Asunto: Tratamiento de garantías otorgadas con anterioridad a la

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Asunto: Tratamiento de garantías otorgadas con anterioridad a la vigencia de la Ley 550 de
1999, en el marco de los acuerdos de reestructuración.
Consulta si conforme a lo dispuesto en el artículo 79 de la Ley 550 de 1999, las garantías otorgadas por
terceros a los acreedores de un empresario sujeto al proceso de negociación de un acuerdo de
reestructuración, con anterioridad a la vigencia de la referida ley, recobran efectividad también en el
evento en que, transcurrido el plazo previsto en el artículo 27 (cuatro meses contados a partir de la
fecha en que queden definidos los derechos de voto) tal acuerdo se celebre, o si solamente pueden
hacerse efectivas en el evento en que no llegare a celebrarse. Al respecto esta Oficina se permite hacer
las siguientes precisiones y consideraciones de orden legal a efectos de absolverla:
1.
Se dispone en el artículo 14 de la ley 550 de 1999 que:
"A partir de la fecha de iniciación de la negociación, y hasta que hayan
transcurrido los cuatro (4) meses previstos en el artículo 27 de esta ley, no
podrá iniciarse ningún proceso de ejecución contra el empresario y se
suspenderán los que se encuentren en curso, quedando legalmente facultados
el promotor y el empresario para alegar individual o conjuntamente la nulidad
del proceso o pedir su suspensión al juez competente, para lo cual bastará
que aporten copia del certificado de la cámara de comercio en el que conste la
inscripción del aviso. (...)"
De esta manera la referida norma adiciona el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, y establece
que mientras dure la negociación del acuerdo se suspende el término de prescripción y no opera la
caducidad de las acciones respecto de los créditos contra el empresario.
Esta disposición tiene su fundamento en el principio de la universalidad que caracteriza la negociación de
la reestructuración, el cual supone, desde el punto de vista subjetivo, que en el acuerdo que llegue a
celebrarse se cobije a todos los acreedores del empresario deudor, ya sea que éstos concurran para el
efecto ante el promotor designado, o que aparezcan relacionados en el inventario de acreencias de que
trata el artículo 20 de la Ley 550 de 1999, lo cual se opone a la singularidad característica de las
ejecuciones particulares.
También resulta importante destacar la colectividad de la negociación de la reestructuración, que se
materializa en la necesaria participación de los acreedores internos y externos en la celebración del
acuerdo, en los términos de la ley y conforme a las decisiones que deban tomarse según los derechos de
voto que a cada uno correspondan.
Si bien los titulares de derechos de crédito a cargo del empresario no se hacen "parte", atendiendo a la
naturaleza extraprocesal del acuerdo de reestructuración y, por ende, no puede hablarse de
presentación de créditos, la Ley ha previsto un marco que garantice a todos los acreedores la
oportunidad tanto de hacer valer sus derechos como de oponerse a que se reconozcan aquellos que no
están debidamente soportados, conforme los artículos 22, 23 y 25 disponen para el efecto.
2. Puntualizando el caso objeto de consulta, el parágrafo primero del artículo 14 de la referida Ley
dispone que el acreedor del empresario que sea beneficiario de fiducias mercantiles en garantía o de
cualquier clase de garantía real constituida por terceros, o que cuente con un codeudor, fiador, avalista,
asegurador, emisor de carta de crédito y, en general, con cualquier clase de garante, deberá informar
por escrito al promotor, dentro de los diez (10) días siguientes a la iniciación de la negociación, si opta
solamente por hacer efectiva su garantía o si no prescinde de obtener del empresario el pago de la
obligación caucionada siempre que se trate de garantías otorgadas con posterioridad a la entrada
en vigencia de la Ley, esto es, el 30 de diciembre de 1999.
Ahora bien, conforme a lo dispuesto en el inciso 3° del artículo 79 de la Ley 550 de 1999, en tratándose
de garantías u obligaciones solidarias, otorgadas las primeras o contraídas las segundas, con
anterioridad al 30 de diciembre de 1999, no podrá el acreedor perseguir su pago directamente del
garante, sino que deberá hacerlo dentro del escenario del acuerdo de reestructuración y estarse a las
resultas del mismo. No obstante lo anterior, el acreedor está facultado para practicar medidas cautelares
que recaigan sobre inmuebles de propiedad exclusiva del garante o del deudor solidario, o del cual éste
sea comunero, así como para iniciar o continuar ejecuciones judiciales contra los mismos (sean éstos
personas naturales o jurídicas), pero solo hasta que quede en firme la sentencia que ordene seguir
adelante la ejecución, en los términos de los artículos 507 y 510 numeral 2° literal e) del Código de
Procedimiento Civil, o adelantar la ejecución de las garantías fiduciarias hasta la etapa previa a la
enajenación del inmueble.
