MECANISMOS BÁSICOS DE GENÉTICA MOLECULAR (PARTE 1) Tomado de: Viana et al. (2003) y Lodish et al. (2005) Traducido y adaptado por: Eleonora Zambrano Blanco El entendimiento de los mecanismos básicos de la Genética Molecular es fundamental para los procesos de ingeniería genética una vez que la obtención de organismos genéticamente modificados (OGM) envuelve diferentes etapas que van desde el aislamiento y caracterización del gen de interés, hasta su secuenciamiento, clonación y posterior inserción en un vector para después transferirlo al hospedero. Es importante saber que OGMs pueden ser obtenidos no solamente por la inserción de un gen exógeno sino también por alteraciones en procesos celulares que regulan la expresión génica, como la inhibición o la super-expresión de un gen. 1. Estructura y composición química de los ácidos nucleícos Las moléculas de ADN (ácidos desoxirribonucleico) y ARN (ácido ribonucleico) son químicamente muy semejantes. Sus estructuras primarias corresponden a polímeros lineares compuestos a partir de monómeros denominados nucleótidos (Figura 1). Los ARNs celulares varían en tamaño de menos de cien nucleótidos a miles de nucleótidos. Entre tanto, las moléculas de ADN pueden alcanzar un tamaño de cien millones de nucleótidos. Esas grandes unidades de ADN, asociadas a proteínas, pueden ser marcadas con colorantes y visualizadas sobre microscopio óptico en la forma de cromosomas. El nombre cromosoma se deriva justamente de la capacidad que esas estructuras tienen de colorearse. Figura 1. Estructura de un nucleótido Tomado de: http://toxamb.pharmacy.arizona.edu/c1-1-1-3.html Tanto el ADN como el ARN se constituyen de cuatro nucleótidos. Todos los nucleótidos consisten de una base orgánica ligada a una molécula de azúcar de cinco carbonos (pentosa) que posee un grupo fosfato ligado a su carbono 5. En el ADN, el azúcar es una desoxirribosa (2’desoxirribosa), y en el ARN una ribosa. Los nucleótidos usados en la síntesis de ADN y ARN contienen cinco diferentes bases nitrogenadas (Figura 2). Las bases normalmente encontradas en el ADN son adenina (A), guanina (G), timina (T) y citosina (C), mientras que en el ARN las bases comúnmente encontradas son adenia, guanina, uracila (U) y citosina. En el ARN, la timina es reemplazada por la uracila. Adenina y guanina son bases purinas (con dos anillos aromáticos) y timina, uracila y citosina son bases pirimidinas (con un anillo aromático). La adenina tiene un grupo amino (NH2); la guanina posee un grupo amino y una cetona (C=O); timina y uracila tienen dos grupos cetónicos (la timina presenta un grupo metil CH3 y uracil no lo tiene); a citosina tiene un grupo amino y uno cetónico. En cuanto los componentes, azúcar y fosfato son importantes en la determinación estructural de la molécula y las bases nitrogenadas son responsables por el almacenamiento de la información genética que será transmitida. Figura 2: Estructura de las bases nitrogenadas Tomado de: http://toxamb.pharmacy.arizona.edu/c1-1-1-3.html Una única cadena de ácido nucleíco presenta un esqueleto formado de unidades repetidas de fosfato-pentosa a partir de las cuales las bases purinas y pirimidinas se extienden como grupos laterales. De la misma forma que un polipéptido, una cadena de ácido nucleíco presenta orientación química de sus extremidades: la extremidad 5’ tiene un hidroxilo o un grupo fosfato en el carbono 3’ de su azúcar terminal, y la extremidad 3’ generalmente presenta un grupo hidroxilo en el carbono 3’ de su azúcar terminal. Esa orientación, sumada al hecho de que la síntesis procede de 5’ para 3’, dió origen a una convención que dice que las secuencias de polinucleótidos deben siempre ser escritas en la dirección de 5’ – 3’. La orientación 5’ – 3’ de una cadena de ácido nucleíco es realmente una propiedad muy importante de la molécula. Los nucleótidos son unidos unos a otros por enlaces