Estrategias de fertilización para aumentar el

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Estrategias de fertilización para aumentar el rendimiento y la
calidad
Ing. Agr. Hernán E. Echeverría
Unidad Integrada INTA-FCA Balcarce
Mayo 2006
Introducción
En la región pampeana, durante los últimos 10-15 años, se ha producido un
incremento incesante en la superficie dedicada a la agricultura, junto con la implementación de
un conjunto de prácticas de manejo que provocaron incesantes aumentos en los rendimientos de
los cultivos. Esta combinación de factores ha llevado a que la exportación de nutrientes del suelo
se incrementara notablemente (García, 2005).
En lotes de prolongada historia agrícola, para el trigo es necesario recurrir en forma
habitual al agregado de nitrógeno (N), fósforo (P) y recientemente a azufre (S). Considerando la
poca movilidad y la elevada residualidad del P en el suelo, en este trabajo se pondrá énfasis en
algunos resultados de ensayos con distintas estrategias de fertilización con N y en menor medida
con S, nutrientes dinámicos en el sistema suelo y que requieren optimizar la eficiencia de
utilización de los mismos.
Diagnóstico y momento de fertilización para aplicaciones de
nitrógeno de base
La metodología más difundida de diagnóstico de N para el cultivo de trigo, se basa en
la medición del contenido de nitratos en suelos (0-60 cm) al momento de la siembra. Se ha
reportado que los cultivos bajo labranza convencional no responden al agregado de N si el
contenido de nitratos en el suelo más el aportado por el fertilizante es mayor a 100-110 kg ha-1
(Garcia et al., 1998) o 125 kg ha-1 (González Montaner et al., 1991). Para siembra directa,
Calviño et al. (2002) determinaron un umbral de 125, 150 y 170 kg N ha-1 para rendimientos
objetivos de 4000, 5000 y 6000 kg ha-1. En los trabajos mencionados la aplicación de N se
recomienda a la siembra o al macollaje del cultivo. En Balcarce, trabajando con urea marcada
(15N), se determinó que la eficiencia de recuperación del N del fertilizante fue del 46 y 56% para
la fertilización al momento de la siembra y al macollaje, respectivamente (Melaj et al., 2003). Sin
embargo, en el oeste de Buenos Aires, Díaz-Zorita (2000) reportó un mayor rendimiento y
eficiencia de uso del N al momento de la siembra, respecto de la aplicación al macollaje,
comportamiento atribuido a las escasas precipitaciones a la salida del invierno y comienzo de
primavera. Similares resultados fueron obtenidos en Paraná, el sur de Santa Fé y norte de
Buenos Aires (Melchiori y Paparotti, 1996; M. Ferrari, comunicación personal).
La metodología de diagnóstico de requerimiento de N en base al análisis del contenido
de nitratos en el suelo a la siembra o al macollaje no contempla aspectos relacionados con la
calidad comercial y panadera de los granos, a pesar de que el precio del trigo se incrementa o
disminuye en función de la concentración de proteínas. En general, para un genotipo
determinado, la concentración de proteína se relaciona inversamente con el rendimiento en grano
y por lo tanto, la fertilización de base (siembra o macollaje) deberá ser mayor si se pretende
incrementar los parámetros relacionados con la calidad comercial y panadera del trigo.
En aquellas situaciones en las que las precipitaciones cubren los requerimientos del
cultivo, las aplicaciones de dosis crecientes de N en macollaje, permiten lograr aumentos en el
rendimiento. Cuando las precipitaciones son escasas, no se determinan incrementos en el
rendimiento y los contenidos de proteína aumentan (Loewy 1995; Quattrocchio et al., 2004,
Echeverría et al., 2004). Cuando las precipitaciones son adecuadas, el incremento en las dosis de
N de base, no manifiestan mejoras significativas en proteína ni en trabajo alveográfico (W). La
aplicación de elevadas dosis de N en macollaje parecería no resultar en una adecuada estrategia
de fertilización para mejorar los parámetros de calidad. Esto se confirma por la baja eficiencia de
recuperación de N en los granos (Echeverría et al., 2004).
En síntesis el empleo de altas dosis de N en estadios tempranos del trigo permiten
lograr elevados rendimientos, pero no es una estrategia eficiente para mejorar el contenido de
proteína y las propiedades reológicas de las masas. En última instancia y considerando la baja
eficiencia de utilización de elevadas dosis de N de base, el incremento desmedido de las mismas
podría derivar en efectos adversos sobre la calidad del ambiente.
Momentos de fertilización para aplicaciones de nitrógeno
complementarias
Una alternativa más eficiente en el uso del N para mejorar la calidad de los granos
consistiría en efectuar aplicaciones de N en el estadío de hoja bandera o antésis, las que pueden
efectuarse con fertilizantes líquidos en combinación o no con la aplicación de funguicidas. Cuando
en el estadio de hoja bandera con una disponibilidad de base de 120 kg N ha-1
(Nsuelo+Nfertilizante) se aplicó funguicida solo, se incrementó el rendimiento pero se afectaron
negativamente los parámetros de calidad. Cuando en dichas condiciones se empleó una solución
de urea (20 kg N ha-1) como vehículo del funguicida, se repitió el incremento en rendimiento y se
mantuvo la calidad respecto al testigo. Para el estadío de antésis la aplicación de funguicida solo
no incrementó el rendimiento ni el contenido de proteína. La aplicación de funguicida y N en
antésis solo mejoró el contenido de proteína (Bergh et al, 2001).
