6 Las heridas las hemorragias El Shock Intervención primaria

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Unidad
15
Las heridas. Intervención primaria. Evacuación.
Control del choque.
Contenidos
Concepto y clasificación de las heridas.
Intervención primaria.
Tétanos y heridas.
Por Justo García Sánchez
Concepto y clasificación de las heridas
Una herida es una lesión que tiene como principal característica
interferir la integridad de los tejidos blandos (piel, músculo, tejido
subcutáneo, órganos blandos, tendones, nervios, entre otros).
Son producidas por agentes externos (vidrios, piedras, cuchillos,
etcétera) o internos (huesos fracturados). Las heridas no siempre son
abiertas, muchas veces se producen las llamadas heridas cerradas
(hematomas).
Un desgarro es una herida
producida por la ruptura del
tejido blando del cuerpo y a
menudo es irregular y con
apariencia mellada. Asimismo,
un desgarro con frecuencia está
contaminado con bacterias y
residuos de cualquiera que sea
el objeto que haya causado el corte.
Una herida penetrante generalmente es causada por un objeto
puntiagudo como un clavo, los dientes de un animal o una puntilla. Este tipo
de herida usualmente no sangra en exceso y puede parecer que se cierra.
Igualmente, estas heridas penetrantes son propensas a las infecciones y deben
ser tratadas de manera apropiada.
Las heridas se clasifican en:
•
INCISAS: originadas por objeto cortante.
•
CONTUSAS: originadas por objeto romo. Hemorragias internas.
•
ESPECIALES: Mistas o incisocontusas, punzantes, por mordedura, con
arrancamiento, etc.
Las heridas pueden dividirse en leves y graves, atendiendo a una serie de
factores que hay que tener en cuenta a la hora de la clasificación.
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Factores de gravedad
• Extensión de la herida.
• Profundidad de la herida.
• Localización de la herida (cara, periorificios, abdomen, tórax...).
• Suciedad de la herida.
• Afectación de estructuras.
• Edad del herido (edades extremas).
• Estado general de salud del herido.
• Objeto causante de la herida.
• Complicaciones de la herida.
Complicaciones de las heridas
Complicación local:
• Afectación de estructuras (nervios, tendones, huesos, etc.).
• Infección de la herida.
• Problemas en la cicatrización.
Complicaciones generales
• Hemorragias.
• Infección generalizada (tétanos).
• Presencia de shock.
Intervención primaria
Heridas leves
Clasificaremos a una herida como leve cuando no reúna «factores de
gravedad».
El tratamiento irá dirigido a prevenir la infección, para ello se seguirán las
siguientes pautas de actuación (ver fichas resumen):
1. Evitar que se contamine la herida, y para ello habrá que:
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• Lavarse las manos (agua y jabón).
• Usar guantes estériles.
• Uso de material estéril o lo más limpio posible. Es recomendable el
material desechable.
2. Desinfección de la herida
• Dejarla rezumar un poco.
• Dejarla visible (recortar pelo, cabellos...).
• Limpiar la herida con agua y jabón y siempre desde dentro hacia afuera
de la herida
• Se pueden utilizar antisépticos no colorantes, el más recomendado es la
povidona yodada.
Es conveniente dejar la herida al aire libre, pues así se favorece la
cicatrización.
En caso de sangrado o de ambiente contaminante, lo mejor es taparla
con una gasa estéril, fijada con bandas de esparadrapo, y cuando sea posible
dejarla al aire libre.
Que es lo que NO HAY QUE HACER:
• Utilizar algodón.
• Quitar cuerpos extraños enclavados.
• Manipular la herida.
• Utilizar antisépticos de color como la violeta de genciana o el
mercurocromo.
• Utilizar polvos, cremas, pomadas, etc.
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Heridas graves
Son aquellas que reúnen uno o más factores de gravedad. Este tipo de
heridas suelen llevar una patología asociada más grave que la propia herida,
por ello el socorrista sólo debe realizar la primera atención para que
posteriormente sea tratada en un Centro Asistencial.
Actuación del socorrista
1. Evaluación Primaria (control de signos vitales).
2. Evaluación Secundaria (coartación de las hemorragias, inmovilización
de fracturas, etc ... ).
3. Cubrir la herida con material estéril o lo más limpio posible.
4. Evacuar a Centro Hospitalario.
Heridas de especial gravedad
Herida penetrante en el abdomen
Son aquellas que comunican el interior del abdomen con el exterior,
siendo las complicaciones más graves de este tipo de heridas las lesiones
viscerales, las hemorragias internas y la infección de la cavidad abdominal
(peritonitis).
Actuación del socorrista
1. No extraer ningún objeto clavado.
2. No reintroducir las vísceras.
3. No dar nada por vía oral (agua...).
4. Tapar la herida con un trozo «grande» de tela limpia humedecida. NO
utilizar gasas pequeñas, pues se pueden introducir en el abdomen.
