Colegio Antil Mawida Departamento de Historia Electivo Ciudad Contemporánea Profesora Cecilia Llanos. GUÍA PEDAGÓGICA: MUNDO RURAL. Nombre _____________________________________________________Curso 4º Medio __________ (Tomado de: UNCHS, The State of World cities 2000) “URBANO VERSUS RURAL” VERSUS “URBANO PLUS RURAL” En las últimas décadas se han observado diversas tendencias referidas a la relación urbano rural. Primero, la implementación de políticas de ajuste estructural, especialmente en África, han forzado a muchos hogares urbanos a buscar fuentes adicionales de comida e ingresos, incluyendo la agricultura urbana. Crecientemente hogares de ingresos medios y altos se involucran en actividades de agricultura urbana para complementar sus ingresos decrecientes. Segundo, la profundización de la pobreza urbana ocasionada por el ajuste estructural ha impulsado un proceso de “migración de retorno”, con personas volviendo a sus hogares rurales para sobrevivir. Tercero, las remesas urbanas al mundo rural han declinado, en tanto la capacidad de los hogares urbanos para importar comida para su propio consumo de sus parientes rurales es crecientemente dificultosa debido a los costos del transporte. Cuarto, en diversos países, grandes cantidades de trabajadores agrícolas temporales se emplean por la agro-industria, especialmente en la época de cosecha, dando origen a una diversificación de las fuentes de ingreso de los hogares urbanos más pobres. Esto, junto con la agricultura urbana está poniendo a prueba las definiciones tradicionales de “urbano” y “rural”, ya que tanto sus límites físicos como ocupacionales se están diluyendo crecientemente. Quinto, la globalización está creando nuevas formas de vinculación para los pueblos pequeños y las áreas rurales, usualmente llamadas la “metropolización de la economía mundial”. Una serie de redes horizontales y verticales entre los asentamientos están emergiendo, posibilitadas por los avances tecnológicos en la información y las comunicaciones. ACTITUDES AMBIVALENTES Los argumentos pro-urbanos o pro-rurales han tenido una fuerte influencia en las estrategias de desarrollo. Entre las agencias de desarrollo internacionales, por ejemplo, las inversiones en las áreas rurales o urbanas se han considerado de modo excluyente y en competencia. Con frecuencia, las inversiones en las áreas rurales han perseguido reducir la migración del campo a la ciudad, en tanto las inversiones urbanas han sido interpretadas con sesgo urbano. Mientras algunas políticas buscan reducir las tasas de migración rural-urbano, otras políticas consideran tales políticas inútiles e incluso indeseables. Las evidencias refuerzan el último punto de vista, ya que no hay antecedentes históricos que muestren políticas exitosas en inhibir la emigración del mundo rural al urbano. La urbanización es inevitable, y las políticas nacionales deben aprender a reconocer sus implicancias, absorber sus impactos y destacar sus beneficios. La paradoja de las políticas de desarrollo rural que han intentado aminorar la migración es que usualmente han logrado lo contrario. El aumento de la productividad genera un excedente de trabajadores rurales, asimismo como el mejoramiento de la educación de la fuerza de trabajo rural, la que ahora tiene los medios y la expectativa de buscar empleo en la ciudad. PENSAR EN SISTEMAS En la última década se han sacado lecciones importantes para las políticas: a) Más que tratar lo rural y lo urbano como espacios de desarrollo diferentes y en competencia, deben ser vistos como un todo, y se deben fomentar sus vínculos. Los flujos urbano rurales más importantes son económicos y demográficos, y las respuestas políticas que se concentran en la provisión de infraestructura, han sido frecuentemente inadecuadas para resolver los problemas estructurales de ambas. En tanto las políticas diseñadas para facilitar los flujos se preocupan tanto de la provisión de infraestructura como del fomento de redes jerárquicas que vinculen a los poblados pequeños y centros de servicios rurales. b) En términos económicos, las áreas rurales y urbanas están relacionadas por el intercambio de productos procesados y no procesados, con ambas áreas actuando como mercados que interactúan. Estrechar estos vínculos requiere, en muchos países, descentralizar la urbanización