Laboratorios en pie de guerra

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Laboratorios en pie de guerra
Publicado el 11-12-09 por C. Fontgivell / S. Saiz Barcelona / Madrid
En los próximos cinco años, el mercado
mundial de medicamentos con patente
podría reducirse en más de 30.000 millones
de euros en favor de los genéricos.
La caducidad de la patente de ocho de los
diez medicamentos más vendidos del mundo
y la incapacidad de encontrar nuevos
superventas para sustituirlos, han puesto a
los laboratorios en una encrucijada que
obliga a cambiar el modelo económico que
ha imperado en las últimas décadas.
Entre 2010 y 2014, caducarán las patentes
de ocho medicamentos que el año pasado
registraron una facturación conjunta de
31.679,48 millones de euros. En el caso de
algunos laboratorios, sus medicamentos
superventas han llegado a representar el 40%
de la cifra de negocio, lo que los pone en
una dificilísima situación cuando caduca la
patente y entra la competencia de los
fabricantes de genéricos.
El periodo de protección que ofrece una
patente varía en función de los países, pero
suele ser de diez años. Sin embargo, la
protección no empieza cuando el fármaco
llega al mercado, sino que una empresa la
solicita cuando aún está llevando a cabo los
ensayos preclínicos y esto puede ser cuatro
años antes de que llegue a las farmacias.
Los expertos calculan que, en el primer año
de caducidad de una patente, la
competencia de los genéricos provoca que el
precio del producto de marca se reduzca
hasta un 85% en mercados competitivos
como el estadounidense y el europeo.
Los males de occidente
Tres de los medicamentos superventas que
perderán su patente entre 2010 y 2012 son
Lipitor (Pfizer), el fármaco más vendido del
mundo, con una facturación de 8.243,9
millones de euros en 2008; Seretide
(GlaxoSmithKline) y Diovan (Novartis). Estos
medicamentos se destinan a combatir el
colesterol, el asma y la hipertensión,
respectivamente, tres de las patologías más
frecuentes en los países desarrollados.
En los últimos años, la estrategia de las
multinacionales
farmacéuticas
para
combatir la caducidad de patentes han sido
las fusiones. En un plazo de tan sólo diez
años, se han unido Astra y Zeneca (1999);
Glaxo y SmithKline (2000); Sanofi y Aventis
(2004); Bayer y Schering y Merck y Serono
(2006); y Lilly e ImClone (2008). Este año,
han anunciado nuevas integraciones las
estadounidenses Merck Sharp & Dohme (MSD)
y Schering Plough, así como Pfizer y Wyeth.
Estas últimas darán lugar al primer grupo
mundial, con una facturación conjunta de
50.000 millones de euros.
El acelerado proceso de fusiones para crear
compañías de un tamaño cada vez mayor ha
dado lugar, inevitablemente, a ajustes
drásticos de plantilla. Fuentes consultadas
calculan que, desde 2007, la industria
farmacéutica ha llevado a cabo más de
40.000 despidos, varios centenares de los
cuales han tenido lugar en España. En
nuestro país, las farmacéuticas aún no han
abordado
procesos
de
fusiones
en
profundidad, y el único gran ejemplo de las
últimas décadas ha sido la integración de
Almirall y Prodesfarma en 1997.
El consultor especializado en el sector
farmacéutico Reinhard Vocke, socio de
Management Engineers, asegura que «el
denominado precipicio de las patentes es
especialmente grave porque las compañías
han destinado más recursos que nunca a su
división de I+D, pero han conseguido el
menor retorno de su historia». Las
enfermedades cardiovasculares y la diabetes
son dos de los mayores ámbitos de
investigación de los laboratorios, junto con
la oncología. El problema de esta última
área es que aún no se han encontrado
medicamentos que demuestren ser una
alternativa eficaz a los tratamientos actuales
con quimioterapia. La alternativa, según
Vocke, es «pasar de los superventas a las
áreas terapéuticas nicho».
Según Belén Garijo, vicepresidenta de Sanofi
Aventis en Europa y Canadá, ahora el 60% del
mercado
farmacéutico
mundial
está
controlado por los medicamentos de marca y
el 40% restante está en manos de los
genéricos. "En 2020, el 60% del mercado
puede estar compuesto por soluciones de
bajo coste", vaticina. Ante esta situación, la
multinacional francesa ha optado por la
especialización, la alianza con empresas
biotecnológicas y el crecimiento en países
emergentes.
El cambio de modelo en el sector puede
acelerarse si se aprueba en EEUU la reforma
planteada por Obama
Garijo reconoce que el porcentaje de éxito
en el desarrollo de nuevos productos ha
pasado del 20% en 2006 al 8% diez años
después. "Hay que plantearse la entrada en
el sector del diagnóstico y de los dispositivos
de monitorización a distancia, la clave está
en identificar las oportunidades externas y
establecer alianzas", asegura.
