ÌÌ40 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (81) volución parietal, intermediaria que terminaba por anastomosarse con P y i , sólo he visto una. La precuña termina, por lo general, mediante los dos pliegues parieto-límbicos, però no dejan de observarse otras disposiciones: la más frecuente variación (la he visto nueve veces) consiste en terminar por tres ramas, gracias á la división en dos segmentos del surco sub-parietal, cada uno de los cuales, lo mismo que en el caso de que aquel sea único, suele emitir una prolongación superficial hacia arriba, destinada á servir de límite á las ramas ó ramitas, susceptibles de admitirse poteste motivo en la cara interna de i " . Las otras variaciones que he observado han sido: disponerse las dos porciones de la precuña en sentido horizontal (una vez), por la existencia de un surco que se abría en la cisura perpendicular interna; ser completamente indivisa la citada precuña en otro sólo caso, y ofrecer cuatro ramas ó porciones en otro hemisferio. Es digno de notarse el hecho de que á veces alcance la división de la precuña hasta el borde sagital del hemisferio, así como también el no menos interesante de que cuando P tiene dos raíces ó está desdoblada en la mitad posterior de la cara externa, parezcan continuarse estas dos circunvoluciones secundarias, apenas bosquejadas, con el indicio que de la existencia de las mismas puede admitirse en las dos ramas ó porciones que constituyen la disposición más frecuente de la precuña. Además de esta continuación ó enlace parietal interno, y por ende parieto-límbico, existe constantemente la continuación de P con uno ó con los dos pliegues parieto-occipitales externos de Gratiolet; lo más frecuente es que sólo se continúe con Poe ; pero en ocho de mis observaciones se continuaba también con Poe , y en una de estas últimas con T\. Por fin, existen con frecuencia anastomosis entre P y P' : era u n a sola en cinco casos, dos en otros tres y tres en dos. 1 5 2 l l 1 2 i 1 Circunvolución parietal segunda. 1 Es bastante semejante á P , razón que explica el que se la conozca con el nombre de lobulülo parietal inferior; pero se diferencia también notablemente de la parietal superior. Lo que más debe tenerse presente para lo que después digamos,