Cornelius Castoriadis: sus conceptos

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CORNELIUS CASTORIADIS: SUS CONCEPTOS
Cornelius Castoriadis: sus conceptos
María Josefa Erreguerena Albaitero
RESUMEN. El objetivo de este trabajo es tratar de explicar quién fue Cornelius Castoriadis y
definir algunos de sus conceptos. El Imaginario Social es una teoría que cada vez adquiere más
relevancia. Se utiliza para tratar de explicar los mitos, los medios de comunicación, la psique,
la historia o la economía; tal vez justamente por ser una obra tan extensa y abarcativa sus
conceptos atraviesan toda su teoría y entenderlos tiene cierta dificultad. Cabe aclarar que sus
términos pueden entenderse en la lectura de su obra, pero él nunca realizó un glosario. Los
conceptos definidos son: imaginario social, institución, lógica de los magmas, imaginación y
creación histórica, imaginación radical, desfuncionalización, monada psíquica, fase triádica,
individuo social, reflexión, autonomía heteronomía y significaciones imaginarias sociales.
También exponemos una breve biografía de Castoriadis.
ESTE TRABAJO NO ES UNA INTERPRETACIÓN exclusivamente mía, es el resultado del
análisis de la teoría del imaginario social y de la búsqueda en internet de investigaciones
y personas que analizan la obra de tan destacado autor.
La preocupación central de Castoriadis fue siempre entender la interrelación que
existe entre el sujeto y la sociedad; por lo tanto tuvo que conocer profundamente al
sujeto y a la sociedad. Castoriadis fue un hombre siempre comprometido con su
tiempo y su sociedad; filósofo, psicoanalista, sociólogo, militante y músico, dicen
que buen jazzista, crítico siempre del poder establecido y de ideas preconcebidas
sobre los sujetos y las sociedades.
Un hombre, una vida
Cornelius Castoriadis nació en Estambul, llamado Constantinopla, en 1922. Desde
niño vive en Atenas, Grecia, donde gobierna el dictador Metazas; posteriormente a
la Segunda Guerra Mundial, sufre la ocupación Nazi. Se une a la Juventud Comunista
Griega a los quince años y más adelante pasó al troskismo. En 1945 es sentenciado
a muerte por los fascistas y los comunistas y se muda a París.
De 1945 a 1965 fundó el grupo-revista Socialismo o Barbarie, con Claude Lefort,
donde también participaron Edgar Morin y Jean François Lyotard, entre otros. Para
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algunos Castoriadis fue inspirador del movimiento del 68. Siempre se destacó por
una actitud crítica de las diferentes corrientes del marxismo, de la Escuela de Frankfurt,
o del estructuralismo. En los años setenta se convierte en psicoanalista y publica La
institución imaginaria de la sociedad, donde conjunta el pensamiento social-históricopolítico-filosófico y psicoanalítico. En 1979 fue electo director en la Escuela de
Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Muere en 1997 en París.
Glosario
Imaginario social
Es Castoriadis (1993:29) quien acuña el término imaginario social, el cual representa
la concepción de figuras/formas/imágenes de aquello que los sujetos llamamos “realidad”,
sentido común o racionalidad en una sociedad. Esta “realidad” es construida, interpretada, leída por cada sujeto en un momento histórico social determinado. Esta
concepción de figuras/formas/imágenes es una obra de creación constante por parte de
cada sujeto inmerso en una sociedad, de este modo ejerce su libertad, se transforma y
va transformando el mundo que lo rodea. Pensemos, por ejemplo, en la reivindicación
de las mujeres a lo largo de este siglo; en la lucha de las sufragistas inglesas y en la
igualdad laboral las cuales llevaron necesariamente a transformaciones en la familia,
educación y política que cambió la vida cotidiana y el imaginario social tanto de hombres
como de mujeres. Podemos decir, entonces, que el imaginario social es una capacidad
imaginante, un orden de sentido, una producción de significaciones colectivas que al
ser producida se va transformando (Franco, 1999).
Castoriadis propone la formación de las subjetividades. Mediante el imaginario
social sabemos quiénes somos y qué papel debemos desempeñar en la sociedad. Es
por medio de la creación que cada sujeto va transformando la idea que tiene de sí, su
papel y su lugar en la sociedad (1994:69).
Para el autor, las significaciones son imaginarias porque no corresponden a
elementos racionales o reales y no quedan agotadas por referencia a dichos elementos,
sino que están dadas por creación y son sociales porque están instituidas y son objeto
de participación de un ente colectivo impersonal y anónimo (ibid.:68).
