126 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA que evidentemente conserva sin alteración alguna la disposición, característica de los granos cromáticos, tiene tamaño normal y está rodeado de pequeños mamelones protoplásmicos. Por último, es fácil encontrar corpúsculos cianófilos, cuyo protoplasma está sembrado de vacuolas más o menos abundantes y de tamaños variables, que corresponden con toda evidencia al grupo de las «células espumosas», descritas por los autores ( v é a s e lámina II, fig. K). Tampoco nos detendremos, por ser suficientemente conocidos, en la descripción de los cuerpos de Russel formados por degeneración hialina de las células cianófiias, de los que reproducimos un par de ejemplos en la figura J de la lámina IL Hagamos notar que estos dos procesos, especialmente el último, cuando están muy avanzados, se acompañan de alteraciones regresivas del núcleo, que se presenta más obscuro, empequeñecido y rodeado de vesículas o esférulas que dificultan su o b s e r vación. Origen de las células plasmáticas. Unna sostuvo desde sus primeros estudios que las células p l a s máticas derivaban de las células fijas del conectivo por sobrecarga de gránuloplasma, describiendo formas de transición entre unos y otros elementos. La transformación se verificaría de dosmodos: mediante el primero, la parte de protoplasma vecina al núcleo se haría granulosa, y las prolongaciones pálidas (espongioplasma) irían desapareciendo; mediante el segundo, en las células conectivas polinucleadas, se concentraría el gránuloplasma alrededor de cada núcleo, quedando unidas a la célula original por delgados puentes, hasta que, por último, se hiciesen independient e s . En fin, en algunos casos sería posible apreciar cómo una c é lula fija se excinde en dos, transformándose una en Plasmazelle y continuando la otra laminar.Este proceso, que no ha podido ser o b servado por Veratti, fué detenidamente expuesto por Ehrlich Leo, discípulo de Unna, quien sostiene la misma opinión del maestro. La hipótesis del origen fibroblástico sólo ha sido admitida sin distingos ni modificaciones por Papadia, entre los autores que m o d e r namente se han ocupado del problema. Contra la opinión de Unna, pronto se elevó Marschalkó, para quien las células plasmáticas derivan de los linfocitos comunes de la sangre, por modificaciones de morfología y estructura, basando su hipótesis en las siguientes razones; 1. , en los focos inflamatoa