Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 1 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es LA PSICOMOTRICIDAD RELACIONAL EN LA ESCUELA INFANTIL Autores: Inmaculada Espinal Gómez y Rocío Regueiro Gómez. ESCUELA INFANTIL FERNANDO EL CATÓLICO. AYUNTAMIENTO DE MADRID. ESPAÑA. [email protected] RESUMEN: Pelotas, telas, cajas, bloques, colchonetas, etc. son algunos de los objetos con los que los niños se actúan en psicomotricidad relacional. Cuando los pequeños no tienen adquirido el lenguaje, la forma de comunicarse es a través de su cuerpo, de sus movimientos. La psicomotricidad relacional permite que se expresen en un entorno seguro, potenciando su expresividad corporal. Bernard Aucouturier define la expresividad motriz como el "modo de ser de cada uno", la manera particular de la persona de relacionarse con los demás y con el mundo que les rodea. Este es el pilar del que partimos para llevar a cabo nuestro proyecto, cuyos objetivos son que el niño/a descubra su cuerpo y su capacidad de movimiento; aprenda a relacionarse de diversas maneras con los objetos tiene a su disposición y desarrolle su capacidad para comunicarse. Partimos de la premisa de que es importante disfrutar del placer del movimiento para luego poder disfrutar del placer de pensar y aprender. La psicomotricidad es una técnica que facilita un espacio y un tiempo a los niños y niñas donde poder ser ellos mismos y potenciar así su desarrollo global (motor, cognitivo y emocional), a través del movimiento libre y siempre respetando sus propias capacidades y ritmos. PALABRAS CLAVE: Expresividad motriz, descubrimiento del cuerpo, relación con los objetos y el entorno, libertad, pensamiento, creatividad y comunicación. I. INTRODUCCIÓN ¿Por qué la psicomotricidad relacional y no la dirigida? Simplemente porque se trabaja de forma global el cuerpo y no de manera analítica. No se parte de ideas preconcebidas, obtenidas mediante evaluaciones, si no que se deja al niño actuar para conocer sus necesidades más profundas y hacerlas evolucionar desde el placer sensoriomotriz. La acción tiene un carácter expresivo dando importancia a la creatividad, no se trata de dirigir y mecanizar el movimiento hasta hacerlos eficaces. Son los niños y niñas los que deben descubrir sus potencialidades corporales, concebir nuevos movimientos y expresar sentimientos y emociones. El cuerpo está al servicio del movimiento y de la expresión corporal. Se desarrollan las nociones espaciales y temporales para la construcción de ideas más abstractas y complejas. Los contenidos motrices se convierten en el medio para lograr el desarrollo de la comunicación, del pensamiento y la creatividad. Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 5 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015 22 Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 1 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es Convencidos de que la psicomotricidad relacional ayuda al desarrollo global del niño, nosotros, el Equipo Educativo de la Escuela Infantil Fernando El Católico, llevamos a cabo el desarrollo de este proyecto en los tres niveles educativos del Primer Ciclo de Educación Infantil y a lo largo de todo el curso escolar. II. DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA Para realizar las sesiones de psicomotricidad relacional, en nuestra escuela contamos con un espacio único, la sala de psicomotricidad, un espacio seguro y de proporciones adecuadas para la actividad. En ella se encuentran dispuestos todos los materiales que serán utilizados por los niños, tales como, pelotas, cajas, cuerdas, colchonetas, módulos de diferentes formas y tamaños, bloques, etc. y que previamente disponemos aquellos que se van a utilizar en cada sesión antes de que los niños y niñas lleguen a la sala y de ellos dependerá que las sesiones se prologuen en el tiempo. La psicomotricidad relacional es una actividad que realizamos sistemáticamente en nuestro horario semanal. Las sesiones se desarrollan semanalmente, con un tiempo estimado de treinta minutos aproximadamente, aunque, como es natural, todo depende de los más pequeños, en realidad son ellos quiénes van a disfrutar de ese de tiempo. Por ello cuidamos con mimo cada una de las sesiones que diseñamos y llevamos a cabo en la escuela. El educador prepara el material de la sesión de psicomotricidad relacional antes de que lleguen los niños y niñas. Su labor es fundamental en el correcto desarrollo de la actividad porque su intervención ayuda a la evolución global del niño. El educador debe ser “un espejo de placer”. Les acompaña y reproduce las acciones de los niños y niñas con la palabra o su propio cuerpo. Mediante esta expresividad reconoce lo que los pequeños hacen. Su mirada debe ser periférica, todos tienen que sentir que son observados. En este caso presentamos el material para un grupo de 14 niños y niñas de 1-­‐2 años. Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 5 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015 23 Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 1 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es El día que toca "psico", como la llamamos coloquialmente en la asamblea previa a la actividad, los niños y niñas se ponen contentos y dan muestras de ello con risas e incluso queriéndose levantar de la colchoneta para irse enseguida a realizar la actividad. Está claro, por sus manifestaciones de alegría, que para los niños es un momento único en el que saben que van a disfrutar, lo asocian rápidamente al placer de jugar. Tres son las partes de las que consta una sesión de psicomotricidad relacional: asamblea inicial, desarrollo psicomotor del niño y asamblea final. La primera de ellas constituye el ritual de entrada o momento de acogida. Es fundamental centrar la atención de los niños en las consignas de seguridad, es decir, no hacerse daño a sí mismo, ni a los amigos y cuidar el material. Los niños y niñas se sientan y se descalzan. Tras la explicación de algunas consignas se pone en marcha la sesión. En esta sesión tenemos preparado la parte fija del material con módulos grandes y después alrededor de esa parte fija, se han colocado rampas con diferentes formas, escaleras, y como figura para una primera descarga tónica "el muro", formado por bloques blandos. Se trata de la segunda parte de la actividad, en la que el niño a través del juego manifiesta libremente su expresividad psicomotriz. Su actividad es espontánea, es la manera de formar su imagen corporal y su identidad. El niño vivirá situaciones de equilibrio, desequilibrio, tensión, distensión, caída, balanceos, giros, ruptura tónica... todo ello libera su emoción y ayuda a su coordinación global y a su maduración tónico-­‐emocional. Vive con plenitud su expresividad y se manifiesta sin miedo a ser rechazado. Se mueve simplemente por el placer del movimiento. Son los niños los que deciden lo que van a realizar con los materiales que se encuentran dispuestos a su alcance. Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 5 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015 24 Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 1 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es En la tercera y última parte de la sesión, el educador irá anunciando a los pequeños de la cercanía del final de la actividad y esperará a que poco a poco los niños y niñas vayan ayudando a recoger los elementos empleados y se vayan situando en corro. Una vez concluida, se dará paso a la asamblea final. Es el momento de la representación de lo que han vivido mediante cuentos y canciones, en el caso de este grupo de niños y niñas de 1-­‐2 años, al no contar todavía con la comunicación verbal necesaria para hacerse entender de forma. A partir de los 2-­‐3 años, se hace de forma gráfica y oral, entre otras, al tener ya suficientemente desarrollado el lenguaje oral, pudiendo ellos mismos contar sus Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 5 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015 25 Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 1 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es vivencias y experiencias de la propia sesión tales como situaciones de juego, de conflicto, de cooperación, etc. III. CONCLUSIONES En todas las sesiones se ven progresos de los niños en su evolución motriz, y cada día de sesión los niños nos sorprenden con nuevos movimientos u otras creaciones diferentes a sesiones anteriores. Por otro lado, por sí mismos aprenden a vencer sus miedos y a proponerse diferentes retos en cada sesión, como: subirse a la estructura fija, saltar de una colchoneta a otra, mantener el equilibrio... Como educadora, es muy gratificante observar en cada una de las sesiones cómo los niños progresan en su desarrollo, mejorando su autonomía, su autoestima, su pensamiento operatorio, la cooperación que se crea en el grupo. El papel del educador es el de acompañar, asegurar y nombrar las acciones, segurizar su desempeño, favorecer la iniciativa respetando al niño y sus procesos sin forzarle, nunca juzgar sus acciones y fomentar el autocontrol y la espera. La psicomotricidad relacional aporta a los niños un mundo de sensaciones y vivencias que supondrán “un granito de arena” en su desarrollo y, por lo tanto, su maduración. Por ello nos parece una actividad vital y que debe estar incluida de manera inamovible en el horario semanal de una escuela infantil como en la que nosotros llevamos a cabo nuestra labor educativa. IV. BIBLIOGRAFÍA Aucouturier, B. (2004): Los fantasmas de acción y la practica psicomotriz. Editorial Graó. Barcelona. Pickler, E. (1984): Moverse en libertad. Editorial Narcea. Madrid. Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: Vol. 1, Art. 5 pp: (22-­‐26), Julio-­‐Septiembre 2015 26