Institución
La creación constante es lo que puede explicar cómo frente a una sociedad instituida
y a los tipos tradicionales de ser, existe una sociedad o imaginario instituyente,
donde los sujetos crean “otro sujeto, otra cosa u otra idea” que difiere de lo establecido.
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Así, toda sociedad crea su propio mundo donde se enfrentan lo instituido y lo
instituyente. La identidad de un sujeto o de una nación es un sistema de interpretación
de ese mundo que el sujeto o la sociedad crea. Por lo cual todo lo que cuestione
o transforme ese sistema de interpretación es vivido, por la sociedad o el individuo,
como un peligro frente a su propia identidad (ibid.:69).
Pero si el imaginario social es una creación constante, entonces ¿cómo podría
existir continuidad en la historia?, ¿cómo podría explicarse la homogeneización en los
discursos y en las prácticas sociales? Lo que hace posible la continuidad son las instituciones sociales, que son parte del imaginario y al mismo tiempo son conformadas
por él. Las instituciones marcan una dirección de sentido que los sujetos viven como
normas, valores, lenguaje, imágenes y formas; así, las instituciones no son sólo herramientas de creación sino formadores de subjetividades. Castoriadis propone que las
instituciones sociales producen, a partir de la materia prima humana, subjetividades
que permiten ver a la sociedad como totalidad.
El concepto de institución significa “normas, valores, lenguaje, herramientas,
procedimientos y métodos de hacer frente a las cosas y de hacer cosas y, desde luego,
al individuo mismo” (ibid.:67). Para Castoriadis las instituciones se imponen, sólo
en algunos casos, mediante la cohesión y las sanciones. Pero, finalmente, tanto las
instituciones como sus “mecanismos” de continuidad se incorporan en el sujeto
mediante la producción de subjetividades.
Los sujetos son fragmentos ambulantes de la institución llamada sociedad. Por un
lado reproducen sus discursos, imágenes, mitos y prácticas; por el otro tienen la capacidad
creativa de leer o interpretar a la sociedad para transformarla. Pensemos otra vez en el
ejemplo de las mujeres. Cada mujer tiene la capacidad de optar por la maternidad,
pero ésta dependerá de su concepción y actitud frente a las condiciones socioeconómicas
que la rodean; la transformación de la generación de los años cincuenta más los adelantos
médicos en los diferentes métodos anticonceptivos hicieron que las mujeres cambiaran
su visión de la maternidad y de sí mismas, y al mismo tiempo transformaron a la familia y a otras instituciones particulares con su incorporación al trabajo en todos los ámbitos de la sociedad.
La institución está hecha de múltiples instituciones particulares que forman un
todo coherente. Es una unidad total, es la cohesión de una red casi infinita de
significaciones que tienen una dirección de sentido para los diversos sujetos e instituciones
que componen la sociedad (ibid.:68).
Esta red es lo que Castoriadis (ibid.:73) llama magma de las significaciones sociales.
El magma da unidad, cuerpo y orden a lo que parece fragmentado y caótico. Por
nombrar algunas: la religión, el dinero, los mitos, los héroes, los dioses, el capitalismo,
la modernidad, la nación, el partido, la democracia; y también el papel que debemos
desempeñar: hombre, mujer, madre, hijo, hermano, hermana, alumno o profesor,
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etcétera. Es un tipo de organización que contiene conjuntos pero no es reducible a
ellos, el todo es mucho más que las partes.
Lógica de los magmas
Para Castoriadis, la lógica de los magmas, basada en las nuevas formas que se producen
permanentemente, es la multiplicidad de significaciones sociales a las cuales un sujeto
tiene y al mismo tiempo se expone. Lo magmático, a este nivel, es la capacidad de
pensar lo que es como estratificación de un tipo hasta ese momento desconocido,
como organización en planos ligados de adherencias parciales, estratificación y sucesión
de capas del ser, organizadas siempre de modo parcial y momentáneo (Franco, 1999:1).
Junto con la imaginación radical, lo histórico-social y las significaciones imaginarias
sociales, hacen de los fundamentos lo más importante del pensamiento de Castoriadis.
¿A qué alude un título tan enigmático?, ¿cómo definir algo que no es definible, ya
que no pertenece al terreno de la lógica formal, siendo su opuesto y complemento?