fosfodiéster, formando la cadena polipeptídica en el sentido 5´ - 3’, con un fosfato en la extremidad 5’ y un hidroxilo libre en la extremidad 3’ (Figura 3). La secuencia linear de los nucleótidos unidos por los enlaces fosfodiéster constituye la estructura primaria de los ácidos nucleícos. Así como los polipéptidos, los polinucleótidos pueden girar y doblar, asumiendo conformaciones tridimensionales estabilizadas por ligaciones no covalentes. A pesar de las estructuras primarias del ADN y ARN ser muy semejantes, sus estructuras tridimensionales son bien diferentes. Esas diferencias estructurales son escenciales para las diferentes funciones de los dos tipos de ácidos nucleícos. Figura 3. Unión fosfodiester en los ácidos nucleícos Tomado de: http://toxamb.pharmacy.arizona.edu/c1-1-1-3.html El ADN es una doble hélice compuesta por dos cadenas complementarias antiparalelas y con polaridad opuesta. El modelo de una estructura tridimensional de la molécula de ADN, propuesta por Watson y Crick, fue establecido con base en dos estudios previos, uno sobre la composición de las bases nitrogenadas del ADN de varios organismos, hecho por Chargaff y colaboradores, y el otro sobre el arreglo espacial de ADN, realizado por Maurice Wilkins y Rosalind Franklin, con base en difracción de rayos X. El primer estudio reveló que la cantidad de adenina y timina es la misma y que la cantidad de guanina es la misma de citosina. El segundo permitió a los dos geneticistas idealizar el arreglo espacial de los nucleótidos. Satisfaciendo las evidencias obtenidas por Wilkins y Franklin, Watson y Crick sugirieron que la molécula de ADN está formada por dos cadenas de nucleótidos antiparalelas que se entrelazan, formando una estructura helicoidal o en espiral, denominada doble hélice (Figura 4). Atendiendo las evidencias obtenidas por Chargaff y sus colaboradores, ellos propusieron un modelo en que la adenina de una cadena está apareada con una timina de la cadena opuesta, y que la guanina de una cadena está apareada con una citosina de la cadena opuesta. Por lo tanto, la adenina es la base complementaria de la timina y la guanina es la base complementaria de la citosina, así, las dos cadenas de nucleótidos son complementarias. En el interior de esa hélice están las bases nitrogenadas que se unen unas a otras por puentes de hidrógeno. Adenina y timina forman dos puentes de hidrógeno entre sí y guanina y citosina forman tres puentes. Esa complementariedad de pares de bases es consecuencia del tamaño, de la forma y de la composición química de las bases. La presencia de millones de esos puentes de hidrógeno en una molécula de ADN contribuye enormemente para la estabilidad de la doble hélice; las interacciones hidrofóbicas y las fuerzas de van der Waals entre las bases adyacentes estabilizan aún más la estructura. Las dos cadenas de nucleótidos tienen polaridad opuesta, siendo que ese antiparalelismo es necesario para que las dos cadenas se asocien, formando la estructura helicoidal. Figura 4. Modelo tridimensional de la doble hélice del ADN Tomado de: http://toxamb.pharmacy.arizona.edu/c1-1-1-3.html Una vez conocida la propiedad de complementariedad de las bases, es importante concluir que en los organismos eucariotas, procariotas y virus de ADN doble hélice, el cociente entre la cantidad de bases de purinas (A +G) y la cantidad de bases de pirimidinas (T + C) es igual a 1, pues para cada molécula de adenina hay una de timina, lo que también es verdadero en relación a las bases de guanina y citosina. El conocimiento de la estructura de esa molécula es importante en su manipulación, pues son necesarios procesos de clivagen de enlaces fosfodiéster y puentes de hidrógeno. La estructura del ARN es similar a la del ADN, sin embargo, como se verá más adelante, esta tiene algunas diferencias. El ADN puede sufrir separación reversible de sus cadenas Durante la replicación y transcripción