Martes 10. San Mateo 9, 32 – 38. En aquel tiempo, mientras los

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Martes 10. San Mateo 9, 32 – 38.
En aquel tiempo, mientras los ciegos se iban, le presentaron a Jesús a un hombre mudo,
poseído por un demonio.
Jesús expulsó al demonio y el mudo comenzó a hablar. Y la gente decía maravillada: - Jamás se
ha visto nada igual en Israel.
Pero los fariseos decían: - Expulsa los demonios con el poder del príncipe de los demonios.
Como cuesta aceptar la acción de Dios en lo sencillo, en lo ordinario de la vida. Pensamos que
lo religioso, que lo que viene de Dios, tiene que ser majestuoso, en lujos, en extravagancias, en
fenómenos que se salgan de lo normal. Y así pensaban quienes se sentían dueños de la religión en los
tiempos de Jesús. Los fariseos ante lo que Jesús hacía decían: “Expulsa los demonios con el poder del
príncipe del mal”. No pueden aceptar que este hombre sencillo, que anda por las calles polvorientas de
Israel sea el Hijo de Dios. Nos pasa lo mismo. Para que la acción de Dios se de, tiene que ser en medio
de acontecimientos extraños, o en ceremonias cargadas de lujo y de arrogancia. Dios no puede actuar
en lo sencillo, pensamos; cuando para Dios es todo lo contrario. Es en lo sencillo es en donde el actúa.
Miércoles 11. San Benito. Abad. San Mateo 10, 1 – 7.
En aquel tiempo, Jesús llamó a sus Doce discípulos y les dio poder para expulsar espíritus
impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Los nombres de los doce apóstoles son:
Primero, Simón, llamada Pedro y su hermano Andrés; luego, Santiago, el hijo de Zebedeo y su
hermano Juan, Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de los impuestos; Santiago el hijo
de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que lo entregó.
Tenemos la lista de los apóstoles, aquellos que son enviados por continuadores de lo mismo que
Jesús hace. Hoy como Iglesia estamos llamados y llamadas a dar seguimiento al proyecto de Jesús. En
el mismo relato del evangelio en el versículo 6: “Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del
pueblo de Israel.” Hoy como Iglesia debemos de pensar en nuestras opciones pastorales. ¿A quienes
estamos orientando nuestras acciones pastorales? ¿Hacia las ovejas descarriadas? Las ovejas
descarriadas son en tiempos de Jesús, aquellos que dentro de las estructuras religiosas de la época no
tenían cabida. ¿Pensamos en ellos?
Jueves 12. San Mateo 10, 7 – 15.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - Vayan y proclamen que está llegando el reino de
los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los
demonios; gratis los han recibido, entréguenlo también gratis.
En este relato del evangelio que hemos escuchado se nos habla de la gratuidad del anuncio del
reino. Es decir para anunciar el evangelio no tenemos que depender de lo que vamos a recibir, sino de
la alegría con que damos. En el libro de los hechos de los apóstoles 20, 35: “Hay más felicidad en dar
que en recibir”. En la medida en que damos gratuitamente como resultado otros también se integrarán y
de esa manera darán su aporte para el sostenimiento de la evangelización. Es la misma experiencia de
la fe, la que hace que las personas aporten para el sostenimiento de la misma misión; por eso que Jesús
nos invita a que no pongamos la confianza en el dinero, el poder o la fama, sino que la pongamos en la
misión, en su misma palabra. Así es como funcionan las cosas en el plan de Dios. Mediante la
generosidad y la colaboración mutua. “No lleven por el camino ni oro, ni plata, ni dinero en el
bolsillo.”
Viernes 13. San Mateo 10, 16 – 23.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - Yo los envío como ovejas en medio de lobos.
Sean pues astutos como serpientes y sencillos como palomas. No se fíen de la gente, porque los
entregarán a los tribunales y los azotaran en sus sinagogas. Serán llevados por mi causa ante los
gobernadores y reyes, para que den testimonio ante ellos y los paganos. Cuando los entreguen no se
preocupen de cómo hablarán, ni de qué dirán. Dios mismo les sugerirá en este momento lo que tienen
que decir, pues no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu del Padre hablará a través de
ustedes.
