Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural

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Declaración Universal de la UNESCO sobre la
Diversidad Cultural
Adoptada por la 31ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO
París, 2 de noviembre de 2001
La Conferencia General,
Reafirmando su adhesión a la plena realización de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales proclamadas en la Declaración Universal de Derechos
Humanos y en otros instrumentos jurídicos universalmente reconocidos, como los
dos Pactos Internacionales de 1966 relativos uno a los derechos civiles y políticos y
el otro a los derechos económicos, sociales y culturales,
Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO se afirma “(...)
que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia,
la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un
deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de
responsabilidad y de ayuda mutua”,
Recordando también su Artículo primero que asigna a la UNESCO, entre otros
objetivos, el de recomendar “los acuerdos internacionales que estime convenientes
para facilitar la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y de la
imagen”,
Refiriéndose a las disposiciones relativas a la diversidad cultural y al ejercicio de
los derechos culturales que figuran en los instrumentos internacionales
promulgados por la UNESCO (1),
Reafirmando que la cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos
distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una
sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los
modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones
y las creencias (2),
Comprobando que la cultura se encuentra en el centro de los debates
contemporáneos sobre la identidad, la cohesión social y el desarrollo de una
economía fundada en el saber,
Afirmando que el respeto de la diversidad de las culturas, la tolerancia, el diálogo
y la cooperación, en un clima de confianza y de entendimiento mutuos, son uno de
los mejores garantes de la paz y la seguridad internacionales,
Aspirando a una mayor solidaridad fundada en el reconocimiento de la diversidad
cultural, en la conciencia de la unidad del género humano y en el desarrollo de los
intercambios interculturales,
Considerando que el proceso de mundialización, facilitado por la rápida evolución
de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pese a constituir un
reto para la diversidad cultural crea las condiciones de un diálogo renovado entre
las culturas y las civilizaciones,
Consciente del mandato específico que se ha conferido a la UNESCO, en el sistema
de las Naciones Unidas, de asegurar la preservación y la promoción de la fecunda
diversidad de las culturas,
Proclama los principios siguientes y aprueba la presente Declaración:
IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y PLURALISMO
Artículo 1 – La diversidad cultural, patrimonio común de la humanidad
La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta
diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que
caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de
intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es tan necesaria
para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En
este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser
reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Artículo 2 – De la diversidad cultural al pluralismo cultural
En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable
garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y
grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas. Las
políticas que favorecen la integración y la participación de todos los ciudadanos
garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Definido de
esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la
diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural
es propicio para los intercambios culturales y el desarrollo de las capacidades
creadoras que alimentan la vida pública.
Artículo 3 – La diversidad cultural, factor de desarrollo
La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos;
es una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de
crecimiento económico, sino también como medio de acceso a una existencia
intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria.
DIVERSIDAD CULTURAL Y DERECHOS HUMANOS
Artículo 4 – Los derechos humanos, garantes de la diversidad cultural
La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto
de la dignidad de la persona humana. Ella supone el compromiso de respetar los
derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular los derechos de las
personas que pertenecen a minorías y los de los pueblos indígenas. Nadie puede
invocar la diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos garantizados por
el derecho internacional, ni para limitar su alcance.
Artículo 5 – Los derechos culturales, marco propicio para la diversidad
cultural
Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son
universales, indisociables e interdependientes. El desarrollo de una diversidad
creativa exige la plena realización de los derechos culturales, tal como los definen
el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Artículos 13 y
15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Toda
persona debe tener la posibilidad de expresarse, crear y difundir sus obras en la
lengua que desee y en particular en su lengua materna; toda persona tiene derecho
a una educación y una formación de calidad que respeten plenamente su identidad
cultural; toda persona debe tener la posibilidad de participar en la vida cultural que
elija y conformarse a las prácticas de su propia cultura, dentro de los límites que
impone el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales.
Artículo 6 – Hacia una diversidad cultural accesible a todos
Al tiempo que se garantiza la libre circulación de las ideas mediante la palabra y la
imagen, hay que velar por que todas las culturas puedan expresarse y darse a
conocer. La libertad de expresión, el pluralismo de los medios de comunicación, el
plurilingüismo, la igualdad de acceso a las expresiones artísticas, al saber científico
y tecnológico -comprendida su presentación en forma electrónica- y la posibilidad,
para todas las culturas, de estar presentes en los medios de expresión y de
difusión, son los garantes de la diversidad cultural.
DIVERSIDAD CULTURAL Y CREATIVIDAD
Artículo 7 – El patrimonio cultural, fuente de la creatividad
Toda creación tiene sus orígenes en las tradiciones culturales, pero se desarrolla
plenamente en contacto con otras culturas. Ésta es la razón por la cual el
patrimonio, en todas sus formas, debe ser preservado, realzado y transmitido a las
generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de las aspiraciones
humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad e inspirar un
verdadero diálogo entre las culturas.
