La España del Barroco

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7.1 −Los Validos
7.1.1 −Felipe III
El sistema de validos, o privanza, se basaba en la delegación de las cuestiones de gobierno en manos de un
hombre de confianza del rey (valido), el cual, sin poseer un cargo real, era quien detentaba el poder en la
práctica.
Esta práctica la inició Felipe III, pues su falta de vocación política le hizo nombrar valido al Duque de Lerma,
político mediocre con poco talento y demasiada ambición.
Así, durante el reinado de Felipe III se produjo un fortalecimiento de la nobleza frente a la debilidad de la
monarquía.
7.1.2 −Felipe IV
Felipe IV sucedió a su padre, Felipe III, tanto en el trono como en la práctica de la privanza, nombrando
valido al Conde−duque de Olivares. Olivares poseían una gran inteligencia política y la voluntad de reformar
España, pero todos sus proyectos no llegaron a buen puerto.
7.1.2.1 −Los proyectos de reforma de Olivares
Los principales proyectos del Conde−duque fueron el banco estatal, la unificación jurídica e institucional de la
monarquía según el modelo castellano y la Unión de armas, o creación de un ejército único y permanente.
Todos ellos fracasaron.
7.1.3 −Carlos II (El Hechizado)
Felipe IV murió dejando como único heredero a un enclenque de cuatro años llamado Carlos II. En su
testamento, el difunto monarca dispuso que gobernara su viuda, Mariana de Austria, como regente.
En esta etapa los validos se sucedieron uno tras otro (Nithard, Valenzuela, Juan José de Austria, el conde de
Oropesa, etc.), en un clima de inestabilidad política que se agudizó al final de la regencia, con el problema de
la sucesión.
7.2 −Los conflictos internos (también ver 7.5)
7.2.1 −Felipe III
El conflicto más importante del reinado de Felipe III fue la expulsión de los moriscos de la Península,
decretada en Valencia en 1609 y al año siguiente en Castilla y Aragón.
Las causas de esta expulsión fueron:
• El rechazo de la población cristiana a los moriscos.
• El temor a una invasión de sus correligionarios turcos.
• El afán de la monarquía de mostrar su poder en el interior.
Las consecuencias fueron:
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• Una importante pérdida de población, pues los moriscos eran una comunidad laboriosa de campesinos y
artesanos.
• Las zonas más afectadas fueron Valencia y Aragón.
• Esta medida culminó la política de intolerancia religiosa y persecución a las minorías comenzada por los
Reyes Católicos.
7.3 −La Crisis de 1640 y la caída de Olivares.
Las necesidades financieras de la monarquía causadas por la Guerra de los Treinta Años agravaron la crisis
social y económica, principalmente en Castilla: se crearon nuevos impuestos, se pusieron a la venta cargos
públicos, se convirtieron en señoríos tierras de realengo a cambio de dinero... etc.
Estos elementos fueron el germen del descontento social y la creciente oposición a Olivares, debido a varias
razones:
• Los reinos periféricos rechazaban las pretensiones unitarias de Olivares.
• Los miembros de la alta nobleza se quejaban de su escaso protagonismo.
• Las clases populares denunciaban el agotamiento económico y la presión fiscal.
Todo esto desencadenó una serie de rebeliones, como las de Vizcaya (1632), Cataluña (1640) o Nápoles
(1647).
La impopularidad del valido fue en aumento y en 1643 Felipe IV lo destituyó.
7.3.1 −La rebelión de Cataluña (1640−1652)
La causa inmediata fueron los desmanes sobre la población por parte de soldados españoles e italianos en el
frente catalán debido a la guerra contra Francia.
Los principales enfrentamientos tuvieron lugar en Barcelona, donde u grupo de rebeldes iniciaron un motín y
asesinaron al virrey durante el Corpus Christi (Hábeas de Sangre de 1640).
Esta fue una revuelta anticentralista que obligó al pueblo catalán a entregarse al rey francés Luis XIII, al que
nombraron Conde de Barcelona.
Pero la crisis económica, unida a un nuevo brote de peste y a la opresión francesa, peor que la castellana,
provocó el agotamiento de los catalanes, que se rindieron en 1652 a las tropas de Felipe IV, a condición de
que se respetaran los antiguos fueros.
7.3.2 −La rebelión e independencia de Portugal (1640−1668)
Amplios sectores de la sociedad portuguesa consideraban que la incorporación a la monarquía hispánica les
había acarreado más inconvenientes que ventajas. Había atraído hacia su territorio a los enemigos de España y
esta era incapaz de garantizarles una defensa adecuada.
La rebelión portuguesa tuvo desde el principio un gran carácter nobiliario, anticastellano e independentista.
La nueva monarquía portuguesa se consolidó con la ayuda de Francia e Inglaterra, y España tuvo finalmente
su independencia en 1668.
7.4 −Política exterior
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España se convirtió en la víctima favorita de las potencias europeas, en especial Francia.
Los principales problemas en materia de política exterior en la época fueron:
• Reconocimiento de la independencia de Portugal.
• La Paz de Aquisgrán (1668), en la que España perdió los Países Bajos.
• La Paz de Nimea (1678), en la que España entregó a Francia el Franco Condado.
7.5 −Evolución económica y social en el s. XVII
La situación económica de la España del Barroco se caracterizó por una recesión debida a distintos factores:
• La caída de la producción agraria.
• La disminución de la ganadería bovina.
• La crisis de la industria textil castellana.
• El acaparamiento por extranjeros del comercio en América.
Las principales consecuencias sociales de esta crisis fueron un considerable aumento de la nobleza, causado
por las deudas contraídas por esta con la crisis agraria; y el aumento del número de religiosos, como única vía
de escape al hambre del campo. La burguesía en esta época fue muy escasa.
El campesinado fue sin duda el sector social más afectado por la crisis, dada la voracidad fiscal de la Corona.
7.6 −Mentalidad y Cultura en el Siglo de Oro
7.6.1 −Los arbitristas
Muchos individuos percibieron la amenaza de la decadencia en la España barroca, así que se publicaron
informes económicos y políticos para el rey, los llamados arbitrios.
En estos arbitrios se denunciaban problemas acuciantes del Estado, com:
• La despoblación.
• El agotamiento económico de Castilla por culpa de la excesiva presión fiscal para el mantenimiento del
Imperio.
• El enriquecimiento de los extranjeros y la pobreza de los españoles por si desprecio hacia el trabajo.
• El prejudicial aumento del Clero, que agravaba aún más los problemas demográficos y la escasez de mano
de obra por la nula vocación religiosa de muchos de sus miembros.
7.6.2 −Rasgos de la cultura barroca
El término barroco se identifica con lo deforme y exagerado, en contraposición al ideal renacentista de orden
y equilibrio,
La principal característica de esta corriente cultural era que actuaba como instrumento de dominación
ideológica a través del arte y el teatro. Debido a sus rasgos, la cultura barroca era:
• Propagandística: exaltaba la autoridad del rey, la infalibilidad de la Iglesia Católica y la superioridad moral
de la nobleza.
• Conservadora: tales valores tendían a reforzar el orden social establecido.
• Dirigida a las masas: ya que se pretendía captar la voluntad del pueblo a favor de los poderosos.
• Aparatosa y emocional: al dirigirse a un pueblo de escasa cultura, el mensaje debía ser sencillo en su
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contenido.
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