5. Abrigar al herido.
6. Trasladarlo urgentemente en posición de decúbito supino con las
piernas flexionadas .
7. Controlar constantemente los signos vitales.
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Posición de transporte ante una herida penetrante en el abdomen.
Herida perforante en el tórax
Este tipo de heridas pueden producir el
colapso pulmonar, debido a la entrada de aire
ambiental en la cavidad torácica con la
inspiración y a la salida de aire de la cavidad
pleural con la espiración (ver fig. 4). Pueden
estar producidas por objetos punzantes o por
fracturas de costillas.
Síntomas
• Dificultad respiratoria por afectación del
pulmón.
• Tos, que puede acompañarse de hemoptisis.
• Dolor torácico en caso de afectación ósea.
• La herida puede presentar «silbido» por la entrada y salida del aire a
través de ella.
• Presencia de shock por insuficiencia respiratoria y cardíaca.
Actuación del socorrista
1. No sacar ningún objeto enclavado.
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2. Tapar rápidamente la herida con algún material que no transpire (ej: el
plástico de la bolsa de las gasas), a fin de evitar el colapso pulmonar.
3. Trasladar urgentemente a Centro Hospitalario en posición de semiincorporado y ladeado hacia el pulmón lesionado
4. Controlar
constantemente los
signos vitales
5. No dar de beber ni
comer
Posición de transporte ante
una herida perforante en el
tórax.
Tétanos y las heridas
El tétanos es una enfermedad infecciosa muy grave. Puede originarse a
raíz de cualquier corte, mordedura u otro tipo de herida, aunque sea
pequeña, por lo que debe mantenerse la máxima higiene en estos casos y
aplicar un antiséptico.
Las esporas de la bacteria Clostridium tetani viven en el suelo y se
encuentran en todo el mundo. En su forma de espora, la C. tetani puede
permanecer inactiva en el suelo, pero puede seguir siendo infecciosa por más
de 40 años.
La infección comienza cuando las esporas penetran en el organismo a
través de una lesión o una herida. Las esporas liberan bacterias activas que se
diseminan y producen un tóxico llamado tetanospasmina, el cual bloquea las
señales nerviosas desde la médula espinal a los músculos, causando espasmos
musculares severos. Los espasmos pueden ser tan fuertes que pueden llegar a
causar desgarros musculares o fracturasde la columna.
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El tiempo entre la infección y el primer signo de síntomas es de 5 días a 15
semanas, con un promedio de 7 días
La medida preventiva más eficaz es la vacunación.
Desde el punto de vista de la infección con tétanos, podemos clasificar las
heridas como
A) Propensas a la infección con tétanos
• Si han transcurrido más de 6 h para su tratamiento
• Si es incisa (sobre todo si se ha contaminado con el suelo o con
estiércol) o contiene gran cantidad de tejido desvitalizado
• Profundas (> 1 cm. para el tétanos)
• Contaminadas con tierra, saliva, etc.
• Heridas por aplastamiento
• Quemaduras
• Mordeduras
• Heridas por proyectil
B) No propensas a la infección con tétanos.
• Superficiales (< 1 cm.)
• Limpias
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Unidad
6
Hemorragias. Intervención primaria y evacuación.
Por Justo García Sánchez
Contenidos
•
Las hemorragias. Clasificación.
•
Intervención primaria.
•
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El torniquete.
Las hemorragias. Clasificación
En general, las hemorragias puede ser internas o externas. A su vez se
pueden distinguir tres subtipos de hemorragias fáciles de diferenciar, como
son la hemorragia arterial, la venosa y la capilar.
Una hemorragia
arterial es aquella que
fluye debido a la presión
arterial, por lo que será
pulsátil y su color es rojo
brillante.
Una hemorragia
venosa es aquella que
brota sin fuerza con un
flujo continuo (pues no
depende de la presión
arterial ni del latido del corazón), siendo el color de la sangre de un rojo más
oscuro.
El sangrado capilar es característico ya que se trata de una sangre que
fluye lentamente en gotitas.
Entre estas hemorragias la más peligrosa es la hemorragia arterial, ya que
si no se detiene puede ocasionar una situación de hipovolemia importante
llegando al shock o incluso a la muerte.
En función de la causa que haya ocasionado la
hemorragia, se puede clasificar también envase a su
aspecto y el tipo de sangrado. Así, un agente cortante
(como por ejemplo un cuchillo), produce una herida de
bordes limpios y regulares, con un sangrado abundante;
una herida producida por un agente contuso (como puede ser por ejemplo el
corte con un vidrio) produce una lesión, bordes irregulares y también
abundante sangrado; un agente que produzca un corte denominado agudo
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(como es el caso de una aguja por ejemplo) produce una herida que sangra
muy poco o casi nada.