Artículo 8 – Los bienes y servicios culturales, mercancías distintas de las
demás
Ante los cambios económicos y tecnológicos actuales, que abren vastas
perspectivas para la creación y la innovación, se debe prestar particular atención a
la diversidad de la oferta creativa, al justo reconocimiento de los derechos de los
autores y de los artistas, así como al carácter específico de los bienes y servicios
culturales que, por ser portadores de identidad, de valores y sentido, no deben ser
considerados mercancías o bienes de consumo como los demás.
Artículo 9 – Las políticas culturales, catalizadoras de la creatividad
Las políticas culturales, en tanto que garantizan la libre circulación de las ideas y las
obras, deben crear condiciones propicias para la producción y difusión de bienes y
servicios culturales diversificados, gracias a industrias culturales que dispongan de
medios para desarrollarse en los planos local y mundial. Al tiempo que respeta sus
obligaciones internacionales, cada Estado debe definir su política cultural y aplicarla
utilizando para ello los medios de acción que juzgue más adecuados, ya se trate de
modalidades prácticas de apoyo o de marcos reglamentarios apropiados.
DIVERSIDAD CULTURAL Y SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
Artículo 10 – Reforzar las capacidades de creación y de difusión a escala
mundial
Ante los desequilibrios que se producen actualmente en los flujos e intercambios de
bienes culturales a escala mundial, es necesario reforzar la cooperación y la
solidaridad internacionales para que todos los países, especialmente los países en
desarrollo y los países en transición, puedan crear industrias culturales viables y
competitivas en los planos nacional e internacional.
Artículo 11 – Forjar relaciones de colaboración entre el sector público, el
sector privado y la sociedad civil.
Las fuerzas del mercado por sí solas no pueden garantizar la preservación y
promoción de la diversidad cultural, clave de un desarrollo humano sostenible.
Desde este punto de vista, se debe reafirmar la preeminencia de las políticas
públicas, en colaboración con el sector privado y la sociedad civil.
Artículo 12 – La función de la UNESCO
Por su mandato y sus funciones compete a la UNESCO:
a) promover la integración de los principios enunciados en la presente Declaración
en las estrategias de desarrollo elaboradas en las diversas entidades
intergubernamentales;
b) constituir un punto de referencia y foro de concertación entre los Estados, los
organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales, la sociedad
civil y el sector privado para la elaboración conjunta de conceptos, objetivos y
políticas en favor de la diversidad cultural;
c) proseguir su acción normativa y su acción de sensibilización y fortalecimiento de
capacidades en los ámbitos relacionados con la presente Declaración que
correspondan a sus esferas de competencia;
d) facilitar la aplicación del Plan de Acción cuyas orientaciones principales figuran a
continuación de la presente Declaración.
Anexo II Orientaciones principales de un plan de acción para la aplicación
de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural
Los Estados Miembros se comprometen a tomar las medidas apropiadas para
difundir ampliamente la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad
Cultural y fomentar su aplicación efectiva, cooperando en particular con miras a la
realización de los siguientes objetivos:
1. Profundizar en el debate internacional sobre los problemas relativos a la
diversidad cultural, especialmente los que se refieren a sus vínculos con el
desarrollo y a su influencia en la formulación de políticas, a escala tanto nacional
como internacional; profundizar particularmente en la reflexión sobre la
conveniencia de elaborar un instrumento jurídico internacional sobre la diversidad
cultural.
2. Progresar en la definición de los principios, normas y prácticas en los planos
nacional e internacional, así como en los medios de sensibilización y las formas de
cooperación más propicios para la salvaguardia y la promoción de la diversidad
cultural.
3. Favorecer el intercambio de conocimientos y de las prácticas recomendables en
materia de pluralismo cultural con miras a facilitar, en sociedades diversificadas, la
integración y la participación de personas y grupos que procedan de horizontes
culturales variados.
4. Avanzar en la comprensión y la clarificación del contenido de los derechos
culturales, considerados parte integrante de los derechos humanos.
5. Salvaguardar el patrimonio lingüístico de la humanidad y apoyar la expresión, la
creación y la difusión en el mayor número posible de lenguas.
6. Fomentar la diversidad lingüística -respetando la lengua materna- en todos los
niveles de enseñanza, dondequiera que sea posible, y estimular el aprendizaje de
varios idiomas desde la más temprana edad.
7. Alentar, a través de la educación, una toma de conciencia del valor positivo de la
diversidad cultural y mejorar, a esos efectos, la formulación de los programas
escolares y la formación de los docentes.