Loewy et al. (2004) evaluaron el efecto de dosis crecientes de N en antésis, en
cultivos con una disponibilidad de N de base de 120 kg ha-1 (Nsuelo+Nfertilizante) y con
aplicaciones de funguicida en hoja bandera. Cuando la disponibilidad de agua no fue limitante, no
lograron incrementos en el rendimiento en grano pero los parámetros de calidad (proteína y W)
se aumentaron en forma significativa en función de las dosis de N foliar aplicadas en antésis.
Las experiencias mencionadas permiten concluir que las aplicaciones de N
complementarias pueden servir para maximizar los rendimientos, sin cambios importantes en la
calidad, o para mejorar la calidad de los granos. En el primer caso, generalmente cuando las
aplicaciones de N de base fueron muy conservadoras, deberán realizarse las aplicaciones en
forma foliar en el estadio de hoja bandera y podrán hacerse en combinación con funguicidas y, en
el segundo, el momento más adecuado será en antésis. Las aplicaciones de N complementarias
en antésis constituyen una estrategia eficiente para mejorar el contenido de proteína y las
propiedades reológicas de las masas.
Respuesta varietal a las aplicaciones de nitrógeno complementarias
La SAGPyA clasifica los cultivares de trigo en tres Grupos de calidad panadera, el 1
produce harinas con aptitud correctora, el 2 para panificación tradicional y el 3 para panificación
directa. El contenido de proteínas y la relación proteína/rendimiento es generalmente mayor en
los Grupos de calidad 1 y 2. Dicha relación fue mayor cuando se fertilizó en antésis.
Independientemente del Grupo de calidad las concentraciones de proteínas se asocian con el
contenido de gluten pero no necesariamente con el trabajo alveográfico. Este parámetro tuvo las
mayores respuestas a las aplicaciones complementarias de N sobre los materiales de Grupo 1 y 2
de calidad y la estabilidad farinográfica mejoró en los cultivares de estos Grupos, mientras que en
los del Grupo 3, no mostraron incrementos significativos en W, independientemente de los
contenidos de proteína y gluten (Quattrocchio et al., 2004).
En base a estos resultados es factible afirmar que cuando se desea obtener un trigo
de calidad, el primer paso consistirá en la elección del material genético adecuado.
Diagnóstico de requerimiento de nitrógeno para aplicaciones
complementarias
Una vez definido el material genético y establecido que es posible mejorar los valores
de los parámetros de calidad por aplicaciones diferidas de N, cobra relevancia el disponer de un
método de diagnóstico para saber en que condiciones el cultivo responderá a dichas aplicaciones.
Cuando el cultivo no sufre estrés hídrico, una determinación no destructiva con el medidor de
clorofila Minolta SPAD 502 posibilitaría caracterizar el estado de nutrición nitrogenado del trigo
(Gandrup et al., 2004) y por consiguiente la eventual respuesta en el contenido de proteínas. El
monitoreo de la nutrición nitrogenada mediante el medidor de clorofila, permitiría detectar las
situaciones en donde con la fertilización de base no se logra satisfacer los requerimientos de N.
Además, la determinación de clorofila durante el llenado de los granos permitiría estimar por
anticipado los contenidos de proteína de los lotes (Echeverría y Studdert, 2001; Bergh et al.,
2004).
El empleo de sensores remotos a fin de caracterizar el estado nutricional del cultivo en
base a la reflactancia del canopeo, constituye una herramienta que permite ser optimista en base
a su velocidad. Para implementar esta metodología de diagnóstico es requisito el disponer de una
franja en el cultivo con N no disponible y que el cultivo manifieste un óptimo estado sanitario de
la canopia (Mullen et al., 2003).
Efecto de la fertilización azufrada sobre el rendimiento y la calidad
En otros países y en situaciones de deficiencia de S, se han reportado respuestas en el
contenido de proteína en grano y mejora en la calidad panadera de la harina con el agregado de
este nutriente (Bailey, 1987). En Argentina, si bien se han observado respuestas significativas en
rendimiento por la aplicación de S en gran parte de la región pampeana (García y Berardo,
2005), son escasos los trabajos sobre el efecto del S sobre la calidad de los granos. Para el
sudeste bonaerense, se determinó respuesta en rendimiento por el agregado de S, sin cambios
en el contenido de proteína (Reussi et al., 2006). Trabajos en esta línea están en marcha y serán
de utilidad para el sector.
Consideraciones finales
En la última década el paquete tecnológico para la producción de trigo ha
experimentado cambios relevantes y entre ellos ocupa un lugar destacado los relacionados con la
estrategia de fertilización del cultivo. En especial se ha generado mucha información sobre el
manejo de los fertilizantes nitrogenados y en menor medida azufrados que hoy en día permiten
disponer de herramientas de diagnóstico y monitoreo que permiten obtener altos rendimientos y
calidad de grano. El empleo de estas herramientas cobra relevancia al permitir maximizar la
eficiencia de utilización de los nutrientes y paralelamente contribuir a la sustentabilidad ya que no
se han determinado efectos sobre el medio ambiente. No obstante, más estudios son necesarios
para garantizar la sustentabilidad y la calidad de los suelos de la región pampeana.
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