Indudablemente que Castoriadis se ve llevado a esta noción a partir del psicoanálisis
y el modo de funcionamiento del inconsciente. De hecho, en éste se trata de un
magma de representaciones, así como en la sociedad de un magma de significaciones
imaginarias sociales. Asimismo, el sujeto tiene a su disposición la totalidad de las
representaciones que le pertenecen. Este es uno de los ejemplos que da Castoriadis
para esta lógica: antes de denominarla magma pensaba en montón, multiplicidad
inconsistente (tomando una proposición de Cantor). Invita Castoriadis a que se
piense en la totalidad de representaciones, sean recuerdos, fantasías, sueños. Y pregunta
si se podrían ordenar, contar, separar, recortar. O en la totalidad de las enuncianciones
de cualquier idioma. En ese último caso se trataría de un número finito, ya que
responde a combinaciones sobre un número de elementos dados de antemano o con
escasa variación. El magma es indeterminado, a diferencia de cualquier conjunto o
entidad matemática. De un magma pueden extraerse, o se pueden construir,
organizaciones conjuntistas, en un número indefinido, no pudiendo ser reconstituido
—el magma— a partir de dichas composiciones conjuntistas (http://www.magmanet,com.ar/glosario.htm:1).
Imaginación y creación histórica
Uno de los conceptos clave para entender el imaginario social es la imaginación
creadora. Cuando un sujeto social interpreta, vive o actúa dentro de la sociedad, lo
hace a partir de su visión particular, mirando al imaginario efectivo (el establecido)
pero produciendo, por su interpretación, un imaginario radical o instituyente
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(Castoriadis, 1993:220). Para el autor, ésta transforma la teoría del saber y del ser, lo
que lleva necesariamente al cambio en la historia.
Vera (1998) llega a dos conclusiones significativas. La primera se refiere a que la
imaginación es el origen de la representación, el pensamiento, y lo racional.
La segunda es que la imaginación libre y desfuncionalizada es propiedad fundamental del ser humano.
Histórico-social: es uno de los dominios del hombre; es una de las creaciones de
Castoriadis, donde muestra la indisociabilidad e irreductibilidad de la psique y la
sociedad. Sociedad e historia no tienen existencia por separado. Lo social se da como
autoalteración, como historia. Esta es la emergencia de la institución, en un movimiento que va de lo instituido a lo instituyente, y viceversa, mediante rupturas y de
nuevas posiciones emergentes del imaginario social instituyente. Este crea a partir
del magma de significaciones imaginarias sociales y ese magma es el que constituye
a la sociedad como un mundo de significaciones. De este modo, cada sociedad se
autoinstituye. El ser de lo histórico-social está dado por esas significaciones, que da
un determinado sentido siempre arbitrario a la vida social. Este dominio se mantiene
unido gracias a la urdimbre producida por el magma de significaciones imaginarias
sociales. La burguesía, por ejemplo, produce su propia definición de la realidad, que
tiende a ser tomada como canónica por los sujetos, debido a la habitual heteronomía
en la cual se hallan las sociedades. La autonomía implica el cuestionamiento de la institución imaginaria de la sociedad y abre la posibilidad de modificaciones en el
dominio de lo histórico-social (http://www.magma-net,com.ar/glosario.htm:4).
Imaginación radical
Capacidad de la psique de crear un flujo constante de representaciones, deseos y afectos.
Es radical en tanto es fuente de creación. Esta noción se diferencia de toda idea de la
imaginación como señuelo, engaño, etcétera, para acentuar la poiesis, la creación. Señala
Castoriadis que tal vez haya sido el más importante descubrimiento freudiano —expresado en “La interpretación de los sueños”— pero que fue acallado por él mismo,
para ser aceptado por la ciencia oficial. Dice Castoriadis que había sido previamente
descubierta y ocultada por Aristóteles, reproduciéndose la misma situación con Kant,
reapareciendo en Heidegger, para recalar en Sartre que resalta su característica de algo
ficticio, especular, lo que no es ni tiene consistencia. Está claro que para Castoriadis
(1994:10) es la característica central de la psique: lo que es, es producido por la
imaginación radical. Ésta hace surgir representaciones ex-nihilo, de la nada, que no
están en lugar de nada, ni son delegadas de nadie. Implica creación y no sólo repetición
o combinaciones sobre una cantidad predeterminada y finita de representaciones. La
psique tiende a interrumpir este flujo de imaginación radical debido a las demandas de
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socialización; la reflexión a la que se adviene en un tratamiento psicoanalítico, permite
liberarla de un modo lúcido (http://www.magma-net,com.ar/glosario.htm:2).
Desfuncionalización
El psiquismo humano está desfuncionalizado en la medida en que lo que se imagina,
lo que se representa, no está regido por una funcionalidad biológica —como en los
animales. No hay representaciones canónicas; la sexualidad puede ser ejercida de manera
diversa por los humanos, siendo fijo el modo en el cual se presenta en los animales. Así
es como Castoriadis postula que el hombre es un animal loco y no lógico (la lógica es
lo que se comparte con los animales). Esto es porque en el humano se divorcian el
placer de representación y el placer de órgano. El primero tendrá una preponderancia.
