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 ESTRATEGIAS PARA REDUCIR LA PROCRASTINACIÓN EN EL TRABAJO ¿Eres de los que en, el trabajo, dejan para el último momento esa tarea que tanto te molesta y sabes que al final vas a tener que acabar haciendo igualmente? ¿Te entretienes con cualquier cosa antes de cumplir con tus responsabilidades en la oficina? Si es así, tienes un problema de procrastinación. ¿Qué es la procrastinación? Procedente del latín procrastinare, procrastinar significa diferir o aplazar. Es el hábito de retrasar aquellas actividades que debes realizar y sustituirlas por otras más agradables. Procrastinar es, por tanto, una técnica de evasión, por la que eludes aquellas acciones que, por diversos motivos, no quieres hacer. ¿Cómo puede afectar a tu trabajo? Procrastinar es el mecanismo natural que tenemos los seres humanos para no enfrentarnos a esas tareas que no nos gustan, no sabemos cómo resolver, etc. La procrastinación puede ser un síntoma de inseguridad, falta de motivación o baja tolerancia al estrés. Por estos motivos, cuando se produce en el entorno laboral, procrastinar puede tener consecuencias fatales. Cuando procrastinas, sueles dejar a un lado aquellas tareas que son importantes y aburridas o aquellas que son innovadoras y te generan estrés. A la larga, la procrastinación en el trabajo afecta a la consecución de tareas importantes, a tu desarrollo profesional e, incluso, al rendimiento del resto del equipo. Estrategias para reducir la procrastinación ­ Elimina las distracciones Ahora tienes más distracciones que nunca: los correos electrónicos, Facebook y los mensajes de WhatsApp se unen a las conversaciones de tus compañeros, el rato del café, etc. Intenta reducir este tipo de distracciones al máximo y centrarte en tu tarea actual. ­ Sigue un horario Planifica tus tareas del día y lo que debes hacer en cada momento. Al organizar tu jornada, podrás decidir qué tareas realizar y cuándo. Reservar las tareas más difíciles para aquellas horas en las que sepas que eres más activo te ayudará a terminar con aquello que no te apetece hacer. ­ Intenta no bloquearte Es cierto que a veces ciertas tareas te producen un bloqueo. Especialmente, cuando, por motivos ajenos, no puedes concluirlas. Ante estas situaciones, procrastinar resulta muy fácil, ya que, de alguna forma, justifica un cambio de tarea. Si esto sucede, intenta comunicarte con tu jefe o pedir ayuda a la persona responsable. ­ Prioriza tus tareas Comienza por las tareas que te resulten más complicadas y evita aplazarlas. Haz lo más difícil primero. Piensa en lo feliz que estarás cuando hayas terminado esa tarea que tanto te molesta. ­ Divide y vencerás La procrastinación también puede ser consecuencia de una carga excesiva de trabajo. Si tienes que afrontar una tarea compleja, dividirla en otras más sencillas puede ser una excelente idea para mantenerte organizado y no perder motivación. Las tareas que procrastinas son como nubarrones encima de tu cabeza que te persiguen constantemente. Deshazte de ellas. 
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