Intervención primaria
Las hemorragias suelen ser situaciones en las que la aparatosidad de las
mismas puede condicionar la forma de actuar de la persona que auxilia al
accidentado. En general, se tiene cierta repulsa ante la presencia de la
sangre, lo que puede suponer una dificultad hace a la
hora de practicar los primeros auxilios.
Ante una hemorragia, del tipo que sea, lo primero
que debemos de mantener es la calma, y pensar que
debemos de aplicar una presión fuerte y mantenida en
la zona afectada. La compresión que realicemos nunca debe de ser menor de
diez minutos.
En el caso de que hayamos aplicado compresas o algún tipo de apósito,
grasas, sobre la herida y éstas se han sido empapadas en sangre, nunca
deberemos de retirar las antes de tiempo. Lo que debemos de hacer es poner
más apósitos o gasas sobre las que ya tenemos, porque de lo contrario, si la
retiramos, estaremos perdiendo el efecto hemostásico que si hubiera
producido hasta ese momento.
Si la herida a la que nos enfrentamos es lo suficientemente importante
como para apreciar que no deja de sangrar, deberemos de pedir ayuda lo
antes posible. Para ello, como siempre disponemos de los teléfonos 112 de
emergencias o al 061 de nuestro servicio cántabro de salud.
Si disponemos de un vendaje apropiado, la aplicación correcta sobre la
zona también puede ser muy efectiva. Al menos lo será
igual que la aplicación de grasas o apósitos si el vendaje
se hace por la presión suficiente para cortar la
hemorragia.
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Ante un sangrado de tipo venoso, combina aplicar presión directa sobre la
herida durante ocho o diminutos. A continuación se pueden colocar unos
vendajes con firmeza hasta que lleguen los servicios de urgencias o el
accidentado se desplace a un servicio médico.
La posición del accidentado.
Cuando hay una herida que sangra abundantemente, es posible que el
afectado al poco tiempo pueda anotar sensaciones de mareo, náuseas,
escalofríos. Por eso es
preferible que en estos casos
esté en la posición de tumbado
ya que de otra manera podría
sobrevenir un mareo y caerse
al suelo golpeándose y
complicando la situación. Ni
siquiera debemos permitir en
estas situaciones (estamos refiriéndonos a hemorragias importantes) que el
afectado esté en posición de sentado.
Lo que queremos evitar es que se de una situación en la que por falta
de volumen sanguíneo se llegue a lo que se denomina shock hipovolémico. Un
cuadro de este tipo es muy raro encontrar lo que las heridas habituales,
siguiendo un fenómeno que puede ocurrir cuando los sangrados son internos
como en el caso de los accidentes de tráfico con rotura de alguna víscera
(pulmón, hígado, etc.) Invirtiendo varios litros de sangre a la cavidad
abdominal (intraperitoneal) o en las situaciones en las que ha habido la
amputación de un miembro. Sólo en estas situaciones un accidentado puede
llegar a sufrir un shock y posteriormente morir.
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El torniquete.
La utilización de la técnica del torniquete, sólo es posible aplicar la a nivel
de las extremidades (brazos o piernas) y nunca sobre el tronco. Es una
solución de emergencia empleada únicamente cuando compró vemos que
somos incapaces de evitar un sangrado abundante mediante la técnica de la
compresión.
La aplicación de un torniquete puede ocasionar más trastornos que
beneficios, por lo que su utilización sólo se debe de plantear cuando
sospechemos un riesgo vital para el accidentado.
La técnica consistirá en aplicar un vendaje muy fuerte sobre la zona,
preferiblemente con una gasa o un
apósito debajo. No hace falta añadir ni
agua oxigenada, ni cualquier otro tipo
de desinfectante. Lo único que
pretendemos es cortar la hemorragia y
ya se encargarán otras personas de limpiar y desinfectar si es que es
necesario.
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Si queremos ser un poco más minuciosos en la aplicación del
torniquete, deberemos de tener en cuenta las siguientes apreciaciones: se
aplicará aproximadamente a cuatro dedos del hombro y a cuatro dedos de la
ingle, en el caso de que el accidentado presente amputaciones.
Debemos de saber que el torniquete debe ir entre el corazón y la
herida.
No se debe de mantener más de diez minutos. Transcurrido este tiempo
hay que soltarlo lentamente y observar si se detuvo la hemorragia, en cuyo
caso no se retira y se espera mientras observamos que efectivamente no
sangra. En caso contrario, si sale sangre de nuevo, hay que dejar salir esta
sangre unos segundos antes de volver a apretar. Esperar nuevamente unos
diminutos y repetir la operación.
Las complicaciones que anteriormente se mencionaban con el uso de
esta técnica, se derivan de la muerte de los tejidos por falta de sangre (y por
lo tanto falta de oxígeno) cuando el torniquete se mantiene más tiempo del
debido.
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