Lo propio del hombre es la imaginación irrefrenada, desfuncionalizada. El privilegio
del placer de representación —que hace a la desfuncionalización— es lo que permite la
sublimación, el pensamiento.
Mónada psíquica
Es el primer estrato de la psique, su núcleo. La psique se autorrepresenta, no establece
ninguna diferenciación entre ella y el mundo, entre representación y percepción. Más
que de narcisismo, se trata de autoerotismo. Paradigma de este estrato es la inclusión
totalitaria que la mónada lleva a cabo a partir de su omnipotencia, habiendo un círculo
de indiferenciación, en el cual se es en todas partes. El deseo del cual se trata no es a
causa de un objeto perdido, sino que es el deseo de un estado. El principio que rige esta
fase es el del placer y hay una indiferenciación representación-deseo-afecto. El paso
siguiente es el de la alienación en el deseo del otro. Esto se produce por las presiones de
lo biológico y de ese otro. La socialización impone la ruptura de la mónada como
primer trabajo para la psique (http://www.magma-net,com.ar/glosario.htm:3).
Fase triádica
En la medida en que la mónada se rompe, el psiquismo adviene a la fase triádica, en la
cual tres elementos forman parte: el infans, la madre y el pecho. La omnipotencia de la
mónada es proyectada en la madre. Se establece la represión —el segundo trabajo que
la socialización impone a la psique— y el proceso primario. Los objetos aparecen como
parciales —lo malo es proyectado afuera para preservar lo bueno— y no puede hablarse
de instauración del principio de realidad, ya que la realidad es para el infans la que
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designa la madre. De la alucinación se pasa a la fantasía. Se produce la diferenciación
de las representaciones, deseos y afectos (www.magma-net,com.ar/glosario.htm:3).
Individuo social
En la medida en que la significación está en poder del otro, el lenguaje no termina de
cumplir su función de socialización. Solamente cuando ese otro sea destituido de su
omnipotencia, será posible la socialización del sujeto. Para esto debe primero ese otro
autodestituirse: debe significarse como algo distinto de la fuente y el dominio de la
significación, debiendo señalar que nadie es dueño de las significaciones. Hace su
presencia en este punto el Complejo de Edipo, que es para Castoriadis la aparición de
la institución de la sociedad que limita la imaginación radical de la psique, evitando
que la locura monádica se continúe en una locura de a dos o a tres. Deben estar
castrados no sólo el infans, sino, y sobre todo, primeramente el padre y la madre. Se
abre así el proceso identificatorio para la psique, que más allá de la familia, continuará
en las otras instituciones de la sociedad (www.magma-net,com.ar/glosario.htm:3;
Castoriadis, 1994:25 y 138 y ss.).
Reflexión
En la medida en que el individuo social tome contacto y reconozca la alienación en que
está inmerso, se abre la posibilidad de que pueda cuestionar las significaciones imaginarias
sociales. Castoriadis establece en este punto un paralelo con el sujeto reflexivo que
potencialmente puede advenir a consecuencia de haber realizado una cura analítica:
puede tomar contacto con sus deseos y determinaciones, reflexionar y decidir sobre
ellos. Siempre se trata de un proceso y no de un estado logrado de una vez y para
siempre (http://www.magma-net,com.ar/glosario.htm:4; Castoriadis, 1994:140 y s.).
Autonomía
Para Castoriadis (1994:192) la autonomía es la capacidad de poner en tela de juicio las
propias leyes de la existencia. Es la ruptura de la heteronomía. Los límites de la autonomía
individual están dados porque ésta nunca es posible si no concide con la del conjunto. A
nivel del individuo, el psicoanálisis aparece como un camino para arribar a dicho estado,
por eso Castoriadis plantea que participa el psicoanálisis del proyecto de la autonomía.
Este último es el movimiento histórico de los sujetos por arribar a una autoinstitución
lúcida de la sociedad, el sentido último de la autonomía: darse la propia ley. Pero se trata
de una ley como autocreación de la sociedad, que no reconoce fundamentos extrasociales.
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Los ejemplos habituales que utiliza son los de la Grecia del siglo V antes de Cristo, la
Revolución Francesa, y los movimientos de emancipación derivados de ésta, hasta este
siglo. Implica para la sociedad poner en tela de juicio las propias instituciones,
destotemizarlas, quitarles el halo sagrado que tienen y asumir que son los integrantes de
la sociedad quienes dan a esas instituciones el poder que tienen. Es una ruptura ontológica,
hacer surgir del magma de significaciones sociales imaginarias nuevas significaciones,
implicando, obviamente, la puesta en cuestionamiento de lo conjuntista-identitario. La
idea de autonomía está en las antípodas de todo totalitarismo (magma-net,com.ar/
glosario.htm:4).
