andar en verdad delante de la verdad

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“ANDAR EN VERDAD
DELANTE DE LA
VERDAD” 1
LEMA 3, diciembre 2014
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¿Qué hemos hecho en octubre y noviembre? Llevamos un tiempo caminando por el proyecto de nuestra vida personal desde que comenzamos este curso. Con los lemas de cada mes hemos podido descubrir que no hay manera más autén/ca de construir nuestra vida que no sea desde la madurez que da la coherencia del pensamiento, el corazón y el obrar de cada día. (La persona madura habla tres lenguas…) También hemos podido descubrir que lo que no se conoce no se puede amar con pasión, por eso nos hemos empeñado en estudiar y trabajar muy duro, a fin que nuestro estudio nos condujera al conocimiento de la verdad, para que nuestra voluntad se moviese por aquello que es la Verdad y que, seguro, nos iba a ayudar a crecer como personas y como cris-anos. (La verdad os hará libres.) • Ahora… Nos tocaría seguir caminando en verdad, seguir adentrándonos por la senda de la verdad de nuestra vida que no es otra cosa que conquistar nuestra felicidad plena, la verdadera vocación de nuestro existir. En este mes nos tocaría andar en verdad pero delante de la verdad. Este eslogan parece un juego de palabras sin más trascendencia y más repercusión que ser palabras bonitas tomadas de Santa Teresa pero que a la hora de aplicar a mi PPV no encuentro la manera de hacerlo. Pues bien, ahora es el momento. Vamos a explicar en pocas palabras qué significa aquello de Andar en Verdad delante de la Verdad y qué relación pueda tener con lo que ya has incorporado a tu vida en esta dimensión de la inteligencia y del estudio tan importante para ti en esta etapa de tu vida. Por lo pronto quiero llamar tu atención nuevamente sobre la verdad que será esa mirada a la vida, a tu entorno que te rodea y a ) mismo para descubrir la realidad. “Hoy día vivimos en una sociedad de la información que nos satura indiscriminadamente de datos, todos al mismo nivel, y termina llevándonos a una tremenda cultura de lo inmediato y de la superficialidad a la hora de plantear cuestiones “2. Sólo tenemos que buscar en Internet y obtendremos un flujo de información con infinitas conexiones pero, ¿ TODO ESTO ES VERDAD? ¿Qué es lo verdadero y autén1co de las cosas? Y,… ¿ YO ? ¿ SOY TAMBIÉN UN CONJUNTO DE IDEAS , SENTIMIENTOS Y ACTUACIONES DESORDENADAS , SIN UNA AUTÉNTICA VERDAD QUE ME ORIENTE ? El conocimiento de la verdad forma parte del proyecto que cada persona quiere forjar de sí mismo. Por eso nunca implica sólo a la inteligencia, es una actividad de la persona que REQUIERE A CTITUDES ESPECÍFICAS PARA QUE CULMINE CON ÉXITO : DISPOSICIÓN A APRENDER , ESFUERZO , PERSEVERANCIA , ESPÍRITU CRÍTICO ,… Es decir, todas aquellas cualidades propias de la fortaleza intelectual que nos llevan a profundizar y a pasar por encima de opiniones consolidadas pero incorrectas o de ambientes de opinión que critican personas, hechos o instituciones sin fundamentar afirmaciones. 1
Santa Teresa de Jesús, Vida c.40, 3; VI Moradas 10,7 Papa Francisco Evangelii Gaudium 64 2
Además, para que la persona llegue a conocer la verdad realmente es necesario que esté dispuesta a aceptarla libremente. La verdad nunca puede imponerse sino que la propia dignidad de la persona implica que sólo pueda ser asumida libremente. La verdad debe mostrarse en su esplendor para que la persona se dé cuenta de que le compensa asumirla porque ese es el camino correcto para orientar su vida. Para ello, es necesario una ac+tud abierta y atenta que permita abrir la mente y el corazón a la realidad en sus dis&ntos aspectos y que se dan en las distintas disciplinas y asignaturas para saber dis*nguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso o deforme. En ese camino de búsqueda de la verdad es especialmente importante descubrir NUESTRA VERDAD PERSONAL. Y es aquí donde se hace necesario abordar el concepto de HUMILDAD para poder construir una sólida y verdadera personalidad. La humildad3 consiste en “aquella virtud por la que el hombre se tiene por lo que realmente es”4. Y esto es fundamental para la perfección cristiana. La humildad no tiene nada que ver con una constante actitud de reproche, con la depreciación del propio ser o de los propios méritos o con una conciencia de inferioridad. Sino que tiene más relación con una sensibilidad despierta para ver donde está lo sublime, para aceptar aquello que soy como un regalo, pero sobre todo, para evitar esa soberbia intelectual que proporciona el estudio desordenando y que llena mi cabeza de contenidos, los cuales me hacen pensar que yo lo sé todo, que yo poseo la verdad absoluta y que nadie tiene nada que enseñarme. La humildad es en primer término, una forma de estar ante la presencia de Dios. Es “sometimiento del hombre a Dios”. Es una forma de ser por dentro que nace de una decisión libre y consciente de la voluntad. Consiste en doblegarse conscientemente al hecho de que ni la humanidad ni el hombre particular son Dios. En segundo lugar, la humildad tiene una cara externa y que ordena la forma de relacionarse con los demás. Es la virtud que inclina a los hombres a rebajarse los unos ante los otros. Santo Tomás de Aquino lo expresa así: “En el hombre hay que distinguir dos cosas: lo que es de Dios y lo que es del hombre,…Humildad tomada en sentido estricto, es el miedo reverencial por el que el hombre se somete a Dios. Por eso debe el hombre subordinar lo que hay de humano en sí mismo a lo que hay de Dios en el prójimo. Pero la humildad no exige que se someta lo que hay de Dios en sí mismo a lo que parece ser de Dios en el otro,…Así como tampoco exige que se someta lo humano propio a lo humano de los demás”5. Serán, por tanto, características propias del humilde, la sinceridad y la honradez, evitar la adulación y las posturas retorcidas, manifestar una confianza y esperanza casi provocativa y la calma en el corazón, con una actitud que no se doblega ante el destino. En definitiva, es humilde quien únicamente se tiene por siervo de Dios. Preguntas para la reflexión: 1.
2.
3.
4.
5.
¿Cómo te ves ante Dios? Cuando te miras en el espejo, ¿qué ves? ¿cómo te ves? ¿Dónde crees que está la verdad, la auténtica VIDA? ¿Vives deprisa, te paras ante tu vida, tienes tiempo para pensar? ¿Cambias de opinión rápidamente según la última afirmación que te hacen? ¿Eres humilde ante Dios? ¿Y con los demás? ¿Eres soberbio o reconoces humildemente tus equivocaciones para volver al buen camino? 3
J. Pieper, Las virtudes fundamentales, Rialp (2012) Santo Tomás de Aquino, Summa theologica, 2-­‐2,161, 6; 162, 3ad 2. 5
Santo Tomás de Aquino, Summa theologica2-­‐2, 161,3. 4
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