del ADN, las cadenas de la doble hélice deben ser separadas (desnaturalización) para permitir que las bases que se encuentran en la parte interna formen pares con las bases de los nucleótidos que serán polimerizados en la nueva cadena de polinucleótidos (Figura 5). La separación de las cadenas puede ser inducida experimentalmente por el aumento de la temperatura en una solución de ADN. Conforme la energía térmica aumenta, el resultante aumento del movimiento molecular lleva a una eventual quiebra de los puentes de hidrogeno y de otras fuerzas que estabilizan la doble hélice; las cadenas se separan debido a la repulsión electrostática de las estructuras de desoxirribose-fosfato cargadas negativamente de cada cadena. Próximo a la temperatura de desnaturalización un pequeño aumento en la temperatura provoca una perdida rápida y prácticamente simultanea de las múltiples interacciones que mantienen a las cadenas de ADN unidas a lo largo de la molécula, llevando a una alteración brusca de luz ultravioleta (UV). Figura 5. Polimerización de nucleótidos para formación de una nueva cadena de ADN Tomado de: http://eduredes.ning.com/profiles/blogs/los-acidos-nucleicos Muchas moléculas de ADN son circulares En el núcleo de células eucariotas, las moléculas de ADN son lineares. No obstante, varios ADNs genómicos de organismos procariotos son moleculares circulares. Las moléculas de ADN circular también ocurren en las mitocondrias, que están presentes en prácticamente todas las células de eucariotos, y en los cloroplastos, que están presentes en las plantas y en algunos eucariotos unicelulares. Cada una de las dos cadenas en una molécula de ADN circular forma una estructura cerrada sin extremidades libres. La distorsión local de una molécula circular de ADN, que ocurre durante la replicación, induce a un estrés de torsión en la porción remaneciente de la molécula, pues no existen extremidades libres para la rotación. Como consecuencia, la molécula de ADN gira sobre si misma, formando estructuras en “supertorsión”. En otras palabras, cuando parte de una hélice de ADN es destorcida, la porción remaneciente se vuelve supertorcida. Las células bacterianas y de eucariotos, sin embargo, contienen la topoisomerasa I, la cual puede aliviar cualquier estrés de torsión que desarrolle en las moléculas de ADN, ya sea durante la replicación o en cualquier otro proceso. Esa enzima se liga al ADN en regiones aleatorias y quiebra los enlaces fosfodiéster en una de las cadenas. Esa quiebra es llamada de “Nick”. La extremidad quebrada gira, entonces, sobre la cadena que no fue cortada, relajando la supertorsión. Finalmente, la misma enzima promueve la ligación de las dos extremidades de la cadena quebrada. Otro tipo de enzima, la topoisomerase II, provoca quiebras en ambas cadenas del ADN, religando las dos extremidades. Así, topoisomerase II alivia el estrés de torsión y une dos moléculas de ADN circular entre sí. Diferentes tipos de ARN exhiben conformaciones diversas, relacionadas con sus funciones Como se mencionó anteriormente, la estructura del ARN es generalmente similar a la del ADN, salvo dos excepciones: el componente azúcar del ARN, la ribosa, tiene un agrupamiento hidroxilo en la posición 2’ (ver figura), e la timina del ADN es sustituida por uracila en el ARN (Figura 6). El agrupamiento hidroxilo en el carbono 2 (C2) de la ribosa torna a la molécula de ARN más “débil” que al ADN y proporciona agrupamientos químicamente reactivos que participan de la catálisis mediada por el ARN. Como resultado de esa mayor inestabilidad, el ARN es clivado en mononucleótidos en soluciones salinas, lo que no ocurre con el ADN. De la misma forma que el ADN, el ARN es un largo polinucleótido que puede presentar una doble cadena, una cadena simple, linear o circular. El ARN también puede participar de una hélice híbrida compuesta de una cadena de ARN y una de