Hoy vivimos en una sociedad en la que al Iglesia es vista como un obstáculo para llevar
adelante una serie de practicas que van en contra de las mismas personas y de las mismas comunidades.
Hoy nos dice el evangelio que ante ellos no podemos desesperarnos, sino que tenemos que aprender a
confiar, Que tenemos a aprender a ser testigos en medio de esas contradicciones. El influjo de
mentalidades, de propuestas distintas que nos vienen por medio de las nuevas tecnologías, no nos
deben distraer del seguir dando testimonio de la vida según Jesús.
Sábado 14. San Mateo 10, 24 – 33.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - El discípulo no es más que el maestro, ni el
siervo más que su señor. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su señor. Si
al dueño de la casa lo llamaron Belzebú, ¡Cómo más a los de su familia!
Hoy por la influencia de las comunicación sociales, cada día es más fuerte el temor a quedar
descalificado por los demás. Es más fuerte la tendencia a darle mucha importancia a lo que los demás
digan de mí. Y esto hace que entonces tratemos de adecuarnos a lo que dicen la mayoría, para no
quedar fuera, para no ser discordante. Jesús frente a esta realidad nos dice que el no tuvo miedo a ser
rechazado por no ser como “todos”. Hoy la preocupación nuestra es ser coherentes con la propuesta de
vida de Jesús. Lo otro, el ser rechazados, apartados o tantas cosas que puedan pasar no le tenemos que
tener miedo, si a ser coherentes con el evangelio y sus principios.
Domingo 15. San Marcos 6, 7 – 13.
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder
sobre los espíritus impuros. Les ordenó que no tomaran nada para el camino, excepto un bastón. Ni
pan, ni morral, ni dinero consigo. Que llevaran sandalias, pero no dos túnicas. Les dijo además: Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de aquel lugar. Si en algún sitio no
los reciben ni los escuchan, váyanse de allí y sacudan el polvo de la planta de sus pies, como
testimonio contra ellos.
En el proyecto de Jesús, los que siguen su propuesta son las minorías. Es un sector reducido.
Durante mucho tiempo, y aun en algunos sigue siendo el criterio el cristianismo es una cuestión de
mayorías. Y se jactan de que la Iglesia, que el cristianismos tiene mayor cantidad de seguidores, pero la
mismas encuestas han demostrado lo contrario, no somos el sector mayoritario. Jesús nos enseña que lo
importante es asumir su estilo de vida, su proyecto y tratar de ser coherentes con lo que este nos
propone. No podemos sostenernos en el poder: No lleven ni pan, ni morral, ni dinero, lleven sandalias,
pero no dos túnicas.
Que Dios nos ayude a ser fieles a la propuesta del evangelio.
Lunes 16. San Mateo 10, 34 – 11, 1.
En aquel tiempo, dijo Jesús: - No crean que he venido a traes paz a la tierra, no he venido a
traer paz, sino discordia. Porque he venido a separar al hijo de su padre, a la hija de su madre, a la
nuera de la suegra, los enemigos de cada uno serán los de la casa. El que ama a su padre o a su madre
más que a mí, no es digno de mi; el que ama a su hijo o hija más que a mi, no es digno de mi. El que
no toma la cruz y me sigue, no es digno de mi. El que quiera conservar la vida, la perderá; el que la
pierda por mi, la conservará.
El cristiano, una de las cosas que deben aprender a manejar es la realidad del conflicto. El ideal
es la paz, pero cuando avanzamos en su búsqueda, nos vamos a dar cuenta que se van a dar oposiciones
y enfrentamientos. Vivimos por otra parte con una cultura que nos influye con practicas que van
contrario al evangelio, y eso también nos arma conflictos. Se nos tilda de anticuados, que no estamos
con lo de hoy. Ese es el conflicto que debemos aprender a manejar. O se aceptan los valores de Jesús, o
los que la cultura de hoy nos ofrece. Es la decisión que debemos de tomar y cuando se hace esto, surge
necesariamente el conflicto, porque decidir es ya conflictivo.
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