8. Incorporar al proceso educativo, tanto como sea necesario, métodos pedagógicos
tradicionales, con el fin de preservar y optimizar métodos culturalmente adecuados
para la comunicación y la transmisión del saber.
9. Fomentar la “alfabetización digital” y acrecentar el dominio de las nuevas
tecnologías de la información y de la comunicación, que deben considerarse al
mismo tiempo disciplinas de enseñanza e instrumentos pedagógicos capaces de
reforzar la eficacia de los servicios educativos.
10. Promover la diversidad lingüística en el ciberespacio y fomentar el acceso
gratuito y universal, mediante las redes mundiales, a toda la información que
pertenezca al dominio público.
11. Luchar contra las disparidades que se han dado en llamar “brecha digital” -en
estrecha cooperación con los organismos competentes del sistema de las Naciones
Unidas- favoreciendo el acceso de los países en desarrollo a las nuevas tecnologías,
ayudándolos a dominar las tecnologías de la información y facilitando a la vez la
difusión electrónica de los productos culturales endógenos y el acceso de dichos
países a los recursos digitales de orden educativo, cultural y científico, disponibles a
escala mundial.
12. Estimular la producción, la salvaguardia y la difusión de contenidos
diversificados en los medios de comunicación y las redes mundiales de información
y, con este fin, promover la función de los servicios públicos de radiodifusión y de
televisión en la elaboración de producciones audiovisuales de calidad, favoreciendo
en particular el establecimiento de mecanismos de cooperación que faciliten la
difusión de las mismas.
13. Elaborar políticas y estrategias de preservación y realce del patrimonio natural
y cultural, en particular del patrimonio oral e inmaterial, y combatir el tráfico ilícito
de bienes y servicios culturales.
14. Respetar y proteger los sistemas de conocimiento tradicionales, especialmente
los de los pueblos indígenas; reconocer la contribución de los conocimientos
tradicionales, en particular por lo que respecta a la protección del medio ambiente y
a la gestión de los recursos naturales, y favorecer las sinergias entre la ciencia
moderna y los conocimientos locales.
15. Apoyar la movilidad de creadores, artistas, investigadores, científicos e
intelectuales y el desarrollo de programas y actividades conjuntas de investigación,
de carácter internacional, procurando al mismo tiempo preservar y aumentar la
capacidad creativa de los países en desarrollo y en transición.
16. Garantizar la protección del derecho de autor y los derechos con él
relacionados, con miras a fomentar el desarrollo de la creatividad contemporánea y
una remuneración justa de la labor creativa, defendiendo al mismo tiempo el
derecho público de acceso a la cultura, de conformidad con el Artículo 27 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos.
17. Contribuir a la creación o a la consolidación de industrias culturales en los
países en desarrollo y los países en transición y, con este propósito, cooperar en el
desarrollo de las infraestructuras y las competencias necesarias, apoyar la creación
de mercados locales viables y facilitar el acceso de los bienes culturales de dichos
países al mercado mundial y a los circuitos internacionales de distribución.
18. Fomentar políticas culturales que promuevan los principios consagrados en la
presente Declaración, entre otras cosas mediante modalidades prácticas de apoyo
y/o marcos reglamentarios apropiados, respetando las obligaciones internacionales
de cada Estado.
19. Lograr que los diferentes sectores de la sociedad civil colaboren estrechamente
en la definición de políticas públicas de salvaguardia y promoción de la diversidad
cultural.
20. Reconocer y fomentar la contribución que el sector privado puede aportar al
realce de la diversidad cultural y facilitar, con este propósito, la creación de
espacios de diálogo entre el sector público y el privado.
Los Estados Miembros recomiendan al Director General que al ejecutar los
programas de la UNESCO tome en consideración los objetivos enunciados en el
presente Plan de Acción, y que lo comunique a los organismos del sistema de las
Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales interesadas, con miras a reforzar la sinergia de las medidas que
se adopten en favor de la diversidad cultural.
_____________________
(1) Entre los cuales figuran, en particular, el Acuerdo de Florencia de 1950 y su Protocolo de Nairobi de
1976, la Convención Universal sobre Derecho de Autor de 1952, la Declaración de los Principios de la
Cooperación Cultural Internacional de 1966, la Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para
Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes
Culturales de 1970, la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972,
la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales aprobada por la Conferencia General de la UNESCO
en 1978, la Recomendación relativa a la condición del artista de 1980 y la Recomendación sobre la
Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular de 1989.
(2) Definición conforme a las conclusiones de la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales
(MONDIACULT, México, 1982), de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo (Nuestra Diversidad
Creativa, 1995) y de la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo
(Estocolmo, 1998).
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