a través de la promoción de ciudades medianas. Esto puede aumentar el acceso a los insumos agrícolas de los productos rurales y proveer al mismo tiempo la infraestructura de mercado necesaria. Las ciudades pequeñas también pueden ofrecer la infraestructura básica para incrementar la producción rural. c) Sin embargo, las políticas regionales aisladas no tendrán éxito en transformar la vida de los pobres, ni tampoco para erradicar las inequidades urbano-rurales. Las políticas espaciales, económicas regionales necesitan estar integradas en programas de desarrollo nacionales para disminuir la pobreza a través de diferentes estrategias sectoriales, tales como, redistribución de tierras, mejor acceso al crédito, a la salud y la educación, entre otras. Para reducir la pobreza y las inequidades, es necesario que las políticas sectoriales se dirijan a las principales causas de la pobreza, incluyendo: i) la falta de tierras y la inseguridad de la tenencia tanto rural como urbana; ii) los términos injustos del comercio entre las áreas urbanas y rurales; y, iii) la inseguridad del ingreso, generada principalmente por el desempleo y el subempleo en las áreas rurales y urbanas, y parcialmente, por la falta de diversificación de las fuentes de ingreso. d) Se debe otorgar mayor énfasis a los problemas relacionados con la urbanización, tales como las altas tasas de desempleo urbano, la presión por la infraestructura y los servicios urbanos, y las deficiencias laborales dentro de las áreas rurales. Sin embargo, la migración campo ciudad, frecuentemente, tiene impactos positivos, ya que los pueblos y ciudades adquieren un importante papel en la absorción del exceso de población de las regiones sobrepobladas y frágiles económicamente. Este es precisamente el papel que jugaron los pueblos y ciudades durante la Revolución Industrial europea, permitiendo la consolidación y el acercamiento de las unidades agrícolas que se encontraban fragmentadas y eran antes de esto inviables económicamente. e) Más aún, la urbanización no es simplemente el crecimiento de las poblaciones residentes dentro de los límites legales y administrativos de las ciudades. también implica la transformación de los modos de vida rurales y urbanos. En el siglo XX, los mejoramientos tecnológicos, inicialmente en el transporte y más recientemente en la información y en las telecomunicaciones, han permitido a las personas residentes rurales urbanizarse sin migrar a las ciudades. Al crecer su acceso a la infraestructura y servicios modernos, normalmente asociados a las áreas urbanas, se reduce su dependencia de las ciudades para satisfacer sus necesidades económicas y sociales. f ) Es crecientemente evidente que estrechar los vínculos urbano rurales requiere esfuerzos coordinados del sector público y del privado, capacitando a todos los actores para participar en el proceso de desarrollo. Esto implica cambios fundamentales de parte del Estado, incluyendo: la ampliación del rango de actores implicados en el mejoramiento de la infraestructura, a través de la formación de relaciones con organizaciones comunitarias de base, ONGs y el sector privado; aumentando la participación a través de la descentralización del gobierno y el ‘empoderamiento’ de las comunidades locales; y, estableciendo una coordinación más efectiva de los actores implicados. DESDE LAS JERARQUÍAS A LAS REDES Los vínculos urbano rurales necesitan ser comprendidos en el contexto de la urbanización global creciente. El estrechamiento de las relaciones determinarán las condiciones de vida de las personas tanto en las áreas rurales como urbanas. Pueblos y ciudades están experimentando transformaciones económicas y espaciales significativas que es probable que se intensifiquen en las primeras décadas del nuevo milenio. El impacto de la globalización en las ciudades pequeñas y aldeas es un hecho que debe ser analizado y deben formularse respuestas políticas adecuadas a ello. Está claro que se requieren políticas que fomenten las relaciones verticales y horizontales entre asentamientos en el nivel regional (intranacional), nacional e internacional, dirigidas a mejorar la competitividad de las regiones rurales y de los pueblos pequeños. Ya no es solo cuestión de cómo se integran a la economía nacional, sino de cómo se integran a la economía global además.