A su vez, la restricción temporal y procesal indicada (literal b) del parágrafo segundo del artículo 14),
se levantará cuando transcurrido el plazo para la celebración del acuerdo respectivo, este NO se celebre.
Lo anterior significa que durante el término de negociación del acuerdo y hasta los cuatro (4) meses
subsiguientes a la fecha en que queden definidos los derechos de voto, el acreedor que se encuentre en
las circunstancias anotadas, no podrá satisfacer su obligación vía ejecución de las garantías otorgadas
por terceros o codeudores solidarios personas naturales. Si vencido dicho plazo no llegare a celebrarse el
acuerdo, estará habilitado para culminar la ejecución de la citada garantía y obtener la satisfacción de la
obligación, en los términos del literal f) ídem, que en su tenor literal establece:
"f) Transcurrido el plazo previsto en el artículo 27 de esta Ley, sin que se
celebre un acuerdo de reestructuración, el acreedor podrá hacer valer sus
derechos de cobro respecto del inmueble en cuestión e, igualmente, podrá
adelantarse el remate judicial y dicho bien podrá ser enajenado a cualquier
título en caso de no pesar sobre él alguna medida cautelar."
En ese orden de ideas, no puede concluirse que "la falta de indicación explícita en dicho artículo (79) de
las consecuencias de la celebración de un acuerdo de reestructuración para las garantías preexistentes
puede dar lugar a interpretaciones que no se compadecen con el principio de equidad entre acreedores
que siempre ha caracterizado nuestro régimen concursal", pues, conforme el tenor literal del mismo y
del literal f) arriba citado, las garantías preexistentes sólo podrán hacerse efectivas si transcurrido
el plazo previsto en el artículo 27 de la ley NO SE CELEBRA UN ACUERDO, lo cual supone que
si se celebró, el crédito cuyo pago se persigue quedará sujeto a los términos del acuerdo y,
por ende, NO PROCEDERÁ HACER EFECTIVA LA GARANTÍA DEL MISMO.
Y es que, si ello fuera posible (hacer efectiva la garantía habiéndose establecido una fórmula de pago de
la obligación en los términos del acuerdo), se haría nugatoria la restricción temporal prevista en el
parágráfo segundo del artículo 14 pues no tendría sentido restringir temporalmente los derechos de
cobro del acreedor sobre el garante si, una vez cumplido el plazo, se le habilita para ejercerlos,
independientemente de que se llegue o no a celebrar el acuerdo de reestructuración del garantizado o
caucionado.
De otra parte, adviértase que el parágrafo segundo del artículo 14 de la Ley se aplica respecto de
GARANTES PERSONAS NATURALES QUE HAYAN OTORGADO LA GARANTÍA ANTES O DESPUÉS
DE LA VIGENCIA DE LA MISMA, lo cual significa, en últimas, la aplicación del mismo tratamiento
restrictivo tanto para el acreedor en cuyo favor se otorgaron garantías o se obligaron terceros
solidariamente antes de la vigencia de la Ley, como para aquél al que se le constituyeron con
posterioridad a la misma.
En consecuencia, la diferencia sustancial y práctica de la aplicabilidad del parágrafo primero del artículo
14 para aquellas garantías otorgadas con posterioridad a la vigencia de la ley y su no aplicabilidad para
aquellas otorgadas con anterioridad, radica en el hecho de que a los acreedores beneficiarios de las
primeras les asiste la posibilidad de hacerlas efectivas sin restricción alguna cuando se trate de garantes
distintos a persona natural, sin participar en la negociación del acuerdo, mientras que los acreedores
beneficiarios de las segundas deberán, necesariamente, estarse a las resultas del acuerdo, sin perjuicio
de que puedan iniciar la ejecución de la garantía (otorgada por persona natural o jurídica) con las
restricciones temporales y procesales señaladas.
Rad:
413.543 Sin
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