produce la corriente de aire
con las secreciones acumuladas y si el edema se extiende hasta la
hipofaringe, puede llegar a ocluir el vestíbulo laríngeo produciendo disnea
y cianosis. Puede complicarse gravemente si alcanza el mediastino.
A la exploración se aprecia una protrusión de la pared posterior de la
faringe, roja, consistente, recubierta de secreciones y fluctuación al tacto.
Suele aparecer ligeramente lateral a la línea media. No se aconseja la
palpación digital como método exploratorio pues tiene el peligro de una
ruptura incontrolada del absceso con riesgo de aspiración de pus.
Una Rx cervical simple lateral muestra un aumento del tejido blando del
cuello entre la columna vertebral y la vía aérea. TAC y RM dan imágenes
definitivas para el diagnóstico.
Se comienza el tratamiento con antibioterapia y corticoides por vía
endovenosa. Cuando el proceso fluctúa el tratamiento es quirúrgico.
Adenitis cervical supurada
En
algunas
ocasiones,
la
adenitis
cervical
reactiva
a
una
faringoamigdalitis aguda, particularmente en las formas bacterianas,
puede llegar a ser más relevante clínicamente que la propia infección
faríngea, apareciendo adenopatías subangulomandibulares como nódulos
tensos, firmes e hipersensibles que llegan a producir una discreta
tortícolis.
La evolución supurativa de estas adenopatías es hoy excepcional y es
una complicación que se produce casi exclusivamente en niños.
Celulitis cervical difusa
Se produce en situaciones en que debido a la virulencia de los gérmenes
o características anatómicas propicias, la infección se extiende por todos
los intersticios del cuello destruyendo los tabiques formándose vacuolas de
pus con restos esfacelados.
Estaría producida por gérmenes anaerobios, complicación rara que suele
tener su origen en una extensión progresiva de las complicaciones
anteriores, o bien producirse directamente en amigdalitis, lesiones
odontógenas y traumáticas.
La Angina de Luwig es una celulitis que compromete los tejidos del piso
de la boca, debajo de la lengua, y que se presenta a menudo después de
una infección de las raíces de los dientes (como abceso dental) o una lesión
en la boca.
Es más frecuente que estos procesos aparezcan como complicaciones de
otras infecciones no propiamente amigdalaianas.
Otras complicaciones
Otitis y sinusitis agudas, traqueítis y bronquitis, tromboflebitis de la vena
yugular
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