El cambio de modelo en el sector
farmacéutico puede acelerarse si prospera la
reforma del sector sanitario planteada por
Barack Obama. Estados Unidos es el primer
mercado mundial para el sector, y una
apuesta decidida del Gobierno por incentivar
los genéricos puede suponer una nueva
merma
para
un
mercado
que
tradicionalmente se ha definido por su
estabilidad y la capacidad de sortear las
crisis económicas.
En Europa, las políticas gubernamentales
(centradas en lograr un mayor ahorro de
costes para la sanidad pública) llevan años
incentivando
la
prescripción
de
medicamentos genéricos. En España, la
patronal
del
sector
farmacéutico,
Farmaindustria, trata de mantener una
relación
de
cordialidad
con
la
Administración a través de la promesa de
mantener el empleo en los próximos años y
aumentar la inversión anual en I+D un 15%
en los próximos tres años, hasta 3.600
millones de euros.
Mientras el sector se replantea su futuro y
formula una nueva estrategia competitiva,
los fabricantes de genéricos se quejan de las
dificultades que tienen para acceder al
mercado, a pesar de la caducidad de las
patentes. "España es uno de los países de la
Unión Europea donde se producen mayores
retrasos en la entrada de medicamentos
genéricos", hasta el punto de que la demora
llega a ser el doble que la del Viejo
Continente, según Ángel Luis Rodríguez de la
Cuerda, director general de la Asociación
Española de Fabricantes de Sustancias y
Especialidades Farmacéuticas Genéricas
(Aeseg).
Batalla en los tribunales
Según datos de la Comisión Europea (CE) y
Solchaga Recio, mientras que en países
como Dinamarca la entrada de genéricos se
sitúa por debajo de un trimestre, en España,
este periodo puede llegar a dilatarse hasta
cerca de quince meses. Las posturas entre
fabricantes de genéricos y de marcas están
tan alejadas que los juzgados se han
convertido en el principal campo de batalla
de las compañías del sector.
Los grandes laboratorios, cuyas patentes
están a punto de caducar, defienden en los
tribunales la propiedad intelectual de
productos que han tardado años en
desarrollar y a los que han dedicado ingentes
recursos en I+D. Por otra parte, los
fabricantes de genéricos aseguran que la
inversión está sobradamente amortizada con
los diez o doce años de protección de que
disponen y aseguran que son víctimas de
interminables litigios que califican de
"hostigamiento jurídico".
Desde Aeseg, señalan que una misma
molécula puede llegar a estar protegida en
la Unión Europa por hasta 1.300 patentes en
27 países diferentes, lo que retrasa la
entrada del genérico e, incluso, puede llegar
a hacerlo comercialmente inviable. Aun así,
los laboratorios de fármacos sin marca
aseguran haber ganado el 62% de los litigios
entre 2000 y 2007, lo que ha supuesto un
gasto superior a los 400 millones de euros,
según cifras de la CE. En España, estas
disputas pueden alargarse hasta cuatro años,
frente a un semestre en Francia.
Aumenta la I+D pero cae el número de
moléculas
Aunque la inversión en I+D del sector
farmacéutico
ha
crecido
de
forma
ininterrumpida durante las últimas dos
décadas, no ha ocurrido lo mismo con el
lanzamiento de nuevas moléculas, que se
encuentra en cifras inferiores a las
registradas a principios de la década de los
noventa, según datos de la OCDE.
Precisamente, la caducidad de las patentes
en un periodo de tiempo corto (alrededor de
diez años) es uno de los argumentos que
esgrimen los grandes laboratorios para
explicar este descenso. Sin embargo, la
lectura que hacen las compañías de
genéricos es diferente, ya que consideran
que gran parte de los recursos en I+D no se
dedican a la investigación de nuevas
moléculas,
sino
al
desarrollo
de
medicamentos de segunda generación, en los
que se aplica alguna modificación a un
medicamento ya patentado para, de esta
forma, alargar el periodo de protección.
CUESTIONES:
1. ¿A quién se le plantea una difícil situación y por qué?
2. Menciona al menos dos estrategias que las farmacéuticas puedan
aplicar para reducir estas “pérdidas”
3. ¿Por qué pongo entre comillas la palabra “pérdidas”?
4. ¿Pueden ser contrapuestos los intereses de las grandes farmacéuticas y
los de los gobiernos? ¿Cómo?
5. ¿Cómo pueden conciliarse estos intereses contrapuestos?
6. ¿Qué son los medicamentos de segunda generación y cuál es su utilidad?
7. ¿Te parecen fraudulentas algunas de las estrategias de las compañías
farmacéuticas?
8. ¿Qué repercusiones tiene la política de patentes en países del tercer
mundo? [pregunta para discusión]
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