Heteronomía
La heteronomía nos llevaría a un perfecto estado totalitario, es la dominación total
donde los sujetos no tienen capacidad de cambiar (Castoriadis, 1994:65). Es el
estado de la sociedad opuesto al de la autonomía. Los sujetos —atados a un mito
desconocido como tal por ellos— atribuyen un origen extrasocial a las leyes que los
gobiernan, como si no fuera obra de los humanos, como si todo fuera un instituido,
perdiéndose la noción de la capacidad instituyente del colectivo. Así sea con la sociedad
feudal, o con el orden cosmológico incaico, o con los mitos del capitalismo actual
(con su omnímodas leyes del mercado) lo que se consigue es ocultar las fuentes del
poder en el conjunto. Y así el poder se hace más extraño a los sujetos. Esta concepción
es fundamental para entender la propuesta de Castoriadis de ocuparse, más que de la
explotación humana, del poder como cuestión central para el accionar político lúcido
(magma-net,com.ar/glosario.htm:4; Castoriadis, 1994:177).
Significaciones imaginarias sociales
Lo primero que se puede decir, a modo de advertencia, es que no son un doble irreal
de un mundo real, es una posición primera que inaugura e instituye lo históricosocial, procediendo del imaginario social instituyente, expresión de la imaginación
radical de los sujetos. Hay significaciones centrales que no tienen referente, que son
referente de otras que son secundarias, las instituyen. No son necesariamente explícitas,
ni son lo que los individuos se representan, aunque dan lugar a las representaciones,
afectos y acciones típicos de una sociedad. Son lo que forma a los individuos sociales.
Es imposible explicar cómo emergen: son creación. El campo sociohistórico se
caracteriza esencialmente por significaciones imaginarias sociales, las que deben
encarnarse en las instituciones. No pueden ser explicadas por parámetros lógicos.
Tipo antropológico: la incorporación de las significaciones imaginarias sociales de
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CORNELIUS CASTORIADIS: SUS CONCEPTOS
una sociedad determinada, tiene como consecuencia la producción de un tipo
antropológico que es funcional a la misma (el empresario o el proletario en el
capitalismo, el señor feudal en el feudalismo, etcétera).
Conclusión
Cornelius Castoriadis fue un hombre que siempre se atrevió a cuestionar el pensamiento dominante o de moda, opositor al término modernidad, crítico del marxismo
y del estructuralismo. Su vida nos muestra su enorme capacidad para traducir en la
práctica su pensamiento.
Preocupado siempre por la relación entre el sujeto y la sociedad trató temas de
economía, política, cultura y psicoanálisis.
La pregunta que está implícita a lo largo de su teoría es, ¿sí las instituciones son
determinantes y el magma es absoluto, dónde queda la libertad humana? Castoriadis
plantea entonces el término de imaginación creadora y autonomía. Para este autor la
libertad radica en la posibilidad del sujeto, aún en las peores dictaduras, de interpretar
críticamente su realidad y “vivir” de acuerdo a sí mismo.
Una de las mayores dificultades para comprender a Castoriadis son justamente
las diversas disciplinas que trata. Aquí intentamos explicar algunos de sus conceptos
básicos, en espera de que sean de utilidad para los investigadores que se acerquen a
tan interesante teoría.
Bibliografía
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imaginario Social, Altamira y Nordan Comunidad, Montevideo.
Castoriadis, Cornelius (1993), “La institución imaginaria de la sociedad”, en Colombo
(coord.), El imaginario Social, Altamira y Nordan Comunidad, Montevideo.
—— (1994), Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto, Gedisa, Barcelona.
Colombo, Eduardo (1993), “El imaginario estatal”, en Colombo (coord.), El imaginario
Social, Altamira y Nordan Comunidad, Montevideo.
Fernández, Ana María (1992), “De lo imaginario social a lo imaginario grupal”, España.
Franco, Yago (1999), “Castoriadis”, http/www.magma-net.com.ar/home.htm.
—— (2001), http://www.magma-net,com.ar/glosario.htm.
—— (1998), http//www.Geocities.com/Athens/Acrópolis/1664/interrga.htm.
Vera, Juan Manuel (1998), “Cornelius Castoriadis, la interrogación permanente”, en
Iniciativa Socialista, n. 48, marzo.
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