ADN. Diferentemente del ADN, que se presenta principalmente en la forma de una larga doble hélice, la mayoría de los ARNs celulares son cadenas simples y pueden exhibir una gran diversidad conformacional. Las diferencias de tamaño y de conformación de los varios tipos de ARN permiten que ellos desempeñen funciones específicas dentro de las células. Las más simples estructuras secundarias de ARNs de cadena simple son formadas por medio del apareamiento de bases por complementariedad. Mientras que el ADN contiene la información, el ARN expresa dicha información, pasando de una secuencia lineal de nucleótidos, a una secuencia lineal de aminoácidos en una proteína. Para expresar dicha información, se necesitan varias etapas y, en consecuencia existen varios tipos de ARN: El ARN mensajero (mARN) se sintetiza en el núcleo de la célula, y su secuencia de bases es complementaria de un fragmento de una de las cadenas de ADN. Actúa como intermediario en el traslado de la información genética desde el núcleo hasta el citoplasma. Poco después de su síntesis sale del núcleo a través de los poros nucleares asociándose a los ribosomas donde actúa como matriz o molde que ordena los aminoácidos en la cadena proteica. Su vida es muy corta: una vez cumplida su misión, se destruye. El ARN de transferencia (tARN) existe en forma de moléculas relativamente pequeñas. La única hebra de la que consta la molécula puede llegar a presentar zonas de estructura secundaria gracias a los enlaces por puente de hidrógeno que se forman entre bases complementarias, lo que da lugar a que se formen una serie de brazos, bucles o asas. Su función es la de captar aminoácidos en el citoplasma uniéndose a ellos y transportándolos hasta los ribosomas, colocándolos en el lugar adecuado que indica la secuencia de nucleótidos del ARN mensajero para llegar a la síntesis de una cadena polipeptídica determinada y por lo tanto, a la síntesis de una proteína. El ARN ribosómico (rARN) es el más abundante (80 por ciento del total del ARN), se encuentra en los ribosomas y forma parte de ellos, aunque también existen proteínas ribosómicas. El ARN ribosómico recién sintetizado es empaquetado inmediatamente con proteínas ribosómicas, dando lugar a las subunidades del ribosoma. Las moléculas de tARN adoptan una estructura arquitectónica tridimensional bien definida que es crucial para la síntesis de proteínas. Las grandes moléculas de rARN también presentan estructuras tridimensionales bien definidas, en determinados segmentos, intercaladas por regiones más flexibles. Estructuras secundarias y terciarias también han sido identificadas en mARN, principalmente próximas a las extremidades de las moléculas. Así, está claro que tanto las moléculas de ARN como las proteínas, tienen dominios estructurados conectados por regiones flexibles menos estructuradas. Los dominios estructurados de las moléculas de ARN no apenas son estructuralmente análogos a las hélices α e estructuras β encontradas en las proteínas, sino que en algunos casos también presentan capacidad catalítica. Tales ARN catalíticos son llamados de ribozimas. Las ribozimas generalmente están asociadas por proteínas que estabilizan su estructura, pero es el ARN que actúa como catalizador. Figura 6. Diferencias en la estructura del ADN y ARN Tomado de: http://eduredes.ning.com/profiles/blogs/los-acidos-nucleicos REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. VIANA SORIANO, JOSÉ MARCELO; CRUZ, COSME DAMIÃO; GONÇALVES DE BARROS, EVERALDO. Genética volume 1-Fundamentos. 2 edición. Viçosa (Brasil). Editora UFV. 330 p. 2003. 2. LODISH, HARVEY; BERK, ARNOLD; MATSUDAIRA, PAUL; KAISER, CHRIS A; KRIEGER, MONTY; SCOTT, MATTHEW P. Biología Celular e Molecular. Mecanismos Básicos da Genética Molecular. 5 edición. Editora Artmed S.A. Porto Alegre (Brasil). 1050 p. 2005. 3. https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81cido_nucleico