HAY QUE INVENTAR UNA FORMACION TECNOLÓGICA La mayoría de las formaciones técnicas corrientes han seguido, durante mucho tiempo, a la educación elemental, pues la complejidad de la técnica no exigía, en el pasado, formación básica más extensa que el nivel primario. La situación actual es ya muy diferente, y se prevé una evolución rápida que acentúe esta tendencia y que conduzca situación en la que todas las formaciones profesionales técnicas no encuentren su acabado cumpliendo sino a un nivel que corresponda a la enseñanza postsecundaria. Hablamos por supuesto, de calificaciones profesionales completas que definen una profesión determinada. Es cierto que la educación futura correspondiente al actual nivel secundario comprenderá enseñanzas técnicas y el ejercicio práctico de trabajo; pero ninguno de estos programas llevará a una cualificación técnica o profesional adquirida demasiado pronto, antes de que el bagaje de ciencia y de cultura general sea suficientemente importante y diversificado, limite, a la vez, las posibilidades de ampliación del saber en esta especialización y restrinja considerablemente las posibilidades de cambio y reorientación a lo largo de la vida. Ahora bien, la ampliación de los conocimientos y la reorientación profesional condicionan el empleo en una sociedad técnica en perpetua mutación. En otros términos, la formación técnica del futuro exige una ampliación de la formación general previa. Por ello, la formación profesional especializada se logrará en el nivel llamado “post-secundario”, la mayoría de las veces en el marco de ciclos cortos. La enseñanza técnica superior en algunos países (Bélgica, Países Bajos), al igual que los Institutos Universitarios de Tecnología (IUT) en Francia, por ejemplo, prefiguran esta forma futura de la enseñanza técnica. Sin embargo, afirmar que la formación técnica y profesional no debe preverse sino en el nivel post-secundario, no significa que la enseñanza que la precede tenga que contentarse con reproducir los estudios generales, literarios y de ciencias puras que han caracterizado durante tanto tiempo a la educación secundaria en Europa. Se precisa una revisión de los contenidos que reconozca a la técnica un papel importante. Hay que tener en cuenta el hecho de que la tecnología es el componente esencial de nuestra civilización, y que resulta imposible imaginar una formación cultural que la ignore. Habrá, pues, en el sistema futuro, menos especializaciones profesionales en el nivel secundario, pero más técnica en todas las enseñanzas. Será necesario, igualmente, prever formas de “currículo” que modifiquen la secuencia tradicional de las formaciones profesionales superiores, es decir, formas que vayan de la formación general a la especialización, de la adquisición teórica de las ciencias a su aplicación. Es posible, en numerosos campos, seguir un camino inverso, el del método inductivo, y llegar pedagógicamente a una formación completa partiendo de la experiencia, para remontarse a los principios que la explican, basando el método de adquisición de los principios científicos generales en la posesión y la práctica de un oficio que los aplica. Inductiva o deductiva la formación previa, será necesario, de todas formas, que todos estén preparados para abordar la enseñanza superior en su diversidad, y con la multiplicidad de las formaciones técnicas que ofrecerá. Al igual que se pensaba, en otro tiempo, que había que haber aprendido el latín para prepararse a los estudios de medicina, en razón del lenguaje tradicional de estar profesión, en el futuro, habrá que haber adquirido un bagaje técnico importante, no sólo para prepararse al aprendizaje de una profesión particular, sino para poseer las aptitudes indispensables para la vida en una sociedad técnica. Hemos dicho, anteriormente, que la educación primaria evolucionaba del estatuto de sector educativo al de nivel dentro de un “continuum”, recogiendo la misma idea, diremos que la formación técnica evoluciona del estatuto de sector particular al de contenido obligatorio de la formación general. Por otra parte, la enseñanza técnica cumplirá, en el futuro, su función de formación profesional principalmente en el nivel post-secundario. Teniendo en cuenta esta perspectiva general, es como hay que interpretar las evoluciones en marcha y como hay que pensar en las reformas necesarias. +Algunas dificultades exigirán innovaciones difícilmente previsibles: -La idea de una cultura técnica es reciente y exige aún numerosas investigaciones antes de poder quedar fijada en un programa coherente de formación general: -Al haberse convertido el contenido técnico teórico en objeto de la formación general, numerosos oficios que exigen, aún hoy, un proceso formalizado de aprendizaje, podrán aprenderse a través de cortos períodos de experiencia práctica. -Al no quedar definitivamente adquiridas las profesiones sino el nivel superior, hay que prever una disminución progresiva del prestigio de las profesiones cuya cualificación se ha adquirido tradicionalmente en este nivel. La evolución de la formación técnica tendrá repercusiones directas sobre la escala de los salarios. -Como la formación saldrá beneficiada al realizarse allí donde se aplican las técnicas, el sistema educativo deberá abrirse a los recursos exteriores, tanto en lo referente a la admisión de los técnicos “no profesores” como guías consejeros de educación. D.O.P.