Revisión Hemorragia Digestiva Alta: Sebastián Djivelekian Hemorragia Digestiva Alta La hemorragia digestiva alta, definida como todo sangrado cuyo origen se encuentra proximal al ángulo de treitz, es una patología frecuente y severa, que se manifiesta con hematemesis, melena o hematoquezia y tiene una alta tasa de morbimortalidad lo que la convierte en una emergencia médica de manejo multidisciplinario y en un desafío para obtener los mejores resultados. La etiología del sangrado, la situación clínica del paciente y las características endoscópicas de la lesión determinarán la gravedad del cuadro y el riesgo de resangrado y muerte. En la mayoría de los casos, la hemorragia es de origen no variceal (90%), siendo la úlcera péptica gastroduodenal la más frecuente, aproximadamente 160 casos cada 100000 habitantes, aunque en los últimos años la incidencia anual viene disminuyendo y actualmente se estima 60 casos cada 100000 habitantes por año, afectando en su mayoría a personas mayores de 60 años. A pesar de disponer de nuevas herramientas terapéuticas la mortalidad no se ha modificado en las últimas décadas la cual se encuentra entre un 5 -10 %.1,2 El manejo inicial debe estar abocado a mantener la estabilidad hemodinámica, el control de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el ortostatismo nos permite estimar el estado del volumen intravascular para realizar una adecuada resucitación. La reposición de fluidos se debe realizar en primer lugar con cristaloides y posteriormente, de ser necesario, se debe transfundir unidades de glóbulos rojos para mantener una hemoglobina entre 7 y 9 gr/dl.3 La utilización de sonda nasogástrica con o sin lavados gástricos en pacientes con melena o hematoquezia tiene poca sensibilidad y bajo valor predictivo negativo para descartar que la fuente de sangrado sea del tracto digestivo superior, ya que aproximadamente un 15 % de los paciente con un débito claro por SNG presentan lesiones de alto riesgo en la endoscopía4. El uso de tablas con puntuación (score) con variables clínicas permiten un adecuado triage ante pacientes con hemorragia digestiva alta, identificando a los que necesitan de una evaluación endoscópica urgente, realizando una estratificación de riesgo y pronóstico. Existen numerosos score, el Blatchford store es utilizado como predictor de necesidad de tratamiento 5, el Rockall score es el mas difundido, ya sea el Rockall clínico o el completo ( con variantes endoscópicas) y es utilizado para predecir el riesgo de Revisión Hemorragia Digestiva Alta: Sebastián Djivelekian resangrado y muerte6 . El PNED score (Progetto Nazionale Emorragia Digestiva) es utilizado como predictor de mortalidad en hemorragias digestivas altas no variceales y en un estudio prospectivo fue superior al Rockall 7. La apariencia endoscópica de la úlcera péptica puede usarse como predictor de resangrado y muerte en base a la clasificación de Forrest, que divide a las lesionas en Alto riesgo, aquellas con sangrado activo pulsátil (Forrest IA), sangrado en napa (Forrest IB), vaso visible (Forrest IIA), coagulo adherido que no se desprende con los lavados o con la aspiración (Forrest IIB) y en lesiones de Bajo riesgo, con suciedad hemática ( Forrest IIc) y lesiones con fondo limpio (forrest III) 2. En la endoscopía inicial, las lesiones de alto riesgo están presentes en un 1/3 o en la mitad de los pacientes, con una alta tasa de resangrado si no son tratadas en forma endoscópica, lo cual disminuye el resangrado, la necesidad de cirugía y la muerte 8 . El tratamiento endoscópico puede realizarse con un método esclerosante ( vasocontrictores, solución salina, agentes esclerosantes o combinación de los mismos), con un método térmico ( ya sea de contacto como la electrocoagulación multipolar o el Heater probe o sin contacto como la coagulación con argón plasma) y/o un método mecánico ( clips endoscópicos) 9. La suma de un segundo método hemostático a la inyección de adrenalina (inyección de una sustancia esclerosante , un método térmico o un clip) reduce el resangrado, la necesidad de cirugía y la muerte, por lo que su uso como único método debería evitarse 10,11 . La realización de una segunda endoscopía dentro de las 24 hs de la primera ( Second Lock) no está recomendada, y su realización debe estar indicada en casos particulares donde se observen signos de resangrado o cuando hayan quedado dudas sobre el éxito de la hemostasia inicial 12. El tratamiento médico de la hemorragia de origen no variceal está orientado a mantener una supresión ácida profunda, manteniendo un Ph gástrico ≥ 6 lo promueve la estabilidad del coágulo, disminuyendo la probabilidad de resangrado. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son efectivos en la supresión ácida, no producen taquifilaxia y han demostrado ser efectivos en trabajos clínicos. Su uso disminuye en forma significativa el riesgo de resangrado, la necesidad de una cirugía de urgencia y el riesgo de muerte. La disminución en la mortalidad se produciría en aquellos pacientes con lesiones de alto riesgo y que han sido sometidos a un tratamiento endoscópico inicial. La vía de administración y la dosis juegan un papel importante, para las lesiones de bajo riesgo se recomienda la administración diaria un IBP por vía oral en dosis plena, en cambio para las lesiones de alto riesgo que han sido tratadas endoscópicamente se recomienda un bolo endovenoso inicial de 80 mg seguido de una Revisión Hemorragia Digestiva Alta: Sebastián Djivelekian infusión continua de 8 mg/hora las primeras 72 hs 13, sin embargo existen controversias sobre la dosis a emplear, ya que dosis menores de IBP ( 80 mg en bolo seguido de 40 mg cada 12 hs) tendrían la misma eficacia en reducir el resangrado, la necesidad de cirugía y la mortalidad que las dosis alta de IBP 14 . La administración endovenosa de IBP antes de la realización de la endoscopía produce un down staging de las lesiones endoscópicas lo que disminuye la necesidad de terapéutica 15. La hemorragia de origen variceal representa 10 % de los sangrados digestivos altos y es una complicación frecuente y severa de la cirrosis. La hemorragia variceal es la culminación de una serie de eventos que ocurren como consecuencia de un aumento de presión de la vena porta. El desarrollo de la hipertensión portal se debe a la relación entre el flujo sanguíneo venoso portal y la resistencia a este flujo dentro del hígado y en las colaterales portosistémicas. Esto se explica a través de la Ley de Ohm donde el gradiente de presión (Δ P) es el resultado del flujo de vaso (Q) por la resistencia del mismo (R). ΔP=QxR La presión de la vena porta es de 5 -10 mmHg, pero en la práctica se habla de hipertensión portal cuando el gradiente de presión venosa hepática (GPVH) supera los 5 mmHg. Este gradiente es la diferencia entre la presión venosa hepática enclavada o sinusoidal (PVHC) y la presión venosa hepática libre o sistémica (PVHL). Por lo tanto, la elevación de la presión portal puede estar determinada por aumento del flujo portal o por aumento en la resistencia al flujo. Cuando la presión portal supera los valores normales, comienzan a desarrollarse las colaterales portosistémicas para descomprimir el sistema portal y bajar su presión, pero esto no sucede ya que se produce un aumento compensatorio del flujo portal y un aumento de la resistencia en el lecho colateral. Un GPVH igual o superior a 10 mmHg es el predictor más importante para el desarrollo de várices y de descompensación clínica. Este nivel de gradiente fue designado como hipertensión portal clínicamente significativo 16,17 . Se ha establecido que con un GPVH menor a 12 mmHg las várices esofágicas no sangran, superando ese nivel no existe una correlación directa entre la presión portal y el riesgo de sangrado inicial 18. La causa más frecuente de HDA en un paciente con hipertensión portal es la ruptura de várices esofagogástricas (65-70 %), seguido por várices gástricas aisladas Revisión Hemorragia Digestiva Alta: Sebastián Djivelekian (10-15%), gastropatía hipertensiva, lesión de Mallory Weiss y úlcera péptica. Por lo que ante un paciente cirrótico con sangrado digestivo hay que sospechar hemorragia variceal y tratarla como tal hasta que se confirme o deseche el diagnóstico . El mismo se realiza cuando en la endoscopía, realizada dentro de las primeras 12 hs, se observa sangrado activo proveniente de la várice (en jet o en napa), punto blanco o coágulo adherido no removible sobre la várice o la presencia de várices esofágicas con sangre en el estómago sin otra fuente de sangrado 19. Es importante mantener la estabilidad hemodinámica sin sobrexpandir al paciente para no aumentar el gradiente de presión venosa hepática, manteniendo una hemoglobina en 8 gr/dl. Los pacientes cirróticos con HDA tienen un riesgo aumentado de desarrollar infecciones bacterianas severas que están asociadas con fallo en el control del sangrado, resangrado precoz y alta mortalidad. El uso de antibióticos en forma profiláctica disminuye el índice de infecciones bacterianas y mejora la sobreviva 20,21. Dentro de las opciones terapéuticas hemostáticas que se disponen se encuentran las drogas vasoactivas y las terapéuticas endoscópicas (escleroterapia y bandas elásticas). La terapéutica farmacológica tiene la ventaja de poder ser empleadas ante la sospecha de una HDA variceal, incluso ser infundida antes de realizar la endoscopía. El objetivo está en reducir de la presión portal a través de una disminución del flujo sanguíneo esplácnico. El tratamiento puede comenzar en el hospital o durante el traslado, lo que podría mejorar la sobrevida en pacientes con sangrado variceal 22 . La selección de la droga va a depender de la disponibilidad de cada centro, pero de ser posible la terlipresina es la primera opción seguida de la somatostatina u octeótride. Si estas drogas no están disponibles la vasopresina con un parche transdérmico de nitroglicerina es una opción aceptable 23. El tratamiento endoscópico debe realizarse cuando se confirma la sospecha del origen variceal de la hemorragia. Tanto la escleroterapia como la ligadura con bandas (EBL), demostraron ser efectivos en el control del sangrado variceal 24. La adecuada evaluación clínica del paciente y un diagnóstico endoscópico dentro de las 24 hs de ingreso permiten personalizar el manejo inicial de la hemorragia y obtener así los mejores resultados. Revisión Hemorragia Digestiva Alta: Sebastián Djivelekian Bibliografía: 1) Sleisenger & Fordtran's Gastrointestinal and Liver Disease, 8th ed.87:1899-1927 2) Ian M. Gralnek, Alan N. Barkum. Management of Acute Bleeding from